EFEMÉRIDES
DE LA NACIÓN CANARIA
Guayre
Adarguma *
1591
Mayo 1. La máquina de descoyuntar
miembros a los seres humanos montada por la secta católica en la colonia de
Canarias, mediante el Tribunal de la “Santa Inquisición” continúa bien
engrasada por el clero establecido en la misma. Veamos como nos describe el décimo
auto de fe el historiador criollo D. Agustín Millares:
“Daremos
principio á la relación de este auto, con la copia de una carta que al día
siguiente de haberse verificado, escribieron los Inquisidores al Consejo dándoles
cuenta del resultado de la función. La carta, copiada del libro de
correspondencias, principia así:
«Ayer
miércoles, primero día de Mayo (1591) se celebró en este Santo Oficio auto público
de fe, á el cual fueron cuarenta y una causas, las diez y nueve de moriscos en
la isla de Lanzarote, fugitivos á Berbería donde se han vuelto moros, y fueron
relajados en estatua, y también lo fueron otros cuatro ingleses, que han estado
presos por este Santo Oficio,
Continúa
la carta, manifestando las diferencias que se suscitaron, respecto á la
colocación de asientos en los tablados, que omitimos por no ser de importancia,
y vamos enumerar las causas y los nombres de los reos, salvando así del olvido
estas nuevas víctimas de la justicia inquisitorial.
Álvaro
Díaz, portugués, vecino de Ace en Tenerife, zapatero, de 27 años. Su auto con
vela y coroza, y fue sacado a la vergüenza por testigo falso.
Francisco
Rodríguez, carpintero, vecino de Laguna, de 26 años. Salió por el mismo
delito con coroza blanca, destierro por tres años y cien azotes.
Pedro
de Torres, soldado, de 25 años, natural de
Pedro
de Herrera, cristiano nuevo moro, esclavo del Marqués
de Lanzarote, de 21 años,
condenado en
Gaspar
López, platero, portugués, residente en Tenerife y de 27 años. El crimen de
éste fue, que estando una noche de guardia con otros paisanos en el puerto de
Santa Cruz de Tenerife, principió por juego á dar tajos y reveses con la
partesana que tenia en las manos, y acertó .á dar sobre una cruz de madera,
que estaba en aquel sitio. Arrepentido de su culpa, fué penitenciado y sacado
á la vergüenza.
Amaro González, portugués, marinero, y de 40 años, fue acusado de que, viniendo á bordo de un buque, dijo en broma, hablando con otros amigos; «que el que en este mundo no pecaba contra el sexto mandamiento, el diablo se encargaría de hacerlo pecar en el otro.» Calificada de herética esta proposición, fu preso, y en la primera, audiencia confesó su delito, y pidió misericordia. El Santo oficio, dispuesto siempre a la indulgencia, le impuso la pena de salir en el auto, y de que abjurara de levi.
Juan
Días Romo, natural de Madrigales
Juan
Rodríguez, soldado, natural de Andujar y
de 19 anos, incurrió en la misma por haber dicho.-“Que no creería hasta
que no ganase al juego, y hasta ese día no había de ir á misa.”
Melchor
Hernández, sastre, vecino y natural de Lanzarote, de 26 años de edad; fue
procesado, porque riñendo un día con su mujer, dijo enojado: «Reniego de
Dios y de sus
Francisco
Miñes, soldado, natural de Ávila, y de 26 años, fue acusado de que, jugando
á los bolos, y viendo que perdía, hizo con la espada una cruz en el suelo, y
principió á pasearse encima, diciendo, «Pléguete á Dios con el hombre
que cree en Dios; voto á Dios, que mientras más el hombre cree en Dios, menos
le ayuda. » Fue penitenciado con abjuracion de levi, mordaza, cien azotes y
destierro perpetuo.
Luisa
de Cabrera, esclava, de 18 años, y natural de Lanzarote. Consta de su causa,
que azotaba un día
por su marido, también esclavo, con unas varas de membrillo, ayu-
dandole en esta interesante ocupación su ama; y en medio del dolor que tal
castigo
Rodrigo,
negro, esclavo de Catalina Sánchez, de 32 años. Resulta de su relación, que
estando al servicio de un Regidor de Tenerife, y habiéndose escapado, le ató
éste a un poste, y desnudándole, quiso enmelarle y dejarle así un rato, y
viendo esto el reo, exclamó que le soltasen, y no le hicieran renegar; á
lo que contestó el amo, reniega del Diablo, pero no de Dios; y el
esclavo exasperado, replicó:-Reniego de Dios.-Entonces el Senor regidor de
Tenerife, lo azotó bien y concienzudamente, no por la huida, sino por el
reniego. Acusado, y preso por el Santo Oficio, se le hizo abjurar de levi, salió
el auto con mordaza, y llevó por apéndice 100 azotes.
Juan
Senero, soldado, barbero, natural de Jaén, de 22 años. Fue testificado por las
siguientes blasfemias. -Castigando un día á una burra, le dijo cierta persona.
«Tenga paciencia, que es de buenos cristianos.»- y el reo contestó:-«Voto
á Dios no tengo
«Que
bien sabia él que eran catorce, los primeros de la divinidad con vino, y los
otros
Diego
Martín Santiago, natural de
Castilblanco, de 60 años de edad, acusado de bigamia, y confesado su delito,
fue condenado á que saliese en el auto, con coroza de casado dos veces, soga al
cuello, doscientos azotes y destierro perpetuo,
Bárbara
Rodríguez, mulata, natural de
Hernando
de Velazco, sevillano, capitán de
Melchor
de Santiago, natural de
Asegurábase
en Lanzarote, y él no lo negaba, que con la cabeza de un alfiler, había
lanzado un buque al agua. En cierto día, yendo con algunos amigos, se salió
del camino y se arrojó por riscos y precipicios; y preguntándole la causa,
contestó; que él no tenia temor alguno, y que si querían los llevaría á ver
unas brujas en figura de patos, que había en
Hallándose
una temporada en un cortijo, tuvo muchas apariciones, pues el Diablo ya tomaba
la figura de gallo, ya la de cabra para atormentarle; y una noche, oyeron una
voz lejana que decir, Melchor, y él aseguró que era el espíritu que le
llamaba, produciéndole esto gran temblor y frío. Tales maravillas condujeron
al endemoniado á las cárceles de
Tal
es la relación verídica, que resulta de su proceso, y la cual probará á
todos, lo poco que se puede fiar en promesas de espíritus, mientras no se
averigüe su procedencia. Sin embargo, nos consuela ver, como
Después
de esta larga procesión de condenados, adornados todos con sambenitos y corozas
de diferentes tamaños y colores, seguían cuatro estatuas, representando á
Ricardo Nieman, Eduardo Estévanes Eduardo Estred y Juan Huer, marineros
ingleses que habían huido, sin esperar á ser reconciliados, ni á abjurar de
sus errores, por cuya fuga, y no pudiendo ser quemados en persona, lo iban á
ser en efigie.
En
el mismo caso se encontraban, pero por seguir la secta de Mahoma, Sebastían y
Antón, negros, esclavos de Luis de Leon; Bartolomé y Jorge, que lo eran de
Gaspar de Betancor; María Sánchez, viuda de Juan Aday; Bernardina, hija de
Blas Rodríguez; Simón Rodríguez, zapatero; Maria, mulata de Gines de Cabrera;
Manuel, hijo de Antón Rodríguez, Pedro, Margarita, Tomás, Blas y Constanza de
Lugo; Juan y Francisco de Escalona; María de Castro; Juana, esclava del Marques
de Lanzarote, y Juan, esclavo de Alvaro Jaizme, vecinos todos de Lanzarote, y
fugados á Berbería para renegar de nuestra fe, y seguir allí los ritos
mahometanos.
Relajados
en estatua, ardieron con los cuatro ingleses, en tanto que la población
con-templaba satisfecha tan edificante cuadro, desde las alturas de los Reyes y
San José. (Agustín Millares; 1981)
1591
Mayo 1. En
esta fecha tuvo lugar otro auto de fe en
que desfilaron por las calles de Las Palmas, detrás de una larga procesión de
condenados vistiendo sambenitos y corazas de diversos tamaños, las cuatro
estatuas que representaban a los fugitivos ingleses Edward Stride, John Ware,
Richard Newman y Edward Stephens, escapados de las cárceles de
El
1 de mayo de 1591, en presencia del capitán general don Luís de la Cueva y
Benavides, del obispo don Fernando Suárez de Figueroa, de los oidores don Pedro
López de Aldaya, don Luís de Guzmán y don Rodrigo de Cabrera, del corregidor
Melchor de Morales, del clero, órdenes religiosas y el pueblo congregado,
fueron entregadas las cuatro estatuas al brazo secular y relajadas con el fuego
hasta desaparecer pasto de las llamas.
En
este mismo auto fueron también relajados en estatua diversos fugitivos de las
incursiones de Calafat y Morato Arráez en 1569 y 1586, que habían renegado de
su fe para abrazar los errores de la secta mahometana.
En
cambio fueron reconciliados y condenados a diversas penas el esclavo Pedro de
Herrera, sentenciado en el anterior auto de fe de 1587 -había sido uno de los
adalides de Morato Arráez en Lanzarote-, y ahora de nuevo condenado a remar en
galeras, después de un intento de fuga; Hernando de Velasco, capitán de la
galera La Pa1ona matón y blasfemo,
asimismo condenado a servir en galeras, y diversos soldados del presidio militar
condenados también a diversas penas. (A.Rumeu
de Armas, t.II. 2ª pte. 1991)
1591 Mayo.
11 navíos españoles que se encontraban fondeados en el surgidero de Añazu
(Santa Cruz) fueron a estrellarse contra la costa “haciéndose pedazos”.
Entre ellos se encontraba el Navío de
1591
Junio 1. Este mes se caracterizó por
la máxima intensidad en el bloqueo de los buque ingleses a las islas Canarias.
Se inauguró con una mala noticia que no tuvo por suerte confirmación: el día
1 de dicho mes recibióse en Tenerlfe un aviso del duque de Medina Sidonia
comunicando a las autoridades coloniales insulares la inminencia de una incursión
por parte de la flotilla argelina de Morato Arráez. La noticia se difundió con
la mayor presteza por todo el Archipiélago, con objeto de que fuesen redoblados
los vigías y centinelas, aumentada la guarnición de los castillos y puestas
sobre aviso las milicias.
Con
razón escribía Cangas al secretario Juan Vázquez, expresándole su admiración
porque, pese a tantos peligros, seguían entrando navíos “sin ser robados de
corsarios ingleses que invaden las islas por completo”.
El
mismo corregidor Cangas, temeroso de su relevo en aquellas circunstancias, pedía
la prorrogación en el mando de la isla “por el peligro de viajar con mujer y
familia” sin ser asaltado por los corsarios.
Aquel
verano de 1591 prometía ser tan accidentado en el Archipiélago, que el
corregidor de Tenerife se trasladó a La Palma para inspeccionar sus
fortificaciones e instruir convenientemente a las milicias, permaneciendo en
ella por espacio de dos meses. (A.Rumeu
de Armas, t.II. 2ª pte. 1991)
1591 Junio 4.
Cuatro embarcaciones corsarias inglesas apresaron cerca de Chinet (Tenerife) un
navío español que desde Cabo Verde se dirigía a esta isla, cargado de
esclavos negros y mercancías. Este tipo de presas no era cómodo para los
piratas pues entorpecían sus planes ulteriores de viaje, así pues se
dirigieron al puerto de Tedote n Benahuare (Santa Cruz de
1591
Entre Mayo y junio. Los
ingleses se apoderan de 8 navíos en aguas de Canarias. En Julio capturan a un
navío ante Añazu n Chinet (Santa Cruz de Tenerife) procedente de
1591
Septiembre 17. Desde
los primeros tiempos de la invasión castellana de la isla de Chinet (Tenerife)
el catolicismo impuesto a sangre y fuego por los invasores, jamás arraigó
totalmente en el pueblo. En tiempos poscoloniales tan tardíos como el siglo
XVIIE en la villa de Eguerew cuna del clero católico, a pesar del terror que
infundía
“En
la ciudad de San Cristóbal que es en esta isla de Tenerife en 17 días del mes
de setiembre de mil quinientos y 91, ante mi, Martín Cabeza, notario del Santo
Oficio en esta dicha isla, el padre Fray Diego de Zamora, comisario del Santo
Oficio en esta dicha isla, dixo que a su 'noticia es venido como en Domingo
pasado que se contaron quince días d'este presente mes e ano dicho, en la
iglesia de San Francisco d' esta dicha ciudad, después de aver dicho los
oficios divinos e selebrado la misa mayor de cierta solenidad del Santo
Crusifixo se representó una comedia o farsa, y entre los entremeses y cosas de
burlas risueñas que se representaron fue un entremés en que un arzobispo que
avía representado ser bobo diziéndole que lo harían arzobispo, porque los
arzobispos comen mucho y que siendo él arzobispo se hartaría. y así le
pusieron una mitra en la cabeza de dos collares, dalmática de seda y le
vistieron cierta vestidura que representaba de arzobispo, y mostrándole lo que
avía de responder a todos los que le ablasen, le dixeron que no respondiese
otra cosa sino Nomine Patris, haziendo con el brazo y mano la señal de la cruz,
y le sentaron en una silla, y luego salió adonde esta asentado el que fingeron
ser arzobispo, un corcobado como enano y le dixo: -Válgate el diablo. ¿Quién
te puso aquí? Y el dicho falso arzobispo a todo lo que le decía el dicho
corcovado respondía haziendo la señal de la cruz y diziendo: In nomine patris.
Y por hazer escarnio del arzobispo azieron los dos dándose de golpes y se metían
en el aposento de donde avían salido. De lo cual se escandalizaron muchos de
los que vieron esta representación. Por que parezía hazer escarnio de lo que
representa nuestra Santa Madre Iglesia. Especialmente en tiempos tan peligrosos
de hereges y burlar de la ley católica y aviendo como al presente ay muchos
extranjeros en esta cibdad que pudo ser estar presentes algunos ansí ingleses
como escoceses y otras naciones sospechosas. Y porque le pareció al dicho
Comisario dar noticia dello al Santo Oficio. Para que ello determine lo que
conviene y se castiguen los culpados. Mandó que fuesen llamados todos de los
que se hallaron presentes. Por que avía mucho número de gentes. Así se dio
memorial a un familiar para llamarlos a todos y firmólo de su nombre. Fray
Diego Zamora. Martín C. Notario del S.O.”
1591
Octubre 28. Los soldados impuestos por
la metrópoli “habían sido una carga económica para la isla de Tenerife,
correspondiendo tan sólo a Gran Canaria soportarlos, cambió el perfil de la
cuestión a partir de diciembre de 1591, mes en que don Luís de la Cueva expidió
un auto ordenando preparar alojamiento en La Laguna para 300 soldados, por
hallarse mal acondicionadas las tropas en Las Palmas. Hasta entonces había
amenazado varias veces el capitán general con la medida, sin decidirse a ello;
pero ahora el Consejo de guerra, por nuevas presiones de la isla de Gran
Canaria, había optado por la expedición de la Real cédula de 28 de octubre de
1591, que renovando anteriores decisiones, ordenaba se hiciese "el
alojamiento de los soldados del Presidio en las casas de los vecinos de
Tenerife, dándoles cama y servicio". El Cabildo, en cumplimiento de esta
decisión regia, y aprovechando que en diciembre de 1591 se hallaba don Luís de
la Cueva en La Laguna, decidió nombrar sus diputados para discutir la
distribución de los soldados, siendo elegidos el teniente doctor Lercaro y los
regidores Alonso de Llerena, Cristóbal Trujillo de la Coba, Luis Fiesco y
Bernardo Justiniani.
El
capitán general les comunicó que era su propósito establecer en La Laguna las
compañías de Gaspar Fernández de Ayala y Juan Jaraquemada, compuestas por 300
soldados, mientras otros 300 quedaban en cuartel en Las Palmas, divididos en
otras dos compañías al mando de los capitanes Juan Fernández Viedma y Luís
de Benavides. Como puede apreciarse, el capitán general había disminuído el número
de los soldados de las compañías, para crear una cuarta, que puso a las órdenes
de su hijo don Luís de Benavides o de la Cueva y Mendoza.
El
capitán general les exigió además que tuviesen preparadas provisiones de
carne y pescado para cuando llegasen los 300 infantes, con objeto de que las
pudiesen "comprar por sus dineros".
El
Cabi1do en vista de todo, y después de protestar por enésima vez, acordó que
se alojasen los 300 soldados por ahora en las casas de los vecinos, procediéndose
inmediatamente al reparto de boletos con tal fin.
El
24 de diciembre de 1591, el personero Francisco de Mesa suplicó al Cabildo que
los alojamientos se pagasen de la renta de las dehesas, evitándose así su
distribución por las casas de los vecinos, con la natural zozobra de éstos por
la que temen de sus mujeres e hijas. Las fechorías de los soldados en Gran
Canaria habían contribuido a disminuir su crédito en todo el Archipiélago. Días
más tarde acordóse en Cabildo so1icitar la ayuda de los lugares de la isla
para que contribuyesen con camas y dinero al alojamiento de la tropa.
De
esta manera en los primeros días de 1592 desembarcaron en Tenerife 200 soldados
del presidio, al mando del capitán Gaspar Fernández de Ayala, trasladándose
seguidamente a La Laguna, donde quedaron alojados en las casas de los regidores
y vecinos-, con la obligación, además, de sustentarlos hasta tanto que el
Cabildo arbitrase. el dinero necesario para atender a estos gastos.
Sin
embargo, don Luís de la Cueva y Benavides, con su criterio versátil y
acomodaticio, decidió dos meses más tarde, en marzo de 1592, imprimir un
cambio radical a su política de alojamientos, optando por acuartelar el
presidio, exclusivamente, en la ciudad de Las Palmas, aunque obligando a todas
las islas del Archipiélago a contribuir, en la medida que sus fuerzas y
disponibilidades, al sostenimiento del mismo.
Volvieron,
pues, los soldados de guarnición en La Laguna a reembarcar para Gran Canaria, y
sólo quedó en Tenerife un pequeño destacamento de doce soldados al mando del
cabo Juan Carmona, como guarnición fija y veterana de la fortaleza de San Cristóbal,
en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. (A. Rumeu de Armas, t.2.1991)
1591
Noviembre 29. Capitán Luís Sanmartín
Cabrera, Regidor nombrado el I6 de Diciembre del año anterior. Por provisión
de la Audiencia de 29 de Noviembre se mandó que la Justicia y Regimiento no
admitiera para la elección de Alcaide de Sta Cruz, votos de los Regidores que
no estuviesen presentes.
Mayo
de 2011.
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Guayre
Adarguma Anez Ram n Yghasen.
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Continuará...