El Patrimonio Histórico del Norte de Tenerife,
abandonado por sus ayuntamientos
JOSÉ
MELCHOR HERNÁNDEZ CASTILLA
Según
el artículo 2, de la ley 4/1999, de 15 de marzo, de Patrimonio Histórico de
Canarias (BOC, nº36, 24-3-1999), el Patrimonio Histórico de Canarias está
constituido por los bienes muebles e inmuebles que tengan interés histórico,
arquitectónico, artístico, arqueológico, etnográfico, paleontológico, científico
o técnico. También forman parte del mismo los bienes inmateriales de la
cultura popular y tradicional y las particularidades lingüísticas del español
hablado en Canarias.
Los
bienes inmuebles declarados de interés cultural (BIC) lo son dentro de una
categoría: monumento, conjunto histórico, jardín histórico, sitio histórico,
zona arqueológica, zona paleontológica, sitio etnológico. La propia ley de
Patrimonio Histórico, en su artículo 9, menciona la competencia de los
ayuntamientos; y en el punto 9.i concreta una de las funciones de esta ley por
parte de los consistorios: "Realzar y dar a conocer el valor cultural de
los bienes integrantes del patrimonio histórico canario que radiquen en su término
municipal".
Desafortunadamente,
salvo honradas decepciones, en general, el interés mostrado por los grupos
gobernantes de los municipios del Norte de Tenerife de su Patrimonio Histórico
suele ser escaso; y en muchos casos, se señala a este Patrimonio como un obstáculo
al afán urbanizador de algún alcalde o grupo de gobierno.
Los
ayuntamientos del norte de la isla que peor tratan y han tratado su Patrimonio
Histórico son: Los Realejos (los molinos de la hacienda de los Príncipes de
Asculi, la casa del literato Agustín Espinosa, la casa de la Gorvorana de los
Alvarado-Bracamonte, la hacienda Las Canales y jardines de Castro, la casa del
agua de Gordejuela y el Molino de la Treviña en Palo Blanco), el Puerto de la
Cruz (ladera de Martiánez, la casona El Robado, la Casa Amarilla de Wolfgang Köhler),
Icod de los Vinos (el conjunto histórico y la Cueva de los Guanches). Más allá
de estos consistorios desinteresados en su patrimonio histórico, existen
elementos patrimoniales abandonados en distintos municipios norteños: la casa
de los Guzmanes en El Tanque; la hacienda El Lamero en Garachico; la hacienda de
San Vicente y su ermita del Primer Marqués de Villanueva del Prado, y la cueva
de Bencomo en Santa Úrsula[1]
De
los tres municipios que marginan a su propio Patrimonio Histórico, sólo el
municipio de Los Realejos no recibe un número de visitas significativas de
turistas en su territorio. Algo totalmente subsanable, ya que posee en su
Patrimonio Histórico elementos únicos en la isla de Tenerife, y sólo
aplicando algo de esfuerzo y dedicación desde las concejalías de Patrimonio
Histórico, Comercio y Turismo podrían atraer fácilmente a los turistas del
Puerto de la Cruz, que prácticamente, ahora mismo, desconocen la existencia de
estas joyas realejeras.
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Secretario de la Asociación Wolfgang Köhler
Fuente:
eldia.es/criterios/2015-03-31
[1]El desastre de la cueva del Mencey Bencomo/denunciabaiermarkus.htm