San Benito y la romería

 

 

«»  Wladimiro Rodríguez Brito

 

 

Nuestros agricultores y ganaderos merecen ser reivindicados en las romerías.

 

   Recientemente, se han publicado críticos comentarios sobre la romería de San Benito Abad celebrada el 13 de julio en La Laguna. Hay quien piensa que ha degenerado en una fiesta sin sentido, asociándola al botellón y proponiendo su suspensión[1]. Esa romería es una celebración religiosa, pero tiene un fuerte componente social; el mundo rural lagunero celebra ese día su fiesta más importante. Nuestros agricultores y ganaderos merecen ser reivindicados en las romerías; tienen derecho a opinar y a dejarse ver en los centros urbanos.

 

   La romería nació en el año 1532, pero es ante la dura sequía sufrida en 1948 cuando toma su formato actual. Las ferias de ganado se celebran en La Laguna desde hace 38 años[2], a pesar de que la cultura urbana cada vez hace más presión como elemento molesto; siguen aumentado las leyes, normas y ordenanzas que prohiben establos y otras explotaciones ganaderas. Las más de cien yuntas que participaron el pasado domingo en la romería no son meros adornos de una fiesta religiosa. Son una manifestación del esfuerzo y del trabajo de los ganaderos canarios. El ganado vacuno aporta escasos ingresos a numerosas familias que cuidan de sus pequeños establos.

 

   Es muy importante recordar que en el entorno lagunero está más del 90% de las vacas bastas de la Isla. Las vacas del país tradicionales están en vías de extinción y apenas un número reducido de ganaderos las mantienen en Tenerife, Gran Canaria y La Palma. En Tenerife, con algo más de 50 romerías, participan vacas del país en unas 45. A lo largo de la historia, esta raza ha sido de gran utilidad como animal de trabajo, para carne, leche y estiércol, Su supervivencia se debe a algunos pocos ganaderos comprometidos, pese a la escasa rentabilidad económica.

 

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   Las vacas en nuestros campos y calles sirven de referencia para nuestros niños y jóvenes. Nos recuerdan a todos la importancia de un sector primario del que somos altamente dependientes. Ser ganadero o agricultor requiere unos conocimientos, una manera de vivir y de entender la naturaleza de nuestras islas. Cuidar de una vaca no es algo que se pueda aprender de un día para otro; son conocimientos especializados que nuestra sociedad desprecia y condena al olvido.

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Las ferias de ganado, las romerías y el arrastre son parte importante de nuestra identidad. Tenemos que apoyar su celebración, pero también tomar medidas que mejoren las condiciones económicas de nuestros ganaderos. Aumentar la producción de carne y leche locales ayuda a reducir nuestra dependencia del exterior, y a la sostenibilidad ambiental. La ganadería también contribuye a la limpieza de la maleza de nuestros campos.

 

   El papel que han jugado Pedro Molina y Santiago Cacho en la Asociación de Ganaderos de Tenerife (Agate) y en la Asociación Canaria de Arrastre, así como en la Asociación de Criadores de Vacuno Selecto de la Raza Canaria, son dignos de elogio. Son un recordatorio de otra manera de comprometemos con el presente y el futuro de esta tierra.

 

[1] romeria-no-botellon

[2] San-Benito-romeria-varias-veces-centenaria

 

 * DOCTOR EN GEOGRAFÍA POR LA UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA

 

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wladimirorodiguezbrito.blogspot.com.es