DESCRIPCIÓN
PSICOLÓGICA DE LA SOCIEDAD CANARIA
CONSECUENCIAS
DE LA COLONIZACIÓN
Cristian J. Cruz
Febles2
Omaira A. Darias Reyes3
Resumen
En
la historia de la humanidad, diversas poblaciones llegaron a ocupar territorios
donde otras sociedades desarrollaban un proceso sociocultural propio. Estas
integraciones, en algunos casos, han llegado a derivar en desintegraciones,
formando un continuo que va desde el sometimiento hasta la violencia, que nunca
es estable, ni predecible, ni consistente. Lo cierto es estos procesos llegan a
reformar sociedades que, en la mayoría de los casos, constituyen un conjunto de
elementos definitorios que actualmente denominamos “sociedades
colonizadas”.
Actualmente, gracias a la conformación de
una “psicología moderna” desde diversos paradigmas, podemos realizar un
análisis de los miembros socializados en estas circunstancias y de su
funcionamiento, considerando los procesos y manifestaciones que se observan
desde de los distintos ámbitos de expresión social.
Desde esta perspectiva psicológica, vamos
a tomar como caso particular la sociedad
de las “Islas Canarias”, territorio colonizado, desde hace seis siglos, si
contamos el largo proceso de conquista desde
Palabras clave
Psicología del colonialismo-Síndrome del
colonizado-Endofobia-Dependencia Psicológica-
Aculturación-Deculturación-Identidad-Discriminación-Personalidad Grupal
-Infravalorización- -Complejo de Inferioridad-Fascismo-Imperialismo
Cultural-Desarraigo-Psicología Comunitaria-Prejuicio-Estereotipo.
Resumo
Na história da humanidade, as pessoas
passaram a ocupar diferentes territórios onde outras empresas desenvolveram
suas processo sócio-cultural própria. Essas integrações, em alguns casos,
chegaram a levar à desintegração, formando um continuum da sujeição à
violência, que nunca é estável ou previsível ou consistente. A verdade é que
esses processos vêm para reformar as sociedades, na maioria dos casos, são um
conjunto de elementos que definem hoje chamamos de "sociedades
colonizadas". Hoje, graças à desenvolvimento de uma "psicologia
moderna" a partir de diferentes paradigmas, podemos realizar uma análise
dos membros socializados nessas circunstâncias e do seu papel, processos e
manifestações podem ser vistas de diferentes áreas de expressão social. A
partir desta perspectiva psicológica, tomaremos a sociedade como um caso
especial da "Ilhas Canárias", um território colonizado por seis séculos,
se você contar o longo processo de conquista de 1402-1496. Aqui, através de um
sistema colonial, com muito diferente e original, as pessoas tiveram de
perceber e modelo de seu comportamento, configurando um conjunto de
características psicológicas, descrito por diversos autores como a
"síndrome do colonizado" com a história peculiar e expressão,
dependendo do lugar que tem. Neste sentido, analisando a história das ilhas
"sociedade, vamos destacar o" endophobia "termo como um fator
psicológico no desenvolvimento desta sociedade. O SDC é a conseqüência
psicológica do estado mais notáveis de opressão.
Palavras chave
psicologia da Síndrome de colonialismo colonizados
Psychological endophobia-Unit
Identity-Aculturação-desculturação-Group-Discriminação Personalidade-Infravalorización
- Estereótipo complexo de inferioridade-Fascismo, Imperialismo,
desenraizando-Cultural Psicologia Comunitária, Preconceito.
Abstract
In history,
diverse populations from different places have come to occupy areas where other
people develop their own socio-cultural process. Sometimes, these integrations
have come to lead to disintegration, forming a continuum from subjection to
violence, which is never stable, predictable or consistent. The truth is these
processes come to reform societies, in most cases, forming a set of keys
elements we now call "colonized societies."
Currently, due to
the formation of a "modern psychology" from different paradigms, we
can perform an analysis of members socialized in these circumstances,
considering their role, processes and events from the different angles of
social expression. From this psychological perspective, we will take as special
case of colonized society: the "
Key words
Psychology of
colonialism - Colonized Syndrome-endophobia-Psychological dependence –
acculturation – deculturation - identity-discrimination - Group personality –
undervalue – inferiority – fascism - Cultural imperialism - uprooting-Community
Psychology – prejudice - stereotype
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
INTRODUCCIÓN4
4 Nos gustaría mostrarle nuestro
agradecimiento a todas las personas que nos han apoyado y animado para hacer
realidad este trabajo, así como a las personas que nos invitaron a realizar el
mismo y, como no, al propio lector. De manera especial queremos agradecer su
ayuda a los doctores José Tomás Betancourth, José Farrujia, Antonio Rodríguez,
Jonay Acosta y al catedrático Pedro Hernández.
Este trabajo está realizado para que el
lector se pueda informar desde varios puntos de vista sobre la temática del
síndrome del colonizado y la endofobia. Trata de analizar sus expresiones y derivaciones tanto
psicológicas como sociales, además de su contenido, formación y reflexión. Para
esto vamos a hacer uso de múltiples investigadores, autores, lugares de
estudio, contenidos y ramas de acercamiento desde la ciencia.
Por ello este trabajo está subdividido de
forma que el lector pueda buscar información específica y acceder a ello
salteando información si desea discriminar en su búsqueda. Aunque en opinión de
los autores, para poder tener una idea clara de los resultados de este trabajo,
es necesario reflexionar la totalidad de este estudio. Como ya se comentó, para
realizar un análisis sobre la sociedad, y poder profundizar en aspectos tan
“duros” como son la endofobia y el proceso del síndrome del colonizado, SDC, el
estudio tiene que nutrirse de múltiples disciplinas. La arqueología nos ofrece
una oportunidad para materializar las hipótesis y visiones, siendo necesario
para ello un análisis desde la perspectiva histórica, en la economía se
representan las interacciones sociales en forma de recursos materiales e
incluso inmateriales característicos y consecuentes, la filosofía va a ayudar a
examinar y desarrollar los sistemas de valores aprendidos, entre otros.
Trabajando desde la Psicología, vamos a tratar la forma en que nuestra mente,
en conjunto con las mentes de la sociedad, interactúa, recoge todo el material
del medio para moldear y crear actitudes, conductas, respuestas, percepciones,
sentimientos, opiniones y formar la consciencia sobre el medio en que nos
movemos. Vamos a analizar los formatos de pensamiento característicos del SDC,
los cuales generan patrones complejos de conductas y actitudes, en este caso,
forzados y automatizados desde el bloqueo del entorno social.
Hay elementos históricos, culturales,
sociales y económicos que destacan determinados fenómenos psico-sociales y
pueden facilitar en este caso la expresión y aprendizaje del síndrome del
colonizado. Pero apoyándonos en esta multidisciplinariedad, la valoración con
mejor aplicabilidad social en este tema va a partir desde los conocimientos de
la psicología y, así, finalmente se van a explicar los mecanismos y patrones
mentales que caracterizan al síndrome del colonizado y la endofobia.
El
Síndrome Del Colonizado (SDC) se identifica mediante elementos o factores
objetivos y subjetivos, para los conjuntos de individuos que forman sociedades,
cuyos patrones más destacados se dan en situaciones que han creado
interacciones sociales características de contextos de conflictividad basada en
relaciones significativas para situaciones de colonialismo.
Para comprender la importancia de las
consecuencias que traen consigo los fenómenos analizados en este trabajo y
llegar al núcleo comportamental del SDC y la endofobia, hay que tener presente
durante toda su extensión que según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los
Trastornos Mentales (DSM-IV-TR), la fobia específica se caracteriza por la
presencia de ansiedad clínicamente significativa como respuesta para la
exposición a situaciones u objetos específicos temidos, lo que suele dar lugar
a comportamientos de evitación. Esta ansiedad se puede expresar a priori
mediante el rechazo, malestar, repugnancia etc. Aquí vamos a observar otras
formas de expresión y evitación de ansiedades más peculiares e incluso
sistematizadas mediante el SDC, en forma del producto “endofobia”. Para la Real
Academia Española (R.A.E.) la xenofobia
es una palabra compuesta por “xeno” y “fobia”, considerando “xeno” como lo
externo, tildando así la xenofobia como “odio, repugnancia u hostilidad hacia
lo extranjero”. En cambio cuando buscamos en el Diccionario de dicha Academia
el significado del polo opuesto, la endofobia, no encontramos nada. Por ello
vamos a destacar estas definiciones como conocimiento previo para acercarnos al
término de endofobia y poder llegar al conglomerado que abarca el SDC. Vamos a
profundizar en la definición de la endofobia analizando sus posibles orígenes,
términos afines y las posibles consecuencias del mismo.
Adelantando al lector lo que va a seguir
a estas líneas introductorias podemos decir que uno de los factores más
importantes, la primigenia que impulsa la “endofobia” y el SDC, como tal, es el
colonialismo. Por ello, también se van a describir consecuencias y
características del mismo que afectan principalmente a nivel psicológico en los
individuos que forman las sociedades colonizadas por todo el mundo, sin perder,
como es necesario las visiones a nivel histórico, socio-económico e incluso
político. Así, se va a analizar, con más detenimiento, un ejemplo muy cercano
que los autores perciben cotidianamente, como es el caso de las Islas Canarias.
Para llevar a cabo tal análisis es de obligación hacer
uso de todas las descripciones necesarias sobre los contextos en que se dan
estas actitudes y conductas, haciéndonos
valer para ello de las citas, argumentaciones y ejemplos provenientes de
analistas de las diferentes situaciones de colonización y/o endofobia.
Referencias provenientes de ramas como la psicología, psiquiatría, ciencias de
la educación, filosofía, historia, sociología e incluso agronomía nos ayudan a
encontrar así el camino para explicar cómo pueden afectar tanto estos sistemas
perjudiciales al ser humano que se encuentra sometido, como a sus aspectos más
comunitarios o colectivos.
Los devastadores efectos de la II Guerra
Mundial, e incluso sus aportaciones para la ciencia han sido y seguirán siendo objeto de estudio y análisis.
Ahora es de obligación explorar más hechos históricos que causaron similares
conflictividades y consecuencias sociales, y que por otra parte, siguen
afectando de forma sistemática a las sociedades. Por ello profundizaremos de
manera amplia en las referentes situaciones de discriminación social. El
silencio implicativo o el estar ligados al fascismo, han limitado el desarrollo
de la psicología hacia los caminos del interés de estos sistemas y órdenes
sociales, así no dejaron al estudio dicho órdenes sociales, y el papel activo y
necesario de la psicología para actuar sobre estos hechos y lugares de vivencia
para las sociedades.
Para llegar a un ejemplo global, pero
direccional, seguimos a Galeano, en “Patas arriba, el mundo escrito al revés”
el autor representa varias afirmaciones a destacar de diferentes personajes de
autoridad para la ciencia, por ejemplo: Voltaire afirma que “los negros son
inferiores a los europeos, pero superiores a los monos […]”, el que nunca puede
faltar en la educación occidental, David Hume expone que “[…] el negro puede desarrollar ciertas
habilidades propias de las personas, como el loro consigue hablar algunas
palabras […]”, Etinne Serres que “[…]los negros están condenados a ser
primitivos, porque tienen poca distancia entre el ombligo y el pene […]” y
Francis Galton, padre de la eugenesia, método científico para impedir la
propagación de los ineptos, afirma que “[…] un cocodrilo jamás podrá ser
gacela, ni un negro jamás podrá ser miembro de la clase media […]”.
La anterior descripción muestra los
cimientos de una educación y ciencia fruto del “mundo occidental”, la
referencia es hacia las personas de “piel negra”, las cuales, tras la
comprensión de los análisis de este trabajo, llegamos a concluir que estas
tácticas de opresión y prejuicio social se han generalizado hacia más
colectivos por diferencias raciales, colectivos étnicamente considerados
inferiores, e incluso a colectivos que presentan simplemente diferencias
culturales o de estatus socioeconómico.
La trascendencia histórica y humana del
colonialismo ha sido más grave que la destacada segunda guerra mundial, tanto
en repercusión y marco del camino de la historia, en pérdidas humanas,
conflictos entre grupos de poder, discriminación, como en pérdidas socio-culturales
y humanas. La segunda guerra mundial ha generado posteriormente grupos que
defienden los principios que trasgredieron tal conflicto, pero el colonialismo
ha generado un orden y una mentalidad y esquema de conocimiento casi a nivel
mundial, que tanto de forma sutil como directa ha sido establecida para
permitir la prolongación del colonialismo a lo largo de la historia, esto junto
al mayor coste y núcleo de pérdida generado por este proceso con respecto a la
indeseable segunda guerra mundial, ha generado una confusa repercusión de un
evento sobre otro, lo cual ha permitido que mientras las repercusiones de la
segunda guerra mundial se limiten cada vez más, las repercusiones del
colonialismo se mantengan o agraven, y sobretodo no se reconozcan. Uno de los
principales agravantes que mantiene el colonialismo sobre la segunda guerra
mundial, es el soterramiento de los
procesos y consecuencias en lo sutil. Así en el campo que toca a la psicología
se observa como necesario que se traten las repercusiones del colonialismo para
que las consecuencias negativas se puedan ir paliando y sobretodo bloqueando,
para que no se repitan continuamente en el devenir actual. Y los esquemas que
promueven la tolerancia hacia estos tipos de discriminación y agresividad
social se puedan reconocer, sensibilizar, recortar y que se estudien como un
pasado en plena superación.
Por lo tanto nuestro objetivo primordial
es descubrir este mundo, hacer que se hable de la endofobia y el SDC, que el
lector juzgue por sí mismo y supere prejuicios y estereotipos, que se despoje
de toda autolimitación psicológica e intente comprender y asimilar este
concepto. Además, otro de nuestros objetivos, es intentar demostrar que las
Islas Canarias fueron colonizadas psicológica además
de económica y socialmente, y que aún -en la actualidad- esta sociedad presenta
profundas características que son consecuencias de ese proceso, respondiendo a
un patrón específico como es el síndrome del colonizado, generando lo que
podríamos llamar “endofobia canaria”.
MARCO TEÓRICO
El análisis del llamado Síndrome Del
Colonizado y la endofobia se tiene que centrar desde las formaciones más
complejas y compuestas, por un nivel inter-social, hasta los niveles más
elementales, los individuos. Por lo tanto, hay que tener en cuenta a las
sociedades en su conjunto en base a sus propias características de formación,
dinamismo e influencias. Al ser un tema amplio en perspectivas, es necesario
basarse en un marco teórico que argumente y complete cada punto de esta temática,
con ello se pretende facilitar su
entendimiento desde una interpretación Psicológica.
El objetivo principal de este trabajo es
proporcionar una descripción y explicación desde el punto de vista psicológico,
por lo que hay que desarrollar una vía de acceso al estudio del ser humano,
destacando su análisis como entidad social. En este sentido recabamos apoyo en
las teorías sobre el funcionamiento e intercambio entre persona y sociedad.
Entre estas teorías, cobra gran relevancia la Psicología Vigotskiana, la cuál
va a servirnos de hilo central para los elementos más básicos. Esta escuela
Psicológica va a encauzar el objetivo de mantener una linealidad estructurada
para argumentar los datos, casos, ejemplos y demás elementos para el
conocimiento y la comprensión de la endofobia y el SDC.
De esta escuela, es importante destacar
la forma de entender la “construcción colectiva” de las funciones e
interacciones del individuo. Empezamos destacando la especial atención que
ofrece Vygotsky a la herencia social de las cualidades y facultades
psíquicas. Así, añadimos que según el materialismo histórico y dialéctico
los cambios de índole histórica que se producen en la sociedad y en la vida
material conllevan, al mismo tiempo, otros cambios en la “naturaleza humana” a
nivel de consciencia y conducta. La historia influye en las formaciones
psicológicas de los individuos mediante las interacciones sociales, y,
especialmente la dinámica cultural. De esta forma acordamos un punto de
encuentro psicológico e histórico cultural: “el proceso histórico se entiende a
partir del análisis de los fenómenos colectivos, y la subjetividad, al estar
determinada culturalmente, puede estudiarse objetivamente” (J. Farrujia, 2003).
Para Vygotsky el cambio evolutivo en la
vida de los individuos se sustenta en la sociedad y la cultura, así para
entender la conducta es necesario conocer la historia de la conducta. De esta
forma podemos enlazar el análisis histórico y social que se describe en este
trabajo, llegando hasta el nivel psicológico en las sociedades afectadas. De
esta manera se torna muy relevante la función del aprendizaje en los seres
humanos a la par que en el conjunto de las sociedades. Los seres humanos crean,
forman y reforman cultura y sociedades, además generan un bagaje de
aprendizaje individual y colectivo. De esta forma, tanto los individuos
forman lo colectivo, como lo colectivo forma a los individuos. Lo objetivo
siempre se vuelve en contra del colonizado.
Vigotsky, en relación al aprendizaje
realiza una separación entre funciones de la mente humana; las elementales y
las superiores. En primer lugar, las funciones elementales se tornan como
directamente relacionadas y determinadas por los estímulos procedentes del entorno.
En el siguiente estadio nos encontramos a las funciones superiores (2006,
Vigotsky). El rasgo principal sería la estimulación auto-generada en forma de
estímulos creados en la sociedad, que se convierten así en las causas
inmediatas de la conducta.
Asimismo este autor designa como “internalización”
la “reconstrucción interna” de una operación externa al ser humano. De esta
manera se explica que las funciones psíquicas superiores se gesten inicialmente
dentro de la colectividad y después se conviertan en funciones psíquicas de la
personalidad individual (2006, Vigotsky, p.68). Llegados a este punto hemos de
destacar la herencia social de la personalidad, siendo el primer paso de
formación de ésta el contacto colectivo. Es decir, que el desarrollo
ontogenético de la psiquis del hombre está determinado fundamentalmente por los
procesos de apropiación de las formas histórico-sociales de la cultura. De esta
manera las funciones del desarrollo del niño comienzan inicialmente en forma de
relación social o actividad colectiva dentro de una categoría “interpsíquica”
(entre individuos) para después por medio de un proceso de interiorización, en
forma de actividad individual, transformarse en una categoría “intrapsiquica”
(interior al individuo). [En base a (Vigotsky, 2006)]. Vygotsky identifica como
lo primero, lo colectivo, y en consecuencia, lo individual.
En la adquisición de la cultura al igual
que cualquier otro tipo de aprendizaje, tiene un importante papel el “área de
desarrollo potencial” del individuo que recibe educación, este “área” no es más
que la diferencia entre la cantidad de aprendizaje que asumiría un individuo
con ayuda externa y la que poseería si este aprendizaje tuviera lugar sin
recibir dicho apoyo. Es la cantidad de aprendizaje que suma una ayuda. Esta
teoría de aprendizaje propone así una “zona de desarrollo potencial”, la cual
nos informa que el aprendizaje significativo mayor necesita de un componente
externo al individuo, un factor social en el que se apoya finalmente el
desarrollo.
La fuente del desarrollo psíquico del
niño, se destaca como la experiencia social, siendo necesario hacer especial
hincapié en las condiciones de vida, la educación y la mediación del adulto y
la sociedad. Se trata de un material recibido por el niño con el que se
construirán las cualidades psíquicas y las propiedades de su personalidad. Así,
en síntesis con la maduración orgánica está la historia cultural, formándose
como elementos del desarrollo. Hay que prestarle especial importancia a la historia
cultural como elemento que afecta directamente al desarrollo psicológico de
cada niño, la futura población adulta. Junto a ello recordamos que el ser
humano está en continuo aprendizaje, por
ello, esta historia cultural, forma la “Psique” desde niños, y sigue reformando
la mentalidad durante el resto de las experiencias y vivencias.
Primero, el desarrollo psicológico sería
de forma interpsicológica, entre individuos, en sociedad y después
intrapsicológica, a nivel individual. Algunos elementos psicológicos destacados
por Vygotsky para este proceso son “la atención voluntaria, la memoria lógica,
la formación de conceptos y el desarrollo de la volición” (1979, James, V.,
p76). Para ellos, hay que tener especial importancia en este trabajo, este
proceso de formación para la memoria lógica y la formación de conceptos,
nuestro conocimiento en forma de conceptos. Estos nos indican los significados
que le damos a los elementos que percibimos con nuestra experiencia, formamos
consciencia, a la natura psicológica le añadimos cultura psicológica.
Así, se deduce que “la naturaleza
psicológica humana representa la superposición de las relaciones sociales
interiorizadas que se han transformado en funciones para el individuo y en
formas de la estructura individual, la dimensión social de la conciencia es
primigenia en tiempo y hecho, la dimensión individual de la conciencia es
derivada y secundaria” (1979, James, V., pp. 30- 75)
Es importante, para enlazar estas
explicaciones con las descripciones sociales que se van a tratar, comprender
qué; “para entender al individuo, primero tenemos que entender las relaciones
sociales en que éste se desenvuelve” (...) Y, “dado que en el proceso del
devenir histórico se van modificando las condiciones sociales generales en las
cuales se desarrolla el niño, también cambian los contenidos y los métodos de
enseñanza”(...) En este sentido, la internalización “transforma el proceso en
sí mismo, cambiando su estructura y funciones, modificando así los esquemas de
conocimientos y conceptos de los individuos”(1979, James, V., p75). No es una
simple entrada de información, sino la creación y formación de una consciencia
a la que le introducimos continuamente información. La cultura trasforma,
estructura y da significados a nuestra mente, como son los contenidos y la
personalidad.
Esta consciencia no sólo ejerce un
funcionamiento de entrada de información, sino una función constructiva, e
interpretativa. Así, la consciencia recibe información y moldea el mundo
exterior. “El dominio de la naturaleza y la conducta están muy relacionados, ya
que la alteración de la naturaleza por parte del hombre altera, a su vez, la
propia naturaleza del hombre” (...) “Cambia la naturaleza con herramientas y
trabajo humano, y así, se transforma también a sí mismo”. (1979, James, V.). La
consciencia recibe información, la transforma, construye e interpreta, pero
hace el mismo proceso como expresión, genera información, construye, moldea y
transforma el agente del exterior, el medio, la sociedad. La consciencia está
en continua transformación y continuamente transformando.
Con respecto a la temática de los
lenguajes, lenguas y demás sistemas de comunicación va a ser necesario estudiar
estos sistemas socializados desde la psicología y la lingüística. Vygotsky nos
explica que “el desarrollo del lenguaje, por ejemplo, pasaría primero
por una etapa social para posteriormente evolucionar hacia el lenguaje
egocéntrico y por ultimo interiorizado”. Tras ello destacamos la carga
social de los elementos lingüísticos que se van a analizar, carga que va a
interiorizar el individuo a lo largo de su desarrollo y formación como
parlante.
Sumado a lo destacado anteriormente, la
carga de los elementos lingüísticos son de vital importancia para el proceso de
interiorización. Van a aumentar la cantidad de información, estructurar y
formar el sistema de almacenaje y comprensión de la información. Los elementos
lingüísticos van a describir de forma única todos los elementos informativos
que poseemos, siendo el propio lenguaje el acento y la personalización que
usamos para describir nuestra información. El lenguaje sería el conducto de
sentimientos y significados de nuestro trasvase de conocimientos, sería la expresión
y la cualidad de nuestros pensamientos y experiencias.
Del mismo modo, observamos como en el
estudio psicológico de lo meramente individual, el contexto social, histórico y
conductual es un elemento que puede llegar a ser muy determinante en el
desarrollo de las funciones psicológicas de los individuos. Las sociedades afectan
a las formaciones psicológicas individuales y además, si la sociedad en la que
está inmersa la persona se caracteriza por procesos agudos que son compartidos
y relativamente estabilizados como
procesos represivos culturales prolongados, económico-financieros o conflictos
étnicos, encontramos que este fenómeno se acentúa aún más.
Ahondando desde otra perspectiva, vamos a
observar como describe la rama del cognitivismo al apartado cultural, aprendido
mediante los procesos sociales, y su posterior formación en la personalidad de
cada individuo. Así, para esta rama no tan alejada de este aspecto de las
teorías del constructivismo colectivo, se destacaría, rotando en base a la
formación de la personalidad, como apartado cultural la siguiente forma; “la personalidad
desempeñaría una función esencial para afectar la forma en que las personas
moldean sus vidas. En este sentido se piensa que los rasgos de personalidad son
fuerzas que influyen en la forma en que pensamos, actuamos y sentimos” (Larsen
y Buss, 2005). La característica cultural se tornaría como “la más difícil de
describir, debido a que la naturaleza de la interacción persona-ambiente es
compleja [...] las interacciones con situaciones incluyen percepciones,
elecciones, evocaciones y manipulaciones. Las percepciones se refieren a las formas
en las que vemos, o interpretamos en un ambiente [...] la característica
central de la personalidad se refiere al funcionamiento adaptativo” (Larsen y
Buss, 2005, p9).
Los mismos autores reconocen el hecho
diferencial de pertenecer a un grupo u otro en la sociedad, ya que recae sobre
las características de la personalidad, existiendo características comunes en
un grupo que lo hacen diferentes de otros. La causa de estas diferencias son en
su mayoría las culturales. Asimismo, con respecto al dominio social y cultural destacan
que la personalidad afecta, y se ve afectada, por el contexto social y
cultural.
Llegados a este punto es importante
resaltar lo que para quienes escriben estas líneas es la mejor aportación de
los autores Larsen y Buss a este trabajo, y no es más que las “diferentes
culturas pueden resaltar diferentes facetas de nuestras personalidades en el
comportamiento manifiesto”. Larsen y Buss ponen el ejemplo de los polos de
actitud pacífica vs violenta. Su expresión puede ser manifestada según lo que
es aceptable y fomentado por una cultura, la sociedad moldea la personalidad al
alentar o desanimar comportamientos específicos. La sociedad en su cultura,
fomenta o bloquea unos tipos de conductas y unos objetivos u otros.
Bajo la idea de que la personalidad es
crucial en aspectos fundamentales del desarrollo y formación del ser humano;
“se ha venido desarrollando un nuevo enfoque con fundamentos teóricos distintos
a los establecidos por la psicología de la personalidad anglo-americana, del cual
Fernando González Rey es uno de los principales exponentes en América Latina.
En el mismo se logra un nivel de explicación de lo psíquico en el que se
concretan un conjunto de principios esenciales que sirven de base a todo el
desarrollo ulterior del estudio de la personalidad”. (Alba Nydia y cools, 1986)
Los
principios de esta rama se reflejan en el siguiente cuadro;
1. El carácter esencialmente
socio-histórico-cultural de la formación psíquica del pensamiento y de la
personalidad. 2. El carácter activo del reflejo
psíquico de la realidad del ser humano.
3. La tendencia orientadora de la
personalidad -concepto elaborado por Fernando González Rey- que expresa las
direcciones principales hacia las cuales se orienta esta, refiriéndose a la
expresión consciente de una serie de motivos rectores que encarnan las
aspiraciones principales del ser humano.
4. La capacidad de transformación del
ser humano expresada en la relación dialéctica del individuo y la sociedad,
dinámica mediante la cual la personalidad adquiere carácter socio-histórico y
la sociedad es transformada por el ser humano. 5. La autovaloración como forma
superior de la autorregulación de la actividad que designa la dimensión
dinámica-valorativa de la conciencia. Los contenidos de la vida psíquica
adquieren carácter direccional al pasar por el proceso de autovaloración y se
convierten en experiencia interna valorada con sentido positivo o negativo. |
(Alba Nydia y cools, 1986)
Los principales apoyos
los vamos a concretar en aspectos importantes como son la formación
socio-cultural del ser humano, su efecto en
el aprendizaje, cultura, lengua y
personalidad, terminando en el importante factor según González Rey de; la autovaloración
y autorregulación de los contenidos de la vida psicológica según la
consciencia, todo ello, mediado por la formación cultural.
Debido a la amplitud
teórica del tema a tratar, y a pesar de su poca investigación, esta búsqueda se
ha caracterizado por sorprendernos desde múltiples paradigmas, modelos o puntos
de vista desde donde observar dicha dinámica cultural. Por ello, tras concluir
la estructura teórica que vamos a seguir, y que acabamos de integrar en base a
la formación de la personalidad cultural, social, y consecuentemente psicológica,
también se van a nombrar multitud de enfoques que reflejan el SDC. Acercándonos
a uno de ellos, vemos necesario comentar
las explicaciones que se acercan a este trabajo desde la perspectiva del
psicoanálisis. Encontramos varias de la mano de autores como Jung y su
“inconsciente colectivo heredable” generación tras generación. Pero también son
de vital importancia las teorías que versan sobre los mecanismos de defensa,
encargados de minimizar las consecuencias de eventos con alto contenido
estresante. Para nuestro tema se usarían en un intento de minimizar la
agresividad recibida mediante un abanico de diferentes actitudes y conductas
producto del proceso de colonización pseudo-adaptativas para el sufrimiento,
pero mayoritariamente disfuncionales. En este caso, el uso de los mecanismos de
defensa se va a extrapolar a sociedades, y éstos se pueden materializar en las
siguientes formas: auto-represión, mecanismos de salida como es la explotación,
agudizar la manipulación social, intrapunición, autocastigo, proyección,
racionalización, formación reactiva, regresión, introyección, negación,
condensación, válvulas de escape de agresividad etc. No nos podemos detener a
profundizar en este apartado las características de cada mecanismo de defensa
en las sociedades colonizadas, por ello, va a ser más adecuado tratarlos cuando
se profundice en la descripción de la interacción colectiva en las sociedades
que abarcan este estudio, pero vamos a adelantar algunos autores que infirieron
descripciones de la psicología canaria mediante estos tipos de teoría.
Diversas concepciones
del Catedrático Manuel Alemán, punto de apoyo para la descripción de estos
mecanismos en la sociedad Canaria, van a complementarse con este trabajo a la
hora de describir los elementos forjados en la “personalidad canaria” y
su “desarrollo cultural y psico-social”.
Es de gran apoyo para
buscar el fomento del desarrollo socio-personal de los individuos de una
cultura, sociedad e incluso etnia el nutrirnos de la Psicología Humanista. Para
el movimiento humanista o el denominado “movimiento de la tercera vía” el
desarrollo personal es una tendencia hacia la actualización y, el ser humano
sería “un ser que se esfuerza hacia el crecimiento y desarrollo más que
meramente hacia el mantenimiento de la estabilidad” (Maslow, 1970) .El mismo
autor defendería una jerarquía de necesidades, generadoras de motivaciones, más
conocida como “la pirámide de la motivación humana de Maslow” donde las
motivaciones más esenciales serían las físicas o fisiológicas como por ejemplo
el alimento, el deseo sexual y el descanso. Así, el siguiente nivel lo
formarían la motivación basada en la seguridad física sirviendo como ejemplos
la vivienda, seguridad física y salud. El tercer nivel estaría formado por la
afiliación como la amistad y el afecto. El cuarto nivel estaría determinado por
el reconocimiento, aquí tendría cabida el auto-reconocimiento, la confianza y
el respeto. Y en la cúspide de la pirámide, encontramos el nivel de
autorrealización donde se encontraría la moralidad, creatividad, falta de
prejuicios, aceptación de hechos y similares. Según este autor, una persona
tendría que ascender nivel a nivel a medida que satisface cada uno para ir
encontrando las motivaciones siguientes, por ejemplo, sin tener las necesidades
más básicas satisfechas (físicas y seguridad) el individuo no podría pasar al
siguiente nivel y pasar a deseos más elevados como es la autorrealización.
Es verdad que la “no
necesidad” de las necesidades básicas tiende a limitar actualmente al individuo
en la capacidad y los recursos para “trabajar” el siguiente nivel de
necesidades, pero en este caso se va a exponer como la cultura y las diferentes
tipologías de sociedades pueden influir y condicionar los pasos y tipos de
valoración entre estos niveles. Estas influencias generan nuevas relaciones
entre los niveles, modifican el camino a recorrer en este tipo de clasificación
normal donde el individuo tendría jerarquizadas las necesidades que ha de
atender.
Dentro del movimiento de
la tercera vía, Tageson, destaca sobre el apartado que Maslow denomina como la
cúspide de las necesidades humanas, que,
“esta tendencia a la actualización es más que un concepto biológico”. Para él,
la tendencia a la actualización y crecimiento tiene relación con el self
como centro de intencionalidad y búsqueda de significado” (Tageson, 1982). El
self se encuentra intensamente relacionado con la identidad que forma
parte de la autopercepción del individuo. Esta identidad estaría formada
por la comparación de los individuos, lo que no se asemeja entre sí, se opone,
por ello la identidad se genera tanto en base a lo común como en forma de
oposición. La afirmación de un grupo se hace para que éste se diferencie de
otras personas o grupos, así; “la presencia de otro está entonces en
la base del concepto de identidad” (Colombres, A, 1991, p63).
La existencia de la
identidad psicológica se puede dividir en personal o individual. La primera de
ellas, estaría compuesta por elementos, rasgos y circunstancias que diferencian
a las personas, aunque no llegaría a lo más profundo de la persona,
relativamente su personalidad, si identificaría al individuo. La social o
colectiva sería fruto de la pertenencia al grupo. Las características de la
identidad social permiten a una sociedad, grupo o comunidad que se distinga de
otros y que el individuo se reconozca como miembro del mismo, así como el
conocimiento y adaptación a sus rutinas y eslabones culturales.
La funcionalidad de la
identidad; la identidad, surge tras las asimilación de las diferencias y
similitudes que nos ayudan a encontrar nuestra definición, la imagen que
creamos y creemos de nosotros, mantiene un aspecto funcional en el ser humano y
las sociedades. La identidad nos identifica con comportamientos congruentes o
incongruentes, nos guía en la evaluación de comportamientos, que tras resonar
en la identidad, se evalúan como congruentes, positivos, negativos,
incongruentes, ideales, o funcionales finalmente. La identidad se nos
representa en forma de imagen de los aprendizajes repercutidos por el bagaje
cultural, o por nuestra psicología más individual. Así, nuestra identificación,
nos orienta hacia unos aspectos más determinados que otros. Además, la
identidad puede ser una auto-potenciadora del apoyo social. Nuestras
percepciones de pertenencia de los grupos, y las
auto-valoraciones de éstos nos hacen compartir y comunalizar aspectos de
la vida, que pudiendo ser positivos o negativos, ayuda a que se compartan,
asemejen, y finalmente apoyen, puede ser un generador de complementariedad.
Los ataques a la
autoestima no surgen desde la propia identidad, en un principio, es algo que se
quiere exponer desde afuera, ya después la representación con lo de afuera
puede modificar la identidad hasta el punto de que se interioricen esos
ataques, y la identidad se falsifique con la identidad misma protagonista de
las agresiones.
El movimiento
psicológico de la tercera vía se fundaría con la creencia de que la capacidad
humana es única para la conciencia reflexiva y en la de que es esta
capacidad, la que puede llevar a la auto-determinación y la libertad.
Las formas de desarrollar esta capacidad en el funcionamiento humano pasarían
por la elección y el deseo de actuar. Así el individuo llegaría a estar
determinado, además de por su pasado o ambientes, por el ser un propio agente
de la construcción de su mundo, es decir, por su propia percepción del mundo.
Ello no impide que aparte de las diferencias que tienen todos los individuos,
se desarrollen las semejanzas fruto del desarrollo colectivo y la
interiorización de estos conocimientos. Así encontraríamos una consciencia
individual que, descendiente de una consciencia social, tiene que ser trabajada
para alcanzar unos niveles de auto-realización que dotarían al individuo de
herramientas y estrategias para alcanzar su propio desarrollo.
Para tal desarrollo
también es necesario destacar a la educación tanto desde la perspectiva
psicológica como pedagógica. La educación a diferencia de la cultura es un
proceso de aprendizaje donde un educador influye a un educando en un contexto
determinado, mediante una metodología y metas determinadas.
La educación influye en
la formación de la percepción cultural grupal y social, fomenta y limita su
imagen, participación, formas de verla, usarla, valorarla, construir las
propias identidades, e incluso “de forma asombrosa, la propia felicidad”
(Hernández, P., 2006). Un ejemplo aplicado al estudio del SDC sería la mejora
de aspectos auto-restringidos. Al ser la educación un imprescindible valor como
medio para el alcance del desarrollo y
auto-desarrollo. La identidad y existencia “se desarrollan en el mundo de la
cultura, siendo la cultura un aspecto indispensable de la educación, pero, por
otra parte, la educación genera cultura (...) la educación sería imposible sin la interacción con un
medio sociocultural” (Hernández, P., 2006). De la misma forma que la educación
influye en estos aspectos sobre la cultura, ésta media en la educación, no sólo
en contenidos, sino en su formación,
modelado y finalmente en los resultados educativos.
También se van a
describir aportaciones de autores sobre psicología de la educación aplicada a
la temática Canaria, como es Pedro Hernández, en su descripción psicológica de
la personalidad Canaria, o como Antonio Rodríguez, en su estudio sobre la
psicología Canaria desde el ámbito infantil. Con el apoyo de estas teorías va a
ser más comprensible y fácil de relacionar el funcionamiento psico-social en
relación a los estados de hegemonía-discriminación consecuentes del proceso o
estado de colonialidad. Así, las pautas de actuación, actitudes y demás
elementos culturales presentes en estas sociedades, se van a poder relacionar
con las formas de entender el comportamiento humano.
En el estudio histórico
de la sociedad canaria, las descripciones se van a apoyar en una línea de
autores materialistas, los cuales fueron elegidos por el arqueólogo J.
Farrujia. Es dicho investigador el que
mayor coherencia va a generar en la descripción de la línea de hechos
históricos que conllevan los fenómenos del síndrome del colonizado y la
endofobia en el terreno canario, destacando el desarraigo cultural y
etnográfico además de la desestructuración del conocimiento sobre la
formación de la sociedad Canaria. El análisis arqueológico es fundamental en
esta investigación, ya que analiza de forma fehaciente los fenómenos sociales
relacionados con el llamado síndrome del colonizado; desvelando la creación de
tópicos, deformaciones del estudio y relato histórico, generando una gama de estereotipos,
pautas y forzado de patrones que interaccionan con el self identitario de
la sociedad Canaria. Esto afecta de lleno a la actividad colectiva más activa
como las actitudes, conductas y desarrollo y, a la pasiva como la psiquis y las
percepciones.
Para comprender la descripción de los rasgos
características que se expresan en los formatos de SDC y endofobia,
particularmente en Canarias, y de forma similar en otros lugares, hay que
remontar las explicaciones desde las primeras formaciones sociales que confluyeron
en sendos territorios, y hacer especial hincapié en el proceso socio-histórico
que formó estas variaciones en la psicología de quienes padecieron estos
procesos, como fue la colonización y es
además de ella la actual homogeneización brindada por el proceso de
neocolonizaicón. Si pudiéramos tener acceso a las “mentalidades” de las
sociedades precoloniales, podríamos descubrir las diferencias en las formas de
asimilar el similar proceso de colonización en cada una de ellas. Por ello, las
diferencias entre las actuales sociedades colonizadas se pueden deber a las
diferencias anteriores al proceso en tales sociedades. Una vez comenzado el
proceso de colonización y sus derivados, como es la deculturación o
aculturación, se empiezan a homogeneizar las características de estas
sociedades, las cuales aquí estamos ensamblando en el SDC. En el caso de Canarias, se va a hacer
especial hincapié en la relación y carga psicológica que mantiene la actual
sociedad con su raíz precedente en el SDC, la sociedad pre-colonial, la
indígena, ya que es la raíz que más conocimiento y relación mantiene con los
autores de este trabajo. El conglomerado de efectos sobre estos intervalos
históricos es básico para generar los efectos formarían el SDC en la sociedad
actual de Canarias.
En el período temporal
de estudio para el trabajo del Dr. José Farrujia De la Rosa, se genera un
entramado de representaciones sobre la realidad en forma de ideas, siempre en
relación con el condicionamiento de la sociedad construido por la guerra
social que se generó a raíz la colonización del territorio Canario por parte de
las sociedades con intereses en aculturizar y hegemonizar a la población
canaria. (1342-1969); “Tales ideas se
dan bajo la forma de diversas representaciones del mundo y, por ende, tales
ideas condicionan, a su vez, las representaciones de la propia realidad
indígena canaria, la raigambre y procedencia de los primeros pobladores de
las islas. Estas representaciones, por tanto, no son objetivas ni científicas,
simplemente están llenas de elementos imaginarios, de forma que más que
describir una realidad, expresan deseos, esperanzas, nostalgias. Las ideologías,
no obstante, pueden contener elementos de conocimiento, (...) en la mayor parte
de ellas predominan los elementos que tienen una función de adaptación a la
realidad base, consideramos que las circunstancias y las condiciones, los
procesos y los desarrollos supraindividuales se hallan en un primer plano, por
delante de los acontecimientos y las personas particulares. Por ello es
imprescindible prestar atención a los contextos históricos, a los márgenes de
actuación, a las posibilidades de las experiencias y a las acciones humanas en
la historia, es decir, a los fenómenos colectivos”. (Farrujia, A.; 2003, p31)
En el caso concreto del
ámbito cultural, “consideramos que existe una cierta coherencia entre todos los
sistemas o los niveles en los que se expresa una cultura (social, económico,
material, tecnológico, lingüístico, etc.), porque la cultura está estructurada;
o lo que es lo mismo, está atravesada por un orden de significación que
se expresa en todos y cada uno de esos niveles” (Farrujia, A.; 2003, p31). Así
la estructura va a estar afectada por el dinamismo sociocultural, y desde este
estudio, el dinamismo sociocultural va tener una relación recíproca con el
dinamismo individual que en su conjunto forman la sociedad. Crean una
interacción que se representa desde las características de los conglomerados
que forman la “personalidad”, la descripción de la adaptación de lo psicológico.
Cuando el concepto de personalidad se interpreta meramente para el grupo,
colectivo etc. pasa a llamarse “Sintalidad”.
El punto de conexión
entre la psicología y la arqueología la encontramos en el individuo como
“agente de cultura”, como “expresión de la estructura vigente en cada momento”;
“la subjetividad de un individuo es expresión de la estructura que le da forma;
no es importante la subjetividad individual, sino la colectiva o social. Y ésta
se puede estudiar científicamente, objetivamente, porque no se trata de un
hecho psicológico, sino de la estructura cultural”. (Texto de Farrujia,
2003 en base a Althusser, 1999 [1968]:
52; Foucault, 2001 [1969]: 16; Lévi-Strauss, 1990 [1973]: 15; White, H., 1992b:
28-29; Hernando, 2002: 43; Kocka, 2002: 73).
En este estudio no se va
a relegar la subjetividad individual bajo la colectiva, sino que se va a
destacar la colectiva como la dinámica cultural, que va a afectar a la
subjetividad individual en un plano psicológico. Este nivel recibiría los
dinamismos y formaciones sociales como input o entrada de información, y
activaría como output la concordancia o estancamiento con esta actividad
social. Pero el nivel psicológico individual es el punto final que va a mostrar
el sufrimiento, logro, nivel de asimilación, alimentación y participación que
va a generar el dinamismo social, padeciendo cada persona que compone esta
sociedad de forma única y vivencial esta característica, la cual se mantiene en
un continuo que llega al límite de la problemática. Estas características como
estamos viendo, se generan desde el ente social para afectar a cada persona en
su nivel más “interiorizado”.
La consciencia social
sería principal y colectiva, mientras que la individual derivada de ésta, y por
ello, aunque no menos importante, con una relación indirecta con el
constructivismo social, necesitando así un paso por la consciencia colectiva.
De ésta forma, ya mantenemos un campo de apoyo para el estudio de la
consciencia primigenia, ofrecido por los autores trabajados por Farrujia junto
a él mismo. Así ubicamos a la arqueología e historia en la descripción y análisis de la
“consciencia social.”
La clasificación no la
realizamos en nivel de importancia, sino, siguiendo a Vygotsky, según cual va
primero. Este problema socio-cultural fue y es vivido de forma diferente por
cada habitante que ha formado parte de las sociedades que lo han padecido,
desde lo largo de la historia hasta la actualidad, y desde cada individuo que
se socializó en estos contextos.
Como intermediario de la
relación entre “consciencia colectiva e individual”, además de punto de
encuentro y modulación como promotor de unas características específicas y la
oposición de otras, e intermediación en el efecto más cercano a lo individual
lo encontramos en la autovaloración y autorregulación, los aspectos destacados
para Fernández Rey.
Y así encontramos un
punto en común con Vygotsky al destacar que para entender al individuo, primero
tenemos que entender las relaciones sociales en las que éste se desenvuelve. Y
junto con la dialéctica Marxista destaca el que “la naturaleza psicológica
humana representa la superposición de las relaciones sociales interiorizadas
que se han transformado en funciones para el individuo y en formas de la estructura
individual” (James, V., 1979, 1981b, p75, p164). Así, se conoce ya una línea
estructural de la cultura, como formación social, y tras esta nueva aportación
una línea estructural de la psicología humana, también como formación social,
necesitando del proceso de interiorización. Así, vamos a enlazar el trabajo
arqueológico con la formación social de la psicología humana de los individuos
socializados y socializantes para la sociedad canaria, recalcando, de igual
manera, la subjetividad social, con la vivencia y experiencia individual de
cada individuo de la sociedad canaria.
DEFINICIONES Y ACLARACIÓN DE CONCEPTOS
El objetivo de este apartado es que el
lector se familiarice con los términos relacionados con el tema a tratar.
Además aprovechamos para intentar buscar un sentido al término endofobia, ¿Por qué y cómo apareció? ¿Qué otros términos
están relacionados? ¿Qué significa? ¿Existe endofobia en mí alrededor, en mi
sociedad? ¿Somos capaces de percibirla? ¿Somos conscientes del tipo de
discriminación que genera? ¿Qué elementos pueden identificar la generación de
endofobia? ¿Somos conscientes de las consecuencias? Ya nos adelanta el Doctor
José Tomás Bethencourt Benítez el desconocimiento generalizado de este término,
especialmente en las sociedades afectadas por el mismo.
Se van a realizar multitud de análisis
desde lo global, sobre grandes organizaciones, grupos, clases o procesos
histórico-políticos. Todo nos lleva a una conclusión final sobre lo individual,
sobre las influencias y formación de la conducta, y la cognición-mentalidad
individual, que, a su vez, mantiene un papel activo y recíproco con la sociedad
y la continua reformación cultural.
Comenzaremos el recorrido por el término “etnia”
pues, según nuestra opinión, es el término base de todo este entramado. Así
según el Diccionario de la R.A.E la etnia es “una comunidad humana
definida por afinidades raciales, lingüísticas, culturales, etc.”. Teniendo en
cuenta que a lo largo de la historia se han librado batallas entre etnias,
pueblos o civilizaciones obteniendo algunas veces como resultado la unión de
los mismos
o el sometimiento de unos a otros, nos podemos preguntar cómo
un determinado grupo social veía al otro y viceversa, lo que nos lleva al
estereotipo. Según Walter Lippmann, un periodista que en 1922 definió el
término estereotipo de la misma forma en la que lo conocemos hoy, los
estereotipos son “retratos en la mente”; lo cual explicaron Smith, E.R., y
Mackie, D.M., en su libro “Psicología Social”, afirmando que dichos retratos son
“imágenes mentales simplificadas de cómo son vistos los grupos y qué hacen”. En
relación a esto, nos encontramos con la Teoría de los Estados de Expectativas
que nos informa de que “si no se conoce la capacidad de los miembros del grupo
se acude a características difusas como el aspecto físico, la forma de vestir,
el género o el origen étnico para hacer una predicción sobre su capacidad”.
Esta afirmación la podemos aplicar hacia la autopercepción; si no se conoce la
capacidad de los miembros del endogrupo se acude a características difusas como
el aspecto físico, la forma de vestir, el género o el origen étnico para hacer
una predicción sobre la propia capacidad”. Este límite, también puede
generalizarse para otros aspectos que van más allá de la capacidad, como es la
globalidad cultural misma. Estas definiciones aportan algo de luz sobre la
endofobia ya que destapa su base principal; no reconocer la propia capacidad
otros elementos del grupo al que culturalmente, e incluso étnicamente, se
pertenece, por lo que se percibe más débil y se produce un rechazo del mismo
favoreciendo otro grupo. Aquí ya encontramos uno de los efectos que mantiene el
factor precipitante del “autodesconocimiento”. Esto ocurre por varias
razones que analizaremos posteriormente.
Como derivado del estereotipo nos
encontramos el “prejuicio”, siendo éste según Allport (1954) en “Nature
of Prejuice”, “una antipatía basada en una generalización errónea e inflexible,
implícita o explícita, pero dirigida hacia un grupo como un todo o hacia un
individuo como miembro de ese grupo”. Por nuestra parte podemos afirmar que es
un fenómeno intergrupal con orientación negativa, siendo además una actitud.
Para darle buen uso a este trabajo, tenemos que ampliar la definición de
prejuicio, llevándola más allá de lo intergrupal, hasta lo intragrupal e
interindivivual, ya que como estamos analizando, el prejuicio hacia los
individuos del mismo grupo, los estamos descubriendo en la comparación de esas
autoevaluaciones con las heteroevaluaciones, además de las autoevaluaciones
implícitas, en las que la creencia sobre esta evaluación es que se está
dirigiendo hacia la diferencia del otro, cuando el prejuicio está agrediendo al
mismo grupo. Por otro lado, teniendo en cuenta que para que existan estos
conceptos en la realidad cotidiana de la sociedad actual tienen que existir un
continuo de grupos: poderosos y desposeídos. Los grupos poderosos se
caracterizan por tener en su haber el poder o elementos de éste mientras que
los desposeídos no cuentan con el poder o tienen pocos elementos en su haber.
No se trata de realizar la distinción por número de individuos pertenecientes a
cada uno de ellos grupos sino del poder económico, político y social que reside
en cada grupo.
Un destacado ejemplo de esta cuestión, y
que nos va a aplicar en el estudio del SDC, se encuentra en el año 1826, donde
había unos 11.000 Europeos y 81.000 esclavos Africanos, los cuáles se
redistribuían de forma estratégica para limitar la interacción mediante
separaciones familiares, de aldeas etc. Incluso actualmente en Martinica el 80%
de las hectáreas pertenecen a 80 grandes propietarios, esta matemática
es característica de este tipo de sociedades. Otro claro ejemplo en el que
además, esta situación se aplica y promueve desde la legalidad, es el caso del
“aparheit”, estado que en cambio, si fue un caso floreciente en la opinión
pública. Dicho fenómeno se refiere a la segregación racial en Sudáfrica
encausada por los colonizadores donde se dividía los diferentes grupos raciales
en pro del "desarrollo". Dirigido por la raza blanca tuvo una base
legislativa, cuyos principales objetivos eran aspectos sociales donde se podía
tener en cuenta la apariencia, la aceptación social e incluso la ascendencia.
Para Fanon, la objetividad se vuelve en contra del colonizado. Así como los
lugares que iremos nombrando, los cuáles, fuera de estereotipos, mitos o
creencias falsas, sus individuos afectados, son la mayoría social. Ellos son el
grupo que cuenta con más número de individuos y posiblemente todavía con más
recursos culturales, siendo contrarios al grupo opuesto, el cuál suele ser
menor e incluso minoritario en cuanto al número de individuos que lo componen.
Pero la diferencia a favor la encuentran en el poder sobre los recursos y
contratos sociales. De ésta forma encontramos la sobre oposición del poder con
respecto a la cultura. La dominancia de los recursos y su uso “poderoso” sobre
la dinámica de la cultura. Por ello, incoherentemente, la sociedad mayoritaria
se forma de manera proporcional y absoluta como la sociedad desposeída. Este
acto llega a generar una falsa creencia que consiste en crear una imagen
de la sociedad oprimida como minoritaria, e incluso, en algunos casos muy
extremos, la inexistencia de este. Este punto llega a ejemplificarse en la sociedad
Canaria. Añadiendo, en estos casos, la población discriminada es
mayoritariamente originaria o indígena de esos lugares, e incluso pueden llegar
a ser originarios de territorios externos pero que no coinciden con el de las
creencias impuestas por los grupos hegemónicos, como es el caso de Martinica.
También se puede dar una combinación de los anteriores, como es el caso de los
indígenas Bereberes y las sociedades de raza “negra” de Argelia, donde las
sociedades discriminadas están formadas por población originaria y población
esclavizada de otros lugares. El antiguo punto en común entre la diversidad de
las sociedades que mantienen su común en espacio y tiempo en la colonización es
la esclavitud.
Por ello es de reseñar en este punto un
ejemplo de prejuicio “de color” desde la opinión de Sir Alan Burns que afirma
que “el prejuicio de color no es sino un odio irracional de una raza por otra,
el desprecio de los pueblos fuertes y ricos por los que consideran como
inferiores a ellos y luego el amargo resentimiento de aquellos obligados a la
servidumbre y a los que a menudo se injuria”. Aquí ya entran en juego las
diferencias sociales y materiales con el prejuicio de color. Desde esta
perspectiva nos es fácil acomodar otro concepto como es la clasificación
social, siendo ésta:
“El proceso de identificación de los
individuos como miembros de un grupo social por compartir ciertos rasgos
típicos de ese grupo. Sin embargo, la clasificación social también exagera la
similitud dentro de los grupos y las diferencias entre los grupos desarrollando
las bases de la estereotipia”. (Smith, E.R., y Mackie, D.M.)
Este juego va más allá, manteniéndose
dentro de los propios grupos inclusive, entrando en juego el desconocimiento o
los formatos de prejuicio en la percepción de los límites sociales. Pudiéndose
mantener este juego sobre los rasgos para el endogrupo, creándose una confusión
sobre la endo-percepción y la exo-percepción, con respecto a la pertenencia y
referencia.
Todo lo expuesto hasta ahora explica la existencia
del racismo, pues la mayoría de los autores coinciden al exponer su significado
en varios aspectos:
1.
Doctrina antropológico-política.
2.
Actitudes prejuiciosas y conductas discriminatorias hacia personas de una etnia
determinada.
3.
Prácticas institucionales que subordinan a las personas de una etnia
determinada pudiendo ser de tipo individual, institucional o cultural.
Asimismo es de destacar que el racismo
sutil explica que “bajo determinadas creencias, en apariencia
igualitarias, se esconden formas sutiles de racismo de las que la
persona no siempre es consciente” (Dovidio y Gaertner, 1986, Petigrew y
Meertens, 1995). Además el racismo ha ido evolucionando hasta convertirse en
algunas sociedades en el llamado “racismo moderno” o “simbólico” el cual
rechaza las ideas racistas tradicionales pero recurre a actitudes
segregacionistas basándose en cuestiones políticas o sociales abstractas.
Sabemos que el racismo va unido a la violencia en los casos más extremos y
según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2002) la violencia es el “uso
intencional de la fuerza o poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno
mismo, otra persona, grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades
de provocar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del
desarrollo o privaciones”.
La diferencia más notable entre ambos
grupos que son víctimas del racismo siempre llega a ser la cultura. Así
teniendo en cuenta la investigación de Kroeber y Kluckhohn (1952) sobre las
definiciones del término cultura, Rodríguez, A. (2000) hace una
interpretación de la misma obteniendo la conclusión de que a este término le
subyacen dos patrones, “el explícito, que se refiere al conjunto de
manifestaciones de conducta y artefactos visibles; y el implícito, relacionado
con las actitudes y valores que condicionan la conducta de los miembros de una
sociedad”. Así, para Le Vine (1977) las personas se adaptan más directamente al
ambiente sociocultural que al biológico y físico. Además Pinillos (1989)
relaciona cultura con mentalidad definiendo este último como “cultura y
modo de pensar que caracteriza a una persona, a un pueblo, a una generación,
etc.”. Añadiendo que para él, mentalidad se define como “la forma que adopta
la mente humana, en función del momento histórico y de las circunstancias que
han rodeado su desarrollo”.
Siguiendo en esta línea, nos encontramos
con otro término importante como es el de “aculturación”, que según el
Diccionario de la Real Academia Española es “la recepción y asimilación de
elementos culturales de un grupo humano por parte de otro”. Por su parte
Alemán, M. (2006) va más allá y define el término “deculturación” siendo
éste “un proceso por el cual una cultura desbanca a otra de sus dominios
propios y se establece en ellos”. Por
ello, puede haber aculturación, deculturación, o finalmente una consecución de
las dos por igual. Estos tres casos se pueden dar en una misma sociedad, por
ejemplo, en un extremo de una sociedad puede haber un sector proclive o
indefenso ante la aculturación, pero para el cuál no falta llegar al límite de
la deculturación, sino que hay una aculturación auto-movida, y por otro, un
sector que aun recibiendo la agresión en forma de deculturación, mantiene la
cualidad cultural independiente, y en contraste a la aculturación. Estos casos
van a ser ejemplares en la descripción de los procesos desculturales en la
sociedad Canaria. Es este autor, Manuel Alemán, quién según nuestra visión,
define con mayor claridad el desarraigo desde una perspectiva cultural
afirmando que “es un fenómeno de desplazamiento que supone la pérdida de los
marcos habituales de relación reemplazados por otros escenarios extraños y
otros esquemas de vida, sin que la persona haya encontrado las propias
coordenadas de convivencia”. De esta forma, el desarraigo mantendrá como los
mayores posibles causantes a los procesos de aculturación, o la misma
deculturación, aunque en una vertiente más neurótica y de menor destrucción
cultural. El desarraigo por deculturación elevará el estado de conflicto y la
vulnerabilidad psicológica, humana, en contraposición de la resistencia
cultural.
Ahora, avanzando hacia un punto de vista
de corte más intraindividual, más psicológico, hay que denotar que las personas
dirigen su vida hacia la consecución de la felicidad. Es por ello que
desde la psicología se han buscado formas de evaluar, predecir y estudiar dicha
característica. Así desde los años 80 existe una corriente psicológica llamada
Bienestar Subjetivo que distingue varios conceptos de los cuáles destacamos el
Bienestar Subjetivo Individual (BIS) que está formado por “las construcciones
mentales que se ha hecho [una persona], tales como creencias, valores y modelo
de enfocar la realidad que marcan su percepción de sentirse felices”. (Hernández,
P. 2006). También destacamos el Bienestar Subjetivo Comunitario (BISUCO) que es
el Bienestar Subjetivo de un grupo, pueblo o país. En relación a ambos
conceptos y siguiendo a Pedro Hernández (2006) se puede suponer el tipo de
sociedad en base a estos parámetros, pues en sociedades excesivamente
colectivistas, o incluso sectarios o totalitarios se observa una gran
importancia por el BISUCO sin tener en cuenta el BIS. Mientras que en
sociedades individualistas y liberales se observa un gran interés por el BIS
sin contemplar el BISUCO. Lo ideal sería la existencia de una sociedad en la
cual el BIS y su proyección en el BISUCO fueran igual de relevantes. Una
sociedad en la cual se potenciara el bienestar intrapersonal, el interpersonal
y comunitario, es decir, que pudieras conseguir tu felicidad y que parte de
ésta se obtuviese por tu colaboración para hacer feliz a otras personas
provocando así, un fuerte equilibrio donde “creciera” la comunidad en su
conjunto a la par que las personas individualmente. Así, estas
esquematizaciones también surgen de las diferencias culturales, de creencias,
entre otras. De esta forma los procesos de conflicto que estamos analizando
también llegan a desviar y modificar las características de las sociedades en
estado. En general, hay que mencionar que el Bienestar Social según Keyet tiene
cinco dimensiones: integración, aceptación, contribución, actualización y
coherencia social.
A colación de este tema, es bien sabido
que la salud tanto física como psíquica es importante para la vida de la
persona y por lo tanto para su felicidad y la de su entorno. Tanto es así, que
según Ibáñez (1990) “importantes problemas como son los aspectos claramente
centrales para el funcionamiento psicológico del ser humano como la aculturación,
identidad personal o los valores merecen una atención importante para la
psicología de la salud”. “Asimismo atenta contra la salud psicológica el
desagradable estado causado por la conciencia de la incoherencia o el conflicto
entre creencias y actitudes llamado disonancia cognitiva”. (Festinger, L.
(1957), Smith, E.R. Y Mackie, D.M. (1997)). Este estado emocional y psicológico
es fácil de encontrar en sociedades víctimas del miedo, que han sufrido
guerras, maltratos, acoso, aculturación,
etc. Por ello es interesante tener en cuenta los territorios dónde con mayor
probabilidad podríamos encontrar este estado entre las personas.
Así, llegamos al término colonialismo
que según el Diccionario de la Real Academia Española se define como la
“tendencia a mantener un territorio en régimen de colonia”. Lo que nos lleva a
su vez al significado de colonia que es un “territorio dominado y administrado
por una potencia extranjera” o un “territorio fuera de la nación que lo
hizo suyo, y ordinariamente regido por leyes especiales”,
las cuáles se pueden encontrar bajo el nombre de Leyes Autonómicas o sobre
regiones ultraperiféricas.
En esta situación político-social y
territorial, previa causa de los elementos destructores que estamos analizando,
se llegaron a reconocer “estados humanos especiales” en las sociedades
afectadas por parte tanto de un polo, como de otro. Un ejemplo de otro autor
sensible a estos efectos, es el psicólogo castellano Martín Baró con el cuál
coincidimos en la misma línea cuando escribe que:
“La salud mental de los individuos puede
estar influida por reacciones anormales a situaciones normales, asimismo
pueden ocurrir reacciones normales frente a condiciones anormales (...)
el inicio de la solución a los problemas de salud mental de los individuos en
las sociedades caracterizadas por la opresión, donde la “anormalidad normal”
prevalece, está en la transformación de la sociedad para trascender sus
condiciones históricas relativas y superar la opresión. Los psicólogos no
pueden ignorar la influencia que tienen los contextos difíciles sobre la salud
mental”. (Martín Baró, 1988)
El mismo psicólogo da un paso más
ofreciendo la opción de la psicología política, siendo su objetivo “el análisis
e intervención psicológica en los procesos y comportamientos políticos que
tienen lugar en una sociedad” (Martín
Baró, 1988), a lo que Delahanty considera la necesidad de desenmascarar los
procesos soterrados que guían a los sujetos hacia la automatización
conformista, o la obediencia servil, a la dependencia manipuladora.
(Delahanty, 1987). Podemos observar el propio efecto en la ciencia e
ilustración, objetivando la implicación colonial e invisibilizando la
normalidad.
Aclarando con más precisión el término colonialismo,
para Samir Amín “es una forma particular de expansión de determinadas
formaciones centrales, calificadas por este hecho de potencias
imperialistas, fundadas sobre la sumisión de
los países conquistados (las colonias) al poder político de las
metrópolis (…) encontrándose en espacios políticos distintos, aunque las
segundas dominadas por las primeras” (preámbulo de Frantz Fanon,
2009). Este autor también destaca las distintas acumulaciones de capital
generadas, en sí, según Amín, el colonialismo es capitalista e inconfundible
con los hechos anteriores de dominación, ejemplificándose en el negocio de
esclavos. Amín destaca como la primera de las colonizaciones capitalistas la de
“Las Américas” donde los países, que actualmente podemos observar como
principales miembros del que fue el G-8, establecieron los sistemas de
explotación característicos del colonialismo aunque, como bien es conocido,
Canarias fue la antesala o laboratorio experimental de éste. Dentro del ámbito
de la conflictividad social, Calvet, L.
nos acerca a la estructura de este sistema de dominación al afirmar que: “El
colonialismo no es nunca el puro enfrentamiento de dos comunidades,
enfrentamiento del que estaría ausente la lucha de clases” (Jean, L.1981), así
el conflicto generado por el sistema que describimos incluye una lucha de
clases, las cuáles suelen disfrazarse en el enfrentamiento de comunidades. Para
este sistema, afirmamos que el caso aquí dado es que una clase “domina” una
comunidad, así cuando hablemos de comunidades enfrentadas, va a ser más
factible representar junto a la comunidad hegemónica a una clase en
representación y proyección de toda la comunidad. Por lo que inferimos a una
clase perteneciente a una comunidad, enfrentada completamente a otra comunidad,
en principio sin clase.
Desde una perspectiva psicológica, la
colonización lleva consigo la llamada “mentalidad colonial” que no es más que
una noción cultural de inferioridad considerada a veces entre
poblaciones subyugadas y colonizadas. Sería lo contrario de “imperialismo
cultural” lo que se expresa como el anhelo de una sociedad por extender su
cultura y por lo tanto ejercer su control político y económico. Como sistema de
manipulación social y por ende como sistema para el sometimiento de una
sociedad se encuentra la falacia lógica siendo ésta un patrón de razonamiento que conduce a un argumento incorrecto. Las falacias
lógicas suelen aprovecharse de los prejuicios o sesgos cognitivos para
parecer lógicas. Así dentro del subtipo de falacia informal nos encontramos con
la falacia de la empatía, la cual asume que “si algo es bueno para mí, entonces
debe ser bueno para los demás”. Esta falacia justifica el colonialismo y es la
justificación para las imposiciones de creencias o de culturas desde el punto de
vista de la hegemonía. En su versión más radical asume que la nueva creencia es
necesaria imponerla ya que los demás no son capaces de elegirla libremente.
Otra falacia empleada es la llamada “Argumentum ad populum” o “dirigido
a las personas” que es un argumento falaz que concluye que una proposición debe
ser verdadera porque muchas personas lo creen así. Tendría similitudes con el
concepto de la “normalización de la anormalidad” que describe Baró.
En último lugar cabe reseñar la falacia
llamada “Argumentum ad baculum” o argumento dirigido al bastón. Esta
falacia se produce porque se asume la premisa como verdadera debido a que la
consecuencia de esta premisa es muy negativa o la idea inculcada consiste en
una consecuencia negativa, para ser ignorada o rechazada. Esta consecuencia
negativa justifica cualquier intervención para cambiar las consecuencias
asumiendo como verdad las premisas originales. En otros términos, si a una
persona le informan de que la ocurrencia de un suceso determinado trae consigo
otro que necesariamente es negativo, y ello lo aprenden por herencia cultural,
dicha relación, comprobada o no, se admite como verdad absoluta. Esta falacia
se ha usado históricamente para justificar diversos conflictos como el
colonialismo, mediante la inducción de miedos para las diferentes salidas a
este tipo de realidad social. Ésta falacia genera una proclividad al encasillamiento
social (término posteriormente descrito a través de Fanon).
En los últimos tiempos se ha forjado una
nueva versión del colonialismo o digamos que el colonialismo se ha ido
desarrollando hacia el llamado “neocolonialismo” que según Amílcar Cabral
(1999) “es ante todo, la continuación de la dominación imperialista bajo una
forma disfrazada, también es el reconocimiento tácito por parte de la potencia
colonial de que el pueblo al que domina y explota posee su propia identidad, la
cual exige, para la satisfacción de una necesidad cultural, una dirección
política propia”. A la hora de leer esta afirmación, nos es imposible no asemejarlo
a la definición anterior de racismo sutil, en este apartado del tablero, la
homogeneización recae en el papel activo principal. Por lo tanto, de la misma
forma que el racismo evoluciona hacia el racismo sutil, el colonialismo
evoluciona hacia el neocolonialismo, y las sociedades en estado de conflicto
por la colonización y sus procesos culturales llegan a un segundo frente
simultáneo con el impulso de la neocolonización y su agente homogeneizador.
Estas estrategias generan una simbiosis
con prejuicios y predisposiciones conductuales determinadas, las cuáles son muy
frecuentes en las tomas de decisiones y en dichos ámbitos de colonialismo, como
son:
La Defensa del Status: Se refiere a cuando el individuo se
considera con determinado status. Por ello, el individuo tenderá a negar y a
defenderse de cualquier comentario o acto que le contradiga incluso con
autoengaño. La Teoría de la Identidad Social: Nos informa de que los individuos
suelen anteponer con frecuencia la importancia de pertenencia a un grupo
frente a otros argumentos sólidos, para ello se ayudan de juicios erróneos
o falsos para permanecer dentro del mismo. La Identidad Social es parte
del autoconcepto de las personas (Tajfel y Turner) El poder corrupto: es una tendencia en la que los
individuos con poder son fácilmente corrompibles si se sienten en plena
libertad y sin restricción alguna. Lo que determina el abuso de poder
(corrupción) no es la motivación de poder sino las metas perseguidas mediante
ese poder (Bargh y Álvarez, 2001). Como decía Lord Acton: “El poder corrompe,
y el poder absoluto corrompe absolutamente”. La obediencia a la autoridad: se define como la tendencia de las
personas a seguir el liderazgo o la figura de autoridad de un grupo o
procedente de una fuente de autoridad, independiente de los argumentos
contrarios racionales que puedan tener la persona de líder. Así el individuo
puede incluso admirar, temer, auto-engañarse o acatar las normas solo
por el hecho de cumplir el deber. El Sesgo de la responsabilidad externa: Frantz Fanon también es sensible a
este sesgo el cual define como la “descarga de responsabilidades”
designándolo como “la repartición racial de la culpabilidad”. Por otro lado,
un ejemplo extremo de este sesgo podría ser el Síndrome de Estocolmo el cuál
se caracteriza según la R.A.E por “la actitud de la persona secuestrada que
termina por comprender las razones de sus captores”.
|
Por último, y buscando
clocar en situación a todos estos aspectos, así como ideando una forma de
transmisión cultural, Jung localiza el “inconsciente colectivo” en la
materia cerebral heredada. Pero Fanon, corrigiendo a Jung, afirma que el
inconsciente colectivo no tiene nada que ver con los genes sino que es pura y
simplemente la suma de los prejuicios, mitos y actitudes colectivas de
un grupo dado como resultado de una producción sociocultural, distanciándolo
como un “hábito” adquirido. Fanon ejemplifica el inconsciente colectivo
de Martinica dispuesto por un país europeo, lo que conlleva la reproducción de
los prejuicios del racismo, por lo que contradice a Jung con respecto a la
herencia cerebral, exponiendo como resultado la llamada “imposición
irreflexiva de la cultura” (Frantz Fanon, 2009).
Por todo ello, podemos
especificar el significado de la endofobia de manera clara y precisa. La
endofobia trata del rechazo en sus muchas formas de expresión de lo propio, de
la cultura, las actitudes, valores, creencias primigénitas (tanto las
descoloniales como las posteriormente raigadas en la colonialidad), la historia
y costumbres del lugar de procedencia. Incluso, si es el caso, de la lengua,
acento o dialecto que se usen en el lugar así como de la tradición ancestral.
Este rechazo se puede manifestar de varias formas y como estamos analizando,
está causado por diferentes razones, por lo que es muy común en sociedades
colonizadas. La colonización causa un lazo de dependencia, el cual es muy
difícil de romper.
Didácticamente podemos
realizar un símil con el Trastorno por Separación (F93.0). Otros Trastornos
relacionados podrían ser: Trastorno de estrés Postraumático (F43.1), Trastorno
por Estrés Agudo (F43.0), Problema de identidad (F93.8), Problema de
Aculturación (Z60.3), Problema religioso o espiritual (Z71.8), Problema
Biográfico (Z60.0) y el Trastorno de la Personalidad por Dependencia (F60.7).
En ningún caso se
pretende afirmar que las sociedades colonizadas padezcan por completo los
trastornos antes nombrados, pero sí se da la posibilidad de que en ese continuo
en el que nos encontramos todos exista cierta inclinación en gran parte de la
población hacia determinados rasgos de personalidad o de trastornos como los
relativos a la ansiedad, el estrés así como problemas de autoestima e identidad
entre otros. Se generan unas situaciones proclives a la “sociopatología”,
y tendientes a riesgos psicopatológicos, además de la interacción con
los nombrados fenómenos también patológicos en lo referente a lo cultural.
Normalizado o no, lo ”culturalmente
patológico”.
Expuesto lo anterior,
también es aconsejable avisar de la paradoja de que padecer o estar muy cerca
de tal trastorno puede ser un mismo impedimento para su reconocimiento, aquí
caería la normalización individual, la misma represión, alejamiento, o
inconsciencia para el mismo.
4. SÍNDROME DEL COLONIZADO.
Casos, trabajos y ejemplos.
De manera delicada pero contundente vamos
a acercarnos a nuestra sociedad y, a la misma vez, ir y volver a otras
sociedades que parecen lejanas pero con las que la sociedad Canaria comparte
mucho más de lo que nos imaginamos y de lo que nos hacen saber. Describiendo y
explicando el SDC, vamos a sacar de la oscuridad elementos muy destacados en la
formación de nuestra sociedad, además de encontrar las similitudes con
sociedades que muestran el paralelismo específico para esta descripción.
Desde un punto de vista médico y
psicológico a la hora de diagnosticar una enfermedad o trastorno, hay que tener
en cuenta los síntomas y signos que presentan los pacientes que en
algunos casos constituyen un determinado síndrome. Los síntomas se caracterizan
por ser manifestaciones subjetivas de las que informa el paciente mientras que
los signos son manifestaciones objetivas las cuales observa el examinador.
Aplicando lo anteriormente expuesto a la problemática social que hemos ido
desentrañando a lo largo de esta lectura, podemos identificar los signos como
los índices socioeconómicos (siendo
estos: los umbrales de pobreza, desigualdad social, fracaso escolar, PIB, índices
de delincuencia, BIS, BISUCO, índices de corrupción, índices de impacto
medioambiental, etc.) e incluso índices de contenidos más psicológicos e
internos, como hecho y procesos históricos de relevancia que encuentran su
similitud en la expresión también de los síntomas en los entes sindrómicos. Los
síntomas los asimilamos como las identidades, percepciones, actitudes,
sentimientos, patrones de conductas y valoraciones sociales. Cuando estos
signos y síntomas sociales alcanzan una determinada forma característica para
las sociedades colonizadas se conforma el llamado “síndrome del colonizado”.
Tanto es así que el filósofo Albert Memmi (1966) realiza un retrato del
colonizado:
“El rechazo de sí mismo y la estima por
el otro son rasgos comunes a todo candidato a la asimilación. Y los dos componentes
de este intento de liberación están fuertemente ligados: el amor por el
colonizador está cimentado sobre un complejo de sentimientos que van desde la
vergüenza hasta el odio hacia sí mismo. Para liberarse, al menos así lo cree,
admite su propia destrucción”.
Según Fanon (1987) la negación sistemática del otro es “una
decisión furiosa de privar al otro de todo atributo de humanidad, el
colonialismo empuja al pueblo dominado a plantearse constantemente la pregunta:
¿quién soy en realidad?”. Aquí es donde el papel del colonizado se advierte con
mayor rapidez y donde más se acentúa ya que la respuesta está influida por el
sistema colonial en el que está inmerso. Según el estereotipo adjudicado al
grupo colonizado por parte del colonizador será la respuesta. También dependerá
del nivel de aculturación o enajenación cultural. Siguiendo al mismo
autor, “cuando se reflexiona acerca de los esfuerzos que han desplegado para
realizar la enajenación cultural, tan característica de la época colonial, se
comprende que nada se ha hecho al azar y que el resultado global buscado por el
dominio colonial era efectivamente el convencer a los indígenas de que el
colonialismo venía a arrancarlos de la noche. El resultado, conscientemente
perseguido por el colonialismo, era meter en la cabeza de los indígenas que la
partida del colono significaría para ellos la vuelta a la barbarie, a encanallamiento,
a la animalización” Según Savielly Tartakover “la táctica consiste en
saber qué hacer cuando hay algo qué hacer; la estrategia, en saber qué hacer
cuando no hay nada que hacer”, por ello decimos que el colonialismo no posee
estrategia como tal sino un conjunto de tácticas. Una de ellas es que:
“Al colonizador le importa muy poco lo
que sea realmente el colonizado. Lejos de buscar la realidad del colonizado, lo
que le interesa es someterle a esa indispensable transformación. El mecanismo
de remodelación del colonizado es muy ilustrativo. En primer lugar consiste en
una serie de negaciones. Nunca se le considera de manera positiva, y si se
hace, es atribuyéndole cualidades que comportan alguna carencia psicológica o
ética, así ocurre con la hospitalidad [o caen en beneficio de la táctica
colonial]. (…) El fenómeno es comparable a la negrofobia de los negros o al
antisemitismo de los judíos”, Albert Memmi, (1999).
Así, Memmi, declara de forma objetiva
motivaciones del grupo colonizador además del tipo de uso de “negaciones”
sobre la identidad, jugando con valores éticos, los cuáles, son negados por la
sociedad en pro de la dominación, y prohibidos a la sociedad dominada. Esta
situación conduce a dicha sociedad a una posición crítica en la que el rechazo
de los valores propios se torna como salida a la continua confrontación en
la que se encuentra. Y es que:
“En los países colonizados, donde la
colonización por regla general, bloqueó el proceso histórico del desarrollo de
los pueblos dominados, cuando no dio lugar a su eliminación radical o
progresiva, el capital imperialista impuso nuevos tipos de relaciones en el
seno de la sociedad autóctona, cuya estructura se volvió cada vez más compleja
a medida que aquél suscitaba, fomentaba, envenenaba o resolvía en ella
determinadas contradicciones y conflictos sociales”. Amílcar Cabral (1999)
Asimismo Fanon describe como el proceso
sería solventado de forma pacífica en una situación ideal, alcanzando el
paralelismo con el desencadenamiento de la guerra de la colonización en
Canarias:
“En el régimen colonial, la gratitud, la
sinceridad, el honor son palabras vacías. En los últimos años he tenido ocasión
de comprobar un hecho clásico: el honor, la dignidad, el respeto a la palabra
dada no pueden manifestarse, sino dentro del marco de una homogeneidad nacional
e internacional”. Frantz Fanon (1987)
Para llegar a esa situación habría que
superar las diversas desigualdades sociales generadas, algunos tipos de éstas
son explicadas por Albert Memmi desde el punto de vista de la educación y del
ámbito de las labores del funcionariado público que opera en el territorio. De
esta manera Memmi nos informa que:
“El colonizado no se salva del
analfabetismo sino para caer en el dualismo lingüístico. (…) No dispondrán
nunca más que de lengua materna, una lengua ni escrita ni leída, que sólo
permite una pobre e incierta cultura oral. (…) En este caso los dos universos
simbolizados y supuestos por las dos lenguas están en conflicto: son los del
colonizador y los del colonizado. (…) El aplastamiento del colonizado es
parte de los valores colonizadores. (…) Toda burocracia, la magistratura, los
técnicos, sólo entienden y emplean la lengua del colonizador. El colonizado,
armado con su lengua, es un extranjero en su propio país”. Albert Memmi (1999).
Con éstas y otras muchas tácticas
imperialistas se logra que “igual que mucha gente evita exhibir a sus parientes
pobres, el colonizado empeñado en la asimilación oculta su pasado, sus
tradiciones y todas sus raíces, ahora infamantes” (Albert Memmi, 1999). Así se
consigue, en el mejor de los casos, la exterminación de aspectos culturales
haciendo que el colonizado haga suya las características que le adjudica el
colonizador. Es la ley del miedo y la vergüenza la que va a cautivar y a
envolver al colonizado, expropiando ya no sólo de sus tierras sino de su
orgullo y patrimonio cultural a una raza, pueblo, nación, sociedad o
simplemente a una persona. El colonialismo trae consigo la palabra
“subdesarrollo”, palabra que se vuelve el adjetivo calificativo de muchos
países. El colonialismo determina qué país es “subdesarrollado” y cuál es
“desarrollado”. Para entender este hecho hay que saber antes lo que significa
“subdesarrollado” en todos los aspectos posibles, en este sentido:
“Un enano de cabeza enorme y tórax
henchido es “subdesarrollado” en cuanto a que sus débiles piernas o sus cortos
brazos no articulan con el resto de su anatomía; es el producto de un fenómeno
teratológico que ha distorsionado su desarrollo. Eso es lo que en realidad
somos nosotros, los suavemente llamados “subdesarrollados”, en verdad países
coloniales, semicoloniales o dependientes.” Ernesto Guevara (1999).
Esta definición plasma la realidad
desvelando el trasfondo del porqué el colonialismo llama a determinados países
“subdesarrollados”. Además relacionado con las áreas y la construcción social,
más que en base al desarrollo, la relación se encuentra en la autoimposición y
autolimitación cultural en base a la imposición del crecimiento económico; “El
área de ocupación colonial, y en particular de ocupación cultural, suele
reducirse a las zonas costeras y a algunos sectores limitados del interior. La
influencia de la cultura de la potencia colonial es casi nula más allá de los
límites de la capital y otros centros urbanos. De hecho sólo se manifiesta en
la vertical de la pirámide social colonial (creada por el propio colonialismo)
y se ejerce especialmente sobre lo que podemos llamar “pequeña burguesía
autóctona” y sobre grupos muy reducidos de trabajadores de los centros
urbanos”. Amílcar Cabral, 1999.
Además según Martin Carnoy (1978) “tras
un largo período de colonización, en que se le ataca sin cesar, todo lo que
queda de la antigua cultura son sus formas más rígidas por no habérseles
permitido el desarrollo de ningún tipo es del todo impropia para el presente y
en extremo conservadora. Los colonizados conservan sus prácticas tradicionales,
que son el resultado de la colonización, y la burguesía nacional adopta la
cultura de la metrópoli. En estas condiciones, el “desarrollo” sólo se produce
con las trabas impuestas por la cultura metropolitana”.
Así la mayoría de los autores coinciden
al denunciar que: “las burguesías locales se enriquecen de las situaciones
coloniales” (Jean, L. 1981). La desigualdad sería un homónimo económico de
situación colonial. Las burguesías, van a mantener un papel como nexo entre las
sociedades, que va a desempeñar un trampolín de facilidades en el padecimiento
del SDC. Ésto lo encontramos en Fanon, Jean, Memi y los autores relevantes para
Canarias como Alemán, Bethencourt e incluso Pedro Hernández cuando trata sobre
el sector de la intelectualidad.
Se demuestra fácilmente la idea de que
las personas obedecen a lo que consideran experto, y tienen un gran sentido del
deber obedecer delegando por tanto las grandes decisiones ya que ofrecen
una gran resistencia al cambio. La idea de inestabilidad asusta, crea recelo,
intimidación e incertidumbre, por lo que se cree que cuanto antes se acabe la
situación, antes se sentirán bien, olvidando la calidad de la decisión y
la importancia de la misma. Así los colonizadores deben elegir como persona
mediadora a alguien respetado y admirado por el pueblo a colonizar, alguien que
tenga “madera de líder” o se le considera en un estatus superior o como
experto. En lugar de convencer a una sociedad completa, sólo debe entusiasmar a
un número mucho más bajo de personas. Aquí también juegan un papel importante,
e incluso crucial, los enfrentamientos o las redecillas que puedan existir
entre los diversos grupos de los nativos. Así en cualquier sociedad o grupo
social que se precie podemos encontrar que incluso perteneciendo al mismo
existen varios subgrupos. Para llegar a un acuerdo hay que conciliar a las
distintas partes a través de sus líderes o personas de confianza. Cuando el
líder nativo une a las dos sociedades comienza el proceso de sometimiento y
la aculturación de los colonizados.
Teniendo esto en cuenta, huelga decir que
se trata de un proceso causante de stress. El stress según Lazarus y Folkman
(1984) se define como “un conjunto de relaciones particulares entre la persona
y la situación, siendo ésta valorada por la persona como algo que grava o
excede sus propios recursos y que pone en peligro su propio bienestar
personal”. Además “los estresores, tienen que ver generalmente con eventos o
circunstancias excepcionales, generadoras de cambios, que el sujeto se ve obligado
a abordar con los mismos recursos con los que contaba hasta el momento, pero
que a menudo pueden resultar ineficaces o insuficientes para los nuevos
parámetros de la situación” (Martín Torralba, L. y Muñoz López, M.)
El efecto estereotípico del síndrome del
colonizado a nivel tanto externo, como de forma subliminal o nivel interno, es creado
y propiciado por el colectivo influyente. Por ello, destacamos lo aportado
por Frantz Fanon el cual explica que “la sociedad crea el complejo de
inferioridad, su consistencia, colocando al colonizado en una situación
neurótica. (…) El racista crea al inferiorizado. La inferiorización es el
correlativo indígena de la superiorización europea”. También nos informa de
que el rechazo a un sistema en el que si
se intente igualar una cultura a la otra, es lo que genera la conducta
dependiente del colonizado lo que se deriva en el complejo de inferioridad.
Otro autor que defiende el mismo punto de vista es Jean Paul Sartre el cual
refuerza esta opción desde sus reflexiones de la cuestión judía afirmando que
“se han dejado envenenar por una determinada representación que los otros
tienen de ellos y viven en el temor de que sus actos no se conformen a ella,
así podríamos decir que sus condiciones están perpetuamente sobredeterminadas
desde el interior”.
Cuando le preguntamos a la filosofía
sobre su opinión acerca del origen de este retrato, encontramos de la mano de
Albert Memmi una clara respuesta. Este autor afirma que el “retrato
mítico y degradante forjado y difundido por el colonizador, acaba en cierta
medida por ser aceptado y vivido por el colonizado. Alcanza así
una cierta realidad y contribuye al retrato real del colonizado”. Memmi nos
hace constar que nos encontramos ante una influencia bidireccional entre
la visión del colonizador y la del colonizado ofreciendo ésta a su vez una
retroalimentación positiva a la visión del primero sobre el segundo. El
colonizado devuelve la alimentación de su “retrato”. Ello hace que ésta
visión inventada pase a ser parte de la realidad. Para nosotros Memmi, da
un segundo paso cuando demuestra el interés claro que se esconde en “hacer
realidad” el síndrome del colonizado:
Es sabido que la ideología de una clase
dirigente acaba por ser admitida en una gran medida por las clases dirigidas
(...) las clases dominadas confirman de
alguna manera la función que les ha sido asignada. Eso explica entre otros
factores, la relativa estabilidad de las sociedades: la opresión es tolerada,
de mejor o peor grado (...) Para que el colonizador sea el señor totalmente no
basta con que lo sea objetivamente, sino que tiene que creer en su legitimidad.
Y para que esta legitimidad sea completa no basta con que el colonizado sea
objetivamente esclavo, sino que es necesario que se acepte como tal (...), el
colonizador tiene que conseguir el reconocimiento del colonizado(...)Igual que
el colonizador siente la tentación de aceptarse como colonizador, el colonizado
se ve obligado para vivir a aceptarse como colonizado [o creerse
colonizador]. Así como el burgués propone una imagen (mítica) del
proletario, la existencia del colonizador requiere que se genere una imagen del
colonizado (...). (Albert Memmi)
Una vez que empezamos a conocer este
síndrome de una forma más profunda, logramos comenzar a cambiar la percepción
del mismo así como logramos su identificación. Podemos afirmar que más que un “efecto
social” se trata de un defecto, defecto en la percepción social de
la sociedad colonizadora que a su vez contagia dicho defecto a la percepción de
la sociedad colonizada y, por ende a su autoconcepto.
Para dar a conocer un curioso ejemplo
práctico y muy habitual sobre los factores que pueden influenciar en las
percepciones sociales, nos apoyamos en el estudio “Intervención en los medios
de comunicación” (E. Torres y cools), quienes destacan como ejemplo de
discriminación inducido en la “percepción social de los grupos”. Se ejemplifica
en un estado de conflicto colonial a través de los medios de comunicación como
es; la percepción de los grupos “indios” resistentes de Norteamérica por medio
de los grupos colonizadores, e incluso también se generaliza hacia las
sociedades que no participan en la colonización. La influencia de estos medios
de comunicación llegaron a crear una percepción de la sociedad colonizada
distorsionada de la realidad, representando a los indios con una
inexplicable “maldad”, la cual según los autores “para justificar,
posiblemente, las matanzas y masacres contra este grupo social”.
Una vez entendido este sistema de percepciones
y referencias sociales, buscamos la forma de dinamizar esta “rigidez
psicológica”. Para ello, buscamos las salidas a este tipo de discriminación
social, pero al buscar alguna coincidencia con el psiquiatra Fanon, observamos
cómo se levanta un muro ficticio, un bloqueo a nivel psicológico, y una confusión valorativa de las posibles salidas. El mismo,
explicita que “para asegurar su salvación, para escapar a la supremacía
de la cultura blanca el colonizado siente la necesidad de volver hacia las raíces
ignoradas, de perderse, suceda lo que suceda, en ese pueblo bárbaro”.
Además condena cualquier tipo de salida a este tipo de discriminación, ya que
el colonizado la negará de la realidad y la oprimirá dando como única
salida un tipo de sociedad con unas creencias, actitudes y valores que contradicen
al sistema sociocultural que ha sido impuesto. Por lo que se gesta una gran
contradicción en la que se tomará en la mayoría de los casos la decisión de
acatar el sistema nuevo. Esto ocurre porque se ha inculcado esa falsa
creencia de que la cultura indígena es atrasada para los nuevos tiempos y
por lo tanto se encuentra en desventaja. El mismo autor nos ofrece el resultado
de este sistema, visionado sin salida:
“el intelectual colonizado ha invertido su
agresividad en su voluntad apenas velada de asimilarse al mundo colonial. Ha
puesto su agresividad al servicio de sus propios intereses, de sus
intereses de individuo. Así surge fácilmente una especie de esclavos manumisos:
lo que reclama el intelectual es la posibilidad de multiplicar los manumisos,
la posibilidad de organizar una auténtica clase de manumisos. Las masas, por el
contrario, no pretenden el aumento de las oportunidades de éxito de los
individuos. Lo que exigen no es el status del colono, sino el lugar del colono.
Los colonizados, en su inmensa mayoría, quieren la finca del colono. No se
trata de entrar en competencia con él. Quieren su lugar”
Y así comprendemos y reconocemos, como
reconocería todo lector, que significa en última instancia la pérdida de
libertad individual y colectiva mediante el proceso histórico de
colonización.
La Lengua, tiene su papel como mediador
de la creación de la consciencia, mediador entre el exterior y la
“interiorización” de la experiencia, en la formación de la consciencia
“social”. De esta forma, los contenidos, estilos, modos y características del
lenguaje transportan estos elementos a la formación de la consciencia del
individuo, y por ende, a su sumatorio, la consciencia comunitaria. Como
influencia en las características de la lengua, es muy importante destacar que
la discriminación hegemónica es vista desde la dominación de una forma
sutilmente contraria a la expuesta, aunque con un alto nivel de discriminación
en las mismas formas de denominación: “El salvajismo de quienes hablan dialectos
y no lenguas se define de forma negativa como la privación de
todo lo que constituye la cultura occidental.”(Jean, L.1981)
Por lo que cabe reseñar algo que dijo
Albert Memmi y es que “otro sistema de despersonalización del colonizado
es el rasgo del plural. Las condiciones de vida creadas para el colonizado no
tienen en cuenta ni suponen la libertad. Se negó este derecho.” Así, y
recordando la argumentación de Almílcar Cabral de que existe un complejo de
inferioridad por los motivos antes expuestos, afirmamos que siendo en gran
medida la sociedad colonizadora la principal creadora de esa interacción
contribuyente a la realidad del retrato del colonizado existen otras salidas
para la creación de una identidad por parte de la sociedad colonizada haciendo
caso omiso de la colonizadora. Por desgracia, tenemos que afirmar que parece
que en la mayoría de los casos, estas soluciones potenciales han sido borradas
de la “consciencia colectiva” del colonizado. Siguiendo a Memmi, hay que
hacer ver que “tenemos el derecho de imaginar ideas que nos dibujen dignos.
Bienvenida sea la ideología de nuestra liberación”.
Por otro lado en todas las sociedades
colonizadas existe un estereotipo muy generalizado y destructor a nivel
socio-cultural que no es otro que el de perezoso, poco trabajador, falto
de conocimientos de economía, víctima de la explotación y poco arriesgado en la
emprendeduría. Este caso se da teniendo todavía el colonizado el puesto “adjudicado”
para las posiciones más bajas a nivel social, siendo así empleado para los
trabajos más duros. Estos elementos presentan una contradicción, por lo cual
queda convertida esta estereotipia en una falacia. Los autores coinciden en la
existencia de esta falacia, mostrándonos una percepción más cualitativa los
autores que la padecieron a nivel individual, revelándonos así los indicios de
daño y disonancia cognitiva a nivel social que puede generar. En esta línea,
para Jean Paul Sartre, “el resultado, ni hombre ni bestia, es el indígena. Golpeado,
subalimentado, enfermo, temeroso, pero sólo hasta cierto punto, tiene siempre,
ya sea amarillo, negro o blanco, los mismos rasgos de carácter: es perezoso,
taimado y ladrón, vive de cualquier cosa y sólo conoce la fuerza”.
Igualmente Albert Memmi afirma que “nada
justifica mejor los privilegios del colonizador que su supuesta laboriosidad”.
Todos los colonizadores desde los distintos puntos del mundo están de acuerdo
con el rasgo de pereza. El retrato mítico del colonizado incluiría pues,
una gran dosis de esta condición. “Al mismo tiempo, el colonizador insinúa que
emplear al colonizado es poco rentable, lo que le autoriza a pagar salarios
inverosímiles. Proviene de la irresponsabilidad y prodigalidad de los
colonizados, que no tienen ningún sentido de la previsión ni de la economía...”
(Albert Memmi)
Con respecto a la lengua o dialectos
también hay una conflictividad social generada tanto por el avasallamiento de
una sobre otra, como por la opresión e infravaloración de la lengua subyugada, motivo
por el que encontramos que la lengua del colonizador “desplazando los canales
propios de un pueblo, los sustituye imponiendo los suyos” (Manuel Alemán).
Además de negando las vías y oportunidades de formación y adquisición de la
nueva “cultura”, bloqueando la posibilidad de la “nueva educación”, obligándose
al sometimiento del nuevo lenguaje, que se va a llegar a convertir, desde el
mismo bilinguismo en el nuevo lenguaje de la mente, el lenguaje de la formación
de la mentalidad el estado colonial, y por ende, su efecto sobre la expresión, ¿Cambia la expresión junto con el lenguaje. Además, de
imponer dicho lenguaje, se bloquea la capacidad de desarrollo, el gran
analfabetismo de la “nueva educación” conlleva un analfabetismo de la mente,
analfabetismo de la nueva cultura, la única que no se “repugnaría”. Se bloquea
el acceso a una cultura, y se limita y exogestiona el acceso a la otra.
Louis Jean Calvet, va más allá
argumentando que el control sobre la lengua dominada puede limitar o adquirir
los medios para criticar la visión que de ella les da la ideología dominante,
los autores que hemos citados, pueden poner en común con respecto a la
problemática de la lengua, la influencia cultural y social que genera el uso de
una lengua misma sobre la percepción de la realidad, y por ende de la
problemática social por la que se ven afectados.
El proceso que se ha llevado y se sigue
llevando al dominio de unas lenguas sobre otras, es denominado por Louis Jean
Calvet como proceso de glotofagia. En este sentido, es preciso recordar
que;
Todos los homicidios legales
empiezan robando a un hombre su lenguaje
en nombre del mismo lenguaje (Roland
Barthes).
El proceso de imposición lingüístico, es
un proceso social y activo, no es un método de selección natural, “es muy raro
que logre imponerse una lengua o una reforma que toda una población rechaza
(...) lo que está en juego no es la lengua, sino el valor que sus hablantes le
atribuyen” (Calvet Jean, 2000). Por lo que la en la psicología, e incluso en la
psicolinguística se encuentra los valores, creencias, y razonamientos
socio-linguísticos, que juegan el papel activo y activador de la funcionalidad
de lenguaje. Por ello, el poder de la lengua es un poder psicológico, es un
poder transformador y encauzado en base a la acción humana, en base a la
interacción social; “un idioma no sólo desaparece porque otro lo domina, sino
también y quizás sobre todo porque los ciudadanos aceptan o deciden
abandonarlo, no transmitirlo a sus hijos. La «guerra de las lenguas» es una
metáfora cómoda, pero las lenguas por sí mismas no se hacen la guerra. Son los
seres humanos los que luchan, se oponen o contemporizan. Y es posible seguir
sus relaciones conflictivas a través de las relaciones entre sus idiomas”
(Calvet Jean, 2000).
Al mismo tiempo para Fanon el “habla no
es un hecho neutral en el mundo occidental colonial”, se produce una
jerarquización unilateral, donde existirían lenguas homogeneizadas consideradas
como superiores, y por ello aniquiladoras de sus opuestas. Aquí es donde los
colonizadores, e incluso parte de los colonizados por culpa de esa alienación,
afirman que no existe oposición o utilizan algún argumento falaz. Pero aunque
se niegue una oposición no significa que esta no exista. Y yendo más allá, si
usas un argumento falaz, se está impidiendo dos derechos básicos de toda
persona, como son su libertad de expresión y de elección. Esta conflictividad
se agrava cuando conocemos y somos conscientes de que una lengua es más que un
uso determinado de fonemas y grafemas, “hablar significa usar un lenguaje que
es equivalente a asumir una cultura y el peso de una civilización (…)
cada dialecto [hasta lengua] es una manera de pensar”. “Además la lengua
materna del colonizado, aquella que se alimenta de sus sensaciones, sueños
y pasiones, en la que se expresa su ternura y se establece su asombro; aquella
que canaliza la mayor carga afectiva, es precisamente la menos valorada”
(Albert Memmi). Es precisamente a la que se le bloquea el desarrollo cultural.
Ahondando sobre la temática lingüística,
Louis Jean Calvet “expresa” el fallo en la percepción del estudio de las
lenguas colonizadas en forma de drama; se asimilan como si los mismos “barboteos
de los bárbaros” se encontraran donde tienen que estar “en el circo”
y no en el pueblo, esto muestra una contaminación a priori de la imagen que se
implanta de las lenguas indígenas y sus usos.
La discriminación, el fallo en la
percepción o forma de ver, describir o analizar al otro “grupo” por parte del
grupo hegemónico, se establece casi desde el primer contacto;”De forma más
general, los invasores, los explotadores o los comerciantes nombran
caprichosamente a los que tienen enfrente suyo y que consideran, por razones
ideológicas varias, inferiores a ellos” (Jean L., 1981). Los griegos llamaban
bárbaros a quienes hablaban otro idioma,
los eslavos llamaban memits a los alemanes (mudo) y el pueblo “bobo”
también significa mudo para los bambara.
Sobre la relación de un pueblo oprimido
con su lengua Louis Jean Calvet nos relata que
la tendencia del colonizador era
la de suprimir las lenguas locales, a despreciarlas de palabra y de
obra, fundamentando todo lo más posible ese desprecio con argumentos
pseudocientíficos pero cargados ideológica y colonialmente, también pasa al despreciar,
pues, de rebote, a los que hablan esas lenguas locales. Así, en coincidencia
con la opinión del Doctor José Tomás Bethancourt y Albert Memmi, esta situación
igualmente incómoda para el autóctono, que se siente así extranjero en su
propio país, su lengua no es la oficial, menospreciada en su uso
lingüístico, e incapaz de comprender la lengua de la administración, la
justicia.
La lengua dominante ve favorecida su
expansión por la pluralidad de lenguas, como es el caso del inglés de las
Indias, para el cuál se inventó la noción de indianidad del inglés o indian
english mediante una contextualización colonial. Una vez que la colonización
Francesa aplastara sistemáticamente las lenguas locales del norte de África,
sigue siendo negado, justificado hoy en día, incluso exaltado como solución y
beneficio regional, incluso se torna como proceso de alfabetización. Por
ejemplo, para Auguste Viatte, la lengua Francesa es la salvación para África,
sin la cuál no tendría otro futuro el continente.
También es de importancia recordar en
base a los estudios de Jean, el “exotismo” que se liga a las lenguas sometidas,
de circo, por lo que se toma una lengua
“con un sentido cercano al folklórico, desconcertante”. “el
discurso colonial sobre la lengua no es sólo racista, o despreciativo: esas
solo son manifestaciones superficiales. Es ante todo y más profundamente
funcional, absolutamente desplegado hacia un objetivo: la justificación de la
glotofagia y la política que la engloba. Pues la ablación de las culturas
locales, de las lenguas locales, que es lo que presupone el discurso colonial,
presupone una cultura y una lengua de reemplazo”.
Como solución a este conflicto tendríamos
dos opciones, convertir la lengua asimilada en elemento identitario aún diferenciado
como defiende Manuel Alemán, o, por el contrario, considerar que “el
bilingüismo es necesario en el contexto colonial. Es la condición de toda
comunicación, de toda cultura y de todo progreso. En este caso los dos universos
simbolizados y supuestos por las dos lenguas están en conflicto: son los
del colonizador y los del colonizado.” (Albert Memmi)
Así, para la mayoría de los autores la
lengua se convierte en un acto de resistencia, “pues esa lengua es
tan impermeable para la mayoría de los colonizadores como el sistema
social colonial lo es para la mayoría de los colonizados” (Jean L., 1981).
En un sentido histórico-cultural, en las
sociedades colonizadas se genera un “shock social”, provocando un gran vacío
y desvío histórico, y por ende un cambio de valores así como en los
elementos históricos-culturales que influyen en la memoria social para,
posteriormente, al igual que el resto de elementos sociales, ser acoplados o
desechados y sustituidos por los de la cultura asimilada. También en las
culturas bloqueadas hay elementos potencialmente re-emergentes, por lo que para
buscar el bloqueo total de una cultura, según Jean Paul Sartre, se aplica una deshumanización
de toda ideología o valor de la cultura discriminada, en este sentido “la
violencia colonial no se propone sólo como finalidad mantener en actitud
respetuosa a los hombres sometidos, trata de deshumanizarlos”. “La condición
del indígena es una neurosis introducida y mantenida por el colono entre
los colonizados, con su consentimiento (…) reclamar y negar, a la vez, la
condición humana: la contradicción es explosiva”¿FANON?.
Por lo tanto, la única opción que le queda a la sociedad nativa es “construir
su identidad en un contexto de violencia generalizada, donde la alternativa es
asumir agresivamente una identidad socialmente estigmatizada o aceptar el
cierre de opciones y someterse a una identidad impuesta, preñada de elementos
deshumanizantes, ya sea desde la vertiente opresora o, más comúnmente, desde la
vertiente oprimida” (Martín-Baró, 1988b:244).
El analista sobre “lingüística y
colonialismo” Louis-Jean Calvet también reseña una desestructuración a nivel
social de la sociedad originaria, aumentando la desigualdad social: “como
fenómeno económico-político, tiende a reproducir ahí donde se manifiesta la división
de clases mantenida [de] allí de donde proviene” (Jean L.,
1981)
Para el autor, la ideología en sí, está
para la defensa de un grupo, ya sea el dominante o el dominado y tiene ahí una
función social y cognitiva, así como la función de la ciencia es el
conocimiento. Para el autor “la lingüística está, por relación a esta
dicotomía, en una posición falsa: su función social a menudo aventaja a su
función cognitiva. Por eso hemos de abandonar
esas denominaciones de lengua y dialecto, cuyo uso es con frecuencia
discutible y cuyas definiciones contradictorias no pueden compensar los
desvíos”, serían más adecuados las denominaciones de lengua dominante y
lengua dominada. En paralelo existe el símil de la expresión, por lo tanto
encontraríamos una expresión dominante y una expresión dominada. Para
nosotros, esto deriva en una mentalidad dominante y una mentalidad
dominada. Posteriormente, a éstas, se les añade una lengua y mentalidad “dominante
de los dominados”, aquí se encontrarían los grupos que reciben la
hiper-aculturación, sin perder de vista el analfabetismo mental intrínseco para
esta derivación.
Encontramos una drástica diferenciación
en la denominación de las sociedades colonizadoras y colonizadas, mientras las
últimas se les califica como civilizadas, con lengua y denominadas como pueblo
o nación, a las colonizadas se les califica de salvajes, su habla denominada
como dialecto o jerga, y por ende se les denomina como tribu, pseudopueblo,
región, y más distracciones conceptuales, esto nos lo clarifica en el ejemplo
de: “Los hausas, que son por lo menos quince
millones, serían una tribu, mientras que los 120.000 islandeses, un
pueblo y una nación”(Jean,L.1981), además la anterior lista, se torna infinita,
y peor aún, -irreconocible-.
Asimismo es muy interesante la opinión de
Amílcar Cabral sobre esto, ya que; “en la medida en que el dominio imperialista
es la negación del proceso histórico de la sociedad dominada, también ha de ser
por fuerza la negación de su proceso cultural”. Habla de la amargura o
complejo de frustración y de una necesidad paralela de la que se cobra conciencia poco a poco
para impugnar su marginalidad y descubrir su identidad, “una extraña e
inquietante impulsividad parece regir al colonizado”.
Un factor relacionado con este tema, el
cuál fue propuesto y estudiado por M. Alemán, es la hipocondriasis en la
sociedad con rasgos colonizados. Este elemento se encuentra generalizado
en las sociedades que han sufrido el fenómeno de la colonización y viene
acompañada de sentimientos como inseguridad, dependencia, temores,
exaltaciones, autoengaños. Ya Fanon, a la hora de proceder a la revisión de
casos del psiquiátrico del que era Director, donde se estudiaban pacientes con
psicopatologías generadas por causa directa o semi-directa de la situación de
colonización, y realizando una clasificación de las psicopatologías más
frecuentes según la clase social perteneciente, tanto de la sociedad
colonizadora como de la sociedad colonizada, se encontraba casos de diversa
índole, tales como; trastornos psicosomáticos, depresiones, insensibilidades
motrices, “kinestopatías” (tras períodos de tortura), apatía, abulia, psicosis,
trastornos del desarrollo, neuroticismo, fobias específicas, estereotipias,
inhibición emocional, “percepciones opacadas”, etc. Este hecho es un ejemplo
más de las múltiples semejanzas entre diversos autores que coinciden en
situaciones de colonización de diferentes lugares y momentos. Es la muestra más
cercana entre sociopatología y psicopatología. Volviendo a Alemán, y en
relación, encontramos que; “Las emigraciones (forzadas) han obligado a la
sociedad canaria a desarrollar mecanismos neuróticos de adaptación”.
Así, “existe una dosis de hipocondríasis, ese temor desmedido a que ocurra un
percance, producto de una sobreprotección, de un desmedido caudal de afecto,
que nace en el seno de una sociedad mal tratada, acogotada por el abuso y la
injusticia, donde no existe la debida protección”.
Una sociedad que ha sufrido procesos de
colonización previsiblemente tendrá más posibilidades de acercarse hacia un “psique”
colectivo del tipo “síndrome del colonizado”. En este procesos van a haber
elementos que afectarían a la fuerza con que este síndrome se presentaría, por
ejemplo es la forma en que se desarrolla dicho proceso, para ello tenemos que
tener en cuenta la agresividad, represión social, tipos de discriminaciones
culturales, sociales, e individuales, grado de desigualdad, elementos y grupos que
han promovido la colonización y adaptación, e incluso el tipo de
medio en que se ha desarrollado.
Esto nos lleva al comienzo del estudio de
las Islas Canarias como sociedad colonizada.
5. EL CASO DE LAS ISLAS CANARIAS
Para describir los elementos objetivos y
subjetivos característicos del síndrome del colonizado y poderlos relacionar
con la sociedad Canaria, tenemos que indagar y estudiar el desarrollo de esta
sociedad desde los hechos históricos, eventos estables que configuraron la
sociedad, más relevantes desde el principio de su conformación hasta la
actualidad. Dichos hechos van a ser analizados a medida que vayamos conociendo
sus efectos.
5.1 Noción Arqueológica
La sociedad y materia Arqueológica
es un elemento importante en la construcción de significados sobre la identidad
de una población. Más importante es aún, cuando los procesos históricos
padecidos por la sociedad, han sido tan cerrados y agresivos como, por ejemplo
el de la sociedad Canaria.
La arqueología ayuda, y en algunos casos
incluso decide las interpretaciones de los hechos históricos de la sociedad.
Las interpretaciones de estos hechos redefinen las identidades de las
poblaciones. La arqueología es quien media estos tipos de interpretaciones, y,
por ende, trabaja e influye las identidades de las sociedades y, por su puesto
su percepción de identidad como conjuntos de individuos que comparten una
cultura, que a su vez se ha engendrado en el filo de los años, siglos e incluso
milenios, y que cuyo proceso es redefinido por la interpretación arqueológica,
pudiendo influir en su producto cultural, que ya es de por sí, la cultura
engendrada en dicha sociedad.
La interpretación arqueológica tiene un
valor “esencial-crucial-decisivo-influyente” para una sociedad que ha sufrido
una variación tan agresiva como es el proceso de colonización y, como
consecuencia su posterior bloqueo por desarraigo.
En Canarias esta temática
ha sido de especial importancia para redefinir los elementos que componen la
identidad comunitaria y, especialmente la indígena. Así, sus individuos, tras interiorizar
esta identidad, pueden reconstruir las propias identidades individuales. Por lo
tanto, la arqueología en Canarias, tiene un papel muy delicado para la
construcción colectiva de elementos como la historia y cultura que conforman
directamente la identidad.
Para el principal autor en Canarias sobre
arqueología, J. Farrujia, la identidad “está condicionada por la propia
cultura” (J. Farrujia, 2003, p39). La cultura genera un axioma de valores y
valoraciones, “que haceres” y rutinas, en los cuáles el individuo se compara, identifica, asemeja o apoya. Tras el
individuo generar su identidad, hay un continuo donde una persona tiende a la
discordancia o afiliación con la cultura a la que pertenece.
La arqueología afecta a la cultura y, de
forma más aguda, a la percepción e interferencias que hace la sociedad sobre la
historia y formación de las mismas. Un peculiar ejemplo es la identificación
del “yo arqueológico” promovido por el construccionismo social del
movimiento post-modernista. Desde un punto de vista en el que se considera al
individuo como social se destaca el yo arqueológico como el yo en
que los paradigmas o esquemas de
entendimiento aceptados y generalizados se adentran en el interior de la
persona, desarrollando tras ello su comportamiento, pensamiento, desarrollo
intelectual y personalidad.
Consideramos a la aceptación social de la
información que afecta a las identidades procedentes de la ciencia o normativas
originarias de otros grupos de interés o de poder, como mediadores del yo
arqueológico. Por ello, esta entrada de información en la sociedad necesita,
para ser aceptada, unos esquemas mentales que la asimilen. Si estas
concepciones son negativas, necesitan unos esquemas abiertos para asimilar la
información negativa de sí mismo proveniente del exterior. Pero el problema lo
encontramos en el intercambio entre la sociedad y los que aportan esta
información. Así, es importante la forma de entrada de esa información. Este
sistema de entrada puede usar métodos con efectos negativos sobre quién recibe
la información. Algunas características de estos tipos de métodos pueden ser la
existencia de intereses en el grupo de poder que activarían algún tipo de
discriminación, el estilo autoritario, la actitud agresividad-hostil, o el
grado de coste de oportunidad producto de la discriminación en la cultura
desarraigada (el valor de la cultura descompuesta). Éste es el coste de
oportunidad de la cultura, en contraste al interés del autoritarismo. Cuando
este sistema entraña incompatibilidades, éstas tienen que tender a la
concordancia. Dicha concordancia puede ser generada por fenómenos que no son
adaptativos de forma funcional y humana, aunque sí momentánea, y esquivar los
costes que generaría dicha actitud (respuesta agresiva a su negación). Por
ejemplo, esta concordancia puede ser la generación de un esquema endofóbico
para poder asimilar la presión del contexto hacia la aculturación. Esta
relación tiene que ser lo más humanizada, consensuada, libre y desarrolladora
posible, ya que como vemos, este sistema si es mal utilizado, puede derivar en
socio-patologías. Los seres humanos, vivimos en el mundo que nuestras preguntas
crean. Y, la interacción entre personas tiene un alto significado a la hora de
formar, generar y aceptar conocimiento, pero en este estudio estamos
describiendo como esta interacción está sujeta a unos estados afectados por las
relaciones “entre”, donde la discriminación corre el riesgo de ser el principal
producto de esta actividad. Para Gergen K., este “negocio” del “entre” es un
elemento de especial importancia y fragilidad;
“Las formas de comprensión negociadas
tienen una significación crítica en la vida social, al estar conectadas
integralmente con muchas otras actividades en las cuales la gente está
implicada." (Gergen, K., 1995).
Para el mismo autor, destacamos las
definiciones sobre el yo arquitectónico, para el cual el individuo y la
sociedad forman parte activa en este entramado para la creación de moldes
cognitivos, auto-concepto y demás elementos que contribuyen al desarrollo del
individuo y, por ende, al conjunto de ellos, la sociedad. Entre todos estos
agentes se ha construido el interior de cada individuo del cual a su vez forman
parte. Esta construcción para llegar a ser arquitectónica necesita de reflexión
y, sobretodo de motivación para el desarrollo, sería un auténtico yo
como construcción social. Por último con respecto a las definiciones de Gergen,
queremos destacar un “tipo” de yo, que va a ayudarnos mucho a entender
el “porqué” de la influencia arqueológica en la sociedad, más especialmente las
que padecen unos procesos sociales tan frágiles como es la sociedad Canaria.
Este yo es el yo relacional que atiende a lo que ocurre “entre”
individuos. Lo interesante no sería sólo lo que “entra” en las personas, sino
lo que pasa “entre” las personas, ya sea dentro del propio grupo o las demandas
que provienen de los individuos del exterior del grupo. Observamos dos niveles
de análisis que podríamos aplicar a los dos niveles de consciencia de Vygotsky,
la consciencia individual, y la consciencia primigenia, la social.
Así, la relación tan desigual que centra
el estudio del síndrome del colonizado, es generadora de niveles
socio-patológicos donde podemos encontrar a la dependencia, disonancia y
agresividad como uno de los ejemplos más claros. Esto se puede aplicar tanto
para la sociedad que asimila, como la
sociedad que ofrece la asimilación. Dicha relación también genera estados en
los individuos que se distinguen totalmente de los objetivos de la psicología,
e incluso los vulneran. Una de las metas de la psicología aplicada, es dotar de
herramientas a los individuos y sociedades para que desarrollen su capacidad de
adaptación, funcionalidad, capacidad de interactuar en grupo, y empatía. Esto
es contrario a los estados que generan en los individuos estas formas de
interacción social.
En la búsqueda de la profundidad del
efecto que tiene la arqueología sobre la percepción cultural e identidad en la
sociedad canaria, se va a hacer hincapié en diversos resultados de la
investigación de J. Farrujia “Ab initio” (Desde el Principio), donde dicho
autor habla de este efecto sobre la identidad; “Encuentra razón de ser en un
hecho bien revelador: nuestro estudio del primitivo poblamiento de las islas
nos ha llevado a revisar y explicar la raigambre o el origen propuesto para los
indígenas canarios en la tradición historiográfica preexistente, labor ésta que
nos ha permitido sacar a relucir el carácter maleable del concepto de identidad
(…) una imagen histórica que cambia en función de las circunstancias sociales”.
Además, se explicita que “la identidad de los indígenas canarios ha estado
sometida a múltiples mutaciones (procedencia o filiación de los indígenas
canarios)” (J. Farrujia, 2003).
Ab Initio, aparte de tratar como su
nombre indica desde el principio a la población Canaria, desde que
empezó a ser Canaria, en el momento en que
el conocimiento histórico argumenta que por diversas oleadas formadas
por poblaciones Bereberes, con alguna diversidad con respecto a tribus, desde
el Norte de África, también destacó la “mentalidad” de la sociedad Canaria.
Estudió las presiones del entorno que formaría los primeros elementos de
autorechazo y endofobia. Para nosotros, J. Farrujia nos adelanta en su obra
elementos y justificaciones de la existencia del síndrome del colonizado en
Canarias, cuyo principio nace de la auto-discriminación y posterior auto o
endo-fobia.
En el análisis de la imagen que tenía
desde dentro el propio indígena en Canarias, uno de los desencadenantes de las
primeras auto-limitaciones que nos destaca Ab Initio es la desconsideración de
mantener una “moralidad de vencidos” por parte de la sociedad Canaria. Ésta
mentalidad se sostiene objetivamente, ya que hubieron islas que nunca se
consumaron como conquistadas, así como muchas confusiones y manipulaciones con
respecto a la victoria de la colonización en Canarias. Este último factor,
junto con el virulento período de guerra que vivió la población, generó una
“post-guerra”, generalmente mal llamada “post-conquista” en el que una parte de
la población no se consideró nunca vencida. Mientras que en otra parte de la
población se generó un efecto totalmente contrario la inexistencia de una moral
de vencidos, por ello la sociedad Canaria podría estar hiperpolarizada dos
conjuntos sociales; los denominados “alzados” (quienes resistieron la rendición
cultural, económica, física o de poder) y los auto-aculturalizados, es de
suponer que la diferencia en número de estos dos bandos distaría mucho, y que
también por islas se vería muy variada. Se parte de que la inexistencia de una
moral de vencidos puede ser una de las auto-primigenias que autogeneró la
sociedad Canaria, y que formalizan el concepto de Endofobia.
Para el autor J. Farrujia, el factor más
endógeno a la sociedad Canaria que impidió “un conocimiento más profundo del
indígena canario radicó en la ausencia de una visión de su mundo debida a sus
propios protagonistas”. Así a diferencia de las múltiples limitaciones y
deformaciones que abusaron de la redefinición de la identidad indígena Canaria
procedentes de exterior a la sociedad indígena, desde la época misma del
principio de la colonización, destacamos así lo que para nosotros son los
elementos ab-initios (los del principio) que modificaron el entorno
socio-psicológico de la sociedad indígena Canaria en base a hostilidad y la
discriminación.
“La política indigenista de la Corona,
dirigida precisamente a garantizar la integración y asimilación de los vencidos,
se desarrollara sobre todo a instancia de los procuradores canarios, quienes,
como decimos, renegaron de su naturaleza primigenia”. (J. Farrujia, 2003, p112)
“En 1490, Alonso Palencia -cronista
oficial de la conquista de Gran Canaria- y Fernando del Pulgar, designarían a
los canarios como bárbaros, lo que implicaba que éstos eran objeto de
evangelización, esto es, de asimilación, de grado o por fuerza, a través de la
cristianización forzosa”. (J. Farrujia, 2003, p945)
Dando conexión a estas presiones
externas, junto con la actitud o “mentalidad” que engendró la sociedad canaria,
el autor nos destaca que; “Existen factores de índole social, político y
cultural que consideramos por lo que respecta a los condicionantes
sociales,(...)nos encontramos con que parte de la culpa de este vació
informativo reside en el propio comportamiento indígena una vez conquistadas y
colonizadas las islas, pues muchos de los naturales que en ellas habitaban
renegaron de su condición de tales y, por ende, de su pasado, con vistas a
integrarse en la nueva sociedad(...)permiten explicar la ausencia de este tipo
de fuentes documentales o arqueológicas en Canarias(...) Es sintomático al
respecto que los canarios aspiraban a ser tratados y reconocidos como
castellanos, con todos los beneficios que ello acarreaba” (Farrujia, J., 2003,
p 112):
A sus Altezas... fagáis relación de la
manera e qualidad de nuestras personas... de manera que no entienda que por
tener nombre de canarios pierdan nuestras personas, que no tienen que facer con
los naturales de las otras islas, es, a saber, guanches, e palmeses e gomeros,
llevándoles, como les llevamos, muchas ventajas en todo e hablamos e somos
habidos por propios castellanos= (…lo encontramos en macías…..) (Macías, 1995c:
203).
“Pero esta actitud también la encontramos
entre los naturales de las islas de inferior cuna, a quienes desagradaba
recordarles el origen africano de sus mayores, (...) no sintieron como propia
la necesidad de dar a la Historia testimonio fehaciente de la cultura de sus
ancestros, recayendo tal responsabilidad en los cronistas extranjeros”.
(Farrujia, J., 2003, pp. 212-213).
Correspondiéndose con esta actitud, el
autor también nombra posibles elementos formativos de ésta:
“Junto a este hecho (refiriéndose a la
cita anterior) debemos de tener presente, igualmente, que los mecanismos de
dominación desarrollados por la Corona debieron de impedir el desarrollo de una
visión alternativa a la “oficial”, que hubiese supuesto el reconocimiento de
una realidad sociocultural a la que se pretendía anular en todas sus
manifestaciones: no era coherente aculturizar al indígena permitiéndole que
rescatase paralelamente su pasado cultural. Un buen ejemplo de esto que aquí
comentamos lo encontramos en la denominada aculturación compulsiva
desarrollada por los conquistadores, con la cual se persiguió no dejar
opción alguna al indígena para seguir con la vivencia de su cultura,
imponiéndose la cultura del dominador de manera total. La conquista violenta
supuso la rápida implantación en las islas de unas estructuras sociales,
económicas y político-jurídicas totalmente nuevas y ajenas a las anteriores; y
era necesario, desde el punto de vista de los conquistadores, acabar totalmente
con la cultura indígena” (Farrujia, J., 2003, p113)
Hay un factor, el comienzo del “principio
auto-impuesto”, generado por la propia sociedad Canaria a partir de los
cambios hostiles en el contexto psico-social. Este mecanismo empieza activado
para sí mismo y mostrado de cara al exterior, se le podría considerar uno de
los primeros síntomas auto-generados que definen el síndrome del colonizado,
junto con a las nombradas condiciones del entorno, las cuáles se preparaban
para acomodar y estimular esta actitud, empezó la carrera por alimentar el auto
odio, por auto-imponerse los principios más negativos, más disfuncionales.
Una muestra, posterior al comienzo de la
colonización, del gran abanico de casos de actitud que difuminan la identidad
del indígena canario por parte de la ciencia, es el caso de la confusión
generada sobre la procedencia de la sociedad indígena Canaria, donde cada
hipótesis tiene un interés de dominación específico. Éste efecto no va a llegar
a la misma sociedad que en el período de guerra ya que se han instalado
diversos grupos de poder formados por colonizadores. Así la sociedad se
polarizó, como ya nombramos, en donde una gran parte de la sociedad, la cual se
encontraba bajo un sistema de esclavitud, se supeditó a la disposición de
hiper-aculturalizarse.
Con respecto a la hiperaculturación
y la engendración del comienzo de una mentalidad auto-genocida, se citan
resultados contradictorios, ya que se conoce que una parte de la población se
encontraba en el polo de desear aculturalizarse, o al menos, asimilarse, y en
el otro polo, la población que mantenía la identidad cultural y la pervivencia
indígena aunque en “estado de sitio”. A partir del conocimiento de estos dos
polos, cuesta saber cuál sobrevivió y se promovió más a la población media
siendo ésta esclavos mayoritariamente. Es posible que a nivel psicológico
ganara el deseo o necesidad de ser asimilado y el esquema endofóbico, pero a
nivel cultural la pervivencia indígena fue el esquema mayoritario, pudiendo
influir en esto, posiblemente, el que la poca información y contacto con la
población a similarizarse (colonizadora), generara el problema de
auto-identificación, pero las rutinas y hábitos culturales, no encontraban su
referencia o ejemplo para la modificación en la sociedad que obligaba a la
asimilación. La religión Cristiana sería casi el único contacto o elemento
imitativo. Se mantenía una cultura, y se generaba una propia actitud negativa
hacia la misma, como si fueran inseparables.
Ahora, vamos a citar tres ejemplos sobre
la temática de las teorías difuminadoras, ya posteriores, sobre la procedencia
indígena. Estas citas, van a mostrar con claridad el interés que motivaría
tales difusiones, así como los “abusos” explícitos que van a empezar a generar
información a una sociedad desarraigada y con el esquema potencial de
autorechazo e idealización externa sobre su procedencia, y por ende, su
desarrollo histórico.
El primero se refiere al ex-Cónsul de
Francia, Berthelot y, el segundo a la ciencia Germánica. Berthelot “llegaría a
defender la presencia de megalitos celtas en Canarias, con las repercusiones
que de ello se derivaban(...) Los autores de procedencia Germánica, a su vez
orientaban su acercamiento a una raza europea: “insistirían en defender la
presencia en las islas de pueblos germanos como los vándalos (es el caso de von
Löher [1886]); o emplazarían la cuna de la raza de Cro-Magnon en relación con
el ámbito alemán y con la raza aria (son los casos de Meyer y Luschan [1896]).
Estos dos últimos autores harían recalar igualmente por las islas al tipo
Armenoide, por entonces identificado con los indoeuropeos y, por ende, con la
raza aria”. (Farrujia, J., 2003, p 951).
El tercer ejemplo es el que todavía es un
obstáculo en el actual estudio y percepción de la identidad de la población
indígena en Canarias. Se trata, siguiendo al arqueólogo José Farrujia, del
“régimen franquista, definido por un modelo de Estado autoritario, unitario y
ultranacionalista, de apoyo oligárquico, y cuyas máximas políticas serán, entre
otras, la unidad nacional, el centralismo administrativo, la religación con el
pasado y la enérgica y sistemática aplicación de políticas culturales unitarias
y asimilistas” (Farrujia, J., 2003).
Asimismo en el ámbito identitario
promovió “defender en todo momento la comunidad de origen (racial y cultural)
entre los primeros pobladores de Canarias, la Península Ibérica y el Sáhara
español, postura que en cierto modo venía a reforzar la idea de una unidad
nacional desde tiempos pretéritos así como a legitimar las aspiraciones
africanistas del régimen” (Farrujia, J., 2003, p736).Y esta política cultural
afectó de forma virulenta al desarrollo que llevaba la sociedad en canarias,
con respecto a su drástico proceso histórico, y una vez más se descolocaron y
manipularon las teorías e investigaciones arqueológicas, logrando el mismo
efecto en el arraigo cultural generalizado y un abuso de poder sobre la
identidad en la sociedad canaria. Así, el autor nos revela la imagen más
directa de esta desorientación cultural en forma de políticas culturales, pero
que también se podrían considerar desde el plano educativo. Este movimiento
concluiría en que “durante el franquismo se insistió en "españolizar al
guanche" y se ubicó su origen en el Sahara Español y en relación con el íbero-mauritano
y el íbero-sahariano "porque interesaba una lectura nacionalista según la
cual los pobladores de Canarias, del Sahara Español y de la Península Ibérica
formaban todos una nación desde la antigüedad"” (Farrujia, J., 2003).
Actualmente, entre tanto retraimiento y
desorientación sobre la originalidad de la identidad de la población Canaria,
ésta mantiene en uso el etnónimo "guanche" para nombrar a la
población o mejor dicho, cultura, que vivió hasta el fenómeno de la
colonización en Canarias, este etnónimo se especula su origen en las
investigaciones sobre el siglo XVIII, ya que éstas tuvieron un vuelco hacia la
sociedad de la isla de Tenerife, cuyos habitantes, según sus investigaciones,
se hacían llamar a ellos mismos /Wan-chinech/, y tras generalizarlo a todas las
islas, observamos cómo se llaman a todos estos grupos de pobladores con el
nombre que se llegaron a llamar los indígenas de la isla de Tenerife. Algo
parecido ocurre con el actual etnónimo de "Canarios", calificativo
que servía para denominar a los pobladores de la isla de Gran Canaria, hasta
entrado el s.XXI, encontrando su posible origen en el etnónimo /Kanarii/,
calificativo también generalizado a todas las los habitantes de las Islas.
Antes y durante el uso generalizado de estos etnónimos, hubo un balanceo de
nombres para determinar a la sociedad indígena de Canarias con connotaciones
muy agresivas para la propia sociedad Canaria. En descripción que vamos a
realizar sobre las repercusiones sociales de esta deformación socio-cultural
para la población canaria, nos vamos a basar en la investigación del Doctor J.
Farrujia, en su debate sobre esta correcta denominación y, sus repercusiones y
antecedentes sociales. Un ejemplo de ello es el término más usado por la
comunidad científica y población en general, la palabra Aborigen, la cual
compuesta por ab más origen, significa, sin origen. Este término sería
válido para denominar en África, no en Canarias, ya que la población natural
tendría su origen más remoto en el continente africano. [(Farrujia, J., 2003),
(Gaspar, T., 1999)]. El Doctor Farrujia
explica que la palabra "aborigen" designa a los individuos o
poblaciones que se encuentran en un lugar determinado desde el comienzo, pero
este término puede ser, y en este caso lo es, usado como oposición a quienes
posteriormente arriban al lugar, y se instauran. Por lo tanto, tal y como
explica José Farrujia "las poblaciones que llegaron a Canarias eran
aborígenes en el norte de África pero no en las islas, porque su foco de
procedencia es norteafricano, y una vez asentados en las islas serían
indígenas, término que en latín hace referencia a las personas engendradas en
un lugar" (Farrujia, J.,2003). Este término surgiría con la llegada del
colonialismo, no sólo en las islas, sino que se denota como acompañante activo
de los procesos de colonización, por ejemplo, denotamos al originario de
Australia como el aborigen de Australia.
El siguiente término en uso es el término
"prehispánico", otro término con connotaciones genocidas y alto
carácter de racismo, pero sobre todo su uso conlleva unas connotaciones
políticas agresivas y un marcado carácter fascista. El término “prehispánico”
se encuentra vinculado al período que destacaba José Farrujia como el intervalo
de tiempo en el que se produjo, al menos de forma más aguda, la
“españolización” del indígena Canaria, para nosotros sería la
hiper-recolonización y sobre-reimposición identitaria.
De mano del principal investigador sobre
esta “representación”, adelante que; “También es erróneo el término
"prehispánico", que se introduce en Canarias durante el franquismo
para destacar la vinculación de los guanches con España y con este término,
añade, "de un plumazo se anula y ningunea la identidad cultural previa,
que es africana y líbico bereber"(...) el origen de la arqueología
(actual) es histórico-cultural, una corriente "que hunde sus raíces en el
franquismo". Replica el doctor que de esta manera “se intentó así
“españolizar” al guanche”.
Y concluyendo sobre el efecto del uso de estos
dos términos “en un lenguaje neocolonial, los términos prehispánico y aborigen
mantienen un contenido “peyorativo” y su uso genera y promueve un lazo “de
dependencia del conquistado frente al conquistador” (Farrujia, J., 2003).
Además de la separación mental que
intenta generar este término en el oyente, y más en el hablante que le da uso,
sobrepone una sociedad a la otra ya que su uso tendría que ir acompañado del
etnónimo post-indígena, o post-bereber para llamar a la sociedad colonizada de
Canarias, y en cambio “toma como referencia a la sociedad hispánica para
clasificar a la sociedad indígena”. En forma de división histórica y
respondiendo a los intereses político-administrativos de la época moderna, se
generaliza el uso popular, apoyándose en diversas investigaciones, las
denominaciones que defenderían una multidivisión en etnias de la sociedad
indígena.
“Por el contrario, la endogamia y el
sectarismo científico, los conflictos interpersonales y la propia realidad
política isleña, son los factores que siguen incidiendo directamente en el
desarrollo de una Arqueología bicéfala que se debate, en el apartado del
poblamiento, entre las dos posturas referidas. Se observa igualmente, desde el
punto de vista práctico, el desarrollo de una arqueología insularista a raíz de
la implantación de los Cabildos insulares, pasándose de la antigua pugna
interprovincial (guanches versus canarios) a la actual defensa de una realidad
arqueológica fragmentaria en donde los protagonistas de la protohistoria
canaria son los primitivos habitantes de cada isla: guanches, canarios,
bimbaches, auaritas, gomeros y majos” (Farrujia, J., 2003, p958).
Ante esta lista de denominaciones mal
influenciadas por interés momentáneos, y sean interés coloniales, como
derivados, el investigador J. Farrujia recomienda el uso del término indígena y
que el término originario no sería válido, ya que el indígena fue traído con
una formación cultural ya entrecha. Este autor también recuerda que la
connotación indígena conlleva una identificación "con la tierra", se
asimila al "arraigo", a una engendración vinculada al entorno e
identificación con la tierra. Puede ser por esto la discriminación que está
recibiendo el uso de este auténtico etnónimo para designar a la sociedad
precolonial de Canarias, junto con la fácil acomodación de las denominaciones
con connotaciones etno-racistas en la sociedad Canaria, para pasar a ser
autoracistas, y como consecuencia a una población caracterizada por un agudo
síndrome del colonizado, ha propagado y
generalizado los término más agresivos para su propia sociedad, y en cambio ha
renegado del uso del término más adaptativo, el indígena.
De ahí a que a una persona de la sociedad
Canaria, le resulte muy impactante y agresivo, denominar a su antepasado
indígena, y tomarlo como cercano a él, su cultura o meramente su entorno, para
poder nombrarlo de una forma socialmente aceptada, tiene que destacar de
antemano, su agresividad, rechazo, y discriminación hacia esta sociedad. A
priori esta connotación, conllevaría inquietud, discordancia, miedo al rechazo
por quienes desean ser iguales, y por la sociedad colonizadora, rareza, e
inseguridad en el hablante, a aparte de temor hacia que el complejo de
inferioridad se haga actividad, y la discriminación que genera sea activa por
parte de los elementos externos, del entorno. El uso del término indígena
conllevaría redefinir la historia de la sociedad Canaria, y descartar la carga
de estereotipos y deformaciones históricas que tan interesadamente se han
generado para ir moldeando la consciencia colectiva de la población Canaria.
En los estudios de Cuscoy (el padre de la
arqueología canaria), comprendemos al: “indígena como ejemplo del buen salvaje
y la momia como su representación” (Farrujia, J., 2003, p959).
La sociedad Canarias, descendiente en su
mayoría de esta sociedad indígena, aparte de renegar en todos los sentidos de este origen desde el
SXIV hasta la actualidad, es “aborigen” del Norte de África, lo cual también
resulta muy agresivo de percibir para la sociedad en Canarias, debido primero
al fenómeno discriminativo generado, donde la endofobia y xenobia alcanzan su
punto de encuentro. Como segunda razón está la gran manipulación que se ha
establecido sobre el nombre y contenido del concepto de indígena en Canarias.
Multitud de visiones colonialistas han afectado en forma de abuso a esta
identidad, llevándola a un cansino recorrido, el cual ha generado confusión y
bloqueo en la sociedad Canaria en contra de alimentar una dialéctica y
desarrollo identitario-cultural.
Las formas de comprensión negociadas
tienen una significación crítica en la vida social, al estar conectadas
integralmente con muchas otras actividades en las cuales la gente está
implicada." (Gergen, 18)
Tras este proceso de formación identitaria
tan complicado, débil, y adulterado
dilució en una “mentalidad”
identitaria actual del individuo que en palabras del catedrático Fernando
Estévez “Los aborígenes canarios son lo que queremos que sean, lo que quisimos
que fueran, pretendiendo ver en el pasado la confirmación de nuestras visiones
de hoy. De sus diferentes negativos queremos obtener nuestra propia imagen en
positivo”.
De la misma rama, encontramos el nexo de
contenido y formatos psicológicos entre la sociedad Canaria y la arqueología de
mano de Javier Soler, para quién “ocurre con muchos aspectos de la arqueología
de las Islas, existe un abismo preocupante entre los resultados científicos
alcanzados y la calidad de información que posee el público” y la relación
entre los efectos de estos “contenidos” y los patrones psicológicos se
identifican por el mismo arqueólogo: “Las discrepancias que existen entre el
conocimiento del pasado gestado por los profesionales y el que posee la
sociedad es un grave problema al que no se le ha prestado la atención que
merece. La mayoría de los canarios maneja, con respecto a los primeros
habitantes de las Islas, unos clichés y razonamientos que poco o
nada tienen que ver con la realidad. Sin embargo, también es cierto que muchas
personas pretenden acercarse al pasado como si de un parque temático se
tratase. Sin hacer el menor esfuerzo intelectual por comprender lo que están
viendo. El visitante no puede ser un ente pasivo que reciba la información que
más le apetezca. Es necesario que intervenga activamente en el proceso
divulgativo, ya que si no es así el pasado se convierte en un simple
entretenimiento pasajero, que aporta poco o nada en la formación de los
ciudadanos”.
Y así, las imágenes negativas que se autoidentifica
la sociedad Canaria en los indígenas, son los estereotipos e imágenes
negativas procedentes e identitarios, de los colonos de la época o de la
imitación de los indígenas a éstos. Donde se dio a relatar la imagen del
indígena fue en su proceso de subordinación e implantación del SDC
5.2 Noción Histórica.
Tras observar diversas características
desde la objetividad, ahora, encontramos una percepción hacia éste fenómeno con
unas características e ideal muy diferentes a los que
se encuentran describiendo en este trabajo, hay un conflicto de percepciones y
de intereses, ya que recordamos que según Memi, el interés de la sociedad en
poder, terminaba por definir la propia percepción de la misma.
Encontramos una cita muy interesante y
explicativa, desde el punto de vista de la clase social hegemónica, de lo
acontecido en Canarias y, no es otra cosa que la forma en la que se “conquistó”
la tierra canaria y por ende a la sociedad que vivía en este lugar. Según la
visión de la clase colonial, El militar Torres Campos; “Tratados por los
conquistadores fraternalmente los canarios, apreciados en sus nobles
cualidades, unidos á ellos por matrimonios numerosos, elevados muchos hasta
ocupar en la nueva sociedad puestos distinguidos, llevóse á cabo una fusión
rapidísima, íntima y completa, que es hecho singular en la historia de la
colonización y de las conquistas. Se identificaron con nosotros en ideas y
sentimientos, les alcanzaron nuestras desdichas, compartieron nuestras alegrías
y nuestros éxitos, nuestro honor fue el suyo, nuestra bandera constituyó
sagrado símbolo de lealtad a la partida a la patria española”. Un ejemplo
llamativo es que “Hernán Peraza, señor de Gomera, hacía correrías por las Islas
para coger esclavos, sobre todo de la Palma; construyó una torre en Gomera para
depositarlos, y sacaba partido de ellos vendiéndolos e Europa o arrendándolos,
para que fueran utilizados” (Torres Campos, R., 1901) Esta torre es actualmente
la imagen representativa y publicitaria de la Isla de La Gomera.
Es curioso el continuo adjetivo de “nobles”
cuando se hace referencia a conductas que favorecen el interés de la clase
agresora. Detrás de esta característica, cuando se emplea en los contextos de
colonización o inferiorización, denotan la aceptación del rol del subordinado
social, la interiorización de la interiorización del colonialismo cultural, ya
sea de forma activa o pasiva. Destacan facilidad en los procesos de aceptación
y acomodación psicológica del proceso de colonización para cualquiera de sus
aspectos. Este cuasi-estereotipo, puede llegar a ser tan dañino como el
estereotipo mismo de perezoso, o incapacidad cultural, por ello, más adelante
se va a seguir analizando.
A modo de explicitar los principios de la
consolidación del síndrome del colonizado en Canarias así como de la endofobia
podemos citar a Glass que escribió en el Siglo XVII que “las grandes familias
de estas islas se sentirían altamente ofendidas si alguien les dijera que son
descendientes de los moros, o incluso de los antiguos habitantes de estas
islas; sin embargo, imagino que no sería cosa difícil probar que la mayor parte
de sus amables costumbres les han sido transmitidas por aquellas gentes, y que
no han heredado del lado gótico sino la barbarie. No obstante, la gente bien
educada, y todos los españoles, se sienten orgullosos de descender de los
godos”. Asimismo Kinderley en el Siglo XVIII, aportó algo más impactante a este
hecho, algo que es la semilla de lo que hoy es la endofobia, algo que demuestra
que la aculturación existe y que en Canarias se usó tácticamente. Ese algo es
que; “El relato que los españoles hacen de ellos [refiriéndose a los nativos]
es que sus antepasados los encontraron casi en estado natural, sin leyes
ni religión, e incapaces de dar ningún informe sobre su origen. Algunos han
conjeturado que fueron emigrantes de Cartago. Los españoles los llaman moros,
pero desconozco la razón por la que les dan este nombre. Estos moros, los
descendientes de los guanches, son en su mayoría campesinos y criados.”
Este relato histórico nos hace
identificar una actitud con altos elementos de “endofobia” ya en el siglo XVII,
consolidándose mediante el proceso de colonización y neo-colonización actual en
el “inconsciente colectivo” de la sociedad Canaria, encontramos así una
disonancia entre generaciones diferentes si se contrasta con el estudio de
Esteban Torres sobre la identidad juvenil, el cual vamos a estudiar
posteriormente. De esta forma observamos como la consignación del apellido
influye en la percepción del individuo sobre su ascendencia indígena o foránea.
En la actualidad el mismo elemento
discriminatorio a nivel incluso étnico-racial se encuentra por diversas razones
en los apellidos por la negación sistemática de respetar el mantenimiento del
nombre originario de la población nativa a la hora del bautismo por parte de
los colonizadores. Los únicos que pudieron mantener el nombre fueron los
miembros de la nobleza originaria a los cuales se les permitió que figurara
como apellido. Estos nombres se conservan aún hoy ya que éstos nativos nobles
podían apadrinar a otros nativos, los cuáles heredaban el mismo apellido que el
padrino. Por lo tanto, también es de destacar que hubo otros originarios que no
tuvieron la misma suerte de poder perpetuar un signo de su cultura puesto que
fueron apadrinados por colonizadores. Pero esto no es repertorio del saber
común ya que se les ha hecho pensar que según los apellidos proceden de
familias nativas o no, lo que implica una manipulación en la divulgación
histórica (Torres Campos, R., 1901).
Tras mostrar el relato histórico esta vía
como un proceso de evangelización. La sociedad mantiene una actitud de
predisponer a priori, una exaltación a la pertenencia de los grupos foráneos y
mayormente, del grupo hegemónico. LA búsqueda de referencias se realiza fuera
del endogrupo, calcando esto una aceptación falaz sobre el grupo de pertenencia
del individuo. Esta predisposición al razonamiento falaz, con la intención de
emplearla, caracteriza una respuesta de autonegación en el reconocimiento al
grupo de pertenencia, así como lo que se puede llamar, una crisis identitaria.
La percepción dominante fue la generada
por la sociedad que empezó el proceso de colonización en las islas Canarias, la
cual necesita en el cumplimiento de sus estructuras e intereses un conglomerado
de estereotipos sobre la IN-capacidad gubernamental u organizativa.
En este sentido otro caso de
discriminación étnica (referente principalmente a niveles educativos) es el que
se observa en los primeros “estatutos” del Colegio Santa María de Jesús, primera
Institución de carácter Universitario. El escrito lo encontramos en dos
idiomas; “Importante es señalar que Fernández de Santaella no contemplaba la
limpieza de sangre como requisito exigible; explícitamente dejó dicho que no se
hicieran distinciones entre los candidatos por ser "canarios, indios,
gentiles, paganos, judíos, sarracenos, nobles, no nobles, ricos, pobres,
buenos, malos, urbanos, rústicos, libres o esclavos, o de cualquier linaje que
se descendiera", mientras que se fuese cristiano o no hubiese impedimento
canónico si se trataba de los sacerdotes”.
En esta fuente, encontramos una raíz
paradigmática que estructuró el sistema educativo. La educación básica y
superior, compartían un mismo factor discriminante, cuyas consecuencias fueron
en la primera una negación a la educación, y además, un analfabetismo
estructural, que llegó a diferenciar las sociedades. La educación superior
agudizó estas causas, al formar una tecnocracia meramente oligárquica, y cuyo
requisito era la no pertenencia, o negación de la identificación con la
sociedad a colonizar.
A continuación encontramos de gran
relevancia incluir en este pequeño trabajo las Escribanías de la máxima
Institución gubernamental a nivel insular, documento que debe ser tomado en
consideración y por el cual podemos descubrir de una forma más fiable lo que
ocurrió en esos tiempos de colonización, así como la percepción diferencial de
los grupos sobre el conflicto en existencia. Estos textos nos ayudan a
reconocer las divisiones de grupos que se mantuvieron en polos muy distintos.
De esta manera hemos recogido para terminar este punto una colección de 10
citas que a nuestro parecer son las más clarificadoras.
1.
Escribanías del Cabildo de Tenerife. Principios del siglo XVI. “Fue acordado
e consultado en este Cabildo que porque los pastores guanches son ladrones
y
2.
roban toda la ysla y destruyen los ganados, de que se quexa todo el pueblo, y
hasta aquí non se a podido remediar de pastores castellanos por falta de non
los aver”.
3.
Escribanías del Cabildo de Tenerife. Principios del siglo XVI. “E
luego Alonso de las Hijas e Fernando de Trugillo e Mateo Viñas e Batysta
Ascaño y el Bachiller Pero Fernándes dixeron que denuncian e denunciavan al
señor Adelantado que ay muchos guanches alçados en esta ysla e que roban los
ganados y facen otros daños; que piden se faga lo que sea justicia
procediendo contra ellos. Muchos esclavos guanches que se huen andan alçados
cinco o seis años entre los libres, porque como todos son de una nación y
biven en los campos e sierras acógense y encúbrense unos a otros, y esto
házenlo tan sagazmente, de más de ser la tierra aparejada para ello, segundo
los barrancos de malezas e cuevas y asperujas que no se puede saver sino por
presenciones. Especialmente porque es jente que aunque unos a otros se
quieran mal encúbrense tanto e guárdense lo secreto que antes morirán que
descubrirse y tienlo esto por honra y este estilo tenían antes que la dicha
isla se ganase y todavía les ha quedado, pues saberlo dellos por tormento es
inposible aunque los hagan pedaços por que jamás por tormento declaran verdad
y por ser de esta condición e manera es gente muy dañosa…muchos esclavos
guanches e negros e moriscos de los vezinos e moradores de la dicha isla se
an huido e ausentado e huyen de cada día e se han andado e andan por las
sierras e montañas un año e dos e cuatro e cinco e más tiempo…”
4.
Acuerdos del Cabildo. Año 1514. “Estaba informado de que en esta isla
hay muchos hombres de pelea guanches [...] que facen daño a los ganados e
haciendas de los vecinos, andando como andan de contino en el campo habitando
fuera de poblado, lo que está informando que cometen [...] e los alguaciles
no los pueden prender...por andar armados de lanza e de las espadas y otras
armas”.
5.
Bethencourt Alfonso. Principios del siglo XX. “Por las consideraciones
hechas, las pruebas apuntadas y los individuos que surgen de las páginas
anteriores, cabe deducir que Tenerife no fue conquistada por la fuerza de las
armas en el sentido de que los españoles dominaron a los indígenas en los
campos de batalla; sino que debilitado el país con las guerras entre
menceyatos y la guerra social entre nobles y siervos a presencia de las armas
españolas, concluyeron por sometérseles aunque negociando un tratado de paz
quedando equiparados vencedores y vencidos”.
|
6. Rumeu de Armas. Siglo XX. “Este
retorno (de esclavos canarios desde España) más o menos consentido llegó a
alarmar a los propios conquistadores, que elevaron sus quejas a los soberanos
de Castilla, ante el infundado temor de un levantamiento general”.
7.
Carta del Cabildo de Tenerife a los Reyes Católicos. Siglo XVI.
“Otrosí suplicamos a V.M. haya remedio en los continuos hortos, e robos de
ganados, e
8.
colmenas, e otras cosas del campo que se facen en esta isla, porque como la
tierra es demasiadamente fragosa, los naturales de ella, e de otras islas
comarcanas son muy ligeros, e usados de andar por los riscos, e asperezas, e
peñas, por donde los castellanos les es imposible andar; y ellos se hacen
señores de todos los ganados, y los comen e matan de ellos los que quieren,
más que los dueños. Los vecinos no los pueden sufrir, y en ninguna manera la
justicia los puede prender. Así los dueños de los ganados de esta isla,
querrían que hubiese en ello justicia, e hermandad, conforme a la hermandad
vieja de Toledo e Ciudad Real”.
9.
Escribanías del Cabildo de Tenerife. Principios del siglo XVI. “Las
Hijas y Valdés dijeron que hacían saber al sr. Ad. y Sr. Ldo. como en esta
isla eran venidos y estaban muchos guanches así de los que fueron desterrados
por delitos que hicieron, como otros que se vinieron echados de otras partes
por malhechores, los cuales no tienen haciendas y los trajeron y no trabajan,
sino andan por los campos de hato en hato comiendo de los ganados, robándolos
de los vecinos y aconsejando a los esclavos que se alcen y encubriéndolos; y
como sean naturales y destruyen la isla y tienen por partido de decir que la
tierra y ganados eran de sus agüelos y que por aquello lo habían de comer”.
10.
Bethencourt Alfonso. Principios del siglo XX. “A los (alzados) que hacían
prisioneros, imponían distintas penas según sus fechorías yantecedentes, como
azotes, cárcel, cortarle las orejas, extrañamiento de la isla y tal vez en
ocasiones la pena capital”.
11.
Acuerdos del Cabildo. Principios del siglo XVI. “[…] Que he visto el mucho
daño en la isla de los esclavos, que cualquiera esclavo que se huyere desde
hoy en adelante, que muera por ello, y si fuere muger que le den cien azotes
y la echen de la tierra”.
12.
Acuerdos del Cabildo. Año 1513. “[...] Al pago están obligados todos
los vecinos por estar como están todos los caminos tapados y las montañas llenas
de muchos alzados y ladrones, que si no se remediaba se perdería la isla y
todos han acudido con el repartimiento del dinero que les cupo pagar [...]”. Las escribanías del
Cabildo de Tenerife, muestran como la sociedad dominante reprodujo los esquemas
y la estratificación social, pero amoldado esta sistemática social al estatus
de colonización que tenían que desarrollar en el territorio y sociedad
Canaria. Estos esquemas mantienen una incongruencia con la sociedad
desarrollada en el territorio. Se puede observar como la clase dominante hace
suyo el concepto de pueblo, manteniendo en exclusión a la “deshumanización”,
el no-pueblo. De esta forma, toda acción de la sociedad inferiorizada que no
mantenga el beneficio de la clase dominante, se torna primera por los
esquemas de ésta, como una agresión, y así posteriormente, del plano
culturo-social, pasa a regalarse, a la normalización en base a la
“legalidad”, se regulariza la discriminación. De ésta forma se marca una
estructura social que viva a generar unas teorías intrínsecas y expectativas
posteriores sobre su cumplimiento, modelos y patrones sociales que llegan
hasta la personalidad cultural, y moldeando así los elementos de la sociedad
Canaria. De esa forma, las acciones y roles de las sociedades, eran tratadas
desde los comienzos de esta institución, se regularizan según de qué tipo de
sociedad provengan las manifestaciones, sea de la cultura a inferiorizar, o
de la clase colonial. De ésta forma, la institucionalidad regulariza la
discriminación, y además se genera como una fuente de desigualdad.
|
También podemos observar
como la institución pública considera nación al grupo indígena que mantiene la
resistencia económica, social y cultural. Este término en la época puede estar
muy relacionado con el de pueblo anterior, o, mantener un significado más
cercano al actual término de nación, más amplio.
Se considera “pueblo” a
la sociedad hegemónica, el resto de los habitantes, como se observa, no entran dentro
de éste término. Habría que indagar el significado de la palabra pueblo en el
s.xvi, pero, podemos deducir, que como máximo, mantenía en este caso dos
significados; Primero a la población indígena no se le considera dentro del
término mismo de pueblo que conocemos, siendo para la clase colonial el pueblo
los seres humanos que habitan el territorio, por lo que, aquí empezarían los
procesos de deshumanización y encasillamiento de Memi y Fanon, usando como
medio a la institución establecida.
El segundo significado
de término es que se considere como pueblo a los seres humanos ya aculturalizados,
y como esquema de clasificación grupal, se toman a los indígenas sin
aculturizar, ¿cómo seres humanos?, pero seres exteriores a lo que se
consideraría desde la institución la sociedad que se formaba en la época, o
sea, se les considera como otra sociedad a parte.
La discriminación se
vuelve objetiva, y este trato se convierte en una fuente de
inferiorización socio-cultural, que conlleva a moldear a los individuos de
la sociedad en base a patrones subjetivos y objetivos, que terminan formando el
SDC, y se acaban expresando en lo que estamos describiendo como endofobia.
El efecto se agrava
cuando se conoce que para la sociedad europeizada, o de origen opresora, no se necesita ni exige una identificación o
linealidad con las sociedades prehistóricas. Debido, a que esta división en
sociedades, (prehistórica y moderna), se destacan por la lejanía temporal, y
diferencia en valoraciones, teniendo en consideración como un especial atraso y
retroceso hacia lo más básico para las sociedades prehistóricas, rompiendo la linealidad
histórica y formadora que unen a estas sociedades. Por ello, el
entendimiento de la importancia de la identificación en las sociedades
coloniales con las sociedades suyas, que son consideradas en base a la
antigüedad y ancestralidad, se percibe como algo incomprensible, innecesario y
símbolo de retraso para una sociedad. El déficit se encuentra en el
desconocimiento de la diferencia para estas dos realidades bien distintas, la
colonial, sin necesidad de aceptar dicha linealidad de barbarismo prehistórico,
y la del colonizado, la cuál, no se basa en la prehistoria, sino en la historia
reciente, no se basa en una época de barbarie, de sociedades básicas, ni hay
una diferencia temporal y generacional similar a la de las sociedades
colonizadoras. De ahí varios factores de la importancia del reconocimiento,
conocimiento, identificación y trabajo sobre la linealidad histórica de las
sociedades colonizadas cono sus sociedades indígenas incluso más recientes,
históricas, engendradores comunitarios.
En los ejemplos
explícitos sobre la práctica, hecha hábito, basada en la opresión
socio-histórica, moldean la formación, incluso humana de las sociedades. Otro
punto de inflexión en este hábito es desarrollado en las expresiones
culturales, donde las prohibiciones de la expresión y práctica cultural de la
sociedad originaria es automáticamente oprimida,
normalizando esta situación anormal en la sociedad “volcanizada”. El caso de la
prohibición en 1804 de la expresión misma cultural de la sociedad, denota las
visiones que se fueron formando la cultura. Varios actores, como la acción
deshumanizante, e incluso la influencia del corte familiar, donde la
trascendencia generacional es “castigada” en el artículo, y las condiciones del
aprendizaje pasan a explicitar la modulación de la opresión. Genera una
situación de opresión que nunca llegó a converger con la sociedad colonizada,
aunque previsiblemente promoviera la agudización del SDC. En dicha prohibición
encontramos: “Se prohibe todo juego de lucha, barra y demás,
que sólo sirven para perjudicar la salud(...) Siendo
tan perjudicial a la juventud y de toda persona(...) y se advierte a los padres
de los jóvenes que usan estos juegos bárbaros que intimen a sus hijos el no
contravenir, pues ellos son los responsables y no se les oirá disculpa alguna.
Asimismo se prohiben las bodas y fiestas de bailes, de la campana en adelante,
como también la tocada de caracoles, quedando el que lo ejecute, sin licencia
de la autoridad, sujeto irremisiblemente a la pena que se halla impuesta para
la lucha”.
5.3 Noción
Socioeconómica y demográfica
La sociedad canaria, residente en un
territorio fragmentado por islas, el cuál desde que fue colonizado desde el
siglo XV (R. Torres) hasta el momento histórico actual (2011) ha sufrido
diversos índices "objetivos" relacionados con la desigualdad,
agresividad, estancamiento y subdesarrollo social. Para comenzar, haremos una
breve descripción de algunos índices, los cuales destacan principalmente de
forma negativa debido a su comparativa diferencial con las medidas estatales.
En Canarias encontramos que el 20,8 % de
hogares está bajo el umbral de la pobreza y un 18,7% de personas bajo el mismo
nivel según el Gobierno de Canarias, mientras que distintos tipos de
Asociaciones y ONG's la cifran en casi un 30%. Asimismo se redondea que un
centenar de personas poseen fortunas superiores a los 10 millones de euros,
dando niveles de concentración de riquezas que generan una desigualdad social
propia de países "subdesarrollados", un informe de la ONG
Transparencia Internacional en África sitúa a Canaria como la región más
corrupta del continente (El 74% de los canarios clasificó al archipiélago como
muy corrupto), mientras según el fiscal general de estado, Canarias sólo es
superada por Madrid por casos de prevaricación (tengamos en cuentas las
diferencias en cantidad poblacional (6,3 millones frente a dos millones de
habitantes aproximadamente), territorio, y movimiento de capitales). Mientras
que el 9% de los hogares canarios tienen a todos sus miembros en paro,
conformando una tasa de paro del 26,91% para el último trimestre de 2009. El
salario por hora es de 8,47 euros, un 20,90% inferior a los 10,24 euros de
media estatal. Además los costes laborales totales para la empresa son también
los más bajos siendo la media canaria de 1.883,69 euros, un 16,82% inferior a
la media del Estado que es de 2.200,61 euros. Por otro lado, existen unos
índices de fracaso escolar muy elevados lo que concuerda con lo dicho por
Ramírez, V. (2009) exponiendo que “históricamente siempre ha liderado los
índices de analfabetismo de forma alarmante”. Así, la cifra actualmente del
porcentaje de los jóvenes que dejan los estudios nada más terminar la Enseñanza
Secundaria Obligatoria (ESO) en Canarias alcanza el 36,9%, siendo el 10% como
objetivo a nivel europeo.
Las Islas poseen también una densidad
poblacional de 264 hab. /Km. Cuadrados, lo que contrasta con los 86 hab. / Km.
Cuadrados a nivel estatal. Otra peculiaridad es que Canarias es la única región
que mantiene el uso policial de armas eléctricas según denunció Amnistía
Internacional (2009). Se observa que el consumo generalizado de fármacos fuera
de prescripción médica se sitúa por encima de la media estatal. Según el
estudio de incidencia del consumo de drogas en la Comunidad Autónoma de
Canarias, 2007-2008, el 18,2% de la población ha consumido tranquilizantes en
alguna ocasión y el 6,8% somníferos, mientras que la
media nacional se sitúa en el 13% y el 6% respectivamente. Así como unos
escondidos índices generales de consumo y venta de “drogas”, delincuencia,
depresiones etc. Fuentes: ISTAC, INE, Gobierno de Canarias y Consejería de
Sanidad. (Fragmentos del estudio realizado por Betancourt, J. T.).
Hay ocultas también varias correlaciones entre diversas variables de las
anteriormente nombradas, como es el aumento de fracaso escolar junto a los
aumentos de dotaciones en RIC, los aumentos de niveles de delincuencia con aumentos
de “producción turística” (Suicidio en hormigón, 1982), aumento de la
desigualdad social junto con los índices de entradas de subvenciones etc.
Así los colectivos sociales de las islas
Canarias incluso identificado a la administración encargada de la “política de
colonización” en las Islas de como responsables activos de la entrada,
distribución, venta y reventa en Canarias de las sustancias popularmente
conocidas como drogas, materializándose estas acusaciones más concretamente
en el uso de los cuerpos de la policía y sistemas de seguridad españoles como
medio para tal objetivo de distribución de “droga” (objetivamente coincide con
un alto número de casos de corrupción policial y tráfico de drogas en los
mismos). Según la legislación en la que se amparan estos colectivos si una
acusación de tal calibre no puede ser demostrada con pruebas “objetivas”, se
llevan a cabo acciones legales contra los afirmantes. Hasta ahora ninguno de
los colectivos que defienden esta hipótesis han
recibido acciones legales por tal acusación. Estadísticamente, la provincia de
Las Palmas fue la segunda en comparaciones estatales “en número de
procedimientos judiciales por drogas en 2009(...) según la última memoria de la
Fiscalía Especial Antidroga del Estado. Por comunidades autónomas, Canarias
también fue el segundo territorio con mayor número de causas por salud
pública”. Desde la publicación de esta información, llegamos a la información
anterior, y deducimos que los niveles reflejados públicamente, se encuentran a
expensas de ser engordados si sumamos la gran cantidad de este interesado
material entre en el juego de la interacción colonial. El problema pasa a un
segundo juego cuando se encuentra el interés, trasfondo, y demarcación social
que juega este material en una sociedad como la Canaria, ya que hay, el juego
de las percepciones y participación social, aprende a desarrollarse para un
sistema de interacción y protagonismo agresor.
Hacemos una pequeña reseña sobre un
evento relevante. En 1986, surgió en Canarias un hecho histórico que pudo
influir en la sociedad canaria de forma sistemática. Este hecho fue el rechazo
social por medio de un referéndum hacia la "Organización del Tratado del
Atlántico Norte" (OTAN) y las respectivas maniobras militares en territorio
canario. Este hecho no fue respetado, y no se aplicó el acto conocido como el "No
a la OTAN". Al no tenerse en cuenta esta decisión popular constatada
mediante un referéndum, se generó una situación de indefensión aprendida en la
sociedad que participó en el evento, acentuando así factores como la
auto-percepción, percepción de control o de importancia percibida y por ende,
la valoración de la identidad social y su capacidad de influencia como núcleo
poblacional en el funcionamiento social del territorio. Actualmente no se
observa ese rotundo rechazo a la OTAN, sino más bien se expresa todo lo
contrario.
Cuando nos adentramos en un análisis en base a
sistemas de recursos, tangibles e intangibles, aumentamos la nutrición
multidisciplinar con aportaciones especiales desde la economía. El dinero en
Canarias tiene un valor añadido, un valor especial que le otorga una diferencia
con respecto a las otras sociedades, y es su papel especial y transformador en
el juego de las relaciones de poder para la economía de la sociedad en
colonial. El valor de la moneda, en términos ampliamente sociales es muy
diferente en una sociedad “normalizada” que en una sociedad en situación de
conflictividad del tipo que se encuentra en la sociedad Canaria, ya que el
dinero es un fuerte modulador del poder.
Para reconocer las relaciones entre los
procesos económicos y los elementos culturales-sociales, primero hay que
describir y detallar diversos datos sobre el proceso de colonización y
explotación a nivel económico, para así poder exponer consecuencias de carácter
social e individualizados, como consecuencia de la interacción de poder y
recursos.
El proceso de expansión capitalista
confluye del histórico proceso de hegemonización y expansión colonial, así
asimilamos el actual estado como “neocolonialismo”, una aportación que nos
acerca a este término es el que las mayores potencias imperialistas del período
colonial, sean las actuales potencias hegemónicas del capitalismo (coincidentes
con los miembros de los principales (g-4, g-8, g-9).
Detrás de la conformación
económico-social se encuentra soterrada la externalidad clave, de coste
incalculable, la cultura. Ésta, ha sido estudiada y reconocida como
externalidad, pero poco divulgada, por ello la “externalidad cultural” es un factor
que analizamos para este proceso.
Una de las mayores dificultades que
conlleva reconocer y estudiar especialmente esta pérdida social, recae
principalmente en su “percepción como un problema social”. La Cultura,
como dapilacion social puede ser interesadamente difícil de
palpar u objetivar, así se facilita que su proyección o comunicación se
pueda servir de muchos estereotipos y contaminaciones.
La sensibilización de las sociedades
hacia este problema, a pesar de su evidente realidad, tiene una difícil
identificación y contrastación, los índices objetivos que pueden demostrar tal
evidencia como el problema social que es, aunque incuestionables, son de muy
frágil reconocimiento a nivel institucional y poseen una interpretación que
puede estar muy afectada por el elitismo social; es como un desequilibrio
socialmente soterrado, asimilado y libre de conflictividad en la búsqueda de
una mejoría de la situación. Este reconocimiento se agrava al pasar de la
institución a la sociedad en su globalidad.
El proceso de hegemonización incluye un
cambio socio-cultural, necesario para sostener su administración y formación
socio-económica, promotores de la
asimilación de los procesos, funciones, estructuras y productos del
neocolonialismo en las “nuevas” sociedades. Todo ello ayuda a la acomodación
ficticia de las percepciones sobre la sistematización social.
Así desde el período de la colonización
se generaron desigualdades económico-estructurales en las sociedades. Un
pequeño ejemplo de ello se encuentra en la imposición y distribución del
sistema sanitario colonial, descrito por el catedrático en Psicología V.
Pelechano, al nombrarnos la imposición de un sistema sanitario “nuevo” en los
procesos de colonialismo, y posteriormente generadores de una fuerte
discriminación entre las sociedades que componen los estados de colonización.
El lenguaje, como ya contemplamos
anteriormente al analizar las teorías de Luis Jean Calvet, es un pilar “básico,
frágil e influyente” del expansionismo y explotación, inflándose así el
mercantilismo, la ciencia, educación, junto a los pilares de la sociedad más
correlacionados con el mercado en una influencia pura del lenguaje y formas de
pensamiento de las castas superiores, las cuales en estado de colonialismo y
neocolonialismo agudizan sus peores atributos.
Todo ello incide en la percepción de la
sociedad sometida; los valores, creencias, ideas, la funcionalidad social, a
nivel más general los diferentes sistemas políticos y económicos (influyentes
tanto en las sociedades colonizadas, como en las colonizadoras). En este
apartado económico tenemos que profundizar y tener en cuenta la cuestión de la
“funcionalidad social”.
Se pueden observar las más directas
influencias de estas interacciones sociales en la economía; factores como la
percepción social de estados y cambios en la población y economía, estructuras
sociales, sistemas culturales, regulaciones legales, asimilaciones sociales,
valoraciones sociales (dentro de las cuales se encuentran valores preferentes
como la protección, degradación y explotación medioambiental, valoraciones
sobre la desigualdad, justificaciones de estatus, valorar las necesidades de
las normas sociales, etc…), percepciones de las formas y métodos de
explotación, asimilaciones, aceptaciones, adaptaciones o revoluciones
(mayoritariamente agrícolas), sobre las formas de sometimientos, de resolución
de conflictos o justificaciones de poderes a los grupos de interés.
Ejemplos claros sobre ello, los
encontramos en Canarias; la percepción social de elementos como la RIC, casos
de conflictividad medioambiental (caso Tindaya, introducción del picudo rojo
por medio de la importación de palmeras extranjeras para “adorno”), casos de
discriminaciones sociales como la aplicación de la “ley de costas”, la cual explicaremos
posteriormente, o la actual problemática de los crecimientos urbanísticos de
los aeropuertos canarios, lo cuales, siendo públicos en aras de privatizarse,
están generando un crecimiento de infraestructuras (no argumentado
objetivamente y contrario a los actuales índices de capacidades y usos de las
mismas instalaciones), este crecimiento encuentra su contrariedad más clara en
la ocupación de territorio habitado por núcleos históricos como es el caso del
núcleo poblacional de “Ojos de Garza” o el caso del pueblo agrícola de San
Lázaro, los cuáles han sufrido tanto persecuciones políticas como vacíos
legales en los conflictos. Éstos han generado movimientos sociales que han sido
discriminados, rechazados y emprejuiciados por parte de las administraciones y
la legalidad.
El consumo y gustos también se ve
afectado por los sistemas de coloniaje (es nombrado por autores anticoloniales
el excesivo consumo de crema de aclaración de piel en Martinica, buscando una
similitud con la población hegemónica blanca, el rechazo a diversos productos
internos frente los importados como los productos canarios antiguos), la
aceptación social sistemática de los monocultivos, y, por ende legislación
laboral, lo cual genera cambios estructurales en mercados internos y entornos y
contextos facilitadores para la explotación del territorio y la sociedad
dominada.
Para entender estas concepciones
económicas en claves de ámbitos más sociales, culturales, psicológicos, es
preciso conocer alguna relación entre estos dos polos de la ciencia, la
psicología y la economía. El psicólogo (Daniel Kahneman) premio nobel en
economía junto a los investigadores Amos Tversky y Richard Thaler, fundan el
movimiento “behavioral economics” para ayudar a percibir la complejidad que
distingue la complicación del razonamiento en los individuos al elegir. Este
concepto en la simple neo-teoría económica interpreta al individuo como el ente
“egoísta y maximizador de ganancias”, según los autores el razonamiento humano es más complicado,
tienen en cuenta la “aversión a las pérdidas” y la “distribución inicial de
recursos”, “respetar la libertad del individuo implica prestar atención al
contexto en que actúa”, nuestras decisiones están preestablecidas en un límite
“endógenamente” (por las normas y pautas vigentes), y así las decisiones no son
tan simplistas ni ingenuas como se definen en el paradigma económico. Así se
destaca como pueden haber grandes diferencias entre grupos y sociedades a la
hora de participar, dirigir y hacer uso de la economía y el consumo. En ello
entraría el papel de la cultura y dinamismo social para caracterizar los
contextos donde se mueven los individuos (y las sociedades) para formar el
movimiento económico al que le dan uso estos tipos de poblaciones.
Las normas sociales en este caso pueden
servir de ejemplo perceptor y regulador para las necesidades sociales. En los
estados sociales que estamos estudiando, dichas normas, junto con los valores
suelen conllevar un proceso de implantación de forma más o menos conflictiva (o
más sutil o latentemente de forma conflictiva) y con un mayor o menos nivel de
discriminación y desigualdad en las sociedades y grupos afectados, lo cual
influye en la determinación, valoración, aceptación y normalización de las
necesidades sociales. Cuando las necesidades reales de unas sociedades no
coinciden con la imagen y el reconocimiento de las necesidades “ficticias y
diseñadas” por parte de un grupo sobre otro, hace que las necesidades reales se
agudicen a la vez que se desvalorizan para que su reconocimiento no genere
sufrimiento en la población.
A las sociedades originarias hay que
desestructurarlas, influenciarlas y recrearlas para adaptarlas a las formas de
producción, estilos de vida, normativa, adaptaciones al medio entre otras, más
convenientes para la aplicación del sistema económico hegemónico.
Un factor que podemos observar como
extremo de este parasitismo económico cultural es el fenómeno de los
movimientos migratorios motivados por el “sueño europeo” u occidental.
La estructura caciquil en Canarias, es
agudamente representada en los elementos básicos en consonancia a los recursos
de la sociedad misma, el terreno y el agua.
Una economía caracterizada por un alto
nivel de dependencia (el mismo caso es aplicable a altos niveles de corrupción,
desigualdad etc...) será más fácilmente aceptada por una sociedad con un alto
nivel de dependencia psicológico-social, así como una sociedad con tal
característica tenderá a aceptar y promover mayormente el polo dependiente frente
al independiente en la economía en la que se localice. Hay un tipo de resignación social, mezclado
con autoinculpación y aceptación unilateral sobre la realidad económica.
En la forma de gobierno de tipo caciquil,
con la esencial presencia de caciques direccionando y protagonizando la economía, se genera un
sub-grupo residual, que en padecimiento de un alto grado de discriminación en
todos los casos que exponemos, estos grupos poseen elementos endofóbicos ((o como
nombran algunos autores Americanos: indofóbico). A la vez también es cierto que
en las sociedades donde el proceso de colonización ha estructurado una sociedad
de tipología“síndrome del colonizado” es más fácil la adopción de una
estructura económica-gubernativa de tipo caciquil, y donde las desigualdades y
agresiones por parte de esta tipología de protagonistas tienen una respuesta
menos confrontada y más tolerada. El estilo “caciquil” se transforma a lo largo
del tiempo, transformándose de un estilo directo a un tipo en el que su
actividad es similar al racismo “irreconocible” donde las agresiones y
demostración de elementos endofóbicos y de violencia social se transforman a
una forma más sutil, esta trasformación también se beneficiaría de una sociedad
con elementos endofóbicos, pudiéndose acomodar y estableces de un forma más
sólida y con menos contraprestación por parte del grupo “inferior” que es
sometido a esta dinámica.
Podemos asegurar dos cosas; una es que
una sociedad endofóbica y con el síndorme del colonizado se adapta de forma más
llana y fácil a formas y patrones que son agresivas para ella y especialmente
perjudiciales para su desarrollo, y la segunda afirmación consiste en que unos
patrones y formas económicos, geográficos y sociales agresivos para una
sociedad agudiza y cronifica los “síntomas y signos” tanto meramente
endofóbicos como característicos del síndrome del colonizado (en referencia a
una sociedad que ya mostraba estos elementos negativos). Si éstos no existieran
de momento, esta agresividad genera unas circunstancias propicias para que se
dé el comienzo de este problema, pudiendo ser la “nueva” respuesta de la
sociedad a este factor antagonista un mecanismo de defensa “socio-dinámico” en
el que se alinea con su “agresor directivo” y acaba formando parte de la agresión,
usando para ello de forma aguda la represión emocional. En la cultura popular
hay diversos refranes que parcialmente hacen referencia a este complejo
aprendizaje y patrones de desigualdades engendradas. Ésta percepción popular
que va a ser destacada más adelante Es posible que la hipótesis que plantea el
Dr: J. T: B. en la que se afirma que en la sociedad Canaria, mientras más lejos
se encuentra el entorno gubernativo para el que se desarrolla un sufragio,
menos acto de voto hay. Esto se relaciona con la resignación social, mezclado
con autoinculpación y aceptación unilateral sobre la realidad económica antes
nombrada junto con una visión de incapacidad de influencia, una indefensión
aprendida y practicada.
Así esta actitud no es específica para
esta actividad política. También es ampliable para los entornos sociales,
aceptación de referentes e incluso facilita la confusión en las falsas
creencias sociales que hemos descrito a lo largo de este trabajo. Estas
proposiciones mantienen relación con el desarrollo de los sistemas caciquiles.
5.4 Visión Psicológica
Una vez realizado un pequeño avance de
las características socioeconómicas de la sociedad canaria, vamos a conocer la
autopercepción de la misma y sus características a un nivel psicosocial. De
esta manera es relevante comentar la percepción, valoración e importancia de la
juventud canaria con respecto a la etnicidad. Tras una investigación sobre la
percepción de los jóvenes en Canarias sobre el término nación, los resultados
obtenidos para este dominio de la Identidad Canaria revelaron que para los
jóvenes isleños la teoría Indígena o étnica es la que con más fuerza
sobresale. (Bethencourt, J.T. según un
estudio de Torres, E.). Para conocer mejor las características de la
“psique" del Canario hacemos hincapié en las distintas descripciones de
los autores interesados en conocer estas características. Según Pedro Hernández
en su obra Natura y Cultura de las Islas Canarias;
“La esencia del pueblo canario es
consecuencia de la esencia del pueblo guanche, de sus características
culturales y sus vicisitudes tras la conquista; de la realidad geográfica que
implica este Archipiélago del Atlántico; de la trayectoria histórica de la
economía y de las relaciones sociopolíticas; del crecimiento, desplazamiento y
otras características de la población; de las influencias culturales de
distintos países y del sistema educativo que va modelando la personalidad
básica canaria” Describe así el mismo autor diversas características de la
misma sociedad como:
Concepto de sí mismo
Domina la infravaloración. Se puede
mostrar orgullo y vanidad por el paisaje y por las cosas de las islas
[recordemos la opinión de los jóvenes de Canarias sobre la teoría de la
etnicidad], pero en el fondo hay un sentimiento de inferioridad, de
considerar superior a los demás o de sentirse evaluado. Todo ello asociado a
inseguridad y tensión emotiva sin canalización adecuada.
Expresión
El canario cree en su dificultad de
expresión oral, al compararse con el peninsular. [Recordemos la conflictividad
lingüística en la colonización que vimos en el anterior apartado]
Reacciones afectivas
Alegre pero con un fondo melancólico.
Encendido, apasionado, aunque con aparente serenidad. La expresión es dulce y
tierna. En muchos aspectos es un niño grande. [Similar a la caracterizada
como Sociedad sin padre de Manuel Alemán]
Actitudes hacia la
realidad general
Capacidad de adaptación, de flexibilidad.
Falta de iniciativa para grandes empresas, debido a la cautela y a la dependencia.
Actitud receptiva de cuanto viene de fuera. Actitud “cosmopolita” y de
marginación periférica. Alguien puede pensar que esto ocurre en todas partes,
pero más ocurre en nuestras islas.
Reacción a la
frustración
Se da en general una postura de
tolerancia, de aguante, de resignación. Se trata de arreglar las cosas por las
buenas. Domina el pacifismo. (...) Lo que sí ocurre es que, muchas veces, más
que tolerancia a la frustración, hay represión, metiéndose la agresividad hacia
dentro. Esto provoca bien intrapunición, es decir, una agresividad dirigida
hacia uno mismo, bien una agresividad solapada que da lugar, a su vez, a
frecuentes críticas, ironías, burlas y hasta sadismo”. La agresividad
almacenada con ese porte de serenidad y dulzura en cualquier ocasión suele
explotar como un volcán muy peligroso.
Mecanismo de ajuste
Frente a las dificultades hay un gran
recurso, que es el humor. Pero existen otros mecanismos negativos, que producen
sufrimiento o limitaciones, tales como tendencia a expresar con dolores
corporales los problemas psíquicos (somatizaciones); las frecuentes quejas
silenciosas; la tendencia a preocuparse desmesuradamente de las posibles
enfermedades o males físicos (hipocondriasis). También el uso de reiteraciones,
repeticiones o salidas a destiempo.
De esta manera, destaca Pedro Hernández,
“otro de los aspectos de la relación con los demás es el recelo o “zorrería”
que no es sino un mecanismo de defensa contra su propia ingenuidad”. Siguiendo
al mismo autor, “el colonizado se defendería de la explotación que lleva
padeciendo durante siglos y este mecanismo se haría más patente ante la falta
de conciencia como pueblo” (Bethencourt, J. M.).
Estas descripciones se complementan con
las características estudiadas por Antonio Rodríguez (2000) según el
"cuadro síntesis de la personalidad del niño Canario" encontramos que
se diagnostican déficits en la autovaloración como "autoconcepto negativo
e infravaloración", en la autonomía como "falta de iniciativa y de
seguridad personal", encontramos una "ausencia de autosuficiencia
defensiva", una "desmotivación a asumir funciones normativas" y
una "agresividad volcánica" con respecto a la relación institucional,
y por último destacamos la "hostiligencia social" en la relación con
los demás.
Observamos cómo se repiten numerosas
características que describíamos como definitorias en el síndrome del
colonizado, las cuáles, eran descritas por otros autores en otras épocas y
lugares distintos. Como también vamos a observar diversas coincidencias entre
los autores de otras épocas que residían o residen en el mismo territorio,
Canarias.
El catedrático de psicología social
Manuel Alemán realiza diversas descripciones sobre la “personalidad canaria”,
adentrándose en posibles factores causantes de diversos rasgos, los cuáles, han
podido aparecer desde la “conquista” o la época de neocolonialismo e incluso
desde la época pre-colonial. Según destaca este autor “el sentimiento emocional
es la exaltación frenética de lo canario, nacida a impulsos de un arranque
emocional sin la contextura de un descubrimiento consciente de nuestra verdad
canaria”. En coincidencia con los términos de represión psicológica,
intrapunición y mecanismos de defensa que describía Pedro Hernández anteriormente,
así como una se conforma una curiosa semejanza de la percepción de los jóvenes
canarios de la teoría etnicista con esta
denominada “exaltación frenética”.
La relación entre los estímulos
ambientales y la psicología es destacada para Manuel Alemán quien afirma que
“la geografía hace posible la puesta en acción del grupo humano. Y brota así el
sentimiento de pertenencia a esta tierra y no a otra porque en ésta arraigaron
motivos psicosociales y enraizaron vinculaciones psicoafectivas (…) Y brota así
un lazo vivencial entre el hombre y su espacio geográfico” (Manuel Alemán,
2006). Precisamente, este autor coincide con A. Memmi, A. Cabral y Martín Baró
al reconocer la necesidad de desarrollar una identidad social acorde a las
vivencias de la sociedad, vistas desde la misma, y libres de estereotipos y
defectos a nivel social. En este sentido, y volviendo a coincidir con Manuel
Alemán,
“la realidad indígena debe incorporarse
en la cultura de la sociedad canaria, como un dato de nuestra identidad, no
como el absoluto de nuestro ser. No se trata de provocar una “regresión” al
pasado. Se intenta su integración.(...) Precisada así la tesis de la vuelta al
indigenismo y de sus límites, no nos vale en la comprensión de nuestro pueblo
la contra-tesis: el anti-indigenismo hispanista de quienes afirma que Castilla
nos trajo luz y que evocar el indigenismo significa reclamar a noche, quienes
afirman que esta vuelta al pasado es un retroceso a la barbarie, a la
animalización de la que fuimos arrancados por e hispano (…) Tal interpretación
no nos permite así descubrir nuestro pasado y con él, la verdadera situación de
nuestro pueblo. (…) El anti-indigenismo (desvalorización de la historia
anterior a la conquista) desfigura así y distorsiona nuestro pasado indígena al
que tilda de nefasto, cargado de incultura y caracterizado por la
superstición.”
La coincidencia con Fanon es notable, se
produce el mismo sistema de “encasillamiento” al que se somete a la sociedad
colonizada, rechazando toda igualitaria salida a este conflicto, por lo que la
sociedad colonizada hace suya la única salida que el colonizador toma como
posible para una sociedad colonizada que se cree “incapaz”, lo que nos recuerda
una determinada falacia. Esta situación provoca el rechazo hacia la cultura
propia del colonizado y mantiene la decisión de rechazo y de adopción de la
extranjera. Un ejemplo es el lenguaje. La sociedad canaria posee un lenguaje
castellanizado pues, aunque ha asimilado una nueva lengua, ha sido capaz de
mantener rasgos diferenciadores tales como la pronunciación, entonación y, algo
más llamativo e importante, topónimos y palabras e incluso frases provenientes
de la lengua originaria.
Aún a pesar de lo atractivo de poder
estudiar lo que queda de esta lengua, aprender de nuestros orígenes sin tapujos
hay que recordar que aun siendo muy importante, según Alemán;
“la lengua no es siempre un elemento
diferenciador de la identidad de un pueblo. A veces es un signo del
avasallamiento de la dominación que, desplazando los canales de expresión
propios de un pueblo, los sustituye imponiéndole lo suyo. Las regiones
Sudamericanas no tienen en su lengua un factor de identidad. La lengua española
o portuguesa no son signos identificadores del continente americano. Son, eso
sí, signos delatadores de la dominación devastadora de España y Portugal. Pero
esta ausencia de lengua propia en el continente latinoamericano no significa
carencia de identidad (…) pero tampoco en Canarias el carecer de lengua propia significa carecer
de identidad. Al contrario. Podemos hacer un recurso a elementos de la lengua
como factores de identificación de la región canaria”.
Aun coincidiendo en gran parte con lo
expuesto por Alemán, no podemos dejar de decir que para nosotros la lengua es
un factor muy relevante a la hora de
formar una identidad ya que nos facilita una gran parte de la tarea pues nos
diferencia de forma clara de unas sociedades y nos une a otras o no hace en sí
diferentes. Por otro lado, coincidimos que en caso de una colonización la pérdida de lenguaje propio
nos ofrece un dato de la cantidad de represión y crueldad que se vivió en la
misma. Pero esta pérdida no significa la rendición absoluta pues como indica Alemán de nuestro uso característico de la lengua podemos
formar una pequeña parte de nuestra identidad. Así lejos de resultar malsonante
o despreciable, el vocabulario canario tiene que ser un pilar el cuál se use sin ningún tipo
de complejo.
Por otro lado, hay que analizar el origen
de nuestra colonización. Según Alemán:
“El expansionismo lanza un proyecto de
modelo único: el europeo, al que habían de constreñirse todos los pueblos. Se
implantaba la hegemonía de Occidente. (...)Las islas fueron convertidas en
“banco de ensayo”. Las técnicas y métodos que habían de desarrollarse en el
descubrimiento y colonización de América fueron previamente ensayadas en la
ocupación de las Islas Canarias. (…) podemos enumerar una larga lista de datos
coincidentes (…): el derecho feudal sobre personas, tierras y bienes, los
contratos con militares quienes, a cambio de sus conquistas, recibían
privilegios, los contratos con empresas comerciales privadas que financiaban
expediciones y el sistema de capitulaciones con el otorgamiento de títulos que
conllevan privilegios nobiliarios, poderes y derechos sobre esclavos y
tierras.”
Lo dicho por Alemán lo podemos también
encontrar en palabras de José María de Zuaznavar en 1797, quien explicita que
“las islas africanas, o adyacentes a España llamadas Canarias son interesantes
por su situación, la más a propósito para el comercio de las cuatro partes del
mundo; para arribadas; para el punto de reunión de convoyes; para surtir de
comestibles frescos, y de vinos y aguardientes a los corsarios, y buques de
guerra, y de comercio; para crucero de naves de guerra; para disponer
expediciones disimuladas y ocultas; y para otros fines semejantes”.
De esta manera ahondamos en el verdadero
por qué de la colonización de nuestra tierra. La sociedad canaria fue explotada
y utilizada como base para la colonización de otros países y apartados de
nuestras riquezas naturales, de comida y víveres. Fácilmente nos viene a la
mente muchos ejemplos actuales como los diversos organismos internacionales que
usan las aguas y tierra para la realización de maniobras en el nombre de la
paz, como en nombre del progreso se apuestan por estrategias de mercado que
dejan sin respaldo como el monocultivo, la agricultura es abandonada y no
potenciada realmente, la ganadería no resulta rentable según los mandatarios,
en la educación no se realza la historia canaria y si se hace es desde un punto
de vista de adoración al colonizador, y así podríamos seguir nombrando un largo
etcétera. Llegados a este punto es necesario citar a Morales González quien
afirmó, bajo nuestro criterio, con mucha razón que “adaptarse es siempre duro y
difícil, pero hacerlo bajo el signo desgarrador de la derrota es heroico, pero
aun así el fardo se torna más pesado cuando se hace con las manos vacías, sin
tierra, sin ganado, sin derechos, ni siquiera con un trato medianamente
humano”.
Por este estancamiento en la información
creemos que es importante recabar información para poder crearnos un escenario
mental lo más cercano posible al original de cómo era la vida en ese momento.
Así podremos hacer uso de nuestra empatía y entender la raíz del colonialismo
así como su modo de proceder. Además podremos comprender el actual estado de la
sociedad canaria. Por ello es interesante leer lo escrito a continuación:
“las mejores tierras y fuentes de agua
pasaron a manos de los conquistadores, así en lo económico nacen los
terratenientes, en lo social nace la nobleza u oligarquía y en lo popular o el
pueblo los magos”(...).Los magos, esa gente que fue tan bestia de carga que ha
soportado sobre sus hombros el peso de la colonización ha visto como precio de
su sufrimientos, que las gentes de las ciudades bajo el influjo de los
conquistadores les ridiculice, se ríen de su ignorancia, se burlan de su
pobreza, subestiman su generosidad y limpia nobleza; así después de haber sido desnudados
de los más elementales derechos, después de negarles un mínimo de cultura,
después de ser peón o medianero, después de soportar la despiadada explotación
a que son sometidos, también sus dolientes espaldas deben soportar la burla de
sus engañados hermanos (…). En lo político nace una lacra que se ha perpetuado
y que ha jugado un papel fundamental en el moldeamiento de lo sicológico del
hombre canario, el cacique, este personero (…) centraliza en sus manos todo el
poder, es el mismo conquistador o es investido por éste, de toda esa autoridad,
el cacique ha sido el auténtico señor feudal, este personaje ha utilizado todo
su poder para acometer todo tipo de abusos e ignominias, actitudes que siempre
han conseguido una tierra fértil y bien abonada en un pueblo ignorante y
analfabeta, para atemorizar con chantajes, amenazas, castigos, coacciones y
otras formas de terror sicológico, otras veces los engaña con sus legajos
miserables y oscuros, hablándole de leyes y normas legales que este hombre
sencillo y humilde no entiende, otras veces se aprovecha de sus mujeres e
hijas, otras lo explota haciéndole trabajar de sol a sol, por un miserable
sueldo, que en la mayoría de las veces se lo paga en especies de lo mismo que
éste produce; pero a cambio le exigen veneración, obediencia, docilidad,
servilismo.” Morales González, J. (1981)
Igualmente el anterior autor nos relata
un ritual cultural consistente en que los “medianeros que cuando hablaban con
su amos que vivía en la ciudad, por teléfono lo hacía con el sombrero en la
mano y como otros campesinos sin ser medianeros privándose de comer frutas se
las traían al cacique, lo mismo que otros bajan de la montaña y recorren
grandes distancias para llevarle flores a los “señoritos”, todo ello con el
único propósito de agradar.” Además, añade que “el cacique, ha utilizado su
poder (...) con chantajes, amenazas (...)
y otras formas de terror psicológico, esto ha sido algo que ha marcado
la siquis del canario en forma señalada, este trauma ha ido dejando su huella en
el pueblo canario a través de una serie de manifestaciones (...) de forma que primero tuvo que someterse
a las espadas y el despotismo de los conquistadores y luego al mandato abusivo
e inquisidor del cacique, cuyas formas atroces de proceder llegan a nuestros
días”. Así, recordando a Memmi, “son los ejércitos del colonizador los que
desfilan, los mismos que han aplastado al colonizado y le tienen a raya y le
aplastarían de nuevo si se hace necesario”. Esta afirmación queda reflejada en
las Islas Canarias con “la celebración de la conquista” a nivel oficial en
importantes ciudades de dicho territorio, celebraciones escoltadas por el
ejército y centradas en pilares básicos de la colonización como fue la Iglesia
Católica.
Siguiendo a Albert Memmi, “preguntemos al
mismo colonizado: ¿quiénes son sus héroes populares? ¿Sus grandes caudillos de
pueblo? ¿Sus sabios? El colonizado parece condenado a perder progresivamente la
memoria. Las pocas estatuas que decoran la ciudad celebran, con un increíble
desprecio para el colonizado que pasa cada día junto a ellas, las hazañas de la
colonización. Las construcciones adoptan las formas que el colonizador quiere,
y hasta los nombres de las calles recordarán el nombre de las lejanas
provincias de donde viene”.
Con el anterior escrito llegamos a
realizar un análisis de la complejidad de los estímulos ambientales y
culturales que recibe a nivel oficial la sociedad residente en Canarias. Al
hilo de lo que comenta Memmi, en el caso de Canarias los nuevos topónimos y
figuras a nivel oficial suelen ser derivados de una exaltación de los elementos
culturales referentes tanto a los procesos y figuras de la colonización más
álgidos como a los elementos identificatorios del grupo cultural que sostiene
el movimiento colonizador. Muchos ejemplos de ellos son los numerosos y
normalizados nombramientos de calles, sociedades, centros de ocio,
Instituciones culturales y públicas, etc. con nombres y recordatorios de la
colonización utilizando para ello los elementos más agresivos de la “conquista”
en Canarias. Así utilizan nombres que conmemoren y honren a los responsables de
genocidios, invasiones, violaciones de los derechos humanos, entre otros. Los
cuales se convierten ahora en representaciones de elementos identificativos de
la sociedad Canaria, como es el caso de monumentos donde se representan
suicidios colectivos generado por las “últimas batallas” antes del sometimiento
de algunas Islas a la Corona de Castilla.
Sabiendo que según (Whorf, 1971:250);
“Los fenómenos del lenguaje son fenómenos de fondo de experiencia, de los que
no se dan cuenta las personas que hablan […] Estos modelos automáticos e
involuntarios del lenguaje no son los mismos para todos los hombres, sino que
son específicos de cada lengua y constituyen la parte formalizada de la
lengua”. Aplicamos en las características linguísticas en la sociedad Canaria
el que el lenguaje represente mediante el vocabulario los esquemas de
conocimiento de las culturas, éste, se acerca y representa los hábitos,
costumbres, rutinas, y elementos más “naturalizados”, arraigados o cercanos a
una cultura. Dicha observación se puede caracterizar en los análisis en
términos de frecuencia del vocabulario, tanto frecuencia por temática,
frecuencia de estilos de palabras, modificaciones en las palabras, referencias,
como además la frecuencia sintáctica en el habla. Así nuestro vocabulario no
sólo caracteriza nuestra interacción con el exterior, medio o sociedad, sino
nuestro lenguaje subvocal, interior. El lenguaje, visto desde este aspecto de la
psicología, no es nuestro lenguaje, es nuestra expresión. Estos efectos
también lo encontramos para la interiorización, incorporación de los elementos
exteriores en el interior, como para la exteriorización. El lenguaje modula de
forma muy significativa las características, formas y modos de los
pensamientos, de la conducta, y a su vez del medio, dando lugar a la influencia
en la comunidad en todos sus elementos. “Las comunidades humanas se apropian
del mundo de los objetos construyendo lingüísticamente su cosmovisión.
La relación comunidad-mundo es cultural y, por lo tanto, se expresa
lingüísticamente en forma diferente en las distintas lenguas”(Valencia,
A., 2010). El lenguaje explicita las relaciones entre las personas, entre las
mismas y las sociedades, y hasta las sociedades entre sí. La caracterización
entonces, de todos estos aspectos se ve influencia por el vocabulario, sus
modos, formas, usos y evolución. Hay vocabulario más rutinario, normalizado, de
más fácil acceso (en nuestra “memoria léxica”) y mayor número de sinónimos,
debido a su alto uso, y por ende, otro de más difícil o dificultado acceso y
con menos uso y sinónimos (e incluso antónimos). Siguiendo a Alba Valencia
inclusive, “las lenguas recogen repertorios cromáticos diferentes. Esto sucede
porque la percepción es resultado de una actividad mental del individuo, cuya orientación
está determinada por la cultura de la comunidad a que pertenece” (Valencia, A.,
2010). Ejemplo de ello es el conocido caso del gran número de sustantivos que
usan los esquimales para nombrar la nieve, acordando su especial hincapié en la
diferenciación de los subtipos de la misma. Se interpreta así muchas
diferencias donde otra cultura con el esquema menos cercano o adaptado, no las
encuentra. Encontraríamos así que en el caso de individuos de una sociedad no
familiarizada con una representación como la nieve, no tendrían tan
desarrollado este esquema. Esquema que mediante el aprendizaje social se podría
ir adquiriendo. Otro caso que denota esta importancia mental para el lenguaje
es el observable en la tribu “maorí, que tiene nombres para tres mil colores
(Schulte-Hebrüggen 1963:30). En el otro extremo están el swaheli, que distingue
tres” (Valencia, A., 2010). Es importante que sepamos interpretar en base a la
interacción social que la “estructura semántica está grandemente
influenciada por factores culturales de la comunidad, aun cuando su base sea la
percepción individual” (Valencia, A.,
2010).
En el caso de la toponimia Canaria, se
puede mostrar un claro ejemplo del contraste entre culturas y los factores que
apoyaron los elementos de una y cuáles los de otra. Observamos como a nivel
institucional predominan las castellanizaciones y acepciones referentes a la
simbología de la "conquista" y colonización. En cambio la toponimia
en Canarias es en mayor grado de ascendencia indígena, denotando así la
importancia del uso de la lengua nativa desde los primeros momentos de la
aculturización en la sociedad canaria. Un ejemplo práctico es el caso del
topónimo “Acentejo”, el cuál define dos núcleos poblacionales muy cercanos, a
uno se le diferencia como "la Matanza de Acentejo" y a otro como
"la Victoria de Acentejo". Esto es debido a que en el lugar se
sucedieron dos importantes batallas en la época de la "conquista" entre
"conquistadores y originarios". Aun siendo existiendo relatos orales
y documentación histórica que expresan el protagonismo adquirido en dichas
batallas por parte la sociedad originaria, a nivel
"oficial-institucional" el lugar denominado como "La Matanza"
hace referencia a la primera batalla, en la que la victoria fue para la
sociedad originaria, mientras que "La Victoria" hace referencia a la
posterior batalla con resultado opuesto a la anterior. Unos elementos son
asimilados más rápidos por las Instituciones que por la sociedad, lo que a su
vez, solidifica con el paso del tiempo este proceso de aculturación y
desarrollo de los elementos descritos como parte del "síndrome del
colonizado".
En consonancia con la deformación de la
acomodación arqueológica, y más profundamente cultural, para la actual sociedad
Canaria, la percepción de una sociedad precolonial con su propio lenguaje, y
más con respecto a la escritura, es una percepción opuesta a la consideración
social sobre la misma, aún en contrariedad al resultado científico y con las
evidencias de la toponimia.
Así mismo el caso de la toponimia Canaria
le da la razón al especialista sobre lingüística Luis Jean Calvet al
explicarnos que la superestructura lingüística se constituye más lentamente que
la superestructura colonial que la origina. Así como la diferenciación del uso
de las diferentes lenguas. Cuando el rito lingüístico era en torno a relaciones
verticales (amos-institución con esclavos-asimilados) o para relaciones
horizontales (en la población originaria) fuente del legado de la actual
“Toponimia Canaria”, la pervivencia de los lenguajes silbado, mediante mojones
y hogueras. Por lo que la comunicación horizontal entre la población colonizada
va a alargar su “natividad” en la comunicación, ya sea mediante la lengua u
otro tipo de lenguaje como los anteriores nombrados. El punto álgido que
afirmaría este tema son las pruebas de existencia del lenguaje indígena
Canario, durante los nombrados siglos posteriores al comienzo del proceso de
colonización, y usado entre iguales.
También la discriminación en las
denominaciones sobre toponimia las podemos encontrar en muchos ejemplos de
colonización, así como en las islas superiores de la Macarronesia, la cantidad
de denominaciones como “noth point, west point” o como los árabes llamaban al
África occidental del Sur del Sáhara como Sudán, la cual significa negro. Otro
caso ejemplar es de quién rinde honor la palabra colonialismo, Cristóbal Colón,
quién en sus diarios de navegación denominaba la alteración de Caribal
(caníbal) al Caribe, proveniente de las Antillas, los caraibes, cuya
denominación significa “insolente”. O el actual pseudónimo que se le da a la
isla de La Gomera de Isla “Colombina”.
Otro caso de discriminación lo
encontramos en los dialectos asimilados, o lenguas dominadas asimiladas, como
es el caso del relevante en este apartado; el “dialecto” Canario, de base
castellana, pero diferenciado en múltiples aspectos. Esta discriminación se ha
llevado a cabo al considerarse a nivel oficial, educativo y social el uso del
dialecto Canario como hacer un mal uso de la lengua castellana, o “hablar mal”,
no “saber hablar”, así como el poseer un “léxico dialectal propio que no está
recogido en los diccionarios generales como el diccionario de la lengua
española de la real academia española” entre otros. Los “canarismos designan
realidades diferentes al español (...) a pesar de estos enriquecimientos,
demostrable desde el terreno de la lingüística,
hay quienes no tienen una actitud positiva con respecto a esta forma de
hablar”. Así se considera una forma “anticuada” de hablar, se “confunde con un
uso vulgar del español”.
La problemática de la lingüística en
Canarias, ha generado una agnosia topográfica social, debido a que la pérdida
de la lengua originaria difumina el esquema mental para la representación de
los diferentes lugares de las Islas Canarias. La toponimia “Tamazight” o
Bereber deja así de estar representada en los significados de los individuos.
Los nombres nativos que designan la diferente topografía en Canarias hacen
referencia a significados especialmente relacionados con el lugar al que
designan. A modo de ejemplo cuando una persona oye y pronuncia la diversidad de
topónimos de carácter “Tamazight” que describen el entorno, ya no accede a su
sentido ni codifica su significado, disminuyendo así su capacidad de acceso
conocimiento colectivo sobre los lugares nombrados.
La denominación territorial de “Las
canarias” es un “gesto” lingüístico por destacar, es una forma con carácter
vulgar para denominar a las Islas Canarias, al parecer aparecida en sintonía
con las primeras invasiones a las Islas. A pesar de la multitud de sustantivos
despectivos sobre las islas y la sociedad residente, la referencia la
realizamos sobre la denominación como “las canarias”, proveniente de la
referencia que se les hacían a las personas de sexo femenino residentes en las
Islas, posiblemente su uso se agudizó con la trata de esclavas. Tras ello su
actual uso se caracteriza por tener un carácter despectivo, sexista y de
dominación, dando referencia clara a la quincentenaria agresión sexual recibida
en la sociedad Canaria tanto desde el coloniaje (con especial hincapié en la
militarización, gobernanza, capitalistas y demás cuerpos de seguridad) como en
sus intermediarios (la estructura caciquil). El término “Las Canarias” se
emplea, aunque siempre de forma vulgar; tanto oficialmente, por medios de
comunicación de manera mediática, como de forma popular.
El
hecho de que la sociedad canaria actual autogeneralize la opción de que su
precedente cultural, la sociedad precolonial, no tuviera lenguaje, posiciona a
su percepción sobre los antepasados en lo infrahumanos, individuos que no
llegan a la “calidad del ser humano”. Según mis conocimientos, no existía sociedad
humana en el SXV que no desarrollara o usara el lenguaje como medio de
comunicación. Esta característica sobre la sociedad primigenia del territorio
canario, mantiene un alto nivel de rigidez, como un mecanismo de defensa hacia
la aceptación del ser humano para los antepasados de quienes perciben a sus
antepasados, ya que, el hecho de reconocer el legado cultural, y poderlos
valorar llegaría a generar una explosión cognitivo cultural en la sociedad,
sería un símil a los mecanismos de defensa psicoanalíticos y al poder
terapéutico del Insight. El alto nivel de rigidez de los “esquemas
infrahumanos” sobre la ascendiente sociedad Canaria, defienden a su vez, al
individuo identificado en el grupo de actual inferiorización sobre su posición
y valoración, es la forma de autojustificar la inferioridad, el desarraigo y la
destrucción y autodestrucción humana de la sociedad colonizada. La explosión de
una disonancia cognitiva con tal carga de deshumanización, miedo, afectividad,
emocionalidad, ira, impulsión, autoridad, prejuicio, automaticidad,
deseabilidad social, autoagresividad, y valencia de represión energética; sólo
puede suponer varios movimientos sociales, pero en todos ellos, se encontraría
la revolución cultural, consecuencia de dicha revolución cognitiva y auténtico
precedente del movilismo comunitario. El desconocimiento cultural, histórico y
social, en conjunto con el automatismo cognitivo generado por el estado de
colonización u opresión son elementos muy dependientes entre sí, ya que la
decadencia de uno de ellos, como puede ser el conocimiento histórico de la
lengua, interacción medioambiental, valores, creencias, desmontarían todo el esquema de la mentalidad
colonial, descubriéndose la sociedad misma como misma, para, dejar de serlo.
Conocida la interacción entre lengua, función,
sociedad, y psicología, resulta curioso el alto nivel de frecuencia que tienen
algunos significados para la expresión Canaria, significados, que en
coincidencia con este trabajo, fueron cruciales en la formación psicológica de
la sociedad Canaria. Éstos significados, mantienen una alta frecuencia debido
al gran número de palabras que se mantiene en el vocabulario canario para
denominarlas, así como para denominar sus antónimos. El primer significado
crucial que observamos es la referencia a los estados de “hambre”, y a sus
antónimos, en esta gama encontramos “haya, jilorio, gazuza, estar desmayao” y
casualmente su opuesto también tienen un número alto de referentes, el estado
de placer después de satisfacer la necesidad básica del alimento, mantiene un
grado de vivencialidad en la sociedad canaria, casi visionario, central,
motivador, aquí empiezan a ganar juego incluso expresiones, y como un hábito
unido a estas expresiones, se encuentran señales emotivas, como continuas
sonrisas, bromas, etc. que otorgan una importancia histórica a este estado, a
esta necesidad básica, y a su falta, el alimento. El segundo significado que nos llama la
atención, hace referencia a la profundidad y alta vivencialidad emocional, así
como un punto de cercanía a la desconfianza. Elementos transcendentales y
vivenciales de la formación histórica y modelación mental en la sociedad
Canaria. Esta sensibilidad se encuentra también en la gran cantidad de
canarismos para nombrar estos estados de emocionalidad, encontramos sinónimos y
antónimos como regocijo, acongojarse, magua, arrugarse, amularse, malilla, e
incluso expresiones de vivencialidad y singularidad única como “tener
sentimiento” etc. Esto genera una simbiosis emocional cuando acercamos esta
estructuración psicológica, las características de la hipocondriasis de la
sociedad Canaria. La hipocondriasis se vuelve así la memoria colectiva del
sufrimiento, la herencia colectiva que genera el recuerdo y aprendizaje del
sufrimiento.
Entre el conglomerado de defectos
sociales perceptivos, encontramos un falso estereotipo sobre características
como agradable, noble, entregado, acogedor, hospitalario. Este llamativo “pozo”
basa su carácter en la etnolinguística. La cuestión es respecto a “quién” se
justifica estos estereotipos. Si se le pregunta a una persona socializada en el
proceso canario, si por mucho tiempo llegó a recibir este trato desde otros
isleños, paisanos durante mucho tiempo, o de forma generalizada. Con ello,
gustaría explicar que estos aspectos pertenecen a una gama de interesados
estereotipos en positivos, calzados para el que hacer “hacia afuera”, en
beneficio de los agentes externos a la sociedad oprimida. En la definición de
noble encontramos una diversidad que puede ser usada incluso de forma
contradictoria, el significado puede ir desde “Preclaro, ilustre, generoso” e
incluso “Honroso, estimable, como contrapuesto a deshonrado y vil”,
hasta el hecho de que se haga referencia a la ventaja; “Singular o
particular en su especie, o que aventaja a los demás individuos de ella”.
Para la sociedad Canaria, el adjetivo de ser noble depende de varios factores
que pueden variar la significación; desde donde se mire, para quién se mire, y
en qué nivel de arraigo se muestra. El ser noble, se puede encontrar en el
símil a la subordinación, como es el caso de los orígenes de este adjetivo en
Canarias. Aunque este origen mantiene su vigencia colonial, hay una adaptación
de escape en este adjetivo, la cual encuentra su relación en positivo con la ascendencia
indígena. Nobleza, que adquiere un significado transcendental, pero de negación
y subordinación emocional hacia la opresión. Así, la sociedad Canaria encuentra
un doble reflejo en este adjetivo, un doble significado, en conflicto, su
ascendencia de trato noble, hasta su irreconocido significado en la R.A.E. De
subordinación y asimilación, no es vil ni deshonrado con el proceso de
opresión. El primer significado es el reflejo de una vía de escape para su
gemelo, pero la tensión de la inconsciencia de la subordinación colectiva
transgrede este punto de inflexión transcendental.
La nobleza se encuentra entra el cruce de
dos continuos como son la empatía y la subordinación. Suposición,
característica y expresión se basan en la dependencia contextual-social. La
nobleza es un entendimiento con la interacción y necesidad social en el
individuo. La caracterización de este rasgo, como ocurre en Canarias, puede
mantener una tipificación represiva o limitadora y dañina para la sociedad e
individuo a quién se le otorga. Como se comentó, los continuos dependen de la
contextualización social, por ello, la nobleza tipificada en el colonialismo,
cuando entra en juego con respecto a la problemática de la interacción entre el
grupo de pertenencia, el oprimido, y el superior, el opresor, la nobleza genera
un interés positivo para este segundo, y, por ello, el continuo de la
subordinación es el que atrapa al concepto de nobleza, dando un uso negativo,
casi irracional, al factor de la empatía, que ayuda a justificar, en un símil
al síndrome de Estocolmo, la subordinación ejercida por la opresión, y adaptada
en la sociedad oprimida, en imagen de empatía social, y por ende socialmente
individualizada, siempre dentro del juego de los grupos. Por ello, la nobleza
llega a convertirse en un rasgo encasillador y auto-agresor para el individuo
que padece en la vivencia social la tipología colonialista, o meramente
opresora. Se genera, una justificación que asimila la bondad, a través de la
empatía, cuya autogeneración, sería la subordinación para la opresión, ya sea
cultural o tangibilizada. Esta autogeneración, en cambio, no se percibiría,
como su extremo indicaría, en forma de subordinación, sino en cambio, mediante
una visión aparentemente positivante, que no es más que el trasfondo de una
evitación, represión, y autoengaño de la imagen social que se tendría que
autoregenerar, de manera emancipatoria.
Encontrando la relación con respecto al
estereotipo de “perezoso”, para el cuál en este trabajo se citan a diversos
investigadores que lo destacan como un estereotipo normalizado en las
sociedades colonizadas. Este estereotipo es uno de los principales, ya que una
de las únicas imágenes de interés del colonizado en el colonizador está
motivada por ser dueño de su mano de obra. El primer esquema que se representa
en la clase hegemónica es el uso que le puede dar a la sociedad dominada…Con
respecto al estereotipo canario de “aplatanado” o “perezoso” podemos decir que
el lado negativo está en el momento de hacer referencia con esta palabra a la
poca eficacia o cantidad de resultados prácticos. Según Pedro Hernández, este
término iría relacionado a “esta sencillez, que va unida a cierta ingenuidad,
al señalado complejo de inferioridad y a la natural calma. Sin embargo, los no canarios, extranjeros o
peninsulares, añaden la falta de iniciativa, de motivación de logro, de
aspiración hacia los puestos directivos, de precisión en el quehacer; así como
cierta suspicacia (...). El propio complejo histórico de inferioridad de los
canarios supone consecuencias muy negativas respecto a la consecución de
trabajo o al rendimiento, en general. Lo que sí es cierto es que la falta de
canalización emocional, de motivación de logro y habilidades sociales, no le
ayudan a tener toda la seguridad y eficacia que los canarios pudieran mostrar”.
Este caso de conflicto social ha llegado a niveles de discriminación
étnico-racial desde hace 500 años hasta la actualidad (Díaz, P. en Genocidio
Canario, 1995). Conglomerando según Manuel Alemán; "La infravaloración del
canario: es una actitud inculcada por los sistemas con perfiles feudales y
esclavistas implantados en las islas: la desvalorización del esclavo y la
exaltación mítica del amo".
A modo de pequeño resumen de las
consecuencias de estas desviaciones sociales podemos encontrar una explicación
relevante de la mano de Manuel Alemán. Este autor canario expone que:
“La configuración psicológica del niño
canario, la emigración y el turismo tiene en su base la ruptura del principio
de seguridad que configura una sociedad sin padre, con características que le
son peculiares: desarraigo, frustración y desestabilización psicológica.
(...)La ansiedad del conquistado le provoca los mecanismos inhibitorios propios
del desvalido: la sumisión. (...)Además de arraigarle su situación de
inferioridad sociológica, le agudiza su sentimiento de inferioridad
psicológica, provocándole a su vez sentimientos de admiración hacia el hombre
de la clase culta” (Manuel Alemán, 2006.
Tras la experiencia clínica de una de las
autoras, y fundamentándose en los conocimientos adquiridos tras la realización
de este trabajo, se perciben factores en según las descripciones que aquí se
están destacando. Estos factores se caracterizan por mantener una influencia y
generalización significativa en la vida y comunidad de las personas. Una de las
características que más podemos observar en los pacientes clínicos en relación
con el tema es la forma de tratar y de ser de los mismos. En este sentido nos
llamó la atención los primogénitos, sobre todo, en el caso de las mujeres a
partir de la cuarta década, pues han adquirido un importante papel en la
familia llevando a cabo tareas de mucha responsabilidad a temprana edad, lo que
además se acompaña de una gran emotividad, emocionalidad, empatía, y a la vez,
posesión de altos niveles de culpabilidad, rigidez mental, imperatividad e
incluso autoritarismo. Para clarificar este punto podríamos realizar un pequeño
perfil o esbozo de personalidad, donde factores como éstos encuentran un lugar
significativo.
Entonces, podríamos suponer que los
primogénitos de determinadas generaciones en Canarias, se podrían describir de
la siguiente manera: personas que acogen un papel principal en la
sostenibilidad familiar en la vida cotidiana así como en los cuidados de los
hermanos y hermanas y del hogar. Suelen ser personas que se vieron obligadas a
desempeñar estas funciones percibidas de forma incondicional, no muestran
arrepentimiento de ello pero suelen sentir tristeza porque no llegaron a
“disfrutar de la infancia” (según la información de los propios pacientes). En
la mayoría de los casos, provienen de familias con un estatus socio-económico
medio bajo, además suelen ser familias numerosas y esta persona con su rol
principal podría cuidar según estas características tanto de personas más
jóvenes como de personas más mayores que ella. El nivel de estudios reglados
suele ser bajo, es decir, tuvieron que dejar los estudios o no tuvieron la
posibilidad de acceso para los mismos por la gran necesidad y urgencia asignada
a las tareas antes relatadas. Esta herida siempre se miran con sentimiento,
pena, hundimiento, inferioridad, imantación, impotencia soterrada, se suele
tildar con un continuo “si yo pudiera” muy atribuido a la suerte, se
individualiza mucho la vivencia de este problema, que realmente es estructural.
Este camino se ve como un sacrificio que hizo la persona para favorecer a las
otras generaciones más jóvenes. Asimismo, hay una gran coincidencia en que en
esos sacrificados momentos solían residir en los pueblos o en las afueras de
las ciudades trabajando para caciques o roles similar. Estos puestos se
comprenden mucho entre jornaleros y medianeros, repartidores de leche,
pescadores, marineros, etc. Dichos trabajos durante esa época se consideraban
y, en la mayoría de los casos se siguen
considerando, incluso por las mismas personas que lo desempeñaban, “de
bajo estatus” y no eran bien remunerados.
Como consecuencia de todo ello, y teniendo en
cuenta que habría que analizar con más profundidad, medios y rigor el estudio
de este perfil, suele aparecer de forma muy característica en este tipo de
personas sintomatología depresiva como la anhedonia (factor muy generalizado
que se refiere a la desmotivación y falta de interés y expresión de
sentimientos y emociones), síntomas de ansiedad, trastornos del sueño como
insomnio o hipersomnia, rasgos de personalidad neuroticistas como por ejemplo
el orden y limpieza, preocupación excesiva, control y la exigencia hacia los
demás y hacia sí mismo. Además cuando creaban el rol de padres o madres estas
personas estaban muy polarizadas en un continuo de permisividad versus
autoritarismo. Unos se tornaban muy permisivos con sus descendientes o lo
contrario, estaba quienes copiaban los patrones de conductas que recibieron y adoptaban un estilo similar a la hora de
adquirir el papel como padres, refiriéndonos aquí al polo autoritario. El
primero adoptado por el miedo a que su descendencia tuviera que padecer lo
mismo que ellos en su infancia y adolescencia y los segundos por pensar que
gracias a la responsabilidad han conseguido ser como son.
Otras características neuroticistas
observadas casi como normalidades culturales o grupales son algunas obsesiones
específicas, e incluso problemas de la alimentación como atracones, normalizan
el comer muchos dulces porque se deprimen, aquí entran en juego factores
impulsores característicos en la sociedad que estamos analizando, este punto se
encuentra entre lo goloso y miedo al hambre.
La
exigencia externa la internalizaron y la convirtieron en autoexigencia a la par
que exigen a los demás. Todo ello se ve acompañado de una baja autoestima y un
bajo autoconcepto lo cual agudiza el miedo al cambio y al fracaso que en
niveles tan altos mantienen. Es vital
profundizar en el miedo, pues es muy importante en estos análisis de la
sociedad Canaria ya que podría explicar y la existencia del SDC en Canarias. El
miedo es una emoción innata pero cuando añadimos temas más elaborados
cognitivamente como el fracaso o los cambios podríamos decir que en esta
sociedad hay un componente hereditario de estos dos tipos de miedos. Ello
retroalimenta el perfil psicológico comunitario del colonizado en Canarias así
como la endofobia. La endofobia en general es para este caso muy importante,
tanto o más que el SDC, pues lo que crea este perfil es la endofobia. Ésta se
encuentra generalizada y es hacia la cultura propia. Estos perfiles se
encuentran muy enlazados con una endofobia muy grande, siempre hacia la
cultura, es una característica muy fuerte y generalizada en la humanidad
Canaria. Ello, nos hace recordar que la vergüenza es un elemento muy
autodestructivo. En cambio en estas personas suele haber un gran componente de
complejidad, humildad, “no tienen las cosas claras, se les buscan siempre
muchos sentidos”, poseen problemas muy enquistados, acuden a consulta como
último remedio, y “porque no les quedaba otra”, muy resistentes a la
mejora y muy baja autoestima. Se solía mostrar mucha impotencia, trasmiten
escrupulosidad, siempre con una alta autoexigencia y control mostrándose
complacientes con los demás, generosos, amables y con un saber estar en cada
momento y lugar. Parecen poseer un gran sentido del deber ser y estar, o, ¿es
miedo a que se piense lo contrario?
El
autocontrol alimenta en estos casos mucho la negatividad, “cuando caían
emocionalmente, la caída era exagerada”, cuando se entraba en confianza, se
encontraban límites emocionales extremos y un ínfimo materialismo, “aquí se
encuentra el punto de sinceridad libertaria y personal para este patrón”.
Una vez la persona se encontrara confiada con el ambiente entonces era cuando
mostraba algún lado frágil pero por partes, no te mostraban la fragilidad en la
primera oportunidad que tienen ni depositan toda el contenido de la misma. Más
bien, lo contrario por temor a que se le
haga daño o a que se use en contra de ellos. Una vez se confiaba en el medio y
en las personas que le intentan ayudar, se dejan llevar por estas personas, se
empiezan a mostrar las emociones e incluso en algunos momentos eran bastante
lábiles. Como el punto de desconfianza y el miedo a que se les haga daño es tan
elevado, es díficil bajar esos niveles y
hacerles sentir que pueden confiar incluso en sí mismos para elevar la
autoestima. Las frases más características de estas personas son el “sí,
pero...”, “yo no sé”, y “yo no puedo”. Suelen tener pánico a que los demás le
vean la parte frágil que tienen, los problemas, pues ellos no pueden tener
ningún tipo de problema o si lo tienen lo tienen que resolver ellos solos.
Ellos están para ayudar a los demás, deben estar ahí, pero no se creen
merecedores de que se les ayude lo cual aparte de ser síntoma de baja
autoestima, también contribuye a la desmotivación, relacionándose con la
anhedonia y síntomas depresivos entre otros. De forma generalizada en los
casos, hay una tendencia muy negativista del futuro. En la mayoría de “las
generalizaciones”, esta tendencia, se caracteriza no sólo por la existencia de
sí misma, cosa muy regular en pacientes, sino por su normalización cultural, y
en los contextos cercanos de las personas.
Otro factor neuroticista es el gran nivel
de somatizaciones, trasladan o interpretan toda esa angustia, según dolores de
cabeza, extremidades, espalda etc. Incluso se usan como “minúsculas y
dolidas vías de escape” problemas de tensión, azucar, desmayos, síntomas de
ansiedad etc. Un análisis del discurso, nos hace ver la cantidad de doble
sentido que mantiene la expresión en la comunicación social, existe un grado
enorme de ironía, no sencillez en las proposiciones, profundidad etc... La
ironía en el humor, siempre “esconde algo mucho mayor que lo que expresa”.
Todos estos factores se destacan no solo por la causalidad significativa de su
apariencia y expresión, sino la diferenciación en apariencia y expresión entre
las personas naturales, y las que no se encontraron en un contexto de opresión.
Estos perfiles llegan a caracterizar el bagaje comunitario.
No queremos causar indefensión al lector,
sino demostrarle que existe una vía de remiendo a esta situación y lo vivido a
lo largo de la historia real de las Islas Canarias. Por ello, queremos acabar
este punto con una cita esperanzadora de Alemán y es que “el tercer momento
cultural es el actual. El hecho diferencial canario ha comenzado a emerger en
el pueblo. Reacciones a veces incontroladas, emocionales, contestatarias o a
niveles de búsqueda responsables, crítica, reivindicativa, son síntomas que
intentan expresar la autoconciencia de sí mismo que el pueblo de Canarias vive en
sus zonas profundas”.
6. CONCLUSIONES
El síndrome del colonizado es un defecto
en la percepción social de las sociedades colonizadoras, el cual, llega a
contagiar y proliferar a la sociedad
colonizada mediante diversos sistemas de colonización social, forjado
todo ello por unos intereses y motivaciones sociales contrarias al buen
desarrollo de todo tipo de colectivo. Podemos observar que las sociedades
colonizadoras son aquellas que lideraron las ansias de grandes imperios y que
sentaron las bases del capitalismo, pues hay que recordar que una de las bases
de éste es el colonialismo. Este defecto en la percepción puede ser en
intencionado en algunos casos (como es el de los que planifican y lideran la
colonización) o no intencionado. Este último caso estaría representado por la
población extranjera que se deja liderar por el que lidera la colonización.
Esta población genera un estereotipo que colaboró al sentimiento de
inferioridad y por lo tanto al síndrome del colonizado, el cual también llega a
nuestros días.
Una clase hegemónica impone en la
comunidad agredida sus formas de estructuración y jerarquización social, los
valores, creencias, formas y métodos sociales... Esta imposición es muy
radical, agresiva, discriminatoria, y su carácter unilateral genera un mayor
nivel de conflictividad en las sociedades asimiladas que en las
propios grupos de donde surgen esto factores, siendo así la competitividad
interna, agresividad, conflictividad, etc. mucho mayor en los grupos o
sociedades subordinados, discriminados, agredidos o infravalorizados.
Además para llegar a este sistema se
realiza el uso de métodos como la aculturación, el desarraigo y la
opresión-represión, entre muchos otros. Haciéndose a su vez uso de elementos
ambientales y de interacción, control, manipulación así como de agresión social
y económica, y por lo tanto de discriminación cultural. Se limitan las
fronteras de lo humano, pueblo, y se elige a quién y cómo colocarlo. Las
consecuencias se resumen en una discriminación de la sociedad colonizada a sí
misma en sentido histórico, económico, social y cultural. Esto establece
problemas en la “consciencia colectiva” de la sociedad colonizada así como
sesgos en la autopercepción, los estereotipos, gran cantidad de pérdidas
culturales, pésima autovaloración, etc. De esta forma nace la endofobia que es
la negación e incluso repudio a todo lo relacionado con la sociedad nativa de
tu lugar de procedencia. Incluyendo un apartado de aceptación y simpatía
subordinante hacia los elementos de la sociedad colonizadora. De la combinación
de la endofobia y la represión, adaptación psicológica, psicología interactiva,
persecución y humillación que padece la sociedad colonizada nace el llamado
síndrome del colonizado.
El SDC cognitivo es un formato de pensamiento
socialmente automatizado que genera un patrón complejo de actitudes y
conductas.
Si, en el fenómeno de la opresión se
observa la idea de sociedad que se ofrece, a veces contraria a su cultura, se
empieza a olvidar y rechaza su propio origen cultural para soñar con acercarse
a lo que se le ofrece como sociedad ideal. Viéndose y experimentado como el
novedoso, con el derecho a serlo, pero pensando que tendría que estar alineado
desde sus principios, desde sus orígenes.
La sociedad Canaria, siempre duda de su
funcionalidad, autonomía, y de su capacidad de desarrollo. Cuando aparece algún
claro ejemplo que contradice esa forma de pensar, se tilda como de
extraordinario, y según su casualidad, se justifica por factores externos a la
sociedad, se interpreta como irrepetible y, sobre todo, se tiende a enjuiciar e
hiper-criticar como si ésta actitud fuera la consecuencia natural del hecho
“extraordinario”, como si la sociedad tuviera un rígido camino, donde estos
actos, en caso de ser positivos serían tomados automáticamente como casi
imposibles, o tendrían alguna causa más compleja y menos legítima. De ahí
podría cobrar parcialmente el “autoestereotipo” que se aplicó esta sociedad en
referencia a elementos como: envidia, exceso de crítica, crítica y agresividad
gratuita.
Adentrándonos en la violencia
“generalizada” en los grupos discriminados, principalmente poblaciones
oprimidas en el sentido cultural o económico, es mayor cuando se trata de
violencia dentro de los grupos. La competitividad intragrupo es la mayor en los
grupos discriminados. Así se generan los tópicos de altos niveles de
agresividad y violencia dentro de estos grupos. Tópicos como estos hacen
referencia a la venganza, envidia, rencor; así encontramos ejemplos
generalizados como las “peleas” entre barrios, familias, en este tipo de
sociedades, así como refranes del tipo “el peor enemigo de un canario es un
canario”. Esta violencia objetivamente y estadísticamente demostrada se
fundaría en un hecho psicológico del tipo espejo. Ya que ésta, se basa en que
quienes producen violencia para su propio grupo, es porque ven en su contrario
a su misma representación en el grupo. De esta forma, cuando un canario busca
actitudes violentas con otro canario, es porque ven en los miembros de su misma
población a los canarios que no quieren ser. Lo mismo lo observamos con los
enfrentamientos entre bandas o peleas callejeras, con todo tipo de poblaciones
subyugadas.
La violencia de más que demuestra una
persona de Canarias hacia su igual en comparación a la que muestra hacia el
extranjero, es el producto del odio hacia su propia identidad, llegando a verse
polos inversos cuando comparamos el trato hacia un igual, por ejemplo de isla
de residencia diferente, como lo es hacia el foráneo, diversos autores, junto a
al marketing turístico del Capital residente en las islas, destacan la
hospitalidad del individuo de Canarias hacia el extranjero o foráneo, por
ejemplo. Y como producto, encontramos el otro polo, el insularismo.
El odio de un individuo socializado en
Canarias hacia quienes preconcibe como inferiores, principalmente habitantes de
otras islas, no es más que el odio y repugnancia que considera en su común,
hacia sí mismo y el otro por ser un individuo socializado en las
características y condiciones de la sociedad Canaria, hacia su identificación,
de esta forma la aceptación de los postulados de la sociedad superiorizada
conlleva el prejuicio y discriminación hacia los iguales inferiorizados. Este
prejuicio se adquiere con la aceptación y/o incorporación de los postulados.
Se crea un desecho de conocimiento
generacional, de contenido cultural. Entre los múltiples ejemplos, podemos
mostrar algunos de clara vinculación orientativa; la lengua, la medicina
popular, y la herencia artística.
El trato con a la persona inmigrante en
Canarias (como seguramente en las mismas zonas que han sido colonizadas, aunque
Canarias es un caso excepcional, ya que es una colonia, emigrante, que además,
recibe mucha inmigración) se simboliza en el denominado “síndrome del militar”
por el cuál un individuo no acepta que el que le sigue (el militar de rango
inferior en el caso) tengas las mismas o
más posibilidades y facilidades que el mismo, así se intenta endurecer, entorpecer,
hacer sufrir y entorpecer y hacer más difícil el camino de quien recorre de
tras de él, camino ya recorrido por éste. Así, la persona Canaria, o
colonizada, va a tratar al inmigrante con el mismo trato
discriminatorio-agresivo que ha recibido éste, reproduciendo así el entramado
de agresividad social, estereotipos, que ha padecido, eso sí siempre y cuando
el inmigrante no pertenezca a una casta superior a la de la persona Canaria,
estatus percibido para los grupos de adinerados, inversores y trabajadores
provenientes de la sociedad “superiorizada”
Hay un condicionamiento social, cuyo
juego de refuerzos, automatizó la actuación del conglomerado de respuestas
psicológicas internas, y del ámbito social, que conforman el SDC. Este
reforzamiento se ve modulado por el efecto sociológico de la estratificación
social, su posterior interpretación, ya individualizada, y la misma interacción
de la subordinación y tolerancia generada por el estatus de la sociedad
oprimida.
Los esquemas cognitivos y de
conocimiento, a través del lóbulo frontal, mantienen el papel de conductores,
orientadores y moduladores del razonamiento inductivo. Si tenemos en cuenta
todo el contenido que surge del proceso de interacción colonial, como producto,
mantiene su validez en base al contrato social desarrollado por la relación de
opresión. Y este contenido, se basa en su selección según el interés de la sociedad dominadora,
apoyándose en su carga de prejuicios etc. sin ser probada en base al
razonamiento deductivo, generan unos contenidos desviados en los esquemas de
conocimiento que van a ser moduladores importantes, e incluso protagonistas en
la guía del aprendizaje inductivo, y su razonamiento, para los individuos de la
sociedad acomplejada. Por, ello, según la cantidad de modulación, efecto y
relación de estos esquemas con la clase de razonamiento inductivo que emplean y
desarrollan, van a arrastrar esta carga de prejuicios, contenidos
sobreimpuestos, y por supuesto, y limitaciones conceptuales heteo impuestas, y
autoaceptadas, que derivarían en el segundo proceso de autoimposición.
El
proceso para conocer la diferencia que “alimenta” o da vida a la culturalidad,
a la multiculturalidad, a la emancipación anti-hegemónica, o para que sea
reconocida desde el grupo, no se ha de basar en pruebas similares que muestren
en su comparación entre grupos demuestre diferencias significativas entre los
mismos. El juego de ella percepción va mucho más allá, las mismas similitudes,
diferencias, mantienen una raíz unificadora de grupo, y es la comunalidad de la
percepción. Es el punto a donde es más difícil que lleguen las pruebas, la
misma percepción generar diferencias en donde aparentemente no parece que hayan
etc. La percepción misma es una diferencia significativa que identifica a los
grupos de forma univivencial.
Cualquier Reflejo rolístico o
pseudoidentitario, ya sea incompatible o no, siempre va a dirigir en el SDC un
movimiento tendiente al traslado identitario. Si estos reflejos, modas etc. al
generar parámetros de identidad en individuos dentro de la sociedad con un predominio
del SDC, se asimilarán y aculturizarán con fuerza, aunque no de forma
consistente ni estable, no modifican el conocimiento que ya hay, ya que el SDC
mantiene su consistencia cultural, y, siendo ya un propio agresor autocultural,
ofrece el vacío para las pseudoidentidades, pero no una modificación de lo ya
existente, ya que difícilmente modificará ya la identificación afectada por la
rigidez del SDC. Por ello, las pseudoidentidades, en la sociedad colonizada,
son tan pasajeras, inestables, líquidas, sustitutorias, y dicotómicas. Estamos
recordando con ello, que este patrón es una tendencia que se mueve en un
continuo, según la cercanía al SDC que destaca cada individuo.
Partiendo de los procesos más básicos del
ser humano, en lo básico en el sentido de la palabra, encontramos al mero
individuo, individualismo, lo más naturalizado y menos cultural, lo egoísta no
sólo material, sino emocional. El segundo paso encuentra su punto en la
consciencia de sea primero pueblo, sociedad, para después ser individuo, la
adquisición de consciencia socializados, es donde se adquiere la empatía, no
sólo emocional, sino la empatía de los recursos, la consciencia del valor de la
efectividad y empatía en lo comunitario, aquí llega e sentido de existencia, la
existencia social. Este paso encuentra su protección en la cultura, y a parte
de su desarrollado en la sociedad. Aquí, la persona, reconociéndose como
pueblo, pasa a ser una super-persona, anti-homeostática para el sentido
humanista. En este paso del materialismo se pasa a la consciencia material.
Cuando la persona llega a este segundo nivel, tiene una predisposición para
desarrollar su bienestar en el sentido de la espiritualidad, como tercer nivel,
apuntalado tras la fortaleza comunitara. El paso de un nivel a otro sin tener
en cuenta el trazo, puede ser un auténtico caos para lo individual o para lo
comunitario.
El tercer nivel alcanza el
aprovechamiento del Bis y del Bisuco. Es la posibilidad del desarrollo
existencial, de sabiduría, altruista, emancipador, autorrealizativo e incluso
de pertenencia histórica.
El
paso al segundo nivel, esta mediado por el factor grupo, pero este desarrollo
de consciencia se ve desarrollado por el conocimiento del grupo, el cuál va
desde grupos muy reducidos, a grandes, la condición es que sea en “referencia”
a un grupo de pertenencia, y no de posesión. Tras ello, se alcanzaría a la
persona a un nivel supra-humano.
Aunque parte del SDC es la
despreocupación y deformación del valor de la cultura, todos los estímulos que
recibe la persona con respecto a ésta, (noticias, eventos, información,
actividad etc...) se encuentran sobre-deformados, descolocan a la persona,
hasta el punto de situarse en una situación peor a la del síndrome de
colonizado y se pasa de descatalogar todo valor para la cultura, hasta llegar a
un valor negativo, donde la cultura tiene que ser por norma social
infravalorada, desestructurada, agredida y por supuesto exteriorizada. La
mayoría de los individuos de la sociedad Canaria (salvo los influidos por
valores anti-opresores) siempre van a negar todo tipo de discriminación que
haya recibido la sociedad en Canaria por mostrarse como tal, de forma
automática y sistemática, se niega éste hecho,
se enjuicia como teorías alocadamente irracionales, y se mantiene una
postura ultra-rígida aunque la persona acepte no tener argumentos para
defenderla.
Cuando llevas toda una vida con un problema,
te es imposible imaginarte tu vida, sin ese problema, a la sociedad canaria le
es imposible imaginarse la vida sin la colonización, por ello, no conoce ese
fin, esa mejora, no lucha por él, porque no es capaz de imaginar su vida sin
ese problema, por ello, acomodada al problema, no trabaja para quitárselo,
porque el problema no le deja ver una vida sin el mismo problema.
Si el rechazo de lo propio, la endofobia,
se llega a convertir en un valor, una creencia arraigada y característica en la
sociedad colonizada, posteriormente va a llegar a formar parte de la cultura
del propio rechazo irreflexivo, por lo que se puede generar una disonancia
cognitiva en el rechazar lo propio cuando el rechazo se convierte YA en lo
propio mismo, y la salida a esta disonancia cognitiva puede llegar a ser un
paso más que conlleve el posterior rechazo de la endofobia. Ésta disonancia
cognitiva tiene sus expresiones temporales, pero de momento no llega a
estabilizarse en la raigambre social. Tras éste paso, el rechazar el propio
rechazo, va a provenir de la misma automaticidad de la mentalidad colonial,
pudiendo romper con todos los esquemas de la autolimitación y generar un
descasillamiento que objetivase la anormalidad normal, e incluso, la imposición
irreflexiva, generando una fluidez interna de liberación cultural, que, no
mantiene las limitaciones interiores, sino vuelve a generar desde la
interacción con el entorno. De esta forma cuando la endofobia alcance su máximo
punto, y llegue al rechazo de si mismo de la misma forma que es el propio
rechazo de sí mismo, la endofobia se convierte en el mismo mecanismo de su
rechazo, de destrucción de la endofobia, del despertar de la fobia a los
mecanismos de la endofobia. Con ello, la endofobia pasaría a una desintegración
de formatos y patrones así como re-conducimiento de la evaluación cultural que
motivaría tanto la misma como la limpieza de lo colonial en la mentalidad, de,
para y liberada.
Los tres pasos de la endofobia serían; la
llegada y recepción, engendración y contradicción, desatomización o
endodestrucción.
La
salida para el SDC va a ser la endofobia misma. Con el mismo proceso que
mantuvo la existencia del sombrero “cachorro” Canario, que entró como
referencia a las burguesías europeas, se arraigó, y formó parte como elemento
característico y representativo de la identidad etnográfica de la sociedad
Canaria, llegó a formar aprte de esos elementos propios a rechazar de manera
identitaria, como elementos externo de expresión o simbología referente a la
cultura. Por ello, llega la decadencia del uso de tal símbolo en Canarias.
El objetivo de este trabajo no es imponer
y marcar la serie de aspectos negativos propios de las consecuencias de las
colonizaciones en las sociedades colonizadas, sino dar a conocer un problema
social para que, una vez asumido y aceptado, se pueda buscar una solución para
alcanzar un cambio social beneficioso.
Bibliografía,
Referencias
a-Referencias de libros:
ALEMÁN, M. (2006). Psicología del Hombre
Canario. Ed. Instituto Psicosocial Manuel Alemán.
CALVET, L.J. (1981). Lingüística y
Colonialismo. Breve tratado de glotofagia, Buenos Aires, FCE, 2005.
CARNOY, M. (1978). La educación como
imperialismo cultural. Ed. Siglo XXI, México D.F.
CIORANESCU, A. (2004). Crónicas Francesas
de la conquista de Canarias. (Le Canarien). Ed. Idea.
DÍAZ, P. (1993). Genocidio Canario. [Gran
Canaria: F.G.D.].
FAJARDO SPÍNOLA, F. (2005). Las víctimas
de la Inquisición en las Islas Canarias. Francisco Lemus Editor.
FANON, F. (2009). Piel Negra, máscaras
blancas. Ed. Akal, Colección: Cuestiones de Antagonismo.
FANON, F., (1987). Los Condenados de la
Tierra, México: Fondo de Cultura Económica.
FARRUJIA DE LA ROSA, J. (2004) Ab Initio
(1342-1969) Análisis Historiográfico y arqueológico del Primitivo Poblamiento
de Canarias. Universidad de La Laguna.
GALEANO, E. (2006). Patas arriba. La
escuela del mundo al revés. Ed. Siglo XXI,
GERGEN,
K.J., (1985), "The social constructionist movement in modern
psychology", En American Psychologist, pp. 40,266-275.
GLASS, G. sXVII (1764). Descripción de
las islas Canarias. Instituto de Estudios Canarios.
HERNÁNDEZ, P. (2003). Natura y Cultura de
las Islas Canarias. Tafor Ediciones.
HERNÁNDEZ, P. (2006). Educación del
Pensamiento y las Emociones. Tafor Ediciones.
Manual Diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales (DSM- IV- TR) (2002) Elsevier Masson
MEMMI A., Fanon F., Guevara E., Cabral
A. (1999)Textos Anticoloniales.
Editorial La Marea.
MONTAÑEZ RODRÍGUEZ, J. (1989) Psicología
evolutiva y educación, Piaget Versus Vygotsky. Universidad de Castilla-La
Mancha.
MORALES GONZÁLEZ, J. (1982). Canarias en
el actual momento histórico. Caracas. Litografía Melvin.
MORALES PADRÓN, F. (2008) Canarias:
Crónicas de su conquista. 3ª Edición. Cabildo Insular de Gran Canaria,
Departamento de Ediciones.
NYDIA RAMOS, A.; GONZÁLEZ REY, F. (1986)
Hacia una nueva comprensión de la personalidad humana: Implicaciones y
perspectivas para la psicología latinoamericana. Revista Cubana Psicología. v.3
n.2. La Habana.
PELECHANO, V. (1996). Psicología Clínica
y/o Psicología de la Salud. Ed. Promolibro.
RAMIREZ, V. (2009). Canarias: ¿Genocidio
Planificado? Ed. Agoñe Yacoron.
Real Academia de la Lengua (2001).
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, 22ª Edición. Espasa
Calpe.
RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ, A. (2000).
Psicología del Niño Canario. Ed. Instituto Psicosocial Manuel Alemán.
SERRA RÁFOLS, E. Acuerdos del Cabildo de
Tenerife (1949). Cabildo Insular de Tenerife- Lemus (1996) 2ª Edición.
SMITH, E.R.,
MACKIE, D.M (1997). Psicología
Social, Ed. Panamericana.
TORRES, R. (1901) Carácter de la
conquista y colonización de las Islas Canarias: discursos leídos ante la Real
Academia de la Historia en la recepción pública de don Rafael Torres Campos el
día 22 de diciembre de 1901 Santa Cruz de Tenerife, Idea, cop. 2004
VERNEAU, R. (1888 reeditado en 2009). Conferencia
sobre el Archipiélago Canario, su pasado, su presente. Ediciones Idea.
VIGOSTKY, L. (2006) El desarrollo de los
procesos psicológicos superiores, Biblioteca de Bolsillo, Crítica,
Barcelona.
WERTSCH, J.V. (2001) Vygotsky y la
formación social de la mente. Editorial Paidós.
WHORF, B. L. (1971). Lenguaje,
pensamiento y realidad. Barcelona: Barral Editores.
b- Páginas webs consultadas:
Bethencourt Benítez, J. “Endofobia en
Canarias”. http://elguanche.net/Ficheros/endofobiacanarias1.htm
Bethencourt Benítez, J. “La
descolonización de Canarias para la liberación psicológica”
http://elguanche.net/Articulos/descolonizacionliberacionjtbb.htm
Bethencourt Benítez, J. “La enfermedad
mental del colonizador español”.
http://elguanche.net/Articulos/enfermedadmentalcolonizadorespanoljtbb.htm
Bethencourt Benítez. “Psicología
política” http://elguanche.net/Articulos/psicologiapoliticajtbb.htm
Bethencourt Benítez, J. “La idea de
nación en la juventud Canaria”.
http://elguanche.net/Ficheros3/ideanacionjuventudjtbb.htm
Bethencourt Benítez, J. “Psicología y salud mental” http://elguanche.net/Ficheros/psicologiaysaludmental.htm
Bethencourt Benítez, J. “Psicología del
pueblo Canario”. http://elguanche.net/psicologiadelpueblocanario.htm
Pozo Ruiz, A. (2009) Los Primeros
Estatutos del Colegio Santa María de Jesús.
http://personal.us.es/alporu/historia/estatutos_1.htm
Acosta, J.(2009)
Tinganar
http://www.inekaren.com/index.phpoption=com_docman&task=doc_details&gid=11&Itemid=3
http://psicologiasocial.xoc.uam.mx/textos/arctex/PsicSocBaro-Delahanty.html
Acosta, S. “Sin tetas nunca hubo paraíso”
http://ossinissa.com/index.php?option=com_content&view=article&id=47:tetas&catid=2&Itemid=8
http://pepsic.bvs-psi.org.br/scielo.php?script=sci_pdf&pid=S0257-43221986000200002&lng=pt&nrm=&tlng=
ftp://tesis.bbtk.ull.es/ccssyhum/cs130.pdf
(Entrevista al arqueólogo Javier Soler).
http://www.canarias7.es/articulo.cfm?Id=183376.
Calvet, Jean Louis. “El porvenir de las
lenguas”. El correo, Unesco, abril de 2000,
<http://www.unesco.org/courier/2000_04/sp//doss0.html
>. Artículo:
http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/derhum/cont/51/pr/pr34.pdf
Valencia, Alba. “Léxico del color en
Santiago de Chile”, Universidad de Tarapacá. Arica, Chile. RLA, Revista
de Lingüística Teórica y Aplicada, 48 (2), II Sem. 2010, pp.
141-161
http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-48832010000200007&script=sci_arttext
http://izuran.blogspot.com/2011/03/prohibicion-de-la-lucha-canaria-en.html
1 Trabajo enviado el 03/03/2011 y
aceptado el 14/06/2011
2 Diplomado en Ciencias Empresariales.
Estudiante avanzado de la licenciatura de Psicología. Miembro del Claustro.
Vocal del aula de cultura Amazigh de la ULL. Miembro del Consejo de Gobierno.
Universidad de La Laguna. Tenerife, Islas Canarias. Correo electrónico: cristian.cruz.febles@gmail.com
3 Licenciada en Psicología. Miembro del
Claustro. Miembro del Consejo de Gobierno. Directora del aula de cultura
Amazigh. Miembro de la Comisión Delegada del Vicerrectorado de Ordenación
Académica. Universidad de La Laguna. Tenerife, Islas Canarias. Correo
electrónico: omaira.adr@gmail.com
Contacto: estudioendofobiacanarias@gmail.com