EFEMÉRIDES
DE LA NACIÓN CANARIA
UNA
HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERÍODO
COLONIAL, DÉCADA 1581-1590
CAPÍTULO
XIX (VIII)
Guayre
Adarguma *
1587. La isla de Titoreygatra (Lanzarote), sometida desde su invasión y
conquista por los piratas Jean de Bethencoiurt y Gadifer de la Salle a una serie
de contratiempos (acoso pirático, indefensión, pobreza, abusos señoriales y
emigración más o menos forzosa), no pudo desarrollarse desde el punto de vista
económico y social. Por eso durante toda la centuria la encontramos escasamente
poblada. En 1587 Lanzarote contaba con un total de 600 almas (el 1,5 por ciento
del volumen de la colonia) y una escuálida ocupación humana de 0'71 habitantes
por kilómetro cuadrado. En estos años destaca la villa de Teguise con medio
millar de personas y Haría con sólo un escaso centenar de habitantes.
La dinámica emprendida por los señores feudales de la isla consistente en expediciones a Berbería a la caza de esclavos mazigios y las represalias consiguientes introdujeron a Titoreygatra (Lanzarote) de lleno en una zona de guerras, de seguridad, de hostigamiento constante y por lo tanto desatractivo para posibles nuevos colonos. En 1545 se conoce la expedición de Pedro Fernández Saavedra que resultó un rotundo fracaso falleciendo, además del propio Saavedra, varios de sus oficiales y numerosos soldados criollos canarios.
Poco
después, Agustín de Herrera y Rojas (fallecido en 1598), conde y marqués de
Lanzarote, protagonizó nada menos que 14 expediciones a la caza de esclavos en
las costas del continente entre 1556 y 1560 desde donde se trajo un gran número
de esclavos moros de los que se dice que «sacaba grandísimo provecho y riqueza».
La isla se poblaba gracias a la afluencia de estos esclavos de los cuales muchos
terminaban bautizándose a cambio de la libertad y sumisión servil a los
colonos a los colono feudatarios dedicándose a la agricultura, al pastoreo y al
transporte pero instalados ya como siervos o vecinos y habitantes. Se decía que
las tres cuartas partes de los lanzaroteños eran todos maxigios o descendientes
de aquéllos, preocupando al “Santo Oficio”. Se temía su colaboración con
los asaltos piráticos efectuados con justa represalia por los norteafricanos.
Estas incursiones contribuían directamente a la des población de Titoreygatra
(Lanzarote). Por ejemplo, el asalto de los piratas de Fez al mando de Calafat
(7-IX-1569) se llevó a 90 cautivos de esta isla. Otro tanto de lo mismo se
volvió a producir con la invasión de Dogalí en 1571, o la efectuada en 1586
por los corsarios argelinos al mando de Amurath que sacó a unos 200 prisioneros
lanzaroteños.
Algunos
cautivos eran rescatados más tarde, pero abundaban los que renegaban de su fe y
se quedaron en el continente indefinidamente.
En
los años 90 la población estimada no sobrepasaba el millar de almas. Eso
significa que la isla era pobre en brazos. «La causa de que haya tan poca
gente, afirma Torriani, es que gran parte de ella se la llevaron cautiva los
turcos y los moros». Titoreygatra (Lanzarote) precisaba para su mejor protección
de mayor cantidad de hombres pero «su pobreza y disensión» no contribuían
precisamente a ello. Yeso que la vida en la isla era saludable puesto que «Los
hombres viven mucho tiempo, sin notar enfermedades de cuidado, ni tener
necesidad de médico para curarse» según testimonio del ingeniero cremonés.
(Ramón Díaz Hernández; 1991)
1587.
En el actual Puerto de Santiago, en Taxo (Santiago del Teide), desembarcó el
ingeniero cremonés Leonardo Torriani, mandado por el Rey de la metrópoli
Felipe II para fortificar la colonia las Islas Canarias en previsión de que
fuesen invadidas de otros piratas europeos.
1587.
Uno de los más destacados hechos del
plan de reformas y concesiones militares de 1587 fue el tercer reparto de armas
entre los soldados de las milicias. Se asignaba a la isla de Tenerife 300
arcabuces, 100 mosquetes, 500 picas y 25 quintales de pólvora de arcabuz, y
encargaba a sus autoridades el máximo desvelo en su distribución, pues el Rey
se quejaba en la misma por los indicios de coincidencia con la organización
militar de Tenerife, que las “instrucciones"
de esa fecha rigieron con anterioridad en la isla de Gran Canaria, aunque sólo
sea en una diferencia de días, y que su autor e inspirador no pudo ser otro que
don Rodrigo Manrique de Acuña. ¿Qué indicios son éstos? El primero, el mismo
proceso incoado por la familia de Bernardino de Carvajal contra don Rodrigo
Manrique de Acuña en 1556, ante el juez de residencia y justicia mayor
licenciado Pedro Mexía, sucesor de Manrique en la gobernaduría de Gran
Canaria.
En
dicho proceso se personó como parte acusada el ex gobernador Manrique, y en uno
de sus escritos de defensa declara que Hernando de Pineda fué "alcalde
mayor e Capitan Coronel de las villas de Gáldar e Guia, por especiales
comisiones que tenia mías y de Pedro Ceron, capitan general desta Ysla...",
y reitera la antedicha condición y calidad al considerar la muerte de Pineda
"como atrocisimo y calificado [delito] cometido contra un alcalde y capitán
Coronel y en el camino real y sobre lanzas y fecho pensado...". De informes
tan valiosos, por su singularidad, dedúcese bien a las claras que Hernando de
Pineda era coronel de Gáldar y Guía, por designación de Manrique y Cerón, y
que la isla se hallaba dividida desde 1554, como la de Tenerife, en distritos o
"coronelías" donde se agrupaban las compañías anteriores.
Por
otra parte, parece admisible que Bernardino García del Castillo fue coronel de
la gente de guerra de Telde y Agüimes. Si a ello añadimimos que por un
documento de Simancas venimos en conocimiento de que en 1554 era sargento mayor
en Gran Canaria Bernardino Camino de Veyntemilla, mercader genovés residente en
ella, no es muy arriesgado afirmar la identidad y paralelismo entre las
organizaciones militares de Tenerife y Gran Canaria. De estos indicios cabe
deducir que la isla se hallaba dividida en tres "coronelías"
: la de Las Palmas y sus aledaños, la de Gáldar y Guía y la de Telde y Agüimes,
cada uno con su coronel al frente y con un número variable de compañías de
infantería. Las Palmas contaba con cuatro de éstas y una de caballería, más
la del lugar vecino de la Vega; Gáldar y Guía, con cuatro: una compañía en Gáldar,
otra en Guía, otra en Arucas y otra en Teror, y la coronelía de Telde y Agüímes
con otras tres: dos en Telde y una en Agüímes.
La
pérdida del archivo del Cabildo de Gran Canaria nos impide concretar más sobre
las variaciones en la distribución de las compañías y sobre los cambios
personales en el mando de las mismas. Sin embargo, nos inclinamos a creer que
una de las notas típicas de la organización militar de Gran Canaria es su
inmutabilidad a través de los años y que frente a los continuos cambios de
Tenerife la de aquella isla se mantuvo sin variaciones sensibles hasta 1589.
(En: A. Rumeu de Armas, 1991, t. 2, primera parte)
1587. Concentrados los barcos del embargo en Lisboa, con vistas a la
conquista de Inglaterra, se proyectó traer el oro en bergantines. Amparados en
el secreto, pasarían las Canarias sin "tomar puerto... ni dejarse
ver", separándose las flotas en la Deseada, libres de chismosos, por ser
isla caribe. (L.A. Toledo)
1587.
La colonia canaria cuenta con unos 38.705 habitantes censados por la secta católica.
Estos recursos humanos se reparten entre unas 50 localidades de población
concentradas.destacando en primer lugar las capitales insulares de las dos islas
centrales – Eguerew (La Laguna) y Winiwuada n Tamaránt (Las Palmas de Gran
Canaria)- así como las villas capitalinas de las islas periféricas y las
localidades de Telde, La Orotava, Icod y Garachico.
Evolución
demográfica durante el siglo XVI a la vista de los datos expuestos se pueden
colegir los siguientes hechos:
a)
Se inicia la tendencia a concentrarse la población en las dos islas centrales,
absorbiendo ambas al finalizar el s. XVI nada menos que el 74,65 por ciento del
total.
b)
Las islas periféricas, en cambio, presentan una evolución demográfica bajo el
signo de las oscilaciones bruscas, retrocesos y avances tímidos. En general,
presentan un panorama evolutivo más bien sombrío, a excepción de Benahuare
(La Palma).
c)
En esta centuria se esbozan los que con el tiempo serán los principales núcleos
urbanos de Canarias hasta convertirse en cabeceras municipales y comarcales.
d)
Se afianza la tendencia a la absorción poblacional por parte de las capitales
insulares.
e)
Al terminarse el s. XVI se aprecian todavía densidades muy bajas así como un
poblamiento discontinuo con espacios geográficos vacíos o semivacíos.
En
las últimas décadas del s. XVI la población de la colonia en las Canarias
Occidentales albergaban a 28.465 habitantes que venían a suponer el 73,54 por
ciento de la población canaria. Se distribuían entre 34 localidades arrojando
una densidad de 8,87 habitantes por kilómetro cuadrado. Es decir, casi 4 puntos
por encima de la densidad media del Archipiélago. Esto viene a significar que
la supremacía demográfica era ostentada por la parte occidental de las Islas
Canarias ya que en Chinet (Tenerife), Gomera, Esero (Hierro) y Benahuare (La
Palma) residen 7 de cada 10 colonos y canarios. Chinet (Tenerife) es a todas
luces la isla mejor poblada, seguida a mucha distancia por Benahuare (La Palma).
Desde
el Sínodo del obispo católico Vázquez de Arce, la isla de Chinet (Tenerife)
sobresale como la más poblada de todo el Archipiélago Canario.
A
mediados del s. XVI Eguerew (La Laguna) contaba con más de 850 vecinos y La
Orotava con unos 150 vecinos. El aumento demográfico se apreciaba también en
las localidades de Los Realejos, Icod, Daute y Abona. El profesor Ladero estimó
la población de Tenerife en 9 ó 10 mil habitantes basándose en la cantidad de
cereales necesaria para abastecer sus necesidades.
La
sociedad tinerfeña de entonces estaba constituida por unos 2.500
guanches censados (gran-canarios, gomeros y hawaras (palmeros) y esclavos
arrancados del continente. El resto lo formaban invasores colonizadores
europeos.
La
densidad estaría de 4 ó 5 habitantes por kilómetro cuadrado y el poblamiento
era discontinuo con numerosos espacios vacíos. Tenerife durante la primera
mitad del dieciséis tenía una producción cerealera excedentaria y escasez de
mano de obra a pesar del crecimiento experimentado en el último tercio de la
primera mitad de la decimosexta centuria debido a que la población guanche rehuía
trabajar a soldada de los invasores. A esas bases económicas se sumaban, y de
forma destacada, los cultivos de caña de azúcar, los ingenios azucareros, la
orchilla, la vid y el comercio marítimo. (Ramón Díaz Hernández; 1991)
1587.
El ingeniero italiano Leonardo Torriani al servicio de la corona de las españas,
es enviado a la colonia Canaria para inspeccionar y acondicionar las defensas,
en la isla de Benahuare (La Palma), “uno de los primeros actos de Torriani en
La Palma fue dirigirse al Cabildo para que designase un regidor, como delegado
de la corporación que le prestase en su labor las asistencias necesarias.
Reclamando de paso los elementos necesarios para el cumplimiento de su misión:
oficiales de carpintería, albañiles, peones, bestias de carga, barcos, etc.;
pero el ingeniero obtuvo el más indiferente silencio por respuesta. Otro
segundo escrito de Torriani (sin fecha también como el primero) volvía a
reiterar análoga petición. Suplicaba ahora que habiendo de visitar las
fortalezas, ver la artillería, calcular los gastos de las reparaciones y los
materiales para ellas precisos, el Cabildo designase varios
"caballeros" de su seno que le acompañasen para facilitar la tarea.
En este oficio planteaba también Torriani al Cabildo la necesidad de nombrar la
persona a cuyo cargo debían quedar las obras del muelle, arbitrar los fondos
necesarios para ellas y acordar cómo habían de realizarse -si a jornal o a
destajo-, con objeto de ganar tiempo, mientras él visitaba las demás islas,
hasta volver a residir en Santa Cruz de La Palma, en espera de las órdenes
regias. En vista de ello Leonardo Torriani entretuvo los días que corrieron
entre primeros de septiembre y mediados de noviembre en estudiar los problemas
concernientes a la fortificación de Santa Cruz de La Palma, pues recorrió una
a una sus tres fortalezas, visitó el llano de la Caldereta, tomó nota puntual
de su artillería, calculó lo necesario para dejarlas en buen estado de defensa
e inspeccionó sus milicias y armamento. Por sus informes, minuciosos y
precisos, conocemos el estado militar de La Palma en 1587 mejor que en ninguna
otra época de su historia, ya que nos brindan datos sobre las milicias de la
isla, los artilleros y la artillería” (Emelinda Martín Acosta)
1587.
Gaspar Borges, poema a la muerte del europeo
Luis Vandewalle, colono fundador de su casa en Benahuare (La Palma),
procedente de Brujas, Bélgica.
1587.
Jean Baulen, Mercader francés, natural y vecino de Saint-Malo, en la segunda
mitad del siglo XVI. Era hijo de Bemard Baulen, primer juez y cónsul de la
ciudad de Saint-Malo y de Jeanne Marinier. Jean comerciaba con Canarias: en 1587
estaba en Tamaránt (Gran Canaria) y firmaba Baulen. Probablemente en alguno de
sus viajes le acompañaba su hijo Pedro Tomás Baulen, que acabó estableciéndose
en Chinech (Tenerife), donde fue tronco de la familia de colonos establecidos en
canarias de este apellido.
1587.
Desde 1587 hasta 1605 la isla Benahuare (La Palma) había crecido en unos 2.835
habitantes en tan sólo 18 años. Los 8.685 hawaras (palmeros) convierten a esta
isla en la segunda más poblada del Archipiélago. Eso supone una densidad de 13
habitantes por kilómetro cuadrado y un 21,33 por ciento del total de la
colonia. Los recursos humanos tienden a concentrarse en la capital insular,
Tedote (Santa Cruz), que absorbe el 41,45 del total hawarita. La villa de San
Andrés se erige en la concentración más poblada, seguida de La Breña (sic),
Los Llanos e Ingenios de Argual. En las localidades
restantes habita el 22,23 por ciento de la población insular.
Entre
1676 y 1688 la población hawara (palmera) pasó de
Salvo
la emigración hacia América, Benahuare (La Palma) no tuvo grandes sobresaltos
que incidieran negativamente en el desarrollo demográfico. Tuvo dos erupciones
volcánicas en 1646 y 1676 sin efectos catastróficos, la amenaza pirática
apenas incidió sobre una isla predominantemente acantilada, poblada y bien
guarnecida.
1587.
(Hasta 1591). Siendo infatigable la actividad del santo Oficio, y no habiendo
disminuido por aquel tiempo el número de los sospechosos y herejes, a pesar de
los repetidos castigos que se les imponían y de las caritativas exhortaciones
de los jueces y comisario se hizo indispensable despachar procesos entre auto,
esto es, sin esperar a que los reos Salieran en aquellas públicas funciones,
tanto porque las estrechas cárceles del Tribunal no podían contenerlos, cuanto
porque no era conveniente, que la pena se hiciera esperar después del fallo, y
se perdiese así una parte de su saludable efecto.
Consta,
pues, que entre el auto celebrado en 1587, y el que tuvo lugar en 1591, se
despacharon los procesos siguiente:
Bastian
Rodríguez: guanche, descendiente de gentiles, natural del pueblo de la
Candelaria, en la Isla de Tenerife, de 32 años. Fue preso en las cárceles
secretas, porque estando un día con otros, segando un campo de trigo, dijo: que
faltar al sexto mandamiento con una comadre, no era pecado. Tuvo la suerte de
que sus dos acusadores estuvieron discordes en sus declaraciones, y después de
muchos meses de prisión, fue absuelto de la instancia.
Pascual
Machín, jornalero, natural de la Palma, de 32 años de edad; fue acusado de
perjuro; pero él negó obstinadamente, y no habiendo medios de probárselo,
hubo que absolverle también de la instancia.
Pedro
Pinto, natural de la Madera, jornalero, y de 30 años fue llevado á las cárceles
secretas, porque afirmaba que el era San Pedro y Dios al mismo tiempo, y que había
de quemar á un regidor de la Orotava, porque volaba por los aires, y era judío.
En
la información se acreditó, que por temporadas perdía el juicio, y también
fue absuelto.
Fray
Antonio Pacheco Sampayo, de la Orden de San Francisco, natural de la Madera,
vecino de Tenerife, y de 40 años de edad. Fue testificado por una mujer,
diciendo, que en la cuaresma de 1585 fue á confesar con él, en el convento de
la Ciudad de la Laguna: y al manifestarle ciertos pecados carnales, la
interrumpió con estas palabras: A eso veniste aquí, á poblar la tierra,
y continuando ella la relación de sus flaquezas, el fraile volvió á
interrumpirla haciéndole proposiciones, que alarmaron su pudor.
Otras
testigos declararon, que les había dirigido en el confesionario palabras
deshonestas, y propuesto tratos vergonzosos manifestando una, que tenia un hijo
habido con él. En el término de prueba negó estos hechos, y procuró
cohonestar sus palabras dándoles otra significación; pero el Tribunal no se
dio por convencido, y le condenó, al fin, á cuatro años de reclusión en un
convento; prohibición de confesar, y 50 azotes á presencia de su Comunidad. La
sentencia y el castigo no se hicieron públicos.
Agustina
de Vargas, viuda, vecina de la Laguna y de 40 años; fue procesada por hechicera
y bruja. Acusaronla de que invocaba á los demonios, arrojando sal al fuego, con
ciertas yerbas; y de que echaba suertes con unas habas, que derramaba por el
suelo sobre una cruz, diciendo la oración de la Estrella y la de Santa Marta.
La
testigo Isabel González aseguraba, que habiéndole pedido que viniese un
hombre, con quien ella estaba en relaciones, al poco rato éste apareció. Las
hijas del Licenciado Llarena, que le suplicaron torciera la voluntad de su
padre, inclinado á encerrarlas en un convento, declararon, que les pidió doce
doblas por cumplir su deseo. Otra testigo afirmó, que la reo le había dicho
que cuando quería hablar con las ánimas las llamaba, venían, y le concedían
lo que se le antojaba.
Calificaronse
estas proposiciones y conjuros de heréticos; votóse á prisión, y estando la
reo negativa, se le hizo abjurar de levi.
Leonor,
morisca, esclava de Gabriel Mas, de 27 años, y vecina de la Laguna, fue acusada
de tener pacto con el Diablo, de dar bebedizos á los hombres, para que
quisieran á ciertas mujeres, y de recitar varias oraciones en sus conjuros.
Confesó su delito, y dijo que lo hacia por ganar dinero. Fue penitenciada en la
Capilla del Tribunal.
Isabel
Marquez, mulata, moza soltera, de 22 años, y vecina de la Laguna. A ésta la
acusaron también de hechizos, encantamientos y brujerías; pero ello es que fue
absuelta de la instancia. Tal vez influyera en algo su edad.
Domingo
de Sea, portugués, patrón de una caravela. Se le procesó por haber admitido
á su bordo algunos marineros ingleses, que deseaban escapar de un país, donde
se empleaba tan eficaces medios de persuasión para catequizar los neófitos.
Alegó y probó que los ingleses se habían embarcado sin su consentimiento, y
que al saber que no llevaban licencia de la Inquisición, quiso desembarcarlos,
sin embargo, votóse: Que fuese reprendido en el Tribunal, y que oyese una misa
rezada en la Capilla del Santo Oficio en forma de penitente, con una vela de
cera en la mano, y una multa de 21 doblas para gastos.
Gines
de Cabrera, Beneficiado y vicario de la Isla de Fuerteventura, se vio envuelto
en un proceso, porque, creyendo que no le habían retirado el título de
Comisario, había sostenido una competencia con la justicia ordinaria. Pero,
como era eclesiástico, se salvó con un pequeño sacrificio de 4 doblas.
El
Bachiller Gago de la Cervera, hermano del Inquisidor Juan Lorenzo, se le procesó
porque se permitió decir ciertas palabras contra el ejecutor de embargos, que
tenia orden de cobrar cierta suma á su hermano. Toda la cuestión estuvo, en
que el Secretario quiso incluir en la diligencia unos calzones y unas calzas de
terciopelo, que pretendía el Bachiller pertenecerle. Tal pretensión le costó
ser penitenciado, y 24 doblas de multa.
Sancho
de Herrera León, morisco bautizado, con mujer é hijos en Lanzarote. Parece que
en la invasión Morato Arraez cayó prisionero con su familia, y estuvo algún
tiempo en Berbería; pero luego cometió la torpeza de volver a las Islas; y
aunque aseguró que lo había hecho por no querer abandonar su nueva fe, el
Santo Oficio dudó de su palabra, y fué sentenciado á abjurar de levi, a
destierro perpetuo de Lanzarote y Fuerteventura, sopena de azotes y galeras, y a
una multa de 40 doblas.
Andrés
de Ortega, clérigo, presbítero, capellán de la parroquia de San Juan de
Telde, de de 54 años, fue testificado por varias hijas de confesión, de
haberlas solicitado dentro y fuera de la Iglesia. Son curiosas las declaraciones
prestadas, en cuyos pormenores no entramos, porque no lo permite la naturaleza
del asunto. Fue votado por consultores no casados, a que se le lea su sentencia
en la Sala de acuerdos á presencia de confesores y de religiosos, sea
gravemente reprendido, abjure de levi, pague 20 ducados para gastos del Santo
Oficio, y no vuelva á confesar mujeres.
Miguel
Ponce de León, cura de Sun Juan de la Rambla en Tenerife, fue procesado, porque
el Jueves Santo de 1587, después de las tinieblas, hizo detener al pueblo, y le
di-rigió la siguiente alocución .-«El Padre Medina dijo la salutación de
Nuestra Señora en el sermón, y dijo el ave maría, y mandó que todos la
dijesen, y no supo lo que dijo, porque no se había de decir, ni el ave maria ni
la salve regina, porque tal noche como ésta, Nuestra Senora no puede favorecer
á su hijo, y tanto puede como yo. Por eso no se ha de rezar más de solamente
el paternoster y el credo, después que el Santísimo Sacramento esté
encerrado, y no se ha de rezar á los Santos, ni en los altares porque están
cubiertos, sino á Dios padre, el paternoster y el Credo.»-Votose.-Que en
el Tribunal se lea su sentencia, que en él sea reprendido, ábjure de levi, se
retracte delante de sus parroquianos, pague 20 doblas, y sea privado del Curato.
Brehem,
turco, esclavo de Baltazar Hernández Perera, vecino de la Palma, de 22 años.
Estando presos unos ingleses para ser conducidos como herejes á la Inquisición,
les ayudó á fugarse, y juntos escaparon en una barca; pero escaseándoles el
agua, se-detuvieron en la Gomera, y allí fueron hechos prisioneros. Se le
condenó a 50 azotes, que se le dieron atado al poste del patio de la Cárcel.
Antonio
López Perera, natural de las Islas terceras, de 42 años, mozo de Cámara del
Rey de Portugal. Persiguieron á éste porque dijo en Garachico á una doncella,
que más valía estar amancebada con un hombre de bien, que casada con un
bellaco.
Le
costó la broma algunos meses de cárcel, reprensión, y 30 ducados para gastos.
El
Dr. D. Alonso Pacheco, regidor de Canaria, y Teniente de Gobernador de Tenerife.
habia excomulgado á este caballero el Sr. Obispo, por no querer abandonar
cierta amistad ilícita con mujer casada. La Inquisición llamó así el
proceso, y después de muchas competencias, y de citar é interpretar por ambas
partes el capítulo 8º. de la sesion 24 del Concilio Tridentino, la muerte
concluyó la causa, llevándose al mal aconsejado doctor.
Gaspar
Mingote, marinero, natural de Málaga, de 30 años. Hallándose éste en con
versación con varios amigos en el Puerto de la Palma, dijo aunque con otras
palabras, que el que fuera casto en este mundo, lo había de fastidiar el Diablo
en el otro. Esta atrevida suposición le valió el susto de estar en las cárceles
del Santo Oficio algunos meses, y la penitencia consiguiente.
Pedro
Álvarez, negro, natural de Guinea, de cien años de edad, fue procesado porque
aseguró que Dios mandaba que todos los hombres fuesen circuncidados. Tal error
en un negro, y á la edad de cien años, hubiera sido digno de una pena
ejemplar, si no se hubiera muerto durante el proceso, y se hubiera sustraído así
á un castigo, que tenia bien merecido por su ignorancia.
Hans
Aventrot, natural de Colonia, mercader, vecino de la Palma, y de 30 años. Fue
acusado por su hijastro, de que comía carne los viernes, y de haber contestado,
cuando se le reprendía, que la carne no dejaba señal en el alma. También se
le acusaba del grave delito de hablar en flamenco, y de no ayunar en la
cuaresma. Fue mandado prender con embargo de bienes, y examinado por la doctrina
cristiana, no supo signarse ni santiguarse, diciendo los mandamientos en latín,
como están en el capítulo del Exodo. Siendo rico y persona de respeto, se le
reprendió y se le hizo pagar la considerable suma de 200 ducados para gastos.
Compárese esta sentencia con la de azotes, coroza y mordaza, que se imponía
por frases menos escandalosas, á los que no tenían con que pagar esas multas,
y se verá cuan singular era la equidad del Santo Oficio.
Barbara
Ponte, cristiana nueva de mora de 50 años; se atrevió á decir un día en que
le notificaban, que había de aprender los artículos de la fe: «Estos
cristianos cada día salen con una cosa nueva; ahora nos mandan rezar los cernícalos,
(artículos) y nosotros apenas sabemos hablar: pésame de ser cristiana, que
nunca fue con mi consentimiento.» Tuvo la suerte de que los testigos eran
personas de mal vivir, y los tachó, escapando con algunos meses de cárcel.
Sebastán
Rodríguez, vecino y natural de Telde, labrador, de 31 años. Fue procesado
porque dijo á unos chicos, que le estaban destrozando un parral.-“Voto á
Dios, que si alguno me entra en el parral, le he de despernar aunque sea el hijo
de la Vírgen María.” Calificóse la frase de blasfemia heretical, y
constituido en prisión, se excusó y pidió misericordia; con lo que se salvó,
mediante una reprimenda y 4 ducados de multa.
Hemos
hecho esta larga enumeración, respecto de los procesos seguidos entre auto,
para que, al trazar el cuadro de la historia de la Inquisición en estas Islas,
nada faltase que contribuyera á presentarlo bajo todos sus aspectos. Omitiremos
en lo sucesivo estos incidentes, aunque se repetían con frecuencia, porque con
lo dicho se podrá juzgar de su forma y efectos. (Agustín Millares Torres;
1981)
1587.
El licenciado Romero, Personero General desta Ysla, digo que a Vms. Costa y es
notorio a questa Ysla tener frutos de binos
y açucares
en cantidad para poder sacar della y tratar en otras partes y de otras partes
asi de Reynos de Su Magestad como de Francia venir a esta ysla y tratar y traer
su ropa para con ella llevar los frutos desta dicha ysla y esta ysla
aprovecharse de la Ropa para su necesidad de vestidos y ornatos de sus personas
y casas y para la labor y cultura de los dichos frutos pues esta mediante vienen
a gosar y aprovecharse del premio de sus trabajos que es vender sus frutos a
cuya causa han venido y vienen muchos navíos de este trato así de los Reynos
de Castilla y Portugal como de Flandes y Francia para llevar los dichos frutos.
Y
bien saben vuestras mercedes que en esta ysla ni en ninguna de las de Canaria no
hay cuño ni se labra moneda con la qual los que biven por su trabajo y los que
compran y venden no pueden ajustar sus precios sin la dicha moneda sin la qual
en nuestros tiempos es ymposible tratar y en está tan necessitada della quanto
a vuestras mercedes en notorio pues para comprar un poco de trigo que no se
saque de la ysla ha tenido (el Cabildo) necesidad de importunar los fieles del
almojarifazgo prestando el dinero para ello porque si así no se haze se podría
sacar y quedar la ysla en riesgo de perderse pues no tiene vecinos contiosos que
puedan prestar quinientos escudos sin mengua de sus haziendas y esto lo alego
por notorio y agora que vienen algunos navíos asi de Francia como de Portugal y
entre otras cosas traen dineros para efectuar su trato y mercancía, algunas
personas sin recelo de lo que a la ysla toca y sin recelo del daño que le pueda
resultar han dado en el mayor ynconbinente que le puede dañar a esta ysla por
denunciar de los que asi traen dineros de fuera para su trato y mercancia, cosa
tan contra todo derecho natural pues no abrá lei en el Fuero y Reyno de España
que prohiba el meter dineros en ella ni en parte della, la saca si es prohibida
y asi si alguno tarxesse a esta ysla dineros es bien los registre si los uviere
de sacar della porque no lleve algunos más con los que traxo y ponga en
necessidad la tierra, más los que vienen para se gastar en la tierra no ayga
que se registren ni den noticia a nadie dello pues vienen a convertirse en bien
y en utilidad de la ysla y de lo contrario no ay derecho en los Reynos de España
que disponga porque sería quitar el comercio y trato de las yslas amedrentando
a los demás que uviessen de venir visto el mal trato que a los presentes se les
haze, pues no son gente prohibida ni de contrabando a quien era justo se les
negase el trato y saca de frutos.
(Archivo Municipal de La Laguna. Gentileza de J.R. Núñez-Pestano a Manuel de
Paz).
Febrero de 2011.
--»
Continuará...