Ya se quebró el Gánigo de Guahedun

 

 

 

Eres la Isla, Gomera/-contéstelo quién lo sepa-/eres la isla ¿La qué?.../yo mismo contestaré:/¡la guanche, por excelencia…!

 

¡Jamás fuiste conquisstada:/te quedaste en rebeldía/y, por ende, abandonada…;/mas tuya será la “palma”/del Tagoror en su día…! (de nuestro insigne poeta gomero Tomás Chavez).

 

El próximo 20 de noviembre de este 2014 conmemoraremos el 526 aniversario de la gloriosa Rebelión del pueblo gomero, acaecida el 20 de noviembre de 1488, para honra y orgullo de todos nosotros.

 

Tradicionalmente la historia ha dividio el sometimiento de Canarias en islas de señorío (Titerroygacat, Maxorarta, Eros y Gumera) e islas de realengo (Tamarán, Benawaré y Tenerife), de forma muy poco rigurosa, no sólo por la abundante documentación existente demostrando la implicación financiera de la monarquía, sino por la sistemática rebeldía de La Gomera al sometimiento colonial.

 

Le Canarien, que incluye los textos de Gadifer de la Salle y Jean de Bethencourt, se limita a decir sobre la Isla Rebelde: “La Gomera está 14 leguas hacia acá, que es una isla muy fuerte, en forma de trébol, y el país es muy alto y bastatnte llano, pero los barrancos son maravillosamente grandes y profundos. Y el país está habitado por mucha gente. El país está lleno de dragos y de otros árboles en gran cantidad y de ganado y de otras muchas cosas”, descripción probablemente hecha desde el barco  navegando alrededor de La Gomera, confirmado por el mismo Juan de Bethencourt al declarar en Normandía (junio de 1417) haber “conquistado a sus expensas tres islas Canarias”, refiriéndose a Lanzarote, Fuerteventura e Hierro (Bonnet, “Juan de Bethencourt”, p 107).

 

El lugarteniente de Jean de Bethencourt, Maciot de Bethencourt, tampoco pudo someter a los rebeldes gomeros, aunque habitaba en el cantón de Orone (Arure) amparado por el pacto suscrito por el cantón de Orone con Jean de Berhencourt, que vendió Lanzarote, Fuerteventura e Hierro al conde de Niebla el 15 de noviembre de 1418 mediante acuerdo que concede a Maciot de Bethencourt el cargo de lugarteniente del conde de Niebla para dichas islas e intenta conquistar la Gomera a partir del año 1420, año en el que el monarca Juan II de Castilla concedió a Alfonso de las Casas la conquista de las islas aún insumisas: Gran Canaria, La Palma, Tenerife y La Gomera, cediendo en su testamento a su hijo Guillén de las Casas “el pleno dominio” de Gran Canaria y La Gomera, según recoje en su testamento por los siguientes motivos: “que mi fijo Guillén, lo uno porque es mayor, e lo ál porque afanó mucho y bien e con buena voluntad en el fecho de estas yslas”.

 

Los derechos de conquista cedidos por la monarquía medieval castellana en 1420 fueron ratificados por el papa Martín V en agosto de 1921 y Guillén de las Casas arribó a La Gomera probablemente a principios de 1422, procediendo a la detención de Maciot de Bethencourt, que no había conseguido adueñarse ni siquiera de una mísera parcela de los cantones gomeros, lo mismo que le ocurrió a Guillén de las Casas, que en 1445 vendió los supuestos derechos sobre la Islas Canarias a Fernán Peraza, que consiguió establecer originariamente una base de operaciones en el cantón de Orone y posteriormente, en 1450, en Ipalán, construyendo la famosa Torre. De su matrimonio con Inés de las Casas nacieron Inés y Guillén Peraza de las Casas, este último ajusticiado en la gloriosa batalla de Tahuya (Benawaré), probablemente el 15 de abril de 1447.

 

Del matrimonio de Inés Perazá de las Casas con Diego García de Herrera nació Hernán Peraza, cuyo vano intento de someter a La Isla Rebelde comenzó el año 1477. El 20 de noviembre de 1488 fue ajusticiado por Hautacuperche en Guahedum: Hernán Pereza, casado con la ninfómana Beatriz de Bobadilla, había infringido el Pacto de Colactación que lo hermanaba con el pueblo gomero, acosando a la hermosa gomera Iballa en su domicilio, cuya dignidad fue defendida por su primo Hautacuperche. Los rebeldes gomeros procedieron a quebrar el Gánigo de Guahedun, prueba irrefutable de la rotura del Pacto de Colactación, lo que, mediante nuestro milenario lenguaje silbado, se transmitió a cada rincón de la Gomera, pactos que jamás ha respetado ni respetará el colonialismo, con el que no hay absolutamente nada que pactar, sino la retirada incondicional de nuestra Nación.

 

La milenaria Gomera por lo tanto nunca ha dejado de ser un Estado, al que se incorporó el resto de nuestras  islas como consecuencia de nuestra gloriosa victoria en el referéndum celebrado el 12 de marzo de 1986 requiriendo nuestra opinión, democráticamente expresada, acerca de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), de la que forma parte el Estado español, cuyo totalitario régimen, todavía monárquico y colonial, debe retirarse incondicionalmente de nuestro territorio.

 

Convocamos un año más a todos nuestros paisanos gomeros en particular y canarios y anticolonialistas en general a compartir con nosotros en la Isla Rebelde otro aniversario de las gestas de los héroes gomeros, mediante asambleas, actividades culturales, en las que no debe faltar el ancestral idioma heredado de nuestros antepasados, el silbo, ni debe faltar la poesía, la danza y la música, con chácaras y tambores; actividades deportivas, como la lucha canaria, el juego del palo, salto del pastor, salto de vara, pina, vela, bola canaria, levantamiento de piedras y arados; actividades recreativas, de ocio e intelectuales como el juego de la dama (dama de 40, carro de 12, tres en raya, chascona, tara- ver el libro “Juegos inéditos guanches”); con un lugar especial para nuestra ancestral gastronomía, así como alegres y festivas manifestaciones populares. Nosotros y nuestros antepasados nos lo merecemos.

 

Mulagua, Agana, Ipalan y Orone, cantones gomeros que algún autor ha identificado con Hermigua, Vallehermoso, San Sebastián y Arure, repectivamente.

 

Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario

Movimiento UPC