LOS SURCOS DE LA TIERRA

 

Benchomo Artemi Semidan

 

 

Nuestros surcos siguen atravesando los canteros, la tierra por el sur, al norte y en la cumbre, las garras de las palas mecánicas lo siguen arrasando todo, lo tumban desgarrando lo que nos queda.


Cuántas noches en vela para tantos animales autóctonos, cuántos pinos canarios, tabaibas, veroles, taginastes, siemprevivas, bejeques, cerrajas, cardones derribados, tantos que han llegado a terminar descuartizados.


Cuántas ramas se han llegado a quedar sin poder ver a Magec, cuántas han sido las hojas que se han llegado a quedar con esas miradas que miran a Titogán, cuántos rastrojos, matoños, retoños que se han quedado sin  vida, en agujeros de hormigón y cemento que los llegue a nombrar.


Lo que llega a doler el silencio por estos surcos hondos de la tierra, a veces no hay luna o sol que llegue a reflejar nada.


¡Hey, señorøs!,


Sepan que hasta de las corrientes subterráneas de nuestros riscos, seguirán latiendo todavía el corazón puro hasta del agua que seguirá corriendo por nuestros barrancos.