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Paco Déniz
El
bochornoso espectáculo generado en la opinión pública a tres meses de las
elecciones estatales, y con algunas instituciones canarias todavía en una
situación de interinidad por los amagos constantes de traición a esa maldita
expresión de Pacto en Cascada, se asemeja a un baile con cambios de pareja
incluido en el que los participantes suelen ser los mismos, pero van alternando
sus posiciones cada vez que hay una oportunidad de coger el centro de la pista y
bailar con la mejor opción. Evidentemente, las preferencias dependen de quien
te habilite más cerca de la mesa del banquete.
Es
una pista de baile que se asemeja al círculo de las infidelidades, porque todos
los invitados están dispuestos a ser infieles, todos se sienten traicionados, y
todos están dispuestos a vengarse a la primera oportunidad. Los del PP están
sentados mirando, saben que en cualquier momento alguien los puede sacar a
bailar. CC y PSOE ocupan el espacio central, pero bailan con los dientes
apretados y pisándose de vez en cuando. Cuando giran los del PSOE le pican el
ojo a Nueva Canarias, justo en el momento en que CC se lo pica al PP. A Curbelo
le da igual, pues sabe que tarde o temprano cualquier cambio de música o de
pareja puede beneficiarle. Él se adapta a lo que sea, se le nota a gusto en el
guateque. NC de nuevo quiere cambiar de pareja, son infieles profesionales. A
los de Podemos, en cambio, como usan calcetines blancos, ni los dejan entrar en
la pista, pero tampoco son muy de esa música, prefieren quedarse en la calle.
Lo
que preocupa es que en todo este lío de los dimes y diretes de las rupturas y
los amagos de ruptura, nada importa la imagen que se está dando de lo que debería
ser, a mi juicio, una política seria de conformar gobiernos estables que tengan
como única dedicación la de mejorar las condiciones de vida de la gente e
implicarse en la necesaria tranquilidad que la acción institucional necesita
para llevar a cabo todas los retos que tenemos por delante. Porque al final, la
gente tiene razón, y Labordeta también cuando decía que a las instituciones
se viene a defender unas ideas y a trabajar por su tierra. En fin, sigan
pactando, a ver cuándo se termina el baile. Y que me perdonen los lobos de
verdad por mezclarlos en este bochornoso espectáculo.
Artículos
de Francisco A. Déniz Ramírez publicados
en El Canario