Wladimiro Rodríguez Brito *
[…Inspectores de trabajo, de hacienda o el Seprona ponen reparos
buscando fraude en minifundios de parados y pensionistas, o bien
"protegiendo" nuestra flora autóctona… Es matar nuestros pueblos,
imponiendo, campos de tabaibas, aulagas y zarzales donde había actividad y
trabajo...]
Vivimos en tiempos confusos. Domina el
mercantilismo indiscriminado, la bajada de costes y la rentabilidad a corto
plazo, lo que maltrata el paisaje y la historia, nuestra cultura y señas de
identidad y a nuestra propia gente. Cuesta resumir en unas líneas la vid y el
vino en Canarias. Es el cultivo más emblemático de nuestra historia, el que más
ha marcado nuestro paisaje, el más implantado desde Lanzarote hasta El Hierro.
Nuestra viña sufre para sobrevivir hoy: los 12 millones de litros que
producimos al año no logran venderse más que con precios de ruina. Mientras en
2014 importamos 60 millones de litros, unos
Nuestras vides son de las más singulares del mundo, con una
accidentada historia. Se han adaptado tanto a los duros malpaíses como a los
suelos más ricos, desde el nivel del mar hasta los
Nuestros vinos tropiezan ahora con una sociedad de mercado que solo
mira el precio; devaluamos la producción local artesanal con sus puestos de
trabajo y olvidamos directamente el paisaje y la cultura, el compromiso de los
que labran y limpian nuestros campos. Inspectores de trabajo, de hacienda o el
Seprona ponen reparos buscando fraude en minifundios de parados y pensionistas,
o bien "protegiendo" nuestra flora autóctona. Necesitamos un cambio
de actitud por parte de todos, en especial de hosteleros, importadores y de
nuestras autoridades. Apostar por vinos importados es dejar morir nuestra
cultura, nuestro paisaje y la forma de vivir de nuestros agricultores. Es matar
nuestros pueblos, imponiendo, campos de tabaíbas, aulagas y zarzales donde había
actividad y trabajo.
No podemos permitimos quedamos sin lugares como La Geria, Acentejo, los
campos de Vilaflor, los Llanos Negros de Fuencaliente, Tamargada, el Valle del
Golfo o el Lentiscal. Son multitud los paisajes en vías de desaparición por la
filoxera del dinero.
Cambiemos de rumbo dignificando viña, vino y viñateros. Promovamos nuestros
vinos en la hostelería, asociando paisaje y agricultura.
* DOCTOR
EN GEOGRAFÍA POR LA UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA
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