EFEMÉRIDES
DE LA NACIÓN CANARIA
Guayre
Adarguma *
1590. La isla de Fuerteventura fue escenario de una operación militar de gran
envergadura, los ingleses desembarcaron en la isla poniendo en tierra una pequeña
columna de 40 mosquetes con bandera,
tambor y pífano. Siendo sargento mayor de
Puesto
Aguilera al frente de sus hombres les salió al encuentro, combatiéndose por
ambas partes, a distancia, con la arcabucería, hasta que enarbolando el alférez
mayor el estandarte y dada por Aguilera la orden de ataque, lograron arrastrar a
los invasores hasta la costa, obligándolos a reembarcar. Es digno de hacer
resaltar cómo en esta ocasión de guerra contrastó el espíritu animoso y
osado de Aguilera con la indolencia, rayana en cobardía, del hermano del señor
de la isla, don Fernando de Saavedra.
En
el mismo año ocurría en aguas de Lanzarote otro suceso de distinta índole.
Había zarpado del puerto de Arrecife una carabela que conducía a Sancho de
Berrera Ayala y a Francisco Amado, que iban a vender a la isla de la Madera
buena porción de trigo que llevaban embarcado.
Apenas
se habían separado de las costas de la isla cuando se les cruzó en el camino
un poderoso navío británico, que no se avino a otras razones que a conducirlos
al puerto de Naos para tratar de rescate. Puestos de acuerdo en la compensación,
el inglés recibió “quatro botas de vino, ciertas vacas, una docena de
carneros, pan fresco y otras cosas de legumbre”, pudiendo así recuperar Amado
y Herrera la libertad y la carabela.
Sucesos
como el presente se repetían en el Archipiélago en el período que historiamos
con extraordinaria frecuencia, y tanto las cartas de don Luís de la Cueva y
Benavides como las de don Tomás de Cangas (con particularidad las de este último)
aluden a una serie ininterrumpida de piraterías y actos vandálicos. (A.Rumeu de Armas, t.II. 2ª pte. 1991)
En
ese mismo año, un corsario inglés apresa una carabela portuguesa frente a las
costas de Titoreygatra (Lanzarote). El Marques de la isla se ve obligado a pagar
rescate para liberar a la tripulación.
1590. Naufraga y se pierde en las costas de la isla de Chinech (Tenerife) la
nave Santa Ana de Buenaventura, en viaje hacía las Indias españolas.
1590. En este año, se pierden en Chinech (Tenerife) dos goletas de aviso,
las cuales iban en comisión para América.
1590.
Llega al Puerto de Arrecife, en
Titoreygatra (Lanzarote) el ingeniero cremonés
Leonardo Torriani, el cual estaba al servicio de la corona castellana,
quien llevó a cabo el actual sistema defensivo del Castillo de San Gabriel, que
comprende el amurallamiento almenado, barbacana principal, nueva distribución
interior, y los Puentes de Las Bolas. El Puerto de Arrecife en particular y los
de Canarias en general, sufrieron grandes males por parte de mercaderes piratas,
estafadores y por la poca organización de La Corona castellana hacia ellos.
1590.
El campesinado en la colonia de Canarias constituía el grupo mayoritario de la
sociedad del Antiguo Régimen. Al margen de un pequeño número de enclaves
portuarios que sostenían el comercio exterior de las islas y de las capitales y
de los pueblos principales, donde radicaba un numeroso servicio doméstico y
algunas actividades artesanas, el resto de los pueblos de Canarias son zonas
rurales, donde la actividad casi exclusiva de sus habitantes es la agricultura.
La
colonización aportó un grupo importante de colonos campesinos libres que acudían
atraídos por la posibilidad de obtener datas de tierras en el reparto. Ahora
bien, si la sociedad de comienzos del siglo XVI en las islas de realengo estaba
caracterizada por la abundancia de pequeños y medianos propietarios, la
composición social del campesinado tendió a degradarse entre los siglos XVI y
XVII.
Junto
al deterioro de las condiciones económicas del campesinado propietario surgido
de la invasión y colonización hay que señalar que las islas conocieron además
una intensa inmigración de colonos trabajadores sin tierras, que se empleaban
como arrendatarios o simples jornaleros. En tal sentido, la llegada de
trabajadores portugueses a las islas durante el siglo XVI parece ser un fenómeno
muy importante, llegando a constituir un sector mayoritario de la población en
algunas áreas como en la isla de Benahuare (
En
las islas denominadas de señorío la situación del campesinado resultaba muy
precaria. Sometido al pago de fuertes rentas de quintos a los señores por la
importación y exportación de frutos y los diezmos que debían pagar al clero
de la secta católica, la tendencia del campesinado de las áreas feudales señoriales
era la emigración hacia las islas denominadas de realengo. En
El
desarrollo del viñedo supuso una reorganización de las estructuras sociales en
las islas; de un lado generó una tendencia hacia la explotación indirecta de
la tierra, con la parcelación de parte de las grandes haciendas y la puesta en
cultivo de tierras hasta entonces no explotadas, pero, por otra parte, la mayor
demanda de trabajo que requiere el cultivo vitícola dio lugar a una
intensificación del trabajo asalariado.
Aparentemente
en el siglo XVII se aceleró la tendencia a la fragmentación de la propiedad
campesina, de manera que en las áreas vitícolas comenzamos a apreciar la
formación de un campesinado que sólo puede subsistir combinando sus ingresos
como pequeño propietario y como jornalero. Es posible que esta tendencia a la
fragmentación de la pequeña propiedad y el desarrollo del proletariado rural
fueran las causas esenciales de la reducción en el tamaño de las unidades
familiares que se aprecia en las islas entre los siglos XVI y XVII, pues la
fragmentación de la pequeña propiedad, no sólo reducía las necesidades de
fuerza de trabajo para la explotación de las tierras domésticas, sino que
también forzaba la marcha de los hijos mayores, que tendrían que tomar el
camino de la emigración, el trabajo a jornal o el servicio doméstico, situación
que mantuvo hasta las últimas décadas del siglo XX.
1590
Este año el dominico Alonso de
Espinosa, autor de un libro sobre la virgen de Candelaria, en la localidad de
Icod en Chinech (Tenerife) se hizo pasar por comisario de la Inquisición
española en Canarias, motivo por el cual fue llamado a Tamarant (Gran
Canaria) donde fue reprendido públicamente por el nefasto tribunal.
“Alonso
de Espinosa dio a entender que trata especial comisión de “Canaria” para
ello, en otra ocasión hizo publico que por la vía de Garachico había remitido
las averiguaciones al Santo Oficio.
Véase
como ejemplo la declaración de Diego Ochoa de Valdés: “, dixo que lo que
sabe es que un fray Alonso de Espinosa de la orden de Santo Domingo, avia cosa
de dos meses, poco mas o menos. que fue a la caleta de Sant Marcos, do se hazen
las fragatas, y estava este testigo que fue despues quel capitan Belasco vernia
y el dicho fray Alonso le respondio que de Canaria y este testigo le pregunto
por el dicho capitan Belasco y el dicho fray Alonso les respondio que lo avia
visto en las casas de la Inquisigion, que le avia dicho que quando se avia de yr
a Thenerife, porque dezian tenia detenida la barca, y que esto le avia dicho a
el dicho capitan para ver lo que le respondia, porque bien sabia él que no
podra venir tan presto, porque era cosa llana que los señores de la Inquisigion
avian ya comunicado con él cosas muy secretas por donde no podia venir el dicho
capitan tan presto y que este testigo le dixo que no dixese aquello, que parecia
mal a personas de su habito dibulgarlo, y luego que anduvo mirando los navios.
le convido este testigo para que
comiese con él, y estando en la mesa tornó a tratar el negogio, en que vino el
dicho fray Alonso a dezir que no avia venido o, otra cosa de Canario, sino a
hazer la averiguación del dicho capitan Belasco por el Santo Officio, y que le
avia hecho muy bien la cama y que ,en una barca que avia partido de Garachico
embiava los recaudas que ya habría doblado la punta, y que él que se iva a
Candelaria,” (A.Rumeu de Armas, t.1. 2ª pte. 1991)
1590
Febrero 25. Don Luís de la Cueva hizo
su solemne entrada en La Laguna seguido
de vistosa comitiva de caballeros y en medio de las salvas de la arcabucería.
Los regidores, uniformados y con la mayor pompa, le recibieron a la entrada de
la ciudad, acompañándole hasta las casas del Cabildo, donde fue espléndidamente
obsequiado. Días más tarde verificóse el alarde general, concentrándose en
La Laguna todos los tercios de milicias con sus banderas y oficiales, que fueron
revistados marcialmente por el capitán general.El resto de su estancia lo empleó
La Cueva en visitar las fortificaciones de la isla y en recorrer sus caletas y
desembarcaderos, deteniéndose particularmente en la caleta de San Marcos de
Icod para ínspeccionar la construcción de las seis fragatas acordadas. Es
probable, por no decir seguro, que desde Tenerife se trasladó don Luís de la
Cueva a la isla de La Palma y a la de La Gomera, dando por finalizada la jornada
militar de aquel año. El viaje a Tenerife lo debió repetir meses más tarde,
pues consta de manera íncontrovertible que el 26 de junio de 1590 moraba en
Garachico, pues por esa fecha acudió a recibir a las monjas franciscanas del
convento de Santa Clara, de La Laguna, que se dirigían a fundar el de San Diego
de dicha villa. (A.Rumeu de Armas, t.2.1991)
1590
Marzo 2. Antes de partir de Las Palmas
con rumbo a Tenerife don Luís de la Cueva y Benavides delegó el mando militar
en la isla de Gran Canaria, como lugarteniente suyo, en su propio hijo primogénito,
“teniendo en consideración-dice el título a que vos don Alonso de la Cueva y
Benavides, mi hijo, no aveis de faltar a la obligación con que nacistes al
servicio de Su Magestad, poniendo el cuidado que para ello se requiere”.
(A.Rumeu de Armas, t.2.1991)
1590
Marzo 4. Don Luís de la Cueva y
Benavides capitán general de Canarias desembarcó en Tenerife, saliendo a
esperarle en la playa de Candelaria el corregidor don Tomás de Cangas, acompañado
por los regidores Luís de San Martín, y
Gaspar de Soria, con quienes visitó el venerado santuario y de quienes recibió
los primeros homenajes del Cabildo tinerfeño. (A.Rumeu de Armas, t.2.1991)
1590
Junio. Mayor complicación supuso para
la isla de Tenerife la cédula que por junio o julio de 1590 ganó el Cabildo de
Gran Canaria, en uso de un justificado derecho y con razones indiscutibles, para
que se hiciese repartimiento de soldados entre todas las islas, pues hasta ahora
ella sola había venido soportando el incómodo peso de la casi totalidad de los
600 soldados. Tocaban a Tenerife en el reparto 200 infantes.
Ello
produjo una reunión extraordinaria del Cabildo y la consiguiente alarma,
exteriorizándose una vez más el criterio, desde el primer día divulgado, de
ser el presidio "dañoso" para todos, "porque no tiene esta ysla
necesidad de soldados, por tener mucha gente ordenada y preparada, que acude con
presteza a la defensa".
Más
impresión produjo el conocimiento del auto del presidente de la Real Audiencia,
de agosto de 1590, conminando al Cabildo a pagar 850 ducados anuales para los
gastos de alojamiento de la tropa, y exigiendo meses después, en diciembre de
1590, el depósito inmediato, en poder del pagador Gaspar de Ayala, de la
cantidad proporcional "que monta. El alojamiento de los soldados que su Señoría
truxo a. estas yslas, dende 19 dias del mes de julio del año de ochenta y nueve
hasta fin de diciembre de 1590".
Contra
todas estas disposiciones acordó el Cabildo presentar recurso en la corte, por
medio de su propio solicitador, mas sin dejar de hacer valer sus derechos cerca
del capitán general. Quisieron los regidores apelar ante la Real Audiencia; mas
La Cueva les advirtió que "no se podía apelar ante ningún
Tribunal", viéndose entonces obligados tan sólo a presentar un escrito de
súplica ante el gobernador.
Para
más exacerbar los ánimos, decretó, sin autorización ni permiso del Cabildo,
la saca de maderas de los bosques insulares, y ello, colmando ya la medida de la
paciencia, provocó el envio a Madrid de un mensajero extraordinario para
quejarse de las continuas extorsiones del capitán general, sin perjuicio' de
que el "solicitador" en la corte las pusiese lo antes posible en
conocimiento del Rey. Unianse además como razones de peso para provocar esta
determinación los abusos y tropelías llevados acabo en Icod de los Vinos por
el capitán Velasco, un miserable desalmado, a quien don Luís de la Cueva había
encomendado la construcción de las celebérrimas fragatas en la playa de San
Marcos.
El
designado para defender los derechos de la isla, siguiendo la inmemorial
costumbre, no fué otro que el personero general Francisco de Mesa, quien con
tal motivo iba a ser otra víctima del furor de Velasco. Se hallaba presto a
zarpar de la caleta de San Marcos, en agosto de 1590, un navío de Setúbal en
el que embarcaría Mesa, cuando el capitán Velasco, que ya suponía que conducía
el pliego de cargos contra su persona, decidió, para impedir la comisión,
arrestar por la violencia al maestre y arrancar las velas al navío. El Cabildo
puso en conocimiento de La Cueva el atropello, y nadie pudo impedir que Mesa
arribase en otro navío sano y salvo a la Península para hacer valer ante el
Rey los privilegios y derechos de la isla.
El
resultado de las gestiones conjuntas del solicitador Rodríguez Suárez y del
mensajero Francisco de Mesa, fueron dos importantes Reales cedulas de 31 de
octubre y 21 de noviembre de 1590. Por la primera, enterado el Rey de que don Luís
de la Cueva había aplicado el fondo de propios del Cabildo de Tenerife a los
gastos del alojamiento de soldados y otras cosas contrarias a la costumbre, no
queriendo escuchar las apelaciones de los regidores, prohibía terminantemente
tales abusos, exigiendo al capitán general el respeto más absoluto para la
facultad que tenían los regidores de :poder administrar y distribuir sus
propios; por la segunda, enterado asimismo el Rey de las violencias cometidas
contra un regidor mensajero ("que nos venía a dar noticia de los agravios,
insolencias y extorsiones que los capitanes y gente de guerra que había en la
dicha ysla hacían con los vecinos y naturales de ella") , ordenaba que don
Luís de la Cueva no alterase la costumbre inmemorial que tenía la isla de
nombrar sus mensajeros en la corte.
El
capitán general iba perdiendo día a día posiciones en el Consejo de guerra, y
cuando apenas llévaba año y medio en el ejercicio del mando, su gestión
aparecía como ineficaz a todas luces y su persona excesivamente gastada.
Poco
después de estas ocurrencias, en febrero de 1591, don Luís de la Cueva conminó
al Cabildo al pago sin demora de los gastos de alojamiento, desde el 19 de julio
de 1589 al 31 de diciembre de 1590, y aunque éste envió a parlamentar al
regidor Luís Bernal de Ascanio, el capitán general ordenó el encarcelamiento
de los regidores hasta tanto que
hiciesen
efectiva la cantidad. Don Tomás de Cangas redujo a prisión a todos ellos, y sólo
de esta manera, "vejados y oprimidos para redimir la prisión", pudo
conseguir que éstos ordenasen la venta del trigo del Cabildo, por repartimiento
entre los vecinos, para que no se produjese una baja en los precios, con la
consiguiente ruina de todos.
El
verano de ese año de 1591, durante una breve ausencia en La Palma del
corregidor Tomás de Cangas, fué aprovechado por los regidores para extremar
sus protestas, acordando enviar como mensajero a Alonso Cabrera de Rojas y como
ayudante de mensajero al prior del Convento de Santo Domingo, fray Jerónimo de
Paz, para que demandasen la derogación de los alojamientos, se quejasen una vez
más de las violencias de La Cueva y su subordinado el corregidor Cangas y
trabajasen sin descanso por que "S. M. se lleve a los soldados". (A.
Rumeu de Armas, t.2.1991)
1590 Octubre
20.
Como familiar de ese sancto consejo de Ynquizision y selozo de las cosas
tocantes a el y a su secrepto hago saber a buestra señoria como a ocho dias que
fui a el pueblo de san juan a negosios mios y alli me dijo luis rodriguez hijo
de sebastian rodriguez que es bezino de Garachico que abia pasado por aquel
pueblo vn frai alonso de espinoza publicando que el capitan hernando velasco
quedaba prezo en esa sancta Ynquiziçion y que el venia a hazer informasiones
contra el dicho hernando velasco y preguntando a diego de valdes que rreside en
este pueblo en la fabricasion de las fragatas si avia barca de canarias me dixo
que no sabia mas de que vn fraile frai alonso de espinosa que es el contenido
haziendose ofisial de vuestra señoria le dixo benia a entender en cosas contra
el dicho capitan y porque me pareze a vzado de mucho atrevimiento si es ofisial
de vuestra señoria en aver guardado mal el secrepto que vuestra señoria
encarga a sus ofisiales y tenido en poco las sensuras de no lo aver hecho ansi
yo como hombre themerozo de dios y vsando bien el ofisio que vuestra señoria me
a encargado y por lo que la consiensia me dañe acudo a vuestra señoria para
que con tiempo ponga el rremedio como siempre lo haze a quien deseo con animo de
dios servir y asertar en todo cuya persona nuestro señor guarde y de la mayor
dignidad que merese
De
thenerife 20 de octubre 1590 annos
Bartholome
de Carminatis.[Rúbrica]
1590
Octubre 9. Córdoba. AS, RS, ACW, pc. IX-I490-X/5-6.
Juan
Garrido, vecino de Córdoua Para que bueluan v nos dineros que dió por vn
Canario.
Don
Fernando e Doña y sabel etc. Al corregidor e alcalde de la cibdad de Córdoua e
a los alcaldes de la villa de Agado (?) e a todos los regidores, asystentes
qualesquier de todas las cibdades, villas e logares de los nuestros rreynos e señorío
etc. salud e gracia. Sepades que Juan Garrido, vezino de la dicha cibdad de Córdoua,
nos fizo rrelación... diziendo quel ovo comprado e compró de Jhoan Coronel,
vecino desa dicha villa de Agado (?), vn esclauo Canario, su color blanco, de
los de
1590
Noviembre 30. Francisco de Aizola
Vergara, Regidor nombrado Alcaide de la fortaleza de Santa Cruz por ser
Hijosdalgo y haberse visto sus papeles y concurrir en su persona las calidades
que se requieren y que ha servido mucho tiempo de Capitán de Infantería, y que
su padre Pedro de Vergara sirvió como tal Capitán y de Alcaide de
Mayo
de 2011.
*
Guayre
Adarguma Anez Ram n Yghasen.
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Continuará...