Concejal delegada de vivienda del
ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y esposa del presidente del Gobierno de
Canarias, Ángela Mena Muñoz ofrece en esta entrevista
tanto su visión política como personal más cercana, al tiempo que sale al paso
del ataque de "El Día".
—¿Cree que son tiempos de nacionalismo cuando Europa es el
mundo y toca derribar fronteras? ¿No le resulta un poco pueblerino ese
concepto?
—En absoluto. Europa no es el mundo. Hay que pensar en lo global
pero intervenir en lo local, y en Canarias, más que nunca, es necesario
defender lo local. Las fronteras que a mí me gustaría derribar son las
culturales, las de la injusticia social, las de la desigualdad, las de la
intolerancia. Esas son las fronteras que deben desaparecer para siempre.
—No sé si usted observa un cansancio político en una parte de la
sociedad; cansancio frente a las mismas caras, la misma gente, los mismos
discursos, los mismos pactos, los mismos pleitos… Hablo de un evidente
agotamiento por parte de quienes piden renovación. A ver… Paulino Rivero,
Román Rodríguez, María del Mar Julios, Jerónimo Saavedra, Ana Oramas, Ricardo Melchior, Bravo de Laguna… Observe que no
meto en el saco a José Manuel Soria porque creo que todavía no tiene un
recorrido político que lo equipare.
— En efecto, son casos distintos, no mezclemos. ¿Cansancio?.
Estoy segura de que es así porque a veces nos empecinamos en luchas intestinas
que no interesan a nadie y eso aburre. No comparto la acción política con la
pelea como herramienta, prefiero el diálogo sereno y responsable para responder
a los compromisos políticos, ahora más que nunca debemos acercarnos más
entre las diferentes fuerzas políticas y ser ejemplo de convivencia..
—Su compañera de filas y exjefa, dado que usted fue responsable de
su gabinete, Ana Oramas, se rindió a los encantos
políticos de Zapatero pero estos días ha reconocido que de aquello ya no queda
nada. Cuestiona con dureza sus últimos meses en el gobierno de la nación. ¿La
cruel soledad de la derrota?
—A Ana Oramas la conozco bien. Trabajé
con ella ocho años. Es una mujer que se entrega en cuerpo y alma en política,
que trabaja y pelea como una jabata en la responsabilidad que tenga. Ha explicado
muy bien lo que quiso decir en la despedida de Zapatero, no se le puede valorar
sólo por eso. Ani es una magnífica diputada y
lo va a seguir siendo porque estoy segura de que va a recibir el apoyo de
tantas canarias y canarios que reconocen el esfuerzo de los representantes de
CC en el Congreso de los Diputados.
—¿Qué opina de quienes pregonan que el descrédito político,
la falta de ilusión frente a las urnas les aleja del voto? Se lo digo porque
acabar con los políticos, denostar a los ediles nos lleva al camino de un
caudillo y ya sabemos eso a qué conduce.
—La clase política es una representación de la sociedad, no somos
extraterrestres. Por eso en política hay de todo, igual que en el
conjunto de la sociedad. Y la ciudadanía lo sabe y es capaz de distinguirlo,
pero es cierto que el descrédito político se genera por las acusaciones entre
partidos, por la falta de respeto, por las difamaciones, por la
judicialización. Esto no puede ser.
—El enemigo en casa: su conflicto
con el periódico El Día. La han intentado meter en el fango de negocios sucios
en México y de momento ha salido victoriosa.
—Ha sido y es un intento de intimidación sustentado en una
gran mentira. Yo no tengo ninguna animadversión hacia El Día, ni hacia los
profesionales del medio; lo que tengo es un proceso judicial abierto
contra la empresa editora del citado diario y contra su director para defender
mi honor y el de las personas que han sido injustamente relacionadas con un
asunto que forma parte de una clara trama contra nosotros, todo ello con el
único fin de esclarecer las burdas acusaciones que me hacen por el simple hecho
de ser la mujer de... ¿Le parece justo…? Esto tiene una dosis de machismo y de
misoginia muy importante y no lo voy a permitir.
—¿Qué pretende El Día con sus constantes ataques a Paulino
Rivero y a usted, un día si y otro también, hasta el punto de invitarles a que
se marchen de Canarias?
—Pretenden desgastar y cambiar ciertas decisiones que no
tienen nada que ver conmigo. Yo solo pago el peaje, muy caro, por cierto.
—¿No cree que a Rodríguez, dueño todo él de El Día, lo
han engordado ustedes, ATI y CC. -vía subvenciones gubernamentales- hasta que
se les fue de las manos y explotó su soberbia?
—Desconozco las subvenciones gubernamentales que ha obtenido El
Día, pero estoy segura de que han sido por una vía legal como a otros tantos
medios. ¿A usted le parece que yo tengo algo que ver en esto para que se
monte esta trama contra mí? Yo lo que quiero saber es quién vendió la mentira.
—A El Día, que se empeñó sin éxito en meterla en el fango, se ha
enfrentado con la legalidad por delante ante un atropello que tiene más tintes
políticos que otra cosa. Lo ha hecho con coraje… Lo último ha sido su demanda
junto a María Candelaria Pérez Machado y a Caridad Rivero Baute,
contra José Rodríguez. Caiga quien caiga.
—Desde luego, y lo he hecho por ser la única vía que me asegura el
amparo; creo en la Justicia, en su independencia, por eso he presentado
una demanda para que sea la justicia quien dictamine si la campaña que se ha
orquestado contra mi persona constituye una vulneración a mi honor. ¿Está siendo tan duro y tan injusto todo esto!
—Le voy a comentar algo que he observado en sus últimas
intervenciones públicas. Creo que tiene usted capacidad dialéctica y don de
mando, diría que incluso más que su marido, el presidente Rivero. ¿Acaso el
ataque de El Día le ha dado alas?
—Tal vez sea un poco vehemente, reconozco mis defectos, esto no es
bueno. Paulino es más comedido, muy prudente, es reflexivo, tiene una mente preclara
y unas metas muy definidas. Es una persona muy segura de lo que hace y de lo
que quiere. Por otra parte, lo que a mí me está pasando es que estoy tan
convencida de lo que hago que actúo en consecuencia, sin miedo. No voy a
aceptar una humillación pública de este calibre sin defenderme.
—¿Siente que la notoriedad de su marido le ha coartado su
proyección pública?.
—A la sombra unas veces hace frío y otras calor.
Esta sombra es muy alargada, pero se está bien. Vamos a ver si cambia el
equinoccio.
—Ya tenemos en el mapa político a Nueva Canarias, de
la mano con CC. De enemigos íntimos a amigos para siempre. ¿Cómo cree que
valora la sociedad este pacto precedido de un distanciamiento histórico entre
Román y Paulino, sin olvidar a Julios?
—Mire, la ciudadanía lo que quiere es que se resuelvan sus
problemas; por tanto, aproximación, consenso, respeto, gestión. Unidos por
Canarias es un término romántico pero una actitud responsable y necesaria
para sacar a esta tierra adelante. Estamos en tiempos de arrimar el hombro y de
dejar a un lado las cuitas personales. Ha sido un acto de responsabilidad. Cada
cual ha tenido que consumir su dosis de sapo. Ha primado el interés por
Canarias.
—Hasta los chicos de Ignacio González (CCN), que caben en una
bicicleta, tienen ya parte del pastel.
—Ignacio González es un político efectista que sólo le importa el
presente. ¿Quién no conoce su trayectoria en Canarias, su historia, su forma de
concebir la política…? La política es una tarea de largo recorrido y la
precipitación en las decisiones es muy peligrosa, por eso la paciencia y la
prudencia deben ser una máxima para cualquier responsable público. Por fortuna
el CCN no solo lo compone su presidente y en Santa Cruz Fernando Ballesteros,
del CCN, es un magnífico compañero, una persona coherente y un responsable
gestor.
—Lo ha dicho su marido, el presidente: Canarias, un asunto de
Estado. ¿Lo es?
—Sí, sí. Canarias debe estar en la agenda
política del presidente del Gobierno español desde el minuto uno, sea quien
sea. Esta tierra es diferente y hay que tener en cuenta la discriminación
positiva en las decisiones políticas españolas y europeas.
—En Canarias 71.000 parados han dejado de cobrar un solo euro; si
a eso le añadimos los recortes sanitarios, el caso de quien oculta cuatro años
el cadáver de su madre para no perder la paga, la amargas
cifras de paro... ¿qué le sugieren esos titulares?
—Son cosas diferentes. Hay que romper las barreras de la
desigualdad, hay que generar empleo para dignificar la vida de quienes no lo tienen,
apoyar a las empresas para que creen puestos de trabajo, unir todas las manos
para hacer una muralla contra la desigualdad y generar una sociedad más
igualitaria.
—Hay preguntas cuya respuesta son de cajón. La inmoralidad de los
bancos, las indemnizaciones multimillonarias de las cajas y, en suma, ese
sentimiento de impotencia de los ciudadanos que les recorre la columna
vertebral. ¿Qué responde ante esto?
—Que estamos en manos de la especulación de los mercados y a
veces me sobrepasa hacer algunos análisis: me produce impotencia la
situación que estamos viviendo porque creo que somos víctimas del sistema que
hemos creado.
—No tiene la impresión de haber fracasado la sociedad entera,
digo, frente a la violencia de género. Tres mujeres asesinadas en Canarias en
lo que va de año, ¿cómo lo han vivido, desde su cargo político, las
instituciones?, ¿en qué hemos fallado?, ¿cuál cree que es el camino para frenar
tanta barbarie? ¿No es hora de aunar esfuerzos?.
—En lo que fracasamos es en la forma de educar. Es un lastre
histórico que debemos corregir, la evolución está en la educación. Sólo se
evitará la violencia cuando se reconozca el importante papel de la mujer en la
historia de la humanidad, cuando se la deje de considerar como una propiedad,
pero especialmente cuando forme parte de los círculos de poder. Las mujeres
miramos el mundo desde otra atalaya.
—La temida crisis. Dicen que Canarias aumenta las
contrataciones; el paro se mantiene pero la realidad es que la recesión en
nuestro entorno es sobrecogedora, ¿cómo lo vive en lo personal y en lo político
y qué le preocupa?
—La crisis no es igual para todo el mundo, también la crisis es
una opción para las oportunidades, como de hecho lo está siendo. Lo cierto es
que, como siempre, la parte débil de la sociedad está entre quienes no tienen
formación porque se limitan las oportunidades laborales. Vivo todos los
días la angustia de muchas familias y me llena de impotencia. A mí también me
preocupa, como a tanta gente, haber trabajado durante treinta años y no
poder llegar a cobrar una jubilación digna.
—Las elecciones generales están a la vuelta de la esquina y el
Partido Popular tiene los voladores y la zambomba preparados. ¿Cómo cree que va
a repercutir su resultado en la política canaria teniendo en cuenta que el
nivel de enemistad entre Soria PP y Rivero y es alto? Una cosa es como
cree que repercutirá y otra saber qué le gustaría que ocurriera aparte, claro,
de que al PSOE se le apareciera la virgen.
—Si un canario, si una canaria, no vota en estas elecciones por
Canarias, ¿quién lo va a hacer? Nunca habrá un presidente de Gobierno español
que sea canario; aquí no nos debe importar qué partido gobierne en el Estado.
Lo que nos debe importar es quién se levanta en el Congreso de los Diputados
para defender a Canarias; eso solo lo pueden hacer los diputados de CC, les
guste o no les guste a los demás.
—El 49,9% canarios se sienten tan españoles como canarios, y
¿usted cómo se siente?
—Una ciudadana del mundo, que ama esta tierra, que la defiende con
uñas y dientes, porque aquí están mis raíces y porque es tan excepcional como
hermosa.
Fuente:
Publicado en el periódico Canarias7,
domingo, 30-10-2011
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