SITUACIÓN ESPIRITUAL DEL PUEBLO CANARIO
EN EL SIGLO XXI (I)
Guayre Adarguma *
No es fácil valorar la situación
espiritual del pueblo guanche actual sin caer en simplificaciones excesivas o
malas interpretaciones. Hasta la fecha no se han realizado estudios profundos
sobre la verdadera base ritual y devocional popular en las islas antes de la
colonización española. Quizás esta situación se deba a dos razones
fundamentales y ambas complementarias. En primer lugar, una dependencia absoluta
de las misiones españolas, moldeadoras de una conciencia evangélica totalmente
descontextualizada; y en segundo lugar, una total falta de comprensión de
las raíces históricas y espirituales que una nación ejerce en la
percepción del evangelio impuesto.
Los
estudios más difundidos sobre esta materia provienen de pensadores católicos e
investigadores universitarios, quienes, a pesar de sus esfuerzos, no evalúan
la religiosidad dentro de la perspectiva de la especial idiosincrasia del
pueblo canario. Con este modesto trabajo pretendemos tener una aproximación a
las principales características de la religiosidad del moderno pueblo guanche
de las Islas Canarias, esperando que otros pensadores e investigadores de la
Iglesia Guanche puedan seguir adelante en desenmascarar la ignorancia en que ha
estado sumido durante centurias una buena parte del pueblo canario por una
religión foránea impuesta por las fuerzas de las armas.
Las
creencias religiosas están presentes en el pueblo canario desde tiempos
inmemoriales, ya que ellas están asociadas a la ancestral adoración a
Esta
situación traumática conforma el drama nacional vivido por el antiguo pueblo
canario y, cuyas consecuencias psicológicas, han venido marcando el carácter
inseguro que muestra en general nuestro
pueblo ante cualquier oferta de cambio cultural que proceda del ámbito europeo.
Uno de los mejores planteamientos de la situación psicológica en que se
encuentra el moderno pueblo guanche, nos lo ofrece el investigador Nathatan
Wachtel, en un excelente trabajo publicado en octubre de 2001, el cual seguimos
en las siguientes líneas:
“En
nuestra memoria colectiva, la aventura de los conquistadores evoca imágenes de
triunfo, de riqueza y de gloria, y aparece como una epopeya. La historiografía
occidental asocia la conquista de Canarias a los conceptos de “Renacimiento”
y de tiempos de “Modernidad”; la expedición guerrera de los españoles
coincide con la imagen de una nueva era. Pero se trata de una nueva era en
Europa. Desde la perspectiva del Guanche vencido, la conquista significa un
final: la ruina de su cultura.
Para
“Descubrir” realmente al pueblo canario, el historiador nacido en la
sociedad de los vencedores debe despojarse de sus hábitos mentales y, en cierto
modo, salirse de sí mismo. Preguntemos directamente entonces a la tamusni
(fuente oral histórica canaria).
Derrotados,
el choque psicológico sufrido por los guanches no se reduce a la irrupción de
lo desconocido; lo extraño de los españoles se manifiesta de acuerdo con una
modalidad particular: la violencia. La derrota significa en todas partes las
ruinas de las antiguas tradiciones. Incluso para guanches que prestaron su ayuda
a los españoles, los cuales fueron utilizados como instrumento al servicio de
los intereses políticos de éstos, vieron como en última instancia sus aliados
se volvían contra ellos y les imponían la ley cristiana. Por tanto, la Diosa y
dioses parearos sufren un ocaso en todas las islas. El traumatismo de la
Conquista se define por una especie de “desposeción”, un hundimiento del
universo tradicional (Nathan Wachtel, 2001)
El
proceso de conquista y colonización de canarias produjo el asentamiento de una
oligarquía foránea formada por un reducto de conquistadores, clero, colonos y
representantes de la corona española que se dedicaban a la extracción agrícola
y humana. Los clérigos de origen hispánico se asociaron con esta pretendida
aristocracia y trataron de trasladar la religiosidad popular española a nuestra
nación, una religiosidad basada en la inquisición con sus tribunales, juicios
y torturas. Así pues, el resto de la población se encontró marginada, y
comenzó a buscar progresivamente nuevas formas de vivir su ancestral religión
al margen del ámbito católico, hurtándola a la persecución de la inquisición.
Así pues, se mantuvo la persecución abierta o encubierta contra los
practicantes de nuestra ancestral religión, haciendo correr desde los púlpitos
bulos tales como que las Maguadas o Harimaguadas eran brujas que se dedicaban
chupar la sangre a los recién nacidos, y que hacían pactos con el diablo católico
vendiendo sus almas etc.
Por
otra parte, una buena parte de los creyentes en la Diosa Madre Chaxiraxi
continuaron practicando sus ritos y creencias sincretizadas bajo formas
cristianas, algunas de las cuales han permanecido hasta nuestros días.
“Saqueos,
masacres, incendios, son la experiencia del fin del mundo. Pero se trata de un
fin sangriento de un mundo asesinado. Ningún comentario sabría expresar mejor
el asombro de los guanches que los sentimientos de algunos poetas, quienes, con
voces desgarradas, nos exponen con asombrosa intensidad dramática la caída de
un pueblo:
En los caminos yacen
dardos rotos,
los cabellos están
esparcidos.
Destechadas están las
casas,
Enrojecidos de sangre
tienen sus muros.
Gusanos polulan por
calles y plazas,
y en las paredes están
salpicados los sesos.
Rojas están las aguas,
están como teñidas,
y cuando las bebimos,
es como si bebiéramos
agua de salitre.
(adaptación
de un canto Nahuatl)
La
obsesión de la muerte, presente a lo largo de todo este canto, se profundiza a
través del sentimiento de que un hecho irremediable ha herido a los antiguos
canarios en su destino colectivo; es su civilización lo que desaparece entre
las lágrimas y la humareda:
El
llanto se extiende, las lágrimas gotean allí en las Hespérides
...¿A dónde vamos?, ¡oh
amigos!
Luego ¿fue verdad?
Ya abandonan la ciudad
de Telde:
el humo se está
levantando:
la niebla se está
extendiendo...
Llorad, amigos míos,
tened entendido que con
estos hechos
hemos perdido la Matria
Guanche
(adaptación de un canto Nahuatl).
En
efecto, la derrota posee un alcance religioso y cósmico para los vencidos;
significa que la Diosa y dioses antiguos
perdieron su potencia sobrenatural. Los guanches nos consideramos como el pueblo
amado de Chaxiraxi-Abora-Diosa Celeste-Magek-Achuguayu- Chayuga- Acorán. En
consecuencia, la caída de la última isla al ser invadida y conquistada implica
algo infinitamente más grave que una derrota militar, con ella se cierra el
reino de la Sol. A partir de entonces la vida terrestre pierde todo sentido, ya
que los dioses están muertos, sólo nos resta a los guanches morir también:
Dijisteis
que no eran verdaderos
nuestros dioses.
Nueva palabras es está,
la que habláis,
por ella estamos
perturbados,
por ella estamos
molestos.
Porque nuestros
progenitores,
los que han sido, los
que han vivido sobre la tierra,
no solían hablar así...
Y ahora, nosotros ¿destruiremos
la antigua regla de vida?...
No podemos estar
tranquilos,
y ciertamente no creemos
aún,
no lo tenemos por
verdad,
(aún cuando) os
ofendamos.
(canto
Nahuatl)
Amenazador
es el aspecto del rostro del dios cristiano. Todo cuanto enseña, todo cuanto
dice, es: “¡Vais a morir!”.
La
conquista, “carga de Akanos”, aparece así grabada en el tiempo, contenida
de alguna manera en el curso de los siglos. Ahora bien, esta interpretación
temporal se duplica con imágenes espaciales, cuya figura nuclear resulta
encarnada por la Sol, divinidad esencial de la religión del pueblo guanche. La
teoría de la conquista se amplifica en una visión dramática que engloba el
destino del universo guanche.
Este es el rostro de la
Magek.
La faz de la Sol se
romperá.
Caerá desintegrándose
sobre los dioses de ahora
La Sol será mordida
cinco días y esto será visto.
Un signo que da la Diosa
es de que sucederá
Que muera el rey de este
país.
...¡Castrar
a la Sol!
Esto es lo que han
venido a hacer los extranjeros
(canto del Chilam Balam).
Imágenes
de la caída y de la rotura de la Sol, fuente de toda vida; temas de la agresión
y de la castración; pruebas de la muerte, de los dioses y de los Guanches: la
“revolución” del tiempo es vivida como una catástrofe absoluta. En este
sentido, podemos decir que la Conquista provoca un verdadero traumatismo
colectivo.
Sólo
sobrevive el recuerdo de la cultura perdida; el traumatismo se prolonga después
de la conquista, en la nostalgia referida a las costumbres abandonadas. Esta
nostalgia se experimenta cotidianamente al nivel elemental, tan importante entre
los Guanches, en la medida del tiempo.
Después
del ocaso de la Diosa-Madre, los españoles imponen su dominación a los
guanches.
¿Cómo
interpretan éstos la nueva era que así comienza?
Los
Guanches viven la dominación española -la ausencia del Kebehi, del Guanarteme,
del Faycan, del Guadameñe y del Kanku y, las Maguadas- a la vez como martirio y
como soledad. La elegía a la muerte de Benchomo (Viana) describe llorando y
delirando sin saber a que volverse. Porque la sombra que les protegía ha
muerto, se ven abrumados por el sentimiento de que una falta que ninguna cosa
puede colmar. Privados del padre que los guiaba, llevan ahora: una vida errante,
de alzados y dispersa, pisoteados por los extranjeros.
Literalmente,
ahora son sólo huérfanos oprimidos. De ahí el estado de duelo y frustración.
Con
el martirio de la separación infinita el corazón se rompe.
Los
Guanches suplican al Kebehi, y al Guanarteme muertos que abran nuevamente sus
ojos, que extienda nuevamente hacía ellos sus “manos magnánimas”, a fin de
restablecer entre ellos y el mundo la armonía perdida.
Entre
los guanches, el recuerdo transmuta la época de la antigua civilización en una
verdadera edad de Oro, mientras que la dominación española se concibe como
desencadenamiento de todos los males; el tiempo de los colonos es la inversión
simétrica del tiempo de los antepasados. Este tiempo representaba el orden y la
medida; una vez destruido, el presente sólo puede ser “tiempo loco”.
...Entonces todo era
bueno, y ellos (los dioses) fueron abatidos.
Había sabiduría en
ellos...no había pecado
entonces... había una
santa devoción en ellos.
Sanos vivían. No había
enfermedad entonces;
no había dolores de
huesos, no había fiebres,
no había viruela, no
había ardor de pecho,
no había dolor de
vientre, no había
Enflaquecimiento.
Sus cuerpos estaban
entonces rectamente
Erguidos.
No es esto lo que han
hecho los colonos
cuando llegaron aquí.
Han enseñado el miedo y
han venido
a mancillar las flores.
para que viviese su
flor,
han hundido y agotado la
flor de otros
(Chilam Balam)
...Mancillada
está la vida, muere el corazón de las flores... falsos son Sus reyes, tiranos
sobre sus tronos, avaros de sus flores... ¡Asaltantes de los días, ofensores
de la noche, verdugos del mundo!... No hay verdad en la palabra de los
extranjeros.
Es
solamente por causa del tiempo loco y por causa de los sacerdotes católicos que
la tristeza ha entrado en nosotros, que ha entrado en nosotros el cristianismo.
Porque los muy cristianos han venido aquí con el dios “verdadero”; pero fue
el comienzo de nuestra miseria, el comienzo del tributo, el comienzo del ayuno,
la causa de la miseria de la cual ha surgido la discordia oculta, el comienzo de
la expoliación, el comienzo de las deudas colgadas a las espaldas, el comienzo
de la disputa continua, el comienzo del sufrimiento.
Hemos
descrito el traumatismo sufrido por nuestros antepasados Guanches a través de
los textos, es decir, de un modo bastante empírico. Sin duda, ese traumatismo
podría ser definido en términos más rigurosamente psicoanalítico. Los temas
de la Castración de la Sol, del abandono por el padre, del duelo de la soledad
nos llevan por esa vía. Sin embargo, no podemos aventurarnos a seguirla, al
menos en este estadio del trabajo, por dos razones. Por una parte, la aplicación
de los métodos psicoanalíticos a la historia, a pesar de las investigaciones
actuales, se encuentra en un estadio embrionario, cuyos resultados son poco
seguros. Por otra parte, una empresa semejante exigiría un análisis más
detallado de las estructuras mentales propias de cada sociedad, cuando nosotros
nos hemos limitado a sobrevolar la literatura relativa a la conquista en áreas
culturales muy alejadas. Por tanto, en este capítulo nos proponíamos solamente
una especie de toma de contacto con el problema, un descentramiento mental
indispensable para comprender la visión de los vencidos. Nos bastará pues, por
el momento, haber evidenciado el hecho mismo del traumatismo, así como sus
consecuencias.
Los
guanches tenemos la sensación de que nuestra cultura ha muerto y experimentamos
una frustración particular, que corresponde a una verdadera “desposeción de
nuestro mundo”. Este traumatismo se perpetúa durante este prolongado periodo
colonial, y hasta nuestros días, en la medida que los canarios actuales
continuamos viviendo bajo la dominación española, como un estado inferior de
sentimiento y humillación.
El
resultado de esta última tendencia es medible y cuantificable en la actualidad,
por ejemplo: el 80% de la población canaria declara pertenecer a la fe católica,
pero sólo un 10% de ese total asiste regularmente a los ritos, y muchos menos
son los que participan en actividades católicas, o como miembros del cuerpo
laical. En Canarias existe una tricotomía de católicos educados, (burguesía,
y funcionarios españoles) quienes están formados en la fe cristiana, y tienen
creencias más o menos ortodoxas, católicos politizados que tratan de buscar
solución a sus problemas con una explicación cristiana de la lucha de clases,
ambos grupos realmente minoritarios, y el resto de los supuestos católicos que
visitan a curanderos y santiguadoras, van a los centros de peregrinación de
nuestros ancestros, atribuyen a cruces, escapularios y estatuillas, poderes
sobre naturales, y sin embargo van a las iglesias en fiestas determinadas y se
declaran católicos. Esta actitud de los creyentes canarios contrasta
notablemente con otros países del mundo, donde la percepción y participación
en las doctrinas y creencias católicas son muy diferentes y mucho más
profunda.
Sin
embargo, esa falta de interés del pueblo canario por participar dentro de la
iglesia institucional católica pagana, no implica una indeferencia religiosa.
Evidentemente, los marginados y débiles se vieron -y se ven- obligados a
mantener un sistema de creencias propias y a tener una manera de pensar, que es
lo que actualmente conforma la base espiritual del pueblo canario.
Este planteamiento esta ampliamente recogido por el
pensador Pollak-Eltz (1994), planteamiento, que es totalmente aplicable en
canarias, y de quien tomamos los siguientes párrafos:
“La Iglesia
católica es sólo un factor marginal en la religiosidad popular, quizás debido
a su internacionalismo y a su estructura jerárquica. Ella ofrece sólo el
contexto institucional dentro del cual se practica la religión popular. La
esencia del catolicismo no atrae a las clases marginales. Según Emili Pin, los
latinoamericanos creen en Dios, pero la fe es de pobre contenido. Se sabe de
Jesucristo, pero en la vida diaria la gente se ocupa especialmente de los
“dioses menores”: los santos, las vírgenes, las ánimas. Estas prácticas
se deben ver en el marco de la religión popular total, en donde los malos espíritus
ayudan a los hombres. Los brujos y hechicerías juegan también un papel
importante en esta ideología popular. La creencia en los espíritus y el mal de
ojos es universal, los amuletos son usados por muchos como protección y, en
general, los cuentos más increíbles sobre apariciones milagrosas de la Virgen,
milagros hechos por los santos, sueños premonitorios, hechicerías peligrosas,
son tomados muy en serio.”
Está
claro que el pueblo canario, ha mantenido una lucha soterrada por mantener sus
ancestrales creencias y religión, aunque hoy en día, si preguntáramos por el
origen de determinadas prácticas religiosas aparentemente cristianas, no sabrían
darnos una repuesta satisfactoria, simplemente se limitarían a decirnos, “que
así lo hacían sus padres y los padres de sus padres” y por consiguiente,
ellos continúan haciéndolo.
Dentro
de esta mezcolanza de ritos, creencias e ideas, no existe doctrina
prevaleciente, y sí un relativismo ético con una ausencia casi absoluta de
orden y disciplina. Un pueblo desposeído, ignorante, despojado de sus creencias
ancestrales, maltratado y enfermo mentalmente requería una creencia que
supliera sus necesidades religiosas, recreacionales, emocionales, económicas,
sociales y medicinales. Esto dio a la amalgama, aleación o fusión, de ritos y
creencias, ancestrales con la tradición cristiana católica pagana, de forma
tal que la simbología religiosa se proyectase en tres direcciones:
Primero.-
Aceptación por parte del pueblo guanche de símbolos y ritos cristianos con
significado autóctono: Por ejemplo, la celebración de las fiestas en honor de
los santos paganos católicos, Juan, Pedro, Antonio y Benito, estos son santos
cuyos ritos fueron reinterpretados por las comunidades guanches, ya que ellos
recordaban a los dioses intermediarios locales.
Estas
fiestas se celebran coincidentemente con el solsticio de verano, y a partir del
año nuevo guanche, (21 de junio) y por tanto, están ligados a rituales de
fertilidad de las cosechas, los rebaños y los hombres, celebrados por los
canarios desde la más remota antigüedad.
Segundo.-Se
ha venido conservando rituales guanches con significado cristiano. En este caso
encontramos la fiesta de los “diablos” o “diabletes” que se celebra en
diversos pueblos de Canarias, siendo especialmente significadas las de los
lugares donde se usan máscaras o cabezas de machos cabríos, o carneros. Estas
máscaras personifican a espíritus que visitan a los seres humanos para
ayudarles, ya que tienen poderes especiales. Además, la celebración representa
un rito de iniciación para los hombres. El significado cristianizado es la
representación de la batalla entre el bien y el mal.
La
influencia católica pagana impone la aceptación de nuevos ritos o símbolos
con nuevos significados, por ejemplo: “La Quema de Judas” o “Haragán”
es característica de este tipo de sincretismo: En principio significaba la
muerte del traidor a Jesucristo, con el transcurso del tiempo se ha constituido
en instrumento de juicio popular a personalidades políticas. Como sucede
actualmente en el Municipio Gran Canario de Santa Lucía, o en la localidad
tinerfeña de Taganana, entre otras muchas de las islas.
Está
claro que el concepto religioso ha pasado a un segundo plano, quedando como
forma satírica de expresión del pueblo.
Las
principales características que condujeron al pueblo guanche al sincretismo
religioso se pueden resumir así:
a)-Según
Padilla (1978), el catolicismo popular es un culto dirigido esencialmente a los
santos y no a dios. Es denominado por algunos estudiosos como “cristo-paganismo”,
y constituye la fusión de dos sistemas, incompatibles bíblicamente, como lo
son el monoteísmo y el politeísmo, para crear un nuevo sistema sin conflicto,
basándose en las semejanzas entre los dos.
b)-El
sincretismo es una forma religiosa netamente utilitaria, ya que no tiene fines
de adoración sino obtención de beneficios.
c)-
Sobre esta cuestión nos dicen: (Canclini 1992; Ferrari 1976) El catolicismo
español que sirvió de sustrato al sincretismo se caracterizaba por sus
elementos festivos: Procesiones, cantos y bailes, sus aspectos supersticiosos,
ya que la magia era un elemento importante de los españoles poco educados; y su
fanatismo, ya que provenía del sistema de la Inquisición, y con toda la
crueldad que ya había mostrado en la Península ibérica siguió suprimiendo a
judíos y masones, y en Canarias a los guanches insumisos (Pollak-Eltz, 1994)
d)-No
existe en Canarias sistemas religiosos enteros de origen guanche, sino elementos
autóctonos sincretizados con conceptos cristianos. Los guanches fueron forzados
a ser bautizados, pero luego se dejaban a su libre albedrío en el aspecto
religioso, especialmente los que moraban fuera de los poblados habitados por los
colonos, bandos de paces y alzados.
e)-
En las creencias del pueblo guanche existe un monoteísmo enmarcado en un politeísmo.
Donde actúa un ser supremo (La Diosa Madre Chaxiraxi y sus aspectos como:
Tara-Tanit-, Magek, Abora, Moneiba, Diosa Celeste, Diosa de Abona, de La Luz,
etc.,) todopoderosa y un panteón de intermediarios (Alcorak o Acoran,
Achuguayu, Achamán, Aranfaibo, Chayuga etc.) con poderes sobre naturales,
guardianes de lugares específicos, antepasados (Maxios) deificados o espíritus
de la naturaleza, animales, árboles, cuevas, rocas o lugares cuya función es
asistir a los hombres en sus necesidades. Conceptos éstos que son fácilmente
asimilables con la visión católica, tal que: Dios Padre = Ser Supremo, Santos
= Intermediarios = ángeles protectores.
De
ahí la fácil asimilación por parte del pueblo guanche de parte del credo católico.
f)-Según
recogen los cronistas los guanches que fueron obligados a vivir en poblados
europeizados, fueron más controlados por los sacerdotes católicos y por ello
conservaron pocos elementos autóctonos. La iglesia católica interpretó la
evangelización del guanche como su reducción y asimilación inmediata al mundo
de la cristiandad; como una negación, como un desconocimiento del otro.
g)-La
conquista de las Islas Canarias, duró casi un siglo, lo cual llevó a las
poblaciones una gran incertidumbre durante tan prolongado tiempo, aparte de la
gran cantidad de hombres, mujeres y
niños que fueron diezmados. Durante tan cruenta lucha hubo una ingente cantidad
de seres humanos que fueron sustraídos de las islas por los europeos y vendidos
como esclavos en los mercados de Valencia, Sevilla y Barcelona en España, el
resto, con el desmoronamiento de su sistema religioso, económico y social,
tuvieron que soportar una larga etapa de abandono. Esto llevó al pueblo guanche
a una merma de su religión y a que la población guanche asumiera
responsabilidades religiosas sin la formación básica que impartían los
Amusnaus, Guadameñes, Faicanes, Kankus
y Maguadas. Como señalan algunos estudiosos del tema, “el lenguaje
religioso de la cristiandad europea sólo estaba en la superficie del
guanche”, había habido una transferencia externa pero no una conversión
sincera, y esta fue la oportunidad para desquitarse e incorporar expresiones
rituales guardadas de generaciones anteriores.
h)-
Según recoge Clarac de Briceño, (1992), cuando los pueblos pasan por una serie
de contrastes sucesivos, como pasa en la vida de la nación canaria, al ser
objeto del constante desprecio por parte de los españoles, el desenvolverse en
una estructura social profundamente dependiente, el estar continuamente sujetos
a los vaivenes de unos procesos económicos basados en monocultivos y la
influencia anglo-sajona, llevó a la formación de una población sin un asidero
real en el aspecto espiritual, por lo que, al encontrarse acorralada, recurrió
al denominado mecanismo de defensa tradicional.
i)-En
particular se señala al curanderismo, invocación de espíritus para producir
curaciones, como una de las expresiones rituales guanches a las cuales se
recurrió y que aún permanece vigente y fortalecidas con otras influencias foráneas.
El curanderismo es la creencia frecuente en los poderes curativos de algún
hombre o mujer, quienes, mediante un don especial, tienen poderes sobrenaturales
para sanar cualquier dolencia física (Sacerdotes Samarines). Esta característica
se encuentra en los pequeños pueblos y zona rurales de las islas y en las
grandes ciudades en forma de “cultos curativos” ampliamente difundidos.
(Navarro 1992)
En
relación a este tema del sincretismo y la religiosidad popular, el investigador
venezolano Elí González presenta una estadística de espiritualidad
venezolana, la cual creo que es aplicable a Canarias, no sólo por la similitud
de la colonización y catolización de ambas naciones por los españoles, sino
que además, la influencia canaria en la República hermana es notoria: ...estudió
2023 fiestas en todo el país y llega a la conclusión que de los 154 temas
encontrados, 94,2% pertenecen a la religión católica popular, La Virgen es
invocada bajo 45 aspectos o advocaciones. Las fiestas se distribuyen en todo el
año, pero con dos puntos topes: mayo y diciembre. ...en la celebración calendárica
de nuestras fiestas se observa la presencia de imposición de patrones españoles.
Se trata esencialmente del ciclo litúrgico anual, pero mientras lo católico se
concentra en lapso diciembre-enero-abril, lo popular lo hace de mayo a diciembre
...509 fiestas ...son dedicadas a la Virgen en 45 advocaciones:
Por
otro lado existe en Canarias un culto tanto a los santos “oficiales” paganos
del catolicismo, y a los llamados “Santos populares”. El culto de éstos últimos
es mucho más interesante de analizar porque constituyen una gran variedad y,
además, en la mayoría de los casos, sus vidas contrastan con el estereotipo de
lo que sería el santo católico tradicional.
Éste
ultimo aspecto es bastante sorprendente, y difícil de explicar en términos de
la lógica humana. Pero es totalmente compresible cuando el fenómeno se produce
en una sociedad como la canaria o en la mayor parte de ella, cuando se sabe
marginada, humillada y sumida en la pobreza, entonces, al saberse marginada se
sabe diferente y, por tanto, se disparan en los individuos los mecanismos de
autoprotección, creando su propia realidad espiritual, sus santos, ritos y
creencias con quienes se sienten identificados, ya que comparten las mismas
miserias y desencantos en un mismo plano y, por consiguiente, buscan el desquite
frente al sistema ofensivo y avasallador impuesto por el colono.
Estos
despropósitos no son privativos sólo del catolicismo popular, en los últimos
tiempos se viene propugnando por parte de destacados sectores de la iglesia católica
oficial la santificación de determinados personajes que, en la historia
reciente, fueron culpables y convictos ante la opinión pública mundial del
asesinato de ciento de miles de personas. Y en tiempos un poco más antiguos,
personajes similares, entre los que podemos destacar a los reyes Isabel de
Castilla y Fernando de Aragón, genocidas y masacradores inmisericordes de
pueblos y culturas, y que, quizás por ello tuvieron bien ganado el epíteto de
“católicos”, pretenden elevarlos a los altares, posiblemente como premio
por los millones de muertos que inmolaron en nombre de un dios católico, y en
aras de su codicia en los continentes africano y americano y asiático.
De
cualquier manera, sea la necesidad de contar con espíritus mediadores, como sor
maría de Jesús (La Sierva de Dios), San Pedro de Bethencourt (El hermano de
los pobres), cuya figura y cueva refugio actualmente está siendo hábilmente
utilizados por la iglesia católica como fuente generadora de beneficios económicos,
José de Anchieta (apóstol del Brasil), sea la necesidad de acudir a los
curanderos, estos ritos religiosos, en expansión, apuntan hacía un
otorgamiento de “poder” a un pueblo oprimido y desgastado, que no ve en la
religión oficial, ni en las doctrinas políticas que la potencia colonizadora
aplica en nuestro país, la salida a sus males.
Al
mismo tiempo, por sus características, ellos ofrecen un escape mental a los
innumerables problemas diarios de las gentes, incluyendo problemas médicos.
“La complejidad adquirida por estos cultos, a través del sincretismo, muestra
la flexibilidad, elasticidad y capacidad de adaptación que poseen, y hacen que
la fortaleza y el velo sean muy fuertes para que una persona adentrada en estas
prácticas pueda ver el evangelio”. (Torres H. 1993)
Como
repuesta a éste cúmulo de incertidumbre espiritual en el pueblo canario,
resurge La Iglesia del Pueblo Guanche, la cual ha venido perviviendo en lo más
profundo del ser colectivo de la sociedad, sincretizada en las diferentes
fiestas y romerías populares, entre las cuales podemos destacar las de la Rama
en Agaete; el Poleo en Icod; la Romería del Socorro en Güímar, o la de la
Luz, la Virgen de los Pastores (Betilo de la Diosa Tara-Tanit); la Chaxiraxi
(Diosa-Madre, universal) o Diosa Magek, sincretizadas como Virgen de Candelaria;
la “virgen” de Abona; la de Tajao. En el Wesñesmen, fiesta nacional guanche
dedicada a la Diosa Chaxiraxi y
sincretizada también como Virgen de Candelaria, el año nuevo guanche también
sincretizado con la fiesta católica de San Juan. La cristianización de árboles
santos guanches como el Pino Santo de Terure (Tara)
(Virgen del Pino) en Gran Canaria; el Pino Santo de la isla de La
Palma,Virgen de las Nieves; el Pino Santo de la Victoria, o los de Vilaflor en
la isla de Tenerife, el de Arafo venerado bajo la advocación del Cristo del
Pino, etc. Además de los innumerables santuarios de culto al aire libre, betílos,
cuevas santuarios, y cimas sagradas que han sido cristianizadas implantándoles
cruces cristianas o construyendo ermitas e iglesias sobre éstos lugares sacros
guanches, sustituyendo sus ancestrales advocaciones por las de vírgenes y
santos mediadores paganos católicos. A pesar de lo expuesto, La Iglesia de
Pueblo Guanche no resurge con ánimo de ocupar una parcela de la vida religiosa
en Canarias, la cual viene manteniendo desde hace más de 3.800 años, sino que
pretende recuperar a la luz pública el patrimonio espiritual de que ha sido
depositaria durante más de 5 siglos de colonización. Y que, en un momento
aciago de nuestra historia, fue condenada a permanecer en las catacumbas por
imperativos de la superioridad armamentista de otra religión foránea. No
obstante, es voluntad de la Gran Diosa-Madre -Chaxiraxi- Tanit-Abora, extender
sus alas protectoras sobre los hermanos y hermanas de otras confecciones
religiosas, en completa armonía con el espíritu de amor y esencia universal
que de ella siempre ha emanado, como única Gran Diosa-Madre de la humanidad,
conocida por más de mil advocaciones.
Que
las enseñazas y críticas históricas sirvan de mejores criterios para enmendar
los errores del presente. Esperemos, al menos, que no se reproduzcan, con nuevo
enmascaramiento, la teoría de “que los cristianos indígenas sólo vendrían
a gozar de los beneficios de la salvación, después de muertos.” (Antonio Pérez
Voituries, 1977, t, II:380)
El
Viento sopla a favor de la libertad espiritual y política de los pueblos. Para
los últimos charlatanes de la vieja sociedad colonialista europea, la vieja
sociedad del dinero, oír hablar de la libertad de los pueblos les suena a herejía.
Les viene sonando a herejía hace más de cinco siglos. Siempre les ha sonado a
herejía. Para ellos el pueblo Canario es un ente abstracto o un término
literario casi ficción o un lugar en el trópico, una finca particular donde
tomar la Sol, un sostén de su vanidad nacional imperialista, por tanto, no
somos ellos ni queremos serlo. Somos un conjunto diferente de clases, casta o
etnia, de matriotas de nuestra nación, de creyentes de una u otra religión, de
fuerza de trabajo necesaria y de costos
de producción baratos. Somos forzados contribuyentes de la hacienda española,
consumidores y marginados. No hace mucho tiempo discutían si teníamos o no
“alma” para justificar si podíamos o no ser esclavizados.
* Guayre
Adarguma Anez’ Ram n Yghasen
---»Continuará…