EFEMERIDES CANARIAS
UNA
HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERÍODO COLONIAL, DÉCADA 1721-1730
CAPÍTULO
-V- II
Viene
de la página anterior
El
documento que aquí se presenta corresponde al Plano, Perfil y Elevación que
explican el proyecto de un baluarte destacado que se propone construir en la
Plaza de Montevideo. El mismo contiene numerosas precisiones del ingeniero
acerca del diseño de la Plaza, las posibilidades de aprovechamiento de
construcciones previas, y los materiales necesarios para la obra a los fines de
asegurar su óptima defensa. Acompaña dicho proyecto de obra un exhaustivo
presupuesto redactado además por el ingeniero José del Pozo, con el Vº Bº de
Cáceres. El tema presupuestario vinculado a las construcciones no es un dato
menor y a ello se hace referencia en numerosas oportunidades a lo largo del
documento. Cabe tener en cuenta que Cáceres había diseñado un año antes
(1801) un proyecto para construir una recova en la Plaza Mayor del fuerte de
Buenos Aires, pero éste fue rechazado por falta de recursos económicos. En el
caso de la Plaza de Montevideo, el proyecto aprobado será luego dirigido por él
mismo y realizado también por José del Pozo. El último continuará con las
obras en esta ciudad hasta 1810.
División 10ª
P. de Buenos Aires.
1802
Pensamiento
y proyecto del Director García
Martínez sobre el aprobado pª.
Exmo. Señor.
Dirijo
a V.E. el adjunto Proyecto, que hé formado pª. la Plaza de Montevideo, fundado
en las reflexiones que le acompañan, a impulso de mi zelo por el mejor servicio
de S. M. y considerable ahorro de su Rl.Herario, a fin de que si
mereciese la aprovacion de V.E. lo haga presente a la Soberana consideracion del
Rey, como tambien mi constante deseo de propender a su Rl. servicio
en todo quanto considere mas beneficioso, util o interesante a tan Soberano
objeto.
Ademas
de quanto se expresa en las reflexiones, acompañan al Proyecto para su mayor
ilustracion un Plano del Recinto de la Plaza y terreno de sus inmediaciones, y
dos Perfiles cortados en Angulos rectos por las Lineas que se explican en el
referido Plano, de los quales comprehenden el uno hasta la mayor altura, y el
otro de Mar a Mar de la Peninsula, y manifiestan el solido fundamento en que se
apoya; siendo de advertir, que el primero, aunque no pasa por la mayor altura,
que da esta a cosa de 4 u [a] 5 varas a la derecha y
Acompaño asimismo el calculo
por menor de la Obra, que se proyecta y explica el plano que remito a efecto de
que V.E. se cerciore de que se ha hecho el Proyecto con toda
escrupulosidad.
Tambien
me parece conveniente poner a la vista un grave inconveniente, que sin duda no
se tubo presente, pues aunque la RL. Orn. del 5 de Mayo de 1785
previene, que antes de demoler el frente de tierra se construya el camino
cubierto del Hornabeque, a fin de que no quedase la plaza abierta, demolida la
actual Ciudadela, en cuyo caso era preciso construir antes Quarteles pª. la
tropa y Presidarios, o disponer casas en la Ciudad para ambos fines, lo que
seria costoso, y no poco dificil por lo reducido del Pueblo, pero mediante mis
disposiciones se ha evitado aquel, aprovechando quanto ha sido posible la
muralla actual de los frentes de tierra de la Plaza, haciendole por lo exterior
el revestimiento necesario pª. completar el grueso, que corresponde al Muro sin
embargo de no haverse adelantado como yo deseaba por la cortedad de las
dotaciones, con las quales ha de atenderse no solo a la Obra y el Proyecto
aprovado, sino a las muchas que ofrecen los Edificios Militares de la nominada
Plaza en los Quarteles provisionales, Hospital, Cuerpos de Guardia, y Almacenes.
Mediante
a las oportunas providas tomadas al efecto es visto que la Plaza
queda siempre cerrada, y que ejecutado el Baluarte destacado que se propone,
queda esta bien fortificada, agregandose para ello el poner la Ciudadela,
descuidada tanto años hace, en el estado de servicio que se requiere, mediante
lo cual y con el auxilio de las 15 Bobedas a prueva, que se han constituido
durante la Guerra, en la Corbina, que va desde el Baluarte del Norte, que se ha
sustituido en lugar del Torreon de este nombre, puede colocarse mucha Tropa en
ellas, interim se efectuan las Obras y reparos, que son necesarias en la
mencionada Ciudadela.
Devo
igualmente hacer presente a V.E. que no me ha parecido conveniente dirijir otro
ejemplar por conducto de este Señor virrey, así porque el proyecto del
Hornabeque se formó en Barcelona, en tiempo del difunto antecesor de V.E. como
porque haviendose dirijido por el Ministerio de Indias con otro de tres frentes
de fortificacion para que el actual Virrey, entonces Ingeniero en segundo y
Comandante de estas Provincias trazase uno y otro sobre el terreno, y formase el
calculo de ambos explicando qual de ellos era tan ventajoso, podria [ilegible]
que se dirijia a enmendarle la Plana, pues no es extraño que en unos proyectos
tan bastos y de tanta consideracion se le pasasen por alto algunos calculos, y
porque acasos serian diversas sus ideas, porque acaso haviendo sido compañeros
en el cuerpo a un mismo tiempo, le pareceria mal, protestando a V.E. no ha sido
otro mi fin que el cumplir con mi obligacion, y con los deberes del encargo que
el Rey ha puesto a mi cuidado.
Dios
guarde a V.E. muchos años.
Buenos-Ayres
18 de junio de 1802.
Josef
Garcia Martinez de Cáceres
Exmo Señor D. José de Urrutia.
Presupuesto
del Costo que sobre poco mas o menos podra tener
la conclusion del Fozo desde
los Baluartes N. y S.
En el frente de tierra; hasta el de la Ciudadela; Contra=Escarpa Camino cubierto
y Explanadas, Terraplenes y Rebestimto interior de otros; y execucion del
Baluarte de la parte del Sur. Asaver
Con la de V. de 18 de junio
ultimo he recibido el Proyecto que ha formado pa. la Plaza de
Montevideo y el [ilegible] de reflexiones que le acompaña haciendo V. ver la
utilidad y ahorro que producira si se adopta su pensamiento; de lo que quedo
enterado, como de todo lo demas que expresa V. en su citado proyecto y tendré
presente para cooperar en lo mas conveniente al bien del Servicio. 25 de Setre.
de 1802.
A García Martínez. Buenos
Ayres (Laura Oliva Gerstner)
1729.
En aplicación del Reglamento de 1718, los barcos utilizados
para el comercio de Indias deberán ser construidos en España, aunque se
permiten los fabricados en el extranjero, siempre que hubiesen sido adquiridos
antes de la promulgación de dicha normativa.
Aunque
condicionado al pago de cierto impuesto, esta norma se suaviza hacia 1729, para
endurecerse de nuevo más tarde, en 1755 (Morales, 1955: 106-107).
En cuanto al tonelaje de los barcos, cuando en el siglo XVI se
autoriza a las islas la exportación se indica que en todo se aplicarán las
normas de la Casa de la Contratación, excepto en lo tocante a esta cuestión.
Sabemos que en 1590 se autorizó el despacho de navíos de menos de 80
toneladas. A partir de entonces la normativa estatal hace referencia al tonelaje
a exportar desde las islas y al reparto de dicho tonelaje entre las islas, pero
en ningún caso al tonelaje que habrán de tener los navíos (Morales, 1955:
109). Si nos ceñimos al ámbito de nuestro estudio, el tercer cuarto del siglo
XVIII y lo restringimos a los navíos construidos en astilleros palmeros,
tenemos que los dedicados al comercio de Indias oscilan entre las 65 3/4
toneladas de «La Dichosa» y las 214 1/3 de «La Paloma Isleña, siendo, en su
mayoría, fragatas.
A mediados del siglo XVII la fragata era un buque de entre 100 y
300 toneladas, armado con 10 ó 15 piezas de artillería. Poco a poco el tamaño
de las fragatas fue aumentando y a mediados del siglo XVIII, la fragata tenía
una eslora que oscilaba entre los 36 y
Cuadro
2: La flota canaria en el tercer cuarto del siglo XVIII
Fuente:
Morales (1955). Elaboración propia
Año |
Construidos en Tenerife |
Construidos en La Palma |
Construidos fuera de las islas |
Total flota canaria |
Tonelaje total |
1753 |
- |
2 |
10 |
12 |
1952 |
1759 |
6 |
2 |
13 |
21 |
3032 |
1763 |
n.d. |
1 |
n.d. |
21 |
n.d. |
1770 |
6 |
3 |
13 |
22 |
3334 |
1773 |
4 |
3 |
12 |
19 |
n.d. |
(Francisco
Javier Martín Pérez)
1729.
Agulo en la isla de La Gomera se independiza administrativamente de Hermigua y
crea un nuevo distrito (Ayuntamiento).
1729.
El permiso para que la colonia canaria pudieran enviar anualmente 250 toneladas
de sus productos a Buenos Aires sólo fue realidad en la real cédula que lo
concedió. Al año era derogada la autorización. Correspondió al hawara
(palmero) José Fernández Romero, con poder de Buenos Aires, gestionar y lograr
tal licencia. En virtud de ella las islas mandarían a Río de la Plata vinos,
aguardientes, pasas, almendras, mantas y tejidos bastos. Y 500 botijales de
aceite siempre que se extrajesen de Andalucía (España), más 300 quintales de
tabaco cubano con el fin de darle salida al producto antillano y contrapesar el
contrabando que los holandeses practicaban desde o por la isla de Santa Catalina
y la colonia del Sacramento. Era recordada y exigida la contribución demográfica
de cinco familias canarias por cada cien toneladas.
A
cambio de lo llevado, y en el viaje de retorno, las embarcaciones traerían
cueros, frutos de la región y dinero (60 pesos por tonelada) que servirían
para cubrir la falta que de él se acusaba en la colonia. En el articulado que
sigue se habla de la nacionalidad de los navíos, de quiénes podían comerciar,
del tipo de géneros autorizados, de las rutas a seguir, etc. No procede
continuar glosando la disposición o el proyecto, frustrad sin duda por la
intervención de elementos españoles. Tengamos en cuenta que cuando el rey español
Felipe V concede tal ventaja la Corte se encontraba en Sevilla en una permencia
de años, no lejos del Cádiz donde estaba la Casa de la Contratación desde
1717 y el núcleo de comerciantes extranjeros más importantes e interesados en
el comercio con las colonias americanas.
1729.
En Puerto Rico en las zonas de Mayagüez,
Añasco y Rincón se establecieron familias canarias. Fundaron una ermita en
Mayagüez a la Candelaria y otra en Rincón en honor a Santa Rosa. En Añasco se
dio carácter de parroquia a la vieja ermita de San Antonio Abad. Aunque no
fueron llevados por la acción gubernamental, nuevos grupos de canarios se
asentaron. Constituyen el factor de mayor importancia dentro de su
extraordinario desarrollo. Casi se triplica en 1799, cuando alcanza las 153.232
almas. De las 28 poblaciones nuevas que se fundan en ella entre 1714 y 1797, no
menos de 19 deben su origen al esfuerzo y trabajo de los hijos de Canarias. En
la primera mitad del siglo XIX nuevos aportes canarios, que darán pie a nuevas
poblaciones, como Naguabo en la vertiente occidental de la isla, demostrarán el
papel que jugaron en la transición del trabajo esclavo al asalariado en una
isla en la que la trata esclavista nunca alcanzó los niveles de Cuba. Los
canarios se convirtieron desde la tercera década del XIX en pioneros del
trabajo libre en la caña de azúcar, hasta tal punto que fue prohibida la
difusión de tan exitosa experiencia.
1729
Agosto 19. En un informe
del Ingeniero del Real Cuerpo D. Miguel Benito de Herrán del 19 de Agosto de
1729 decía: «...Considero por ahora muy precisa la de fabricar un pedazo de
muelle valiéndose de la peña que desde el Castillo Principal se abanza a la
mar como unas treinta tuesas, siendo de ancha de ocho a diez, y la de poner en
su cabeza una buena vaterja...» En 1752, los Ingenieros D. Francisco La Pierre
y D. Francisco Gozar informaron en el mismo sentido, y el también Ingeniero D.
Alexandro de los Ángeles, lo reiteró en su plano de 1768 para remate de las
obras del muelle derruido formando un muro donde iban las troneras. Al llegar a
Santa Cruz de Tenerife el 12 de Junio de 1784 el Comandante General Mariscal de
Campo D. Miguel de la Grúa Talamanca, Marqués de Branciforte, para sustituir
al General D. Joaquín José Ibáñez Cuevas, Marqués de la Cañada, ordenó la
formación de una Alameda en La Marina, y de una plataforma en el extremo del
muelle para colocar Artillería y aumentar las defensas de la bahía; comenzó
la construcción en 1784 y quedó terminada el 31 de Marzo de 1787.
En
1788 estaba artillada con 6 piezas de a 24; 4 de a 16 y 22, morteros de a 12., y
su guarnición se componía de 1 Sargento, 1
Cabo y 9 Soldados, previsto su aumento en tiempos de guerra a 3 Oficiales, 3
Sargentos, 3 Cabos y 100 Soldados. Como se ha dicho, esta batería tomó parte
en la defensa contra el ataque de Nelson y sufrió grandes desperfectos por
fuego enemigo.
En
un informe redactado por el Ingeniero Militar de S.M. Lartigué de Condé y
efectuado en Santa Cruz de Tenerife el 24 de Diciembre de 1792., dice que esta
batería avanza bastante al mar y descubre y defiende bien el puerto y playa que
tiene a su dere cha hasta la desembocadura del barranco de Santos, cruzando su
fuegos con la Batería de la Concepción; agrega que está expuesta a la
enfilada, como la calle de San José (hoy Bethencourt Alfonso) y que el cañón
que fuese desmontado sería muy peligroso repo- nerlo por estar muy descubierta,
y propone para remediar estos defectos, el empleo de sacos terreros en la
barbeta y la construcción de merlones, así como formar unos espaldones junto a
la Caseta del Resguardo y rampa de acceso a la Alameda. También se pronuncia
por la conveniencia de edificar un Cuerpo de Guardia, de que carece, así como
reparos en la obra general, pues de no atenderse rápidamente a la escollera,
pronto quedaría la batería arruinada por la acción del mar. En
1730.
San Antonio de Texas, que fue en su día la avanzadilla de la Nueva España en
territorio de los actuales Estados Unidos. Fueron 16 familias las canarias que,
saliendo en 1730 rumbo a La Habana, pasando por Veracruz, llegan a las tierras
de Yanaguana y fundan la Villa de San Fernando de Bexar en 1731, lo que sería más
tarde San Antonio de Texas.
1730.
Nace en Teguise, Titoreygatra (Lanzarote) Su actividad política es muy intensa.
Influido por las ideas renovadoras de Locke, Rousseau y Addison. Educado en
Francia, donde conoció a Voltaire y a Buffon. En 1745 se establece en las
Islas. Viaja luego por Francia y España. Tras desempeñar diversos cargos públicos
fue secretario del despacho Universal de la Guerra y Oficial del Archivo de
Estado (1763). Su aventura con Pedro A. Caron de Beaumarchais, que vino a Madrid
con el fin de vengar la honra de su hermana María Josefa, burlada
por Clavijo, fue aprovechada por el francés para desprestigiarlo en sus
memorias y en su drama Eugenia. Ello hizo que Clavijo perdiera sus cargos y
saliera de la Corte, y que Goethe aprovechara tal anécdota para su drama
Clavijo. Regresa a Madrid en 1767 y es nombrado oficial mayor para la
correspondencia sobre jesuitas expulsos y director de los teatros de los Reales
Sitios (1770). Más tarde, sucederá a Tomás de Iriarte en la dirección de El
Mercurio Histórico y Político, y será nombrado también director del Real
Gabinete de Historia Natural (1798). Fue traductor de Racine, de Buffon, de
Beaumarchais. y fue notable su participación en la campaña contra los autos
sacramentales. Muere en Madrid (España) en 1806. Obras:El
Tribunal de las damas (1755) Pragmática del celo y desagravio de las
damas (1755)El Pensador (1762 - 1767), artículos.
1730.
El criollo Andrés de Lorenzo Curbelo, cura que fue de Yaiza; escribió la
relación del volcán.. El original de este curioso diario parece que existe en
el archivo del cabildo de Winiwuada (Las Palmas.)
1730.
El despegue económico de la colonia dominicana se ve por fin estimulado por la
Corona española que decide invertir gruesas sumas para la colonización con
canarios de áreas vacías Financia buena parte de los pasajes de las familias,
puesto que otra parte corre a cargo de los navieros, que debían de transportar
gratuitamente cincuenta por cada mil toneladas desde 1678, y la totalidad del
costo de su instalación. Ya no se emigra por urgencia rumbo a lo desconocido
emigrantes sin vínculos en Indias, de áreas e islas sin tales tradiciones. Se
divisa mejores posibilidades de futuro. Familias jóvenes, mujeres desarraigadas
con hijos inician esa aventura. Su eje será Puerto Plata y Montecristi en el
norte y la Península de Samaná en el NE. La frontera siguió creciendo con el
reforzamiento de Azua, la fundación de Neiba Las Caobas, Dajabon y San Rafael
de la Angostura En 1768 tiene lugar en el sur de la de Baní, un auténtico paréntesis
étnico en un sur de predominio mulato. Su extraordinario impacto se puede
apreciar en su vertiginoso crecimiento entre 1740 y 1760 que llega a doblar su
población, que pasa de los 25-30.000 habitantes a los 52-55.000, con un mayor
énfasis en las áreas de colonización canaria. La media de miembros por
familia era de 6´25. Su alta tasa de natalidad explica que alcanzase los
100.000 habitantes a comienzos de los 90.
1730
¿23. Fallece en Chinech
(Tenerife) el obispo de la secta católica en diócesis de Canarias, Félix Bertín
Zapata. Había llegado a Tamaránt (Gran Canaria) para tomar posesión el 13 de
septiembre de 1724. Español, Granadino de carácter
dictatorial y soberbio, tuvo serios enfrentamientos con su propio Cabildo, por
lo que decidió cambiar su residencia fijándola en Chinet (Tenerife). Allí las
cosas no le fueron mejor, al indisponerse con el capitán general virrey en la
colonia de Canarias, Vallehermoso.
1730
Septiembre 1. También en
Titoreygatra (Lanzarote) el fuego subterráneo, origen primitivo de la formación
del Archipiélago, aparecía de vez en cuando sobre su dislocada superficie como
en las islas de Chinet (Tenerife) y Benahuare
(La Palma,) llevando el espanto a sus desgraciados habitantes.
A
poca distancia del pueblo de Yaiza, y en la comarca que constituía entonces su
demarcación, se abrió un espantoso volcán, precedido de violentas sacudidas,
que siguieron repitiéndose después durante todo el período de su actividad. A
sus primeras y terribles erupciones sucedieron otras, producidas por una larga
serie de cráteres abiertos en semicírculos en una extensión de ocho a diez
kilómetros sobre las montañas vecinas, que desde aquel tiempo recibieron el
nombre de Montañas del Fuego.
Arroyos
de lava hirviente corrieron en todas direcciones, destruyendo caseríos y
sembrados viéndose caer al mismo tiempo una abrasadora lluvia de arenas sobre
la isla que ahuyentó a sus aterrados moradores, obligándoles a refugiarse en
Erbania (Fuerteventura).
Uno
de los espectáculos más terribles que presentó este volcán fue una explosión
en medio de la ensenada de Janubio. Elevóse de repente a gran altura una
columna de humo denso y negro entre el furioso hervir de las aguas, brotando del
fondo del océano un islote de sobrepuestos peñascos que, lentamente, se fue
adhiriendo a la costa, cegando la rada y alejando el mar de su antiguo cauce a
una distancia de más de una le- gua. Los caseríos que el fuego destruyó
fueron los llamados Tingafa, Mancha Blanca, Maretas, Santa Catalina, Jaretas,
San Juan, Peña de Palmas, Testeyna y Rodeos, y los que fueron cegados por las
arenas eran los denominados Asomada, lniguaden, Gerias, Macintafe, Mazaga, San
Andrés, San Bartolomé, Calderetas, Guajaro, Conil, Masdache, Montaña Blanca y
Guatisa. Las explosiones del volcán eran tan intensas y violentas que se oían
en Tamaránt (Canaria) y Chinet (Tenerife,) iluminando sus siniestras llamas los
horizontes de aquella desgraciada isla y sus islotes. El obispo católico don
Pedro Dávila y Cárdenas, que visitó el volcán en 1733, dice que al llegar al
pueblo de Yaiza lo descubrió como si fuera una vela. Y añade: "No estuve
más tiempo porque me lastimaba el pecho el polvo de las arenas" .
En
1737 empezó a extinguirse el fuego, cubriéndose de apagadas cenizas sus
numerosos
cráteres,
aunque permaneciendo abiertas una multitud de grietas por las cuales se escapaba
un humo denso y nauseabundo. Hoy duerme el volcán, pero al pisar su suelo o al
ahondar ligeramente su superficie, es tan intenso el calor que es fácil suponer
su futuro despertar. La temperatura actual de aquellas montañas no baja de
cincuenta grados y, desde que se penetra en su corteza introduciendo un pedazo
de madera, éste sale en breve carbonizado. Desde su más alto pico, que podrá
elevarse a
“Entre
las nueve y diez de la noche la tierra se abrió de pronto cerca de Timanfaya a
dos leguas de Yaiza. En la primera noche una enorme montaña se elevó del seno
de la tierra y del ápice se escapaban llamas que continuaron ardiendo durante
diez y nueve días.
Pocos
días después un nuevo abismo se formó y un torrente de lava se precipitó
sobre Timanfaya, sobre Rodeo y sobre una parte de Mancha Blanca. La lava se
extendió sobre los lugares hacia el Norte, al principio con tanta rapidez como
el agua, pero bien pronto su velocidad se aminoró y no corría más que como la
miel. Pero el 7 de septiembre una roca considerable se levantó del seno de la
tierra con un ruido parecido al del trueno, y por su presión forzó la lava,
que desde el principio se dirigía hacia el Norte a cambiar de camino y
dirigirse hacia el NW y WNW. La masa de lava llegó y destruyó en un instante
los lugares de Maretas y de Santa Catalina, situados en el Valle. El 11 de
Septiembre la erupción se renovó con más fuerza, y la lava comenzó a correr.
De Santa Catalina se precipitó sobre Mazo, incendió y cubrió toda esta aldea
y siguió su camino hasta el mar, corriendo seis días seguidos con un ruido
espantoso y formando verdaderas cataratas. Una gran cantidad de peces muertos
sobrenadaban en la superficie del mar, viniendo a morir a la orilla. Bien pronto
todo se calmó, y la erupción pareció haber cesado completamente.
El 18 de Octubre tres nuevas aberturas se formaron inmediatamente encima de
Santa Catalina, que arden todavía y de sus orificios se escapan masas de humo
espeso que se extienden por toda la isla, acompañado de una gran cantidad de
escorias, arenas, cenizas que se reparten todo alrededor, viéndose caer de
todos los puntos gotas de agua en forma de lluvia. Los truenos y las explosiones
que acompañaron a estos fenómenos, la oscuridad producida por la masa de
cenizas y el humo que recubre la isla forzaron más de una vez a los habitantes
de Yaiza a tomar la huida, volviendo bien pronto, porque estas detonaciones no
aparecieron acompañadas de otro fenómeno de devastación" .
Toda la zona que ahora ocupa el parque Timamfaya, estaba poblada de lugares y
caserios de pocas personas, siendo de unas 420 el total de casas que fueron
destruidas.
Los
mas importantes de estos núcleos de población fueron las aldeas de Timanfaya,
Los Rodeos, Mancha Blanca, Santa Catalina, Mazo, Jarretas, Tingafa, Peña
Palomas, Testeina, La Geria, Macintafe, Mozaga, Guagaro, Masdache e Iguaden, a
los que habría que sumar los cortijos de Maretas, Chupaderos y la capilla de
San Juan Bautista .Dos manantiales de agua dulce desaparecieron y con ellos la
zona más fértil de la isla arcillosa y donde se cultivaba casi todo.
Como
resultado del agujero de lava y fuego que surgió de la tierra, nacía el actual
Parque, surgiendo hasta 25 cráteres volcánicos en un espacio de pocos kilómetros
cuadrados, los cuales integran la zona conocida como Montañas del Fuego. En
1824, se registraban las últimas erupciones locales, que generaron los cráteres
de los volcanes Tao, Tinguatón y Chinero y vendrían a completar este oasis de
locura, fuego y lava incandescente. (A. Millares T. 1977)
1740.
Se produjo una nueva
guerra de la metrópoli con Inglaterra, como consecuencia los corsarios ingleses
infestaron de nuevo las aguas de las islas. Esta situación de merodeo por parte
de los corsarios ingleses, perturbaba el tráfico entre las islas ocasionando
con ello la falta de muchos productos de primera necesidad. Se organizó
entonces no sólo la defensa pasiva, sino también la caza a los piratas, forma
ésta de defensa que ya casi se había olvidado en las Islas. Como era habitual
entre las potencias marítimas europeas, cuando entraban en conflictos bélicos
expedían patentes de corso a favor de capitanes de su flota mercante e en
ocasiones a navíos reales dedicándose éstos a hostigar al enemigo, apresando
a los barcos mercantes y saqueando las poblaciones costeras y los puertos. El
gobierno español concedió patente a algunos de los navíos mercantes mejor
artillado. Uno de los capitanes patentados fue Antonio Miguel, patrón de la
balandra Canaria San Telmo, éste
apreso un bergantín inglés que
transportaba una carga de bacalao y una corbeta de la misma nacionalidad. Ambas
embarcaciones fueron vendidas en Santa Cruz, el bergantín en 2.000 pesos y su
carga de pescado en 9.000. Como toda acción produce reacción, los ingleses
desplazaron a nuestras aguas un navío de 50 cañones con objeto resarcirse
de las pérdidas, después de cuatro días de acecho, logró apresar un
barco de Gran Canaria que, venía a
Santa Cruz y que por fortuna venía en lastre. (Eduardo Pedro García Rodríguez)
---»
Continuará