Peligroso
Gas Licuado para Tenerife
Pedro M. González Cánovas *
El gas natural licuado (GNL) es una sustancia extremadamente inflamable y
explosiva. De hecho, es uno de los explosivos no nucleares más potente
que se conoce.
Que un producto así se pretenda acumular
y conducir por tuberías en unas islas volcánicas, con volcanes activos, con
movimientos sísmicos muy frecuentes, es una absoluta irresponsabilidad política
y un evidente riesgo para la población.
Estos riesgos no se evitan suprimiendo las regasificadoras del suelo del
Archipiélago. No pensemos que bastaría con traerlo en barcos y reconduciéndolo
posteriormente hasta plantas de almacenaje y hasta el consumidor final. El
transporte en barcos, que es técnicamente posible, entraña ya de por sí un
gran riesgo y el terrestre más de lo mismo.
El GNL se transporta en barcos a una temperatura de -161º C. En caso de
vertido, al ponerse en contacto con el agua del mar, pasa rápidamente
del estado líquido al gaseoso. En este rápido proceso de cambio de fase, el
GNL se muestra increíblemente explosivo.
Los especialistas afirman que “unos simples cientos de litros puede provocar
una fuerte explosión que a su vez puede dañar la estructura del buque,
generando así un vertido mayor, y con ello una deflagración mayor, en un
proceso en cadena que además se vería agravado por la ignición del gas que no
hubiera explotado. Un verdadero infierno.”
“De producirse un derrame con inflamación de todo la carga (entre 120
y 200 millones de litros) se produciría una nube de fuego que arrasaría,
incendiando todo a su paso, unas
En su traslado terrestre el riesgo puede ser más controlado, pero al
mismo tiempo la población afectada es siempre mayor. Además añadiendo el
coste para mantener una temperatura tan baja de forma permanente. A lo que hay
que añadir la posibilidad de que por cualquier desastre natural (de los que ya
hemos vivido) la planta regasificadora se quede sin fluido eléctrico, con
lo que no podría mantenerse la criogenización que conserva el GNL en su estado
líquido, subiendo por tanto la temperatura en el interior de los tanques,
pasando el GNL a estado gaseoso, con los desastrosos efectos que como hemos
visto ello conlleva.
Quizás es que detrás de todo el proyecto del gas hay una buena inversión
de dinero público que va a acabar con la pobreza en Canarias. O con la pobreza
energética del Archipiélago. Esto deberían aclararlo las autoridades políticas,
a ver si nos convencen de que vale la pena poner en riesgo nuestras vidas de esa
manera.
*
Miembro de ANC)