EFEMÉRIDES DE LA NACIÓN CANARIA

 

UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS

PERÍODO COLONIAL, DÉCADA 1591-1600

  CAPÍTULO XX (VI)

 

Guayre Adarguma  *

 

1595. Un navío en ruta hacia América es atacado a la altura del Puerto de Winiwuada (Las Palmas), sale en su persecución un bajel canario y logra apresarlo.

 

1595. Próspero Casola, en su Discurso de la fortificación de la isla de Fuerteventura se lamentaba tardíamente, en 1595, de tan ciega política, que pareciendo que contribuía a repoblar las islas orientales, contribuía a su verdadera despoblación por el éxodo ininterrumpido de castellanos viejos, conquistadores y pobladores, que huían de contaminarse diariamente con la población berberisca; y sin remontamos a tan lejos, bastará recordar la fuga del morisco lanzaroteño Juan Felipe, en 1552, con toda su familia y treinta allegados más para comprender el terrible peligro que sembraban con aquella semilla encizañada los Savedras y los Herreras de Fuerteventura y Lanzarote.

 

Los hechos vendrán en seguida a dar la razón de estas lamentaciones.

 

Sin embargo, no fueron los canarios orientales los únicos en acudir al palenque africano, pues desde las demás islas, y aun desde España, se organizaron en los siglos XV y XVI múltiples expediciones. Famosos fueron entonces los viajes del gobernador de Gran Canaria Alonso Fajardo al territorio del Sus en 1483, la pacífica expedición del gobernador de la misma isla, Lope Sánchez de Valenzuela, en 1499, y la empresa de ocupación llevada a cabo, sin acompañamiento de éxito, por el primer adelantado Alonso Fernández de Lugo. Estos dos últimos acontecimientos merecen ser consignados con particularidad.

 

El primero tiene su precedente, título jurídico o, mejor, sanción legal a una ocupación previa formularia, en la bula Inefabilis del papa Alejandro VI, expedida en Roma el 13 de febrero de 1495. El intento de ocupación efectiva fue más bien fruto de las gestiones diplomáticas del gobernador de Gran Canaria Lope Sánchez de Valenzuela, quede la acción militar anterior o simultánea. (En: A. Rumeu de Armas, 1991)

 

1595. De un padrón levantado par los inquisidores españoles en la colonia  resulta que había entonces en el Archipiélago 865 moriscos distribuidos en esta proporción: en Gran Canaria, 142; en Tenerife, 196 ; en La Palma, 77; en La Gomera, 52; en Lanzarote, 91, y en Fuerteventura, 307; mas téngase en cuenta que si las primeras cifras dan idea aproximada de la inmigración berberisca en las islas mayores, las últimas sólo reflejan débilmente la realidad, pues, aparte de los éxodos voluntarios, algunos tan sonados, como el de Juan Felipe en 1552, ya se habían producido por aquella fecha las emigraciones que acompañaron a los ataques e invasiones piráticas de Calafat, Dogolí "el Turquillo", Morato Arráez y Jaban Arráez a Lanzarote y Fuerteventura.

 

Pero la inmigración de esclavos berberiscos no impidió el que, sobre todo en las islas mayores, Gran Canaria, Tenerife y La Palma, donde el cultivo de los cañaverales había adquirido tanto desarrollo, la trata de negros fuese una realidad casi desde los albores de la colonización, pues los ingenios de azúcar reclamaban abundante mano de obra que se cubría fácilmente acudiendo ala cantera inagotable de Guinea. Por otra parte, la superior fortaleza de los negros y el alejamiento de su tierra de origen les daban una superioridad sobre los esclavos berberiscos, holgazanes e insumisos y siempre prestos a buscar la salvación en la huída o a servir de adalides a los piratas en sus incursiones. (En: A. Rumeu de Armas, 1991)

 

1595. Los meses iniciales de este año estuvieron señalados por el número creciente de navíos corsarios que en todas direcciones surcaban por entre las aguas del Océano, siguiendo los, contornos de las mal llamadas, en este siglo, Islas Afortunadas.

 

De estos robos y depredaciones aislados destacan dos por su notoria significación: la captura de un navío pirata inglés por el capitán de una de las compañías de milicias de Las Palmas, Antonio Lorenzo, hijo, y émulo ahora, del almirante lusitano Simón Lorenzo, y los robos y trepe, lías cometidos por Walter Raleigh, el famoso caballero, capitán y pirata, a su paso por Canarias, camino de la Guayana, en febrero de 1595.

 

El primero tuvo por escenario el Puerto de la Luz, en Gran Canaria, y es conocido, con muy escasos pormenores, a través de la descripción del historiador Viera y Clavijo. “Un bajel de guerra enemigo-dice el ilustre polígrafo-sorprende el Puerto de la Luz en el mismo año de 1595, y saca otro navío que estaba allí cargado para la América. Sábelo Antonio Lorenzo; toma otra embarcación que había lista; sigue al enemigo; acométele; ríndele valerosamente, y quitándole la presa, la vuelve al puerto con merecido aplauso.” (A.Rumeu de Armas, t.II. 2ª pte. 1991)

 

1595 Enero 6. Hace testamento Arguenta de Franquis. Sin duda, una de las figuras coloniales más destacadas en el valle de Güímar en Chinech (Tenerife) durante el último tercio del siglo XVI fue Arguenta de Franquis Luzardo, segunda mujer de Pedro de Alarcón. De su infancia alcanzamos a conocer que procede de Lanzarote, siendo hija de Diego Pérez de Betancor y de Inés Buenavía Cardona. Tuvo por hermanos a Margarita de Betancor que casó con Rodrigo de Valdés Melián (padres de Rodrigo de Valdés, el mozo, Diego de Valdés y Angel Escoto de Valdés y a María de Betancor, que casó con Luís de León Perdomo.

 

Por medio de cálculos indirectos se deduce que Arguenta nace entre 1527 y 15 30 y se casa entre 1546 y 154 7, en la época que Pedro de Alarcón era Regidor en La Palma. Ya estaban casados cuando en 1548, Pedro arrendó el ingenio del Adelantado en Los Realejos y Los Sauces, en La Palma, en compañía de Marcos Roberto y del Ldo. Juan de Sta. Cruz, con quien luego establece lazos familiares por medio del matrimonio del hijo de éste Luís, con su hija Leonor de la Peña.

 

Años más tarde, en 1556, Pedro de Alarcón, mayor y envejecido, y Arguenta de Franquis una mujer joven y llena de energías, compran el ingenio de Güímar. En ese tiempo han tenido dos hijos: Leonor y Hernando.

 

En marzo de 1568 muere Pedro de Alarcón, tomando Arguenta la administración del ingenio hasta la zafra del año 1570. En el testamento reconoce que todos los bienes fueron multiplicados durante el matrimonio, por ello a Arguenta le pertenecía la mitad de toda la propiedad y al ser menores sus hijos, concentra en sus manos la administración de la mayor parte de la hacienda de Güímar.

En medio de grandes dificultades, con numerosas deudas e hipotecas, lleva adelante el negocio siendo capaz incluso de mejorar el rendimiento del mismo. Siempre refleja en sus actuaciones una gran visión comercial y antepone la hacienda a cualquier otro interés, para ello no duda en manipular y luchar contra todo lo que desvíe el camino que se ha trazado.

 

Ese mismo interés lo muestra en la formación de Hernando intentando que su hijo fuera una persona fuerte y capaz de tomar con garantías las riendas del heredamiento y así cuando él plantea, en 1573, retirarse a Castilla para estudiar y hacer vida religiosa, Arguenta no descansa insistiendo hasta que cambia de parecer. De hecho, le promete 2500 doblas y mejoras en el tercio y quinto de sus bienes si se casa en dos años. Sin duda un estímulo que le llevará al matrimonio con María de Fonseca hija del gobernador d. Juan Álvarez de Fonseca y Beatríz Mexia.

 

Esta relación, a veces tormentosa, no está falta de afectos. A pesar de las discrepancias, no duda en salir en defensa de Hernando y pagar la fianza cuando éste fue encarcelado bajo la acusación de haber forzado a Mariana, la hija de Luís Perdomo.

 

Las deudas agobiaban a Arguenta, por eso en junio de 1574, ante Sancho de Urtarte, vendió su parte del ingenio y heredamiento (la mitad de la hacienda), a Diego de la Peña vecino de Cartagena de Indias, por 20.000 ducados. Buscaba una defensa frente a los acreedores. Al día siguiente, Diegootorgó poderes para que Arguenta siguiera administrando la propiedad.

 

Las tensión de las relaciones entre Arguenta y Hernando llegan a su cenit en 1580, cuando éste plantea un pleito a su madre. Los motivos de la reclamación se basaban en 1a promesa que antes mencionamos., referida a que en el momento de su matrimonio, María de Fonseca, Arguenta le prometió en dote 2500 doblas además de otras mejoras. Una vez que el matrimonio tuvo efecto y los plazos pasaron, Hernando, hizo reclamación dado que su madre no había cumplido lo estipulado. Por la Justicia se falló a su favor y se pusieron los bienes de Arguenta a remate en pública almoneda. En la subasta fueron adjudicados a Pedro de Hinojosa por 25 l01 doblas ( diez más que la supuesta deuda) y Arguenta alegó inmediatamente que sus bienes, con dolo, habían sido infravalorados y, además, estableció en recurso que la tal deuda reclamada no existía, ya que su hijo había cobrado en demasía lo acordado, no  abonándole cuatro pagas de 800 doblas de las rentas como arrendatario de la parte que ella tiene en el heredamiento de Güímar. Al  final renunciaron al pleito y acordaron que Arguenta vendiese a su hijo la mitad de su parte en el heredamiento por unas 4000 doblas  y éste las pagara haciéndose cargo de una larga lista de deudas.

 

Otro de los personajes más interesantes en esa etapa del heredamiento de Güímar es Luís Horosco. Realmente es el verdadero administrador de la hacienda, conjuntamente con Francisco de Alarcón. Son los que están en las tierras y al frente del ingenio ejecutando, contratando y administrando. Mientras que Hernando pertenece a la clase absentista, viviendo en San Cristóbal y cobrando las rentas. Detrás de las actuaciones de Arguenta intuimos la mano de Luís Horosco, quien va a consumir en la hacienda  de Güímar el saneado patrimonio que trajo de La Palma, cuando se casó con Leonor de la Peña.

 

Nos encontramos también, en el entorno del ingenio, familiares de Arguenta y de Pedro de Alarcón, con algunos de los cuales  están continuamente en pleitos.

 

En primer lugar estaban los hijos de su marido del primer matrimonio con Juana Ramírez: Francisco de Alarcón, casado con Juana Ramírez, su prima hermana y Martín de Alarcón, los hijos de Arguenta y de su marido: Leonor de la Peña, casada en 1572 con Luís Horosco de Santa Cruz, que había sido regidor en La Palma, hijo del Ldo. Juan de Santa Cruz y socio de Pedro de Alarcón durante muchos años, y Hernando de Alarcón casado con María de Fonseca, hija del Gobernador d. Juan Álvarez de Fonseca.

Martín deja a su hermano como administrador de su parte de la hacienda porque él se dedicará al comercio con Indias, frecuentemente está de viaje, siendo vecino de Ayamonte y Lanzarote. El testamento de su padre nos da a conocer algunas de sus diferencias. En 1578 corre el rumor que Martín de Alarcón había muerto en Indias y Hernando de Alarcón intenta convertirse en su heredero enfrentándose con Francisco de Alarcón, terminando por reconocer que no tenía derecho a la herencia. Estas noticias

eran falsas porque cuando fallece su hermano Francisco en 1602, Martín aparece en Tenerife para reclamar su parte del heredamiento.

 

Con Francisco de Alarcón vivía su suegra, Inés de Betancor, hermana de Juana Ramírez (primera mujer de Pedro de Alarcón), que en unión de varios cuñados tuvieron que salir de Lanzarote ante los ataques de los piratas berberiscos, perdiendo casi todo y viviendo de su caridad.

 

Inés de Betancor mantenía diversos pleitos con Arguenta y los hijos de Pedro de Alarcón, alegando, entre otras cosas, que éste compró el ingenio y heredamiento de Güímar con dinero aportado, en parte, por Diego de la Peña, su marido, por lo tanto a ella ya sus hijos les pertenecía la mitad de la hacienda (no lo podía demostrar porque las escrituras que lo confirmaban habían sido quemadas en uno de los numerosos ataques de piratas moriscos a Lanzarote) , allí encontraremos también a una hermana de Arguenta llamada Margarita Betancor que estaba casada con Rodrigo de Valdés. Este conjunto personal y familiar establece unas pautas de convivencia bastante «sui géneris» con tensiones fácilmente detectables en la lectura de los documentos.

 

En 1590 al fallecer Hernando, su mujer, María de Fonseca, otorgó poder a su hermano Alonso de Fonseca para que tomara posesión en nombre de sus hijos de la parte de sus bienes en el heredamiento recuperados de Juan de Vega. Alonso va a terminar comprando la parte de los herederos de Hernando y algunos de los que pertenecieron a Francisco de Alarcón y así a partir de ese momento va a estar presente la rama de los Fonseca en la gestión de una parte de las tierras del heredamiento, tomando parte, de una forma activa, en la vida local del valle de Güímar (figura como alcalde del lugar en las primeras décadas del siglo XVII).

 

Arguenta se retiró para vivir sus últimos años en Candelaria, en las casas que tenia junto a un mesón propiedad del heredamiento, dejando a Luís Horosco como administrador de su parte. Otorgó testamento el 6 de enero de 1595, ante el prior del convento de Candelaria, fray Francisco de Carvajal O.P., siendo protocolizado luego por el escribano Lucas Rodríguez Sarmiento el 9 de marzo. En sus últimas voluntades dice entre otras cosas, que quiere ser enterrada con su marido Pedro de Alarcón, en la Iglesia del Monasterio de Sto. Domingo en San Cristóbal, también que su hijo Hernando y a era difunto, no asi su hija Leonor, que la nombra albacea. En su testamento está presente y. firma como testigo su nieto, Pedro de Alarcón Fonseca.

 

En enero de 1597, cuando muere Luís Horosco, la mayor parte de las tierras que antes se dedicaban a cañas habían sido destinadas a otros cultivos introduciéndose paulatinamente cereales, frutales y viñas. En su testamento, declara que hace dos o tres años que administraba la hacienda de Güímar con poder de Fadrique de Vargas, lo que nos confirma que las deudas de los censos debidos habían determinado una retrocesión de la propiedad.

 

1595 de Febrero 6. Parte del puerto de Plymouth una flota inglesa al mando de Sir Walter Raleigh. El objetivo de esta Flota era las colonias españolas en América, pero antes de dar el salto en el Atlántico, Raleigh se entretuvo merodeando por aguas de la colonia española de Canarias posiblemente con el objetivo de aprovisionarse de de los excelentes vinos de las islas. El 20 de Febrero desembarco en la isla de Erbania (Fuerteventura) para hacer aguada y de camino robó el ganado suficiente para abastecer su flota. En una de las caletas de la isla capturo a dos navíos, uno estaba cargado de armas de fuego que enviaba el Rey castellano para las milicias de las islas y el otro flamenco con un gran cargamento de vinos de Canarias. Ambas presas fueron de gran valor para Raleigh, armas y licores, dos de las más poderosas ayudas para emprender correrías navales. Tras esto, Raleigh partió hacia América. Tomó parte en 1596 en la expedición contra Cádiz donde resultó gravemente herido y en 1597 se apoderó de Fayal, agriándose una vez más las relaciones con Essex, entablándose entre ambos un duelo a muerte que sólo terminó con la ejecución de éste en 1601. Dos años después falleció la Reina Isabel sucediéndole Jacobo I cuyo advenimiento señaló el término de su preponderancia; fue encerrado en la Torre de Londres y murió decapitado el 29 de octubre de 1618. (J.M. Pinto y de la Rosa. Antiguas fortificaciones de Canarias)

 

1595 Febrero 13. Con el destino al gobierno de Galicia del virrey Luís de la Cueva Benavides, las islas se vieron por fin libre de uno de los mayores déspotas dictadores enviados por la metrópoli para su gobierno colonial.

 

“Uno de los más entusiastas en expresar su alegría el Cabildo de Tenerife, quien en su sesión de 13 de febrero de 1595 acordó “que se escriba por la ciudad al Rey nuestro Señor y al Presidente del Consejo Supremo, besando a S. M. las manos por la merced que ha fecho a estas islas en quitarles el presidio e que la Audiencia volviese  a lo que solía...” (A.Rumeu de Armas, t.II. 2ª pte. 1991)

 

1595 Febrero 27. Algunos de los procesos incoados por la Inquisición española en Canarias fueron extraordinariamente ruidosos, como el que se abrió contra el alguacil de guerra por el capitán general Luís de la Cueva, contra Diego de Castroverde, absuelto por la Suprema después del retorno de don Luís a la metrópoli.

 

Actuó de calificador en el proceso fray Basilio de Peñalosa, y depuso a favor de Castroverde, Gonzalo Argote de Molina.

 

La sentencia absolutoria, expedida en Madrid el 27 de febrero de 1595, era una dura amonestación para los inquisidores en canarias. Decía asi: “... y pudierales excusar el ayer tenido preso al susodicho en las cárceles secretas tanto tiempo, pues el negocio no lo requería, de que estareis advertidos para adelante”.  (M. C.: Inquisición, signats. VIII-2 y Cvrll-7.)

 

1595 Abril 3. Toma posesión de su cargo como gobernador de Canaria Alonso de Alvarado de Gran Canaria. Inmediatamente procedió este soldado a inspeccionar las fortalezas y castillo al mismo tiempo que señalaba el domingo de Pontecostés, 14 de mayo, para la concentración en Las Palmas de todas las milicias de la isla con objeto de revistarlas en alarde general.

 

La visita de las fortalezas demostró que se hallaban deterioradas y faltas de diversas reparaciones, motivo por el cual Alvarado encargó al ingeniero Próspero Casola el estudio de diversos proyectos de reparación.

 

En la fortaleza de las Isletas, en cuya plaza de armas había construído el anterior gobernador Melchor de Morales un alto parapeto, con el parecer en contra de Casola, que se negó en redondo a dirigir las obras, fue preciso reconstruir por completo éste, al mismo tiempo que se reparaban la plataforma y otros deterioros de la vieja construcción militar. Por orden del mismo Alvarado “se encavalgaron los cañones que estaban apea- dos” y se reparó toda la artillería restante.

 

Mayor importancia tuvieron las obras ejecutadas en el castillo de Santa Ana, cuya “plataforma [consta] que estaba arruinada sin poderse disparar la artillería, ya que tenia una grieta por donde entraba agua de mar”. De idéntica manera dispuso Alvarado la inmediata reparación del castillo, cosa que se realizó, merced a su diligencia, en breve tiempo.

 

Por último, en la torre de San Pedro dispuso el gobernador la construcción de un parapeto en su plataforma, con la misma celeridad levantado.

 

La dirección técnica de todas estas obras correspondió al ingeniero militar Próspero Casola y la ejecución material al maestro de obras Andrés Luzero.

 

El domingo 14 de mayo, fecha señalada para el alarde general, se verificó en la plaza mayor de Santa Ana la más amplia concentración de milicias que se recordaba en la isla.

 

Don Alonso de Alvarado, a caballo, en compañía del teniente de gobernador Antonio Pamochamoso y seguido por el sargento mayor Jerónimo de Aguilera Valdivia (nombrado por la Audiencia con carácter provisional para sustituir a Juan de Ocaña, recién fallecido),  maniobrar durante largo rato a las distintas compañías de la ciudad y del interior de la isla, a las cuales revistó seguidamente en medio de la mayor marcialidad.

 

Se hallaban presentes ese día en Las Palmas las cuatro compañías de infantería de la ciudad, sus capitanes Antonio Lorenzo, Baltasar de Armas, Juan Martel Peraza de Ayala y Francisco de Cabrejas Toscano; las compañías de la Vega, Teror, Arucas, Guía y Gáldar, sus capitanes Francisco de Torres, Baltasar de Arancibia, Clemente Jordán, Melchor de Aguilar y Francisco de Carvajal; las cuatro compañías de Telde y Agüimes con el cabo capitán José Hernández Muñiz y los tres restantes capitanes, Andrés de Betancor, Juan Jaraquemada y Juan de Tubilleja; la compañía de caballería con su capitán, el tercer alférez mayor de Gran Canaria, Miguel de Múxica Lezcano Ramírez, al frente, y la compañía de artillería al mandó del capitán Pedro de Serpa, auxiliado por los artilleros veteranos, el cabo Juan Negrete y los artilleros Pedro Bayón y Bartolomé Martín Pavón.

 

Igualmente estuvieron presentes ese día en el alarde general los cuarenta soldados del presidio, con su cabo y ayudante de sargento mayor Alonso de Aguilera Valdivia al frente.

 

Estas medidas militares, que demostraban la pericia y previsión de Alvarado, no eran exageradas para el momento ya que moros e ingleses amenazaban sin tregua al Archipiélago.

 

En efecto, cuando apenas habían transcurrido unos días del alarde general, se recibió en Las Palmas un aviso urgente de don Alonso Pérez de Guzmán el Bueno y Sotomayor, VII duque de Medina Sidonia, “capitan general del Mar Océano y de la costa del Andaluzia” de la Invencible-, escrito en Sanlúcar el 19 de mayo, dando cuenta al regente de la Audiencia, don Antonio Arias, de que Xaban Arráez se aprestaba en Salé con sus galeotas para caer de improviso sobre las Islas Canarias.

 

Desde Gran Canaria la saetí del duque se trasladó a Tenerife, pues llevaba idénticos pliegos para el gobernador don Tomás de Cangas.

 

La fama de las atrocidades cometidas por Xaban Arráez en Fuerteventura dos años antes., despertó una general conmoción en todas las islas, donde las medidas de guerra llenan toda la primavera y el verano de 1595.

 

No sólo se redoblaron las atalayas y vigías, sino que en las distintas caletas se montó guardia permanente por las compañías de milicias. Así sabemos que en Las Palmas durante todos Aquellos meses las cuatro compañías se turnaron en guardias constantes, especialmente nocturnas, y en maniobras y ejercicios para el mejor adiestramiento de los soldados.

 

Mayor importancia tienen las medidas tomadas en las distintas fortalezas. Contaban 1os castillos de Las Palmas con una guarnición fija de ocho artilleros veteranos: Juan Negrete, cabo de ellos, Diego Ternero, Pedro Bayón, Lope Hernández, Bartolomé Martín Pavón, Francisco López Millán, Juan Calzada y Roque Díaz, y veíntiocho ayudantes fijos instruidos por aquéllos, y entre todos se estableció un turno de rotación de manera que cada noche quedaban un artillero veterano y ocho ayudantes en la fortaleza de las Isletas, y un artillero y cuatro ayudantes en las otras dos de Santa Ana y San Pedro. Ello sin contar con que muchas veces pasaban la noche en ellas sus respectivos alcaides, que lo eran en 1595 Serafín Carrasco de Figueroa, Alonso Venegas Calderón y Jerónimo Baptista Maynel.

 

No contento con esta vigilancia, Alvarado ordenó todavía reforzar la guarnición nocturna de los castillos con los soldados del presidio, mientras la vigilancia de las caletas, en particular la de Santa Catalina, cuyas trincheras había ordenado reconstruir por completo, quedaba encomendada a las compañías de milicias.

No fué menor: el cuidado y la diligencia que puso el gobernador cerca del Cabildo y del tenedor de bastimentos y municiones de guerra Gaspar Sorio para el abastecimiento de los castillos de cuanto precisasen para la defensa: municiones, pólvora, cuerda, bizcocho y agua. Serafín Cairasco de Figueroa declara haber recibido en junio de 1595, para la fortaleza de las Isletas, “balas, plomo, cuerdas..., cinco quintales de polvora, doze de bizcocho, cantidad de agua y otros bastimentos”.

 

Por su parte el obispo de Canarias, don Fernando Suárez de Figueroa, que ya el año anterior por la misma amenaza había hecho alistamiento de “armas y criados... para defender la isla de los moros y otros enemigos que nos amenazan”, volvió a reiterar en 1595 análogas medidas militares, al paso que encargaba para asegurar el abastecimiento de la tropa veinte quintales de bizcocho. Como ya sabemos, la hueste eclesiástica tenía por capitán al deán de la catedral, por alférez al canónigo más antiguo y por sargento al racionero de la misma condición, quienes velaban, en la medida de lo posible, por la mejor disposición guerrera de sus subordinados, eclesiásticos y fámulos.

 

En el mes de julio de 1595 llegó a Las Palmas la flota de Indias, que si al principio alarmó a los vigías, pronto sirvió para calmar los ánimos de todos con su alarde de fuerza y potencia.

 

En este mismo mes hubo también rebato general a causa de “ciertos fuegos que se vieron”, pero se comprobó el error y las milicias retornaron a sus distritos, a montar guardia permanente en los mismos.

 

En este mes de julio acordó también la Audiencia que el ingeniero Próspero Casola se trasladase a Fuerteventura, como la isla más amenazada por Xabam Arráez, para reconocer sus cuevas y refugios, trayendo “relación de la grandeza de ellas y de sus calidades y de la forma que se debía tener para ponerlas En defensa”. Próspero Casola abandonó Las Palmas el 4 de julio de 1595 con rumbo a la isla mencionada, lleno de te-

mor “a caer en poder de los moros”; y después de una breve estancia en la villa de Santa María de Betancuria, redactó su conocido Parecer sobre la fortificación de Fuerteventura al que aludiremos con la extensión debida cuando estudiemos en el tomo  la fortificación de esta isla.

 

Sin embargo, tantos temores eran vanos. No entraba en los cálculos de Xaban Arráez emplear sus galeotas ese año contra las Canarias,  buscó para escenario de sus sanguinarias empresas el Mediterráneo. Resultaron erróneos y equivocados los informes que, a través de sus espías, había recibido el duque de Medina Sidonia sobre las intenciones de los corsarios moros; pero en cambio no fueron vanos los preparativos de

guerra que se tomaron en el Archipiélago. Cuando Xaban Arráez aprestaba en Salé sus galeotas para el crucero veraniego, ya hacía tiempo que los almirantes ingleses Francis Drake y John Hawkins se preparaban para la última de sus expediciones a América. Canarias seria una vez más 1a escala obligada de los famosos piratas. (A.Rumeu de Armas, t.II. 2ª pte. 1991)

 

1595 Junio 5. En el Museo Naval de Madrid-colección Medina Sidonia-se conserva una carta repuesta de Felipe II al duque alabando su diligencia al avisar de un posible ataque a la colonia por parte de corsarios del continente. Dice así:

 

“El Rey. = Duque de Medina. Sidonia, Primo; mi capitán general del Mar Océano y de la costa del Andaluzla. Muy bien ha sido haber hecho la diligencia que avisais en vuestra carta de 1os 21 del passado con el Regente de Canaria, y el Gobernador de Te-nerife y La Palma para que si porr alla aportase Xavan Arraez y las demas galeotas, que os escribe Baltasar Polo, los hallen prevenidos, y  esten las demas Islas; y procurareis saber quando salen las dichas galeotas y avisareis dello y de lo que os pareziere convendra hazer, con el cuidado con que os empleais en todas las cosas de mi servicio.

 

De Madrid a 5 de Junio de 1595. = yo el Rey. = Por mandado del Rey nuestro Señor. = Andres de Prada."

1595 Junio 20. Acta bautismal por el rito católico, de la parroquia de Garafía, Isla Benahuare (La Palma). // Yo q som 20 dias del mes de junio da era de 1595 beptizei a Ma hija de bertholome peres y de su Muger fca Martim fueram padrinos Migel Sanches y madrina Ma peres y por verdad lo firme de mi nombre. Mmarquez.

1595 Septiembre 7. Parte una nueva flota, con intención atacar los Galeones castellanos de la Flota de Indias. La mandan al alimón Drake, con insignia en el buque  Defiance y Hawkins, en el  Garland. Las Tropas de desembarco las manda Sir Thomas Baskerville, en total entre marinos y soldados suman 2.800 hombres.

 
El 6 de octubre se avistó en las costas de Tamaránt (Gran Canaria) la Flota de 28 navíos

 

El objetivo era atacar la ciudad de Winiwuada (Las Palmas) y para tal fin preparan una fuerza de desembarco de 1.400 hombres al mando del Capitán Baskerville a bordo de 30 lanchas y embarcaciones ligeras.

 
El primer intento de Barkerville en la playa de Santa Catalina acaba en fracaso, la Fortaleza de la Luz responde con su artillería al fuego ingles y las milicias isleñas, bien atrincheradas, repelen la ofensiva. Drake ordena un segundo ataque más al sur, fuera del alcance de la artillería del Castillo. Observada la maniobra por las fuerzas canarias, el Gobernador Alvarado desplaza sus fuerzas, en el momento de efectuar el segundo desembarco ya están esperando las milicias en las playas. Tras dos horas de combate, los ingleses se retiran con más de 200 bajas y 4 naves maltrechas sin haber conseguido infligir graves daños ni a las tropas ni a la Ciudad.

 
El Gobernador Alvarado fleta un buque rápido que parte hacia Puerto Rico y llega antes que la Flota inglesa, avisando sobre las intenciones inglesas.

 

1595 Septiembre 9. La metrópoli ordena la construcción de cuatro baluartes en la ciudad de Telde en Gran Canaria.

 

Esta ciudad, situada en la costa oriental de la isla, un poco al Norte del Paralelo de 2.8° N. ya unos 4 km del mar, dista 13 km por carretera de las Palmas. la iglesia parroquial, dedicada a San Juan Bautista, fue levantada por los conquistadores, junto aun fortín que más tarde se convirtió en torre para sus campanas. la torre parece fue construida para atalaya y vigía del puerto de Melenara, así como refugio de los habitantes en las incursiones de los piratas; se trataba de un torreón de mampostería, formado por cuatro cuerpos, divididos por cordones de cantería y cuyo acceso se hacía con dificultad de uno a otro por medio de sillares salientes en el paramento. Hacia 1580, el Maestro Andrés luzero, albañil, cantero y maestro de obras que en ocasiones dirigió la reparación de fortalezas, añadió a la torre una escalera de piedra, y así existió hasta 1909 que fue demolida por hallarse ruinosa.

 

El Ingeniero de S.M. Juan Alonso Rubián llegó a España como hemos visto en 1569 y al terminar la rebelión de los moriscos, se le destinó a Canarias donde, según hemos visto en su biografía, construyó los fuertes de La Concepción y Santo Domingo en las Palmas, el Castillo principal de las Isletas y fortificó con varios fuertes la ciudad de Telde. Como de ellos no ha quedado vestigios ni noticias concretas, suponemos que fueron obras ligeras de campaña.

 

El Capitán General D. Luís de la Cueva y Benavides pensó en fortificar la Iglesia principal de San Juan Bautista, añadiéndole cuatro baluartes en las esquinas, como se ve en el plano, para que sirviera de refugio a la población en caso de desembarco. Leonardo Turriano cree en cambio que la Iglesia que debe fortificarse es la de Santa María, al Este de la ciudad, situada en sitio ventajoso y dominante.

 

Por Real Cédula expedida en Madrid el 9 de Septiembre de 1595 se ordenaba construir cuatro baluartes pequeños en la ciudad de Telde, que no llegaron a hacerse, según consta en carta de Próspero Casola a S.M. el 8 de Octubre de ese año donde decía que el Regente D. Antonio Arias había gastado el dinero asignado para ello en otras atenciones.

 

La entrada se hace por una escalera de mano al Cuerpo Principal que tiene dos ventanas para luz y ventilación, una á cada lado de la puerta de 3 por 4 1/2 pies y bajo este Cuerpo está el repuesto que es de 3 por 4 varas y 10 pies de altura y se baja á él por una escalera de mano de 12 pasos, y un pequeño algibe que recoge las aguas de la esplanada pero que está sin uso por lleno de escombros y piedras, y usa su guarnición de un pozo bastante salobre que hay en su inmediación. Del Cuarto principal que sirve de Cuerpo de Guardia, se sube á la batería por una escalera de dos tramos con 27 pasos muy pendientes, de madera de tea, y de la misma es el piso o pavimento de este Cuerpo. Material.- Los muros son de mampostería ordinaria y lo mismo el pilar circular que hay en su centro de 19 1/2 pies de altura y 5 1/2 de diámetro, en donde arrancan 8 arcos correspondientes á los 8 ángulos del octógono que es la figura de la Torre interiormente, y la bóveda es de sillería, teniendo de espe- sor en su clave 3 1/2 pies. Estado.- el Año ppdo de 1842 ha sido repuesta de armadura o montera que cubre la escalera que se había arruinado, recalzando sus muros y recorrido de todas sus faltas de repellados y las puertas y ventanas y sus herrages, habiendo quedado en buen estado y con solo la falta de limpieza de su algibe, que es de figura rectángular de 4 1/2 por 5 pies de lado.

 

Observaciones.- Esta Torre defiende el fondeadero entre la punta de Gando y la de Arinaga que es muy limpio y de mucho fondo hasta bien cerca de la playa, y seguro de los vientos que no son del Sur, mas consistiendo su seguridad en sí misma, por no tener protección alguna y estando en una localidad sin habitantes por no ser el terreno inmediato propio para cultivo, solo se puede considerar como torre-vijía, y para dar protección á algún buque que se abrigue bajo sus fuegos perseguido por algún Corsario.

 

Esta Torre fue declarada inútil por R.O. de 27 de Febrero de 1895 disponiéndose su enajenación por subasta con arreglo al R.D. de 24 de Mayo de 1893, fue adjudicada provisionalmente, pero se anuló su venta por R.O. de 1896. El 5 de abril de 1930 y por orden del Excmo. Sr. Capitán General de Canarias, se entregó a la Comandancia de Marina de la Capital para instalación en ella de oficinas y servicios de aquellas playas. (En: José María Pinto y de la Rosa. 1996)

 

1595 Octubre. Amaneció frente al puerto de La Luz en Guiniwada (Las Palmas) una escuadra inglesa compuesta por 27 navíos. Al frente de la misma venía el famoso y sanguinario pirata Francis Drake. Al medio día iniciaron el desembarco, pero se encontraron con una gran resistencia. Una vez en tierra, los ingleses fueron batidos en varios encuentros por las milicias canarias y optaron por reembarcar. Los principales episodios de este ataque los inmortalizó Lope de Vega en su poema " La Dragontea ". En tan importante suceso bélico se distinguió sobremanera el teniente Pomachoso.

 

1595 Octubre 6. Los ingleses con la armada de John Hawkins  en la que iba asimismo el célebre pirata Drake que decidieron atacar la isla de Gran Canaria y más concretamente su capital Las Palmas, un historiador asegura que uno de los capitanes propuso a Drake que se echasen en la noche quinientos o seiscientos mosqueteros por una caleta poco distante del puerto y emboscados esperasen la salida de los isleños a defender la desembarcacion y los acometiesen de improviso con que turbados huirian, pero el pirata rechazó esa sugerencia por dificultades materiales de la empresa, pues para llegar a la caleta había que pasar por unos baxios y barras, y añade el mismo cronista que Drake dixo para animar a sus capitanes que no había de entrar en aquella isla como ladrón de noche, sino de dia, con desembarcacion pomposa y los canarios se le habían de ofrecer rendidos reconociendole por señor y pidiendo merced de las vidas -que tal decoro y reverencia se debia guardar a la armada de su Reina y Señora- y en las Casas de la Audiencia habia de levantar su trono y hacer actos de soberanía, poner sus armas y su efigie, por eterno blason y padron de los venideros.

 

En la mañana del 6 de Octubre de 1595 pudieron apreciar los vecinos de la ciudad que en el monte de La Atalaya -hoy Vigía- en la más alta cima de la Isleta ardía una hoguera coronada por largo penacho de humo, como era costumbre siempre que se viese acercarse a tierra más de cinco velas, y poco después el Castillo de las Isletas, disparó un cañonazo que conmovió y despertó la ciudad.

 

Alonso Alvarado atravesó ésta dirigiéndose a La Isleta, y en el lugar llamado El Golfete comenzaron a aparecer las naves enemigas, por lo que dispuso se avisase a Pamochamoso tocase la campana y que reunida la tropa con las seis piezas de artillería existentes, se dirigiesen todos fuera de la muralla a los arenales de Santa Catalina en espera de órdenes; se enviaron dos hombres a La Atalaya, quienes contaron 28 navíos y galeones gruesos, y otras tantas lanchas. Se dispuso cerrar la puerta de la fortaleza, y entre 7 y 8 de la mañana, la escuadra inglesa había fondeado en El Golfete a cubierto de los fuegos del Castillo de las Isletas y de la Torre de Santa Ana. Alvarado dispuso combatir fuera de la ciudad impidiendo el arribo a la marina del enemigo; entre lo y 11 de la mañana se adelantó de la armada una carabela pequeña y junto a ella una lancha en la que iba Drake; la carabela reconoció el puerto y caleta de Santa Catalina, y desde la lancha fueron sondando y dejando boyas por señales para facilitar el ataque y desembarco, regresando después a unirse a la armada anclada en El Golfete, continuando la carabela reconociendo la costa hasta la caleta de San Pedro. Reforzadas las guarniciones de los Castillos y dispuesta la ciudad a resistir el ataque, rompió el fuego el enemigo a las 12 del día acercándose con sus lanchas, y el cronista Cabrera de Córdoba asegura que pelearon los isleños con tal coraje, que muchos entraron en el mar hasta llegarles el agua a los pechos para herir a sus enemigos. Sir Thomas Baskerville  cubierto de todas armas, con morrión y coselete, exhortaba a los marineros a bogar para alcanzar la playa próxima y sus subordinados Arnold y Nicholas Baskerville así como Nicholas Clifford daban muestras de extraordinario valor queriendo ganar a nado la caleta, pero el fuego de la artillería y arcabucería estableció una infranqueable cortina, contra la que se estrellaron todas las heroicidades del enemigo, dejando el mar regado de sangre y las lanchas cubiertas de muertos y heridos. Ayudaba la armada con sus fuegos al desembarco pretendiendo neutralizar la acción del Castillo de las Isletas, pero fracasó el empeño por lo que las lanchas comenzaron a retirarse para refugiarse en la armada; hora y media duró el ataque y la escuadra alzó velas para ir a hacer aguada a algún paraje desértico del Sur de la isla. El sábado 7 de Octubre al ver que el enemigo había desaparecido, el Gobernador Alonso Alvarado al frente de sus tropas realizó su entrada triunfal en la ciudad.

 

El domingo 8 de Octubre dio Drake fondo con sus naves en Arguineguín, y desembarcó con 500 hombres de la tripulación, hizo levantar una espaciosa tienda y pasó aquel día en tierra entregado al descanso y disfrutando de las delicias del otoño, y atacado allí por los canarios que le hicieron nueve muertos y algunos prisioneros, la escuadra partió aquella misma noche se alejó de Canarias para internarse en el Océano. (En: José María Pinto y de la Rosa. 1996)

 

1595 Octubre 8. Discurso sobre las fortificaciones de la isla de Erbania (Fuerteventura) por el Ingeniero militar del ejército colonial encargado de las obras de fortificación, Próspero Casola

 

“Señor:

La montaña de Cardona que es en la y sla de Fuerteventura, está una legua á la mar á donde está el puerto de la Pared que es muy seguro para las galeras y probeido de mucha agua del barranco de Tamaratilla y de mucha carne por que en esta agua bebe la mayor cantidad del ganado manso y por esta razon podra estar el enemigo de presidio sobre la dicha montaña todo el tiempo que le pareciere, la cual está de la Villa de Santa Maria de Betancuria siete leguas sin ninguna comodidad de paja y cebada, ni pasto para caballos por estar tan lejos de las vegas de las sementeras y casas de pan, y ni mas ni menos de los puertos de barlovento para ser socorridos con alguna gente de la isla de Canaria y como es forzoso esperar los rebatos y entrada del enemigo que es incierta en el lugar; y los puertos mas cercanos á la montaña son los de las Galeras que es la parte de giloviento hacia el levante y toda la isla no puede vivir en la dicha montaña por que es incomoda la subida y bajada, es incomoda para socorrer la gente con bastimentos por tener casi una legua de subida muy aspera y para el enemigo facil por tener cerca sus galeras. El dia que saliese la gente del lugar corria grandisimo riesgo, por estar la montaña siete leguas del puerto mas ó menos, con una legua de cumbre de subida y bajada que tiene este pueblo en contorno, todo lo cual es de mayor dilacion y peligro para hir á buscar la montaña que son mugeres y niños enfermos y gente inutil todo lo cual combendrá que el enemigo camina y esta distancia de hir á buscar la poblacion principal causará que el enemigo llega cansado y hallar el Castillo y la gente guardada en el y no poder estar de presidio por temor de sus galeras, que hay mas de cinco leguas de costa por que los forzados no imaginan sino como levantarse con las galeras á dar con ellas á la costa, y si no lo han echo á sido por entender que no hay Castillo en la Ysla ni lugar seguro donde ampararse y por esta razón los moros no pueden estar mas de una noche fuera de sus galeras con todo este peligro y con el que les amenaza qualquier socorro de España que benga sobre sus galeras estando ellos en tierra y tan lejos. La mesma dificultad tienen los demas sitios que son fuera de la poblacion principal, como son el risco del rio de palmas, el de intajaire, el de tetir en los cuales para hacer qualquier edificio es de inmenso trabajo donde no solo la municion se corromperá y perderá y estaran desamparados de gente pero los que las abitaren se queran ver en cualquier riesgo antes de estar en ellos de dos dias arriba, por que son llenos de humidades y vientos, lejos del lugar y cerca del enemigo, desacomodados para los caballos y sustento de los hombres; el sitio del llano á sido visitado y señalado por todos los Ministros de Vuestra Magestad que han venido á esta Ysla, Como fueron el Ingeniero Amadeo, Tomás de Cangas, el Maestro mayor de Canaria, Bartolomé Dias, Leonardo Turriano y D. Luis de la cueba y de Benabides, Governador y Capitan General que fije de estas Yslas, y antes dellos por los naturales y señores pasados de aquella Ysla de ochenta años á esta parte, por que este dicho llano está encima del lugar y superior á todo ello á donde se puede limpiar las entradas que las tiene todas á caballero y ni mas ni menos las casas, á todas las cuales se alcanza con un mosquete por estar en un valle conforme al modelo que llevó Leonardo Turriano echo por mi mano y otro que me pidio el Regente par embiar á Vuestra Magestad y el dicho discurso, tiene el dicho llano la tirra, piedra y agua al pie, y la piedra en el propio sitio, extremado lo uno y lo otro, el agua á tiro de piedra, la cal á media legua de muy buen camino, á Cuarto de legua adonde se han de hacer los hornos, y la madera á donde llaman rio de Palmas que puede venir por camino llano, á una legua del sitio de muy lindas palmas para la plaza darmas y asiento de todo el edificio que no tendrán mas que hacer las cortas y traerlas los vecinos con sus juntas de bueyes y en estas se aoraran mas de mil ducados. Justo con esto los vecinos oficiales y bestias de servicio hay vendrán todas por la orden y forma que se les diere y en otra parte no lo podra hacer ni aun venil; tiene este llano la canteria á una legua de camino llano y los puertos de Canaria á poco mas de una legua para tener socorro y aviso y poderlo dar siendo necesario.

 

Para poder Vuestra Magestad sacar dineros para toda esta fábrica en razon y justicia debe Vuestra Magestad mandar al Marques de Lanzarote que es Señor de onze dozavos de esta dicha Ysla y lleva el quinto en especie de todas las cosas que salen de aquella Ysla, que pague el costo de la fabrica y los oficiales de la artilleria, Alcayde y los demas ministros, municiones y reparos perpetuos desde dicho quinto, que lleva en las dos Yslas de Lanzarote y Fuerteventura por ser todas dos su estado y señorio y no tratarse hagora de fortificacion de Lanzarote señalando Su Magestad primero y ante todas cosas que el sueldo del Alcayde y artilleros y la persona que recoje los dichos quintos, que no sea natural de estas dos Yslas ni de las demas de Canaria y asi mesmo que se cojan las orchillas para este efecto, pagando el costo á quien la cogiere y lo demas sea para la fortificacion del Castillo y haciendo Vuestra Magestad merced á esta Ysla de alguna parte de esto para este Castillo capaz de 3.000 personas Con las baratijas y cosas que tubieren será limosna y lo demas necesario á quien está en frontera como lo estan los de aquella Ysla lo pague y contribuye la renta del dicho Marques anteponiendo la fortificacion á todas sus deudas y embargos y tributos por lo que importa al remedio de aquellas cristianas que estan en tanto peligro de salvación por que de cuatro entradas que los moros han echo en estas dos y slas se an llevado á Berberia mas de 800 almas de las cuales no an buelto 20 las demas y estan en Berbería a todo riesgo.

 

La licencia que los Señores de esta Isla piden á Vuestra Magestad para hacer entradas en Berberia para de lo procedido hacer el castillo, es la cosa mas perniciosa del mundo la cual sale de algun pecho descomulgado y maldito, por que el tiempo que estos hombres ban á Berberia es desde Julio hasta Setiembre, y se bán todos á Berberia con los Señores y dejan las Islas solamente con la gente inutil, y en este mesmo tiempo bienen las Galeotas estando ellos ausentes el enemigo cauptivara libremente las hijas y mujeres y sabiendo que estan en Berberia les esperaran en cualquier caleta desta Isla ó hiran sobrillos á Berberia en medio dia y haciendo sus entradas en navios mancos los captivarán á todos y esto es particular provecho de los Señores.

 

Otro si sirven las entradas de haber poblado estas dos yslas de moros moriscos y hereges maometanos y despoblarlas de cristianos viejos honrrados y ricos decendientes de conquistadores y pobladores de estas siete Yslas, por que por orden de sus Reyes vinieron á ellas de familias muy principales de España y de Francia los cuales las an dejado por berlas pobladas de moros y se an hido á las otras Yslas y á las Yndias y otros an muerto en Berberia y otros de pobreza de pesares y de enfermedades de tal manera que hay hoy en estas dos y slas mil y quinientas cabezas de moriscos hijos de moros y entrellos setenta casas de sanbenitados y quemados en estatuas de quien descienden los mas destos moriscos.

 

Otro si sirven las dichas entradas de traer espias y adalies para cuando vengan los moros como lo han echo los que se hallaron en aquella Ysla quando vino á ella Javan Araez que vendieron á los cristianos y descubrieron sus dineros y pobreza y estos propios moriscos y los moros digeron que se rescatarian los que estaban captivos y incitan al Jarife á que hagan las entradas en estas Yslas por la inquietud y daño que dan á sus alarbes deste mar Atlantico, los Señores de estas dos Y slas como lo hizo Juan Felipe y

sus hermanos que siendo el morisco mas rico de Lanzarote se fué á Berbería con toda su casa y familia que fueron mas de cuarenta personas y lo mesmo an echo otros y otros y asi conviene que Vuestra Magestad les haga merced de ayudar á la fabrica deste Castillo y que remita la fortificacion á sus criados y Ministros y no á otra persona, y este es mi parecer remitiendome á los que en este particular supieren mas que yo. Se acaba esto con que nuestro señor la Catolica Real Magestad guarde muchos años y en estado acreciente como puede y la cristiandad á menester.

De Canaria 8 de Octubre de I595. Prospero Casola”

 

1496. Una vez que los castellanos dan por finalizada la invasión y conquista de las tres islas denominadas realengas, la Corona castellana por medio de sus gobernadores y adelantado procede al reparto de las tierras y aguas usurpadas al pueblo canario entre los mercenarios y mercaderes que participaron en la empresa de la conquista tanto desde el punto de vista personal como financiero. El inicio del proceso de colonización, desde las tierras de costa hacia las medianías y cumbres del interior isleño, lleva a la formación en cada una de las islas de los primeros asentamientos de población europea, a los que se van añadiendo otros con el paso de los siglos, hasta configurar los actuales pueblos o ayuntamientos. Su origen obedece a dos factores característicos de la sociedad del Antiguo Régimen: carácter agrario y carácter religioso. La construcción de iglesias o ermitas de la secta católica, más tarde convertidas en parroquias, condicionan y estructuran la concentración del hábitat de los foráneos en torno a ellas, pero al mismo tiempo estos pueblos nacen como necesidad de asentamiento agrícola.

 

Los núcleos de población que se van configurando en las islas hasta 1700 ascienden a 15 en Tamaránt (Gran Canaria), 10 en Benahuare ( La Palma ) y a más de 30 en Chinech (Tenerife). A ellos hay que añadir las tres ciudades capitalinas donde residía el Cabildo.

 

En Tamaránt (Gran Canaria), los pueblos existentes a fines del XVII son, además de la ciudad de Winiwuada (Las Palmas), Agaete, Agüimes, Aldea, Arucas, Artenara, Firgas, Gáldar, Guía, La Vega , Moya, San Lorenzo, Telde, Tejeda, Teror y Tirajana. En la isla de Benahuare ( La Palma ), además de Tedote (Santa Cruz), tenemos Puntallana, San Andrés y Sauces, Barlovento (en1589 se separa del anterior), Garafía, Puntagorda, Tijarafe, Los Llanos, Mazo, Las Breñas (separada en 1561 de Tedote (Santa Cruz) y que en 1634 se divide en Breña Alta y Baja. En Chinet (Tenerife) prácticamente existían la mayoría de los actuales municipios, salvo Arona y San Miguel (Vilaflor), Fasnia (Arico), y Arafo (Candelaria). Sin embargo, también tenían ese rango Abikure (San Andrés), Taganana, Chikayka ( La Esperanza ), Tejina y Valle Guerra, hoy pertenecientes a los municipios de Añazu (Santa Cruz), El Rosario y Eguerew ( La Laguna ). En Chinech (Tenerife), el ejemp1o más significativo de lucha por obtener la independencia del Cabildo de Eguerew ( La Laguna ) lo protagoniza La Orotava , que en 1648 fue declarada villa exenta y se la dotó de un alcalde mayor. El rasgo que los distingue como núcleos de población con entidad propia frente a otros pagos que se convierten en pueblos independientes en el siglo XIX, es la existencia de un alcalde real en cada uno de ellos. No en todos, la parroquia precede a lo que podríamos llamar el «municipio». Este es el caso de pueblos como la Aldea o Artenara (más bien Acusa y Artenara) que, aunque cuentan con alcalde desde el siglo XVII, no se erigen en ayudas de parroquia independientes de Tejeda o Gáldar hasta mediados del siglo XVIII. Lo mismo ocurre con Firgas, cuya dependencia de la parroquia de Arucas hasta el año 1845 no le impide contar con un alcalde real que en materia de jurisdicción ordinaria actúa con absoluta independencia del nombrado para Arucas. (Vicente J. Suárez Grimón; 1991)

 

 

Junio de 2011.

   

* Guayre Adarguma Anez Ram n Yghasen.

 

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Bibliografía

     

http://elguanche.net/dedomovil.gif (1387 bytes)  Capítulos publicados

 

 

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