BEATRIZ DE BOBADILLA (1462-1501)
Y
Eduardo Pedro García Rodríguez *
«A
su paso por la corte había sorprendido sus intencionadas excentricidades. Sobre
todo su afición a las vestiduras metálicas: Era la única en usar
“toneletes” de bronce delgado a lo largo de los muslos. Los “toneletes”,
alguna vez de moda en la escandalosa corte borgoñona, tenían la cualidad de
alzar y pronunciar el perfil de las nalgas apretadas (en el caso de la excitante
Beatriz) con un pantaloncito de pana negra. Desde la mística Juana de Arcos el
fetichismo de «la virgen blindada y amazona» excitaba la imaginación de los
adolescentes principescos... Beatriz de Bobadilla, siempre extravagante, en una
armadura de acero azulado con casco y visera bajada, pero con una inquietante
bragadura de terciopelo rojo en la entrepiernas. Como naturalmente no podía
caminar, la transportaban en un carrito del que tiraban dos disparatados enanos
húngaros vestidos a la usanza marinera... «En un acceso de celos, Isabel I,
obligó a Beatriz a casarse con Hernán Peraza y a partir como adelantados a la
feroz conquista de aquella base oceánica que -se sabía- estaba todavía
humeante, ya que era una de las últimas obras de Dios... Como se dijo Isabel
castigó a Beatriz con el beneficio del adelantazgo y el matrimonio con el
asesino Peraza por celos tardíos. Porque ya Fernando había saciado en ella uno
de sus últimos fantasmones eróticos: poseerla cuando estaba encerrada a llave
dentro de la armadura de acero, a través de la bragadura de terciopelo rojo y
mostrándole cínicamente la llave entre los orificios de la visera...» (Los
perros del Paraíso, págs., 126 y 127.)
Pero no fue Fernando de Aragón el primero ni único
amante de la precoz meretriz, también lo fue entre otros de Rodrigo Téllez de
Girón, maestre de Calatrava, quien a pesar de estar sometido a voto de
castidad, exigido por la regla monacal del Cister se las entendía muy bien con
tan egregia dama.
Beatriz
de Bobadilla también mantuvo arrebatados encuentros amorosos con el aventurero
masacrador de pueblos y esclavista Cristóforo Colombo, quien quedó tan
prendado de las artes amatorias de esta cortesana que incluso en su primer viaje
de “descubrimiento” simuló averías en algunas de sus naves para poder
disfrutar de algunos días de apasionado encuentro con su amada, además de
dejar algunos pasajeros judíos en las islas, los cuales viajaban de contrabando
huyendo de España hacía Canarias.
Otro
de los amantes de Beatriz lo fue de Alonso Carrillo, señor de Caracena,
personaje relevante en la corrupta corte de los Reyes Católicos, y de quien
Beneharo De Anaga cita una anécdota recogida por Antonio Rumeu de Armas, en
Anuario de Estudios Atlánticos, núm, 31, pág, 446.: “Era costumbre entre
aquellos salvajes europeos perdonar la vida a un condenado a quien una
prostituta lo aceptara por marido, indirecta que le suelta a la “ninfónoma”
un rufián de nombre Alonso
Carrillo, anteriormente citado como amante de la misma, íntimo amigo de la
“dama” y demás cortesanos, quien conducido a prisión por una noche según
orden del rey, al día siguiente cuando acude a uno de los salones de palacio
repleto de mangantes de ambos sexos, la morbosa Bobadilla intenta divertirse a
costa de su prisión de esta manera: «Señor Alonso, a mí me dio mucha pena
esta desgracia vuestra, ya que todos los que os conocen, pensaban que el Rey iba
mandaros ahorcar». Rápidamente le respondió Alonso: «Señora, yo también
tuve ese miedo, pero tenía la esperanza de que ibais a pedirme por esposo». Otro
de los amantes de tan egregia dama lo fue el
paje Gonzalo Fernández de Oviedo. Después de casada con Hernán Peraza,
según recoge el autor anteriormente citado: “Intimó con toda aquella chusma
de soldadesca que tenía a su servicio en el refugio conocido por Torre del
Conde en el barranco de Chejelipe en
Durante
esos días llegó a la corte española Hernán de Peraza, gobernador de
Hernán
de Peraza fue ajusticiado por los guanches gomeros, quienes no podían soportar
más su gobierno tiránico y su extraordinaria crueldad.
La
tamusni, que es el medio de trasmisión de la memoria popular y mediante la cual
se trasmite de generación en generación la historia viva del pueblo canario,
nos lleva a que cada 25 de noviembre el pueblo gomero tiene por costumbre de
engalanar con hojas de palma la entrada de la cueva,
para conmemorar los hechos que aquí tuvieron lugar en 1488.
Distorsionados por las referencias de los Cronistas, que los relacionan a partir
de su particular visión cultural, y recreados por la tradición popular (Coplas
de Hupalupo), la realidad es mucho más compleja, que una simple historia de
violaciones y honores mancillados. Ya los investigadores Canarios, el doctor don
Juan Bethencourt Alfonso y el profesor don Juan Álvarez Delgado supieron intuir
el uno y clarificar el otro, su auténtico significado.
Dentro
de la organización social del pueblo gomero, existía una institución que
guarda total paralelismo con otra existente en el mundo imazighen (bereber)
continental, relativa a los llamados «pactos
o alianzas por colactación». Mediante este pacto Hernán Peraza estaba
unido con los bandos de Amulagua e
Hipalán, y precisamente a este último pertenecía la joven sacerdotisa Yballa.
Dicho pacto o alianza se realizaba mediante un ritual, consistente en beber
leche en un gánigo mediante ciertas ceremonias. Al mantener relaciones
(posiblemente forzadas) Hernán Peraza, con una mujer de su propio bando,
considerada según dicha alianza como su hermana, «estaba faltando, no sólo al
compromiso consuetudinario de la exogamia, deshonrando a los bandos que lo habían
acogido como hermano de sangre, sino rompiendo además el pacto establecido.»
(Jaume Pausas)
No
fue este hecho solamente el que motivó la rebelión de los gomeros, al mismo se
debe añadir el gobierno despótico que realizaba el impuesto y cornúpeta señor
sobre la isla, sino que además se dedicó, en contra de lo pactado, y para
saciar su sed de rapiña, a hacer razzias esclavistas entre “sus siervos” lo
que determinaría la conjura, en la que participaron
los notables de los cantones ofendidos y dirigidos por Hupalupa, anciano
“hombre mascota” encargado de vigilar el cumplimiento del pacto. Se decidió
que Hautacuperche matara al traidor Hernán Peraza, aprovechando una de las
frecuentes visitas del sanguinario tirano a la cueva donde se encontraba Yballa,
en Guahedum. Con su muerte, los gomeros alzados «decían en lengua guanche: -Ya
el gánigo de Guahedum se quebró», en señal de que el pacto se había roto.
Sublevada
la isla una ves más en justa defensa contra los colonos invasores, con los
gomeros sitiando a la señora Beatriz de Bobadilla en
Beatriz
y su suegra Inés Peraza pidieron ayuda a los mercenarios castellanos que
estaban enfrascados en la invasión
de Tamarant (Gran Canaria) y, como no podía ser menos en un ser tan execrable,
se dedicó a continuas venganzas. El intento de masacre total del pueblo guanche
de
Varios de ellos perecieron y otros fueron vendidos.., dados e enajenados
en nuestros reinos e señoríos e otros fuera dellos".
En
julio de 1490, corrió que los gomeros, reducidos a esclavitud, tras la muerte
de Fernán de Peraza, que eran cristianos, no habiendo intervenido en el
ajusticiamiento, por tratarse de mujeres y niños. Falso lo primero pero cierto
lo último, fueron declarados no "ganados en buena guerra", quedando
en entredicho su captura. El Consejo retiró los libros a Vera, ordenando
repesca de cautivos. Iniciada en septiembre, la dirigió el mismo obispo, que
los había comercializado. Dejaron los recuperados de padecer, bajo la férula
del comprador, para sufrir en "poder de personas", que los
"criasen" y adoctrinasen, a cambio de trabajo, pero al ser declarados
libres los naturales "de la ysla de
Especialista
la monarquía castellano-aragonesa en el arte de destruir individuos, molestos o
desafectos, acumulando pleitos sobre su persona, los acopió Pedro de Vera. En
puertas su cese, le fue exigido la cuadratura del círculo: "por una
parte", habría de depositar "todos los maravedís que montan los
dichos canarios, e por otra... facer sequestración de sus bienes".
Evidente que ejecutado lo segundo, no tendría posibilidad de cumplir lo
primero, los monarcas entraron en razón, mandando sobreseer "dichas
nuestras cartas, desbaratándolas y no haciendo cosa alguna, en virtud a
ellas". Aliviado el gobernador, se complicó la situación de Beatriz de
Bobadilla. Las dificultades que planteaba separar las Canarias de señorío de
las realengas, aconsejaban eliminarla. Se consiguió, creando el clima adecuado.
Un Francisco Martínez, al regreso de la pesquería de cazones de Guinea, entró
en Gomera para hacer aguaje. Traía barco nuevo de 20 toneladas, comprado en
26.500 maravedís, del que se enamoró Beatriz. Imprudente negarle el capricho,
Martínez aceptó como parte de pago dos esclavas, valoradas en ocho y nueve mil
maravedís. Embargadas por el obispo, demandó a
Pero como
entre truhanes anda el juego y a los reyes les urgía el acelerar la invasión y
conquista de las islas denominadas por ellos de realengo con vistas a tener una
plataforma en pleno dominio para las previstas invasiones de saqueo de África y
las Indias, les convenía evitar enfrentamientos abiertos con el clero y los
autoproclamados señores de las islas ya invadidas, quienes además venían
mostrando ciertas inclinaciones hacía las ofertas de Portugal. Por ello,
dictaron una serie de cartas aparentemente dirigidas a la protección de los
guanches esclavizados pero que después en la práctica no pasaban de ser papel
mojado en manos de los corruptos funcionarios. Veamos algunos de estos
documentos del Registro General del Sello tomados de los extractos publicados
por Eduardo Aznar Vallejo.
130. 1489.
Marzo 4. Medina del Campo (f.76). Orden a Pedro de Vera, gobernador de Gran
Canaria, para que ponga a doña Inés Peraza, viuda de Diego de Herrera, en
posesión de las de Canaria que le pertenecen y para que le preste todo favor y
ayuda para castigar a los vecinos de una de dichas islas que se han levantado,
matando a su hijo Fernando Peraza. El Rey y
131. 1489
Marzo 4. Medina del Campo (f.300). Orden a Pedro de Vera, gobernador de Gran
Canaria, para que ampare a Beatriz de Bobadilla, viuda de Fernando Peraza, como
tutora de sus hijos, en la posesión de las islas de
161. 1490
Agosto 27, Córdoba (f.363). Comisión a los obispos de Málaga y Canaria para
que pongan en libertad, por su condición de cristianos, a las mujeres y niños
cautivados en
162. 1490
(s.d.). Córdoba (f.50). Orden a Pedro de Vique, vecino de Jerez de
172. 1490
Octubre 30 (s.i.). (f. 202). Orden a Francisco de Mercado, para que
devuelva a Juan del Castillo, escribano de cámara, 1.100 maravedís que le llevó
por una esclava gomera, llamada Juana, que compró en Málaga, según parece por
una fe de Pedro de Madrid, escribano del Consejo de dicha ciudad. Don álvaro.
Decanus hispalensis. Johannes. Didacus.
173.
1490 (s.d.) Córdoba (f.237). Iniciativa a las justicias del reino, para que
conozcan en la demanda presentada por Juan Ruiz de Requena, vecino de Córdoba,
que reclama a Coronado y Campos, criados de Beatriz de Bobadilla, viuda de
Fernan Peraza, 6.750 maravedís que le pagó por un esclavo llamado Miguel, ya
que éste le fue tomado por mandado de Sus Altezas por ser cristiano y libre.
174.
1490 Noviembre 4. Córdoba (f.74). Orden a Gonzalo de Córdoba, escribano de Cámara,
para que ponga en libertad, por su condición de cristianos a las mujeres y niños
cautivados en
190.
1490 Diciembre 23. Sevilla (f.252). Iniciativa al gobernador de las islas de
Gran Canaria, para que dé cumplimiento de justicia a Fernand Martínez de Alza,
vecino de Palos, que pide la restitución de 2 esclavas canarias de 10 años o
su valor en metálico, evaluado en 8 o 9 mil maravedís. Dichas esclavas le
fueron dadas a cambio de un barco de 20 toneles, que le tomó a la fuerza doña
Beatriz de Bobadilla, viuda de Fernán Peraza, cuando estando en la pesca de
cazones llegó a
Son
decenas los documentos existentes en el Registro del Sello, relativos a los
gomeros esclavizados por Pedro de Vera y Beatriz de Bobadilla pero por razones
de espacio nos hemos limitado a reproducir unos pocos ejemplos. A 6 de junio de
1492, quedó cerrado el tema de los gomeros. Admitido por los miembros del
corrupto Consejo que los gomeros mataron a Fernán, para "perseverar"
en sus errores de fe, es decir, para continuar manteniendo sus ancestrales
ritos, extremos que indudablemente
quedaron recogidos en el dicho pacto de colacción, se acordó que nunca fueron
cristianos, a pesar de que todos ellos figuraban en las escrituras de venta con
nombres cristianos, siendo sobreseídas las cartas, dictadas contra Beatriz de
Bobadilla, por ser lícito el tráfico de infieles.
Beatriz de Bobadilla casó en segundas nupcias en la isla de
Según recoge el historiador canario don Tomás Marín de Cubas, quien lo toma
del manuscrito de Frai Juan Abreu Galindo Historia de las siete islas de
Canaria, “Después que el
Adelantado hubo conquistado las islas de
“En estas cosas divulgadas sobre el crédito, trató luego
Luego que
“Siendo muchas las extorsiones y agravios que esta Señora hacía á sus
vasallos, pasaron á España estas quejas y la viuda de Muñoz, mándasele
parecer á
Recogen algunos
historiadores que la reina Isabel al ver en
*Asociación Sociocultural Kebehi Benchomo.
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