El sistema electoral canario: ideas, reformas y medias verdades

Dámaso Luis *

 

Como cada cuatro años en primavera llegan las elecciones autonómicas a Canarias, y como siempre vienen acompañadas de su tradicional despliegue de carteles, coches anunciadores, ruido de pactos de Coalición Canaria con alguien, calima, calor y críticas sobre el “peculiar” sistema electoral canario. Un sistema cuya principal característica es que si en algo ha logrado un consenso es en el de que no pone de acuerdo a nadie, o a casi nadie.

Este artículo no pretende explicar el sistema electoral canario y su funcionamiento, ya que en esta misma plataforma se publicó hace unos años un buen post sobre el tema, lo que busca es elevar el tono de un debate que, hasta ahora y salvo excepciones ha tenido un perfil bastante bajo y escasamente comprometido.

Desterrando ideas falsas

El sistema electoral canario se ha convertido en el comodín que a todos los partidos y movimientos les vale para justificar problemas que poco tienen que ver con el mismo. La primera idea que hay que reseñar es que el sistema posee un sesgo profundamente mayoritario, pero que no es la Caja de Pandora canaria y para ello es necesario aclarar previamente una serie de ideas arraigadas en el ideario colectivo:

·     El sistema electoral es “culpable” de que Coalición Canaria gobierne desde hace 22 años ininterrumpidamente.

No y definitivamente no. Si bien es cierto que el sesgo mayoritario puede llamar a la desmovilización, esta no se ha producido de manera efectiva porque la media de participación en las primeras elecciones cuando el sistema de partidos estaba más atomizado no es sustancialmente mayor que en las últimas, donde se estabiliza el sistema de tres partidos mayoritarios. Algunos han querido ver una perversión de la representación en la permanencia de CC en el gobierno, pero nada más lejos de la realidad, el sistema de partidos canario ha sido (hasta ahora) un sistema estable asentado sobre tres invariables patas que han llegado a aglutinar el 90% del voto válido [Ver gráfico I], si CC se ha mantenido en el gobierno ha sido porque el Partido Socialista de Canarias y el PP no han podido, o más bien, no han querido llegar a acuerdos de gobierno o investidura entre ellos.

·     El sistema favorece a los partidos grandes.

No, el sistema favorece a los partidos que se distribuyen homogéneamente entre todas las islas, estos son CC principalmente y en menor medida el PSC-PSOE. El PP es un partido mayoritario y es uno de los partidos que más perjudicado se ha visto por el sistema de circunscripciones insulares, ya que el grueso de su voto se halla focalizado en la isla de Gran Canaria. Esta característica ha hecho que el PSC con el  34,5% del voto válido obtuviera 26 escaños en el año 2007, mientras que el PP con un 31,9% en el año 2011 obtuviera 5 escaños menos o, por ejemplo, que en estos últimos comicios Coalición Canaria obtuviera un solamente un representante menos (20), a pesar de cosechar más de un 7% menos de voto válido.

·     La “desaparición” de la izquierda nacionalista se debe al sistema electoral.

Casi. Esta es una verdad a medias, ya que si bien es cierto que Nueva Canarias es un partido infrarrepresentado, debido a la característica anterior en parte, el sistema tampoco es culpable de que los partidos que se encuadran dentro de estos parámetros ideológicos se presenten bajo hasta ocho siglas diferentes, ni de que su lucha por el voto contra otros partidos regionalistas y/o insularistas como Coalición Canaria siga siendo infructuosa.

Propuestas “a vuelapluma”

Como se ha mencionado en la introducción, con la llegada de las elecciones la mayoría de partidos se han lanzado a realizar sus propuestas, la mayoría de ellas más como “brindis al sol” que tras un análisis meditado sabiendo que en las condiciones de representación actual, una reforma es realmente improbable. Excluyendo rarezas como los firmantes del manifiesto de Demócratas para el cambio, la mayoría de las ideas son por norma general, endebles o simples parches:

·     Una reforma “a la Cospedal”. Tanto el PP como UPyD han propuesto un modelo de reforma que se basa en la reducción del número de representantes, pidiendo acabar con 1/6 de los mismos la agrupación conservadora, mientras que los magentas abogaban por la reducción a la mitad. Como es habitual en estos días se confunde la velocidad con el tocino, reducir diputados tiene poco que ver con la regeneración democrática [Véase Pablo Simón] y más con apuntarse un tanto de cara a un electorado desafecto con una reforma que aunque tiene buena imagen es contraproducente. Se podría discutir cómo sería posible respetar la triple paridad con las reducciones que estos partidos proponen sin recurrir a cortar diputados por la mitad y volverlos a pegar cual Doctor Frankestein, pero vayamos a algo más fácil, ¿cómo es asumible reducir consejeros en una Comunidad ya infrarrepresentada?

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·     La añorada circunscripción única. La que ha dejado entrever Albert Rivera en su visita a Canarias, otrora reivindicación de la izquierda nacionalista como modo “de construir un pueblo”, ha ido decayendo poco a poco. Si bien Rivera no la nombró expresamente, es la única que permite que “voten los ciudadanos y no los territorios”. Esta reforma obvia un elemento histórico y otro pragmático: Canarias organizativa y políticamente hablando hasta bien entrado el siglo XX era una entelequia, una suma más que un todo y de ello aún siguen existiendo amplias reminiscencias. Por ello muchas veces se criminaliza a los creadores del pacto preautonómico, pero la verdad es que enfocaron la construcción de la autonomía desde la posición dominante por aquel entonces: el insularismo. El principal eje de articulación identitario en el archipiélago (aunque ya menos) sigue siendo la isla, prueba de ello es que el principal partido de Canarias, Coalición Canaria, sea la articulación más o menos engrasada de una suma de insularismos o que los propios partidos nacionales refuercen esta identidad en las campañas electorales. Se puede defender que algunas islas están sobrerrepresentadas y que ello distorsiona la realidad, pero entre el negro actual y el blanco, que supone la exclusión práctica de algunas entidades, que realizaría el sistema de circunscripción única hay una escala de grises. Además, el fantasma de la doble insularidad, nos guste más o menos, puede ser tildado de obsoleto hasta que para moverte desde El Hierro a la capital del reino necesitas medio día y medio sueldo.

·     La reducción de la doble barrera electoral. La reforma más fácil y plausible y la que parece que han prometido los cuatro grandes partidos que ahora se encuentran representados y que ya se verá si cumplen o no. Es el más sencillo porque no requiere una reforma estatutaria y porque simplemente supone desandar el camino andado, si bien es cierto que las barreras del sistema son draconianas, se puede acabar ahondando en el perjuicio de ciertos partidos que ya de por sí pierden diputados a favor de otro partidos insulares que los conseguirían con apenas unos cientos de votos. Esta decisión supone andar el camino contrario que el de la circunscripción única, permite la pluralidad pero no corrige el malapportionment.

En este artículo se juega el papel de abogado del diablo, de “aguafiestas”, del que plantea las dificutades de un proceso que, en efecto, es complejo, pero para nada del de defensor de un sistema actual que, si me permiten la licencia, diré que es rematadamente inadecuado. Es cierto que responde a una serie de vicisitudes históricas pero ello no lo convierte en pasable a día de hoy, el simple hecho de que el CIS le de la victoria a la tercera fuerza en votos debería hacernos plantear si debemos reorientar nuestro sistema de asignación de representantes.

¿Existe el sistema perfecto?

1.  No existe, no lo busquen porque no hay, todos poseen sesgos y Canarias es un territorio que por su difícil composición y articulación los va a mantener pero, ¿es posible un sistema que mejore la representatividad, respete el pluralismo, “mantenga la paridad”, no perjudique ampliamente a ciertos partidos y promueva una democracia más participativa? Sí (ya les adelanto que la clave está en las comillas).

Una idea sería un Parlamento de Canarias con 75 escaños a repartir de la siguiente forma: 44 entre las 7 islas elegidos de manera paritaria entre islas y los 31 restantes dentro de una lista a nivel autonómico, poniendo una barrera en el 3% para cada una de las 8 circunscripciones y eliminando la del total.

·     Un Parlamento de Canarias con 71, 73 o 75 escaños mejora la representatividad y nos iguala a otros parlamentos de Comunidades Autónomas con una población similar como Euskadi o Castilla y León. Además, se acabaría con el tedioso “mitad + 2” necesario para formar gobierno y que dificulta la gobernabilidad al haber número impar de representantes.

·     Repeta el pluralismo porque facilita la entrada de partidos insulares que con el sistema de doble barrera pueden verse perjudicados. No obviemos que en noviembre podríamos encontrarnos con Agrupación Socialista Gomera (aka el partido de Casimiro Curbelo) gobernando el Cabildo Insular y con representación en el Senado, pero fuera del Parlamento autonómico. Una solución sería una única barrera en la circunscripción (isla y lista regional) de entre el 3-5% y diputados elegidos por Sistema D’Hont (aunque personalmente prefiero el Cociente Hare para las islas) para no minar excesivamente la gobernabilidad.

·     El nuevo sistema eliminaría la perniciosidad que sufren algunos partidos en forma de déficit de representación a través del contrapeso de la lista autonómica que, “de facto”, reafirma el voto de las actualmente infrarrepresentadas islas centrales.

·     Fomentaría una democracia más participativa a través de la posibilidad de abrir y desbloquear las listas insulares, otorgándole al individuo un mayor control sobre sus representantes y mejorando los vínculos y la rendición de cuentas entre representantes y representados.

·     Por último y más complicado, el sistema “mantendría la paridad” [Ver Gráfico III] interna si excluyéramos la lista autonómica (de ahí las comillas), rompiendo con incongruencias del sistema actual como que Fuerteventura tenga más habitantes pero menos escaños que La Palma.

 

Santa Cruz de Tenerife

 

Las Palmas de Gran Cana

Tenerife

11

 

Gran Canaria

11

La Palma

5

 

Fuerteventura

5

La Gomera

3

 

Lanzarote

6

El Hierro

3

 

 

 

Total

22

 

Total

22

 

Lo importante del artículo no es este modelo de reforma, es más, afirmo que es la parte menos importante y que sus posibles errores no invalidan el análisis anterior, que es lo realmente importante. Este modelo no es perfecto ni busca serlo, ni siquiera el mejor, probablemente sea incluso inviable con la distribución política actual y el blindaje estatutario del sistema, pero me reafirmo en lo mencionado anteriormente; la perfección en estos caso no existe y solamente es una aportación a un debate que no es baladí y que debe afrontarse más allá de infantilismos y simplificaciones varias y que por ello sale a luz por esta vía. Esta es una propuesta más que busca ahondar en un debate no demasiado rico para lo que representa de pintoresco y en la búsqueda para Canarias de un sistema para contentarlos y  representarlos a todos.

20 may, 2015 - 

 

Fuente: politikon.es/2015/05/20/

 

* Dámaso Luis

 @DamasoLuis