Ocupándonos de
nuestros asuntos
Rukaden
Ait Anaga
La
única forma de que Canarias encuentre solución a los problemas endémicos que
le afectan, que la mantienen dependiente, pobre y miserable, sojuzgada, es que
los canarios de una vez nos ocupemos de nuestras asuntos y dejemos de
preocuparnos por los de otros que no se preocupan de los nuestros.
Esperar
la solución de nuestros problemas dependiendo “del buenismo” de otros, que
ni son tan buenos ni tan desprendidos, y aunque lo fueran, es como intentar
vaciar el mar con un balde: Una pérdida de tiempo estéril, inútil y risible.
Que reduzcamos todas nuestras esperanzas, casi siempre en lo que viene de fuera,
en los “conseguidores” foráneos que siempre vienen a decirnos lo bien que
vamos a vivir con ellos en el gobierno, me parece además un estúpido ejercicio
de negación de las capacidades propias; El reconocimiento de la propia
incapacidad, que como un niño o un discapacitado psíquico[i],
necesita la tutela constante de otros porque es incapaz de valerse por sí
mismo. ¿Realmente este Pueblo es así? Yo creo que no, pero tendremos que
demostrárselos por nuestro propio bien.
Esperar
a que nuestro Pueblo adquiera Conciencia Nacional por sí solo, aún con todos
los esfuerzos que cada uno a nivel individual o grupal hacemos, será imposible
porque, no solo somos una minoría desorganizada sino que además no podemos ni
siquiera soñar con contrarrestar el NO-DO, teniendo que conformarnos con
“sobrevivir” hasta el día en que “haya un milagro”. Y un Pueblo sin
trabajo, hambriento, sin cobertura social, inculto, con una conciencia nacional
falsa y extranjera, y estupidizado por el consumismo y la alienación no va a
seguirnos por arte de magia o por inspiración divina.
Como
no creo en “ese tipo de milagros”, sino en otros “algo más humanos”, y
como tampoco sé que no se va a sacar nada con zaherir, insultar, despreciar o
soltarle un samagazo a nadie que no comparta mi punto de vista [Todo lo
contrario, así me aseguraría de que “jamás” lo comparta], aparte de que
no estaría bien y sería feo por mi parte [Por no decir otras cosas], creo que
la respuesta es clara y diáfana como un amanecer; Por muy nublado que amanezca,
siempre es mucho más claro que la noche cerrada.
Insisto
en que solo la Unidad de Acción y
Programas, creando un Proyecto Común de Futuro, podrá hacer que el Pueblo
Canario empiece tomarnos en serio y a escuchar lo que decimos. No basta
tener la razón, que la tenemos; Debemos hacer que “la razón” sea
entendida, asumida y se ponga en marcha. ¿Sirve de algo tener la razón cuando
estamos frente al Pueblo o somos ignorados por él, entre otras cosas porque no
damos precisamente una imagen de seriedad, de responsabilidad, no somos, a ojos
de la mayoría popular, dignos de confianza para confiar en nuestras manos su
futuro. Duele decirlo, reconocerlo más todavía, pero los resultados
electorales en conjunto están ahí, hablan por sí solos. Los que hablan de
abstención tampoco son fiables del todo, y será en estas próximas elecciones
cuando sean puestos a prueba y tal vez se descubra que “una parte de esa
abstención” no tenía nada que ver con nosotros. En ambos casos, cuando la
realidad, otra vez se encargue de contradecirnos, tal vez se dé el anhelado
paso o tal vez no, en todo caso, que oportunidad perdida, cuanto esfuerzo
desaprovechado y cuantas penurias se le habrían podido ahorrar, tal vez, a la
gente por la que decimos luchar.
Si
fuera uno a caer en el pesimismo, podría dejarse seducir por la idea de que
quien “porta el anillo” lo esconda en alguna ignota gruta, pues no habiendo
nada que heredar, habrá que construir de nuevo todo y tal vez así algunos se
muevan. Pero como dijo alguien a quien admiro bastante, “pa’tras
ni pa coger carrerilla”. Además de la Dignidad, está la Herencia
Recibida, que en nuestro caso no puede ser más Honrosa, los Mártires, la
sangre que hemos derramado, las torturas, todos los sufrimientos y todos los
ejemplos y experiencias de que somos Herederos directos, artífices y
protagonistas... Todo ello me hace ser optimista, porque no hay nada imposible,
porque lo que unos hacen en algún sitio, otros hombres y mujeres pueden hacer
lo mismo en otra parte del mundo.
Ocuparnos
de nuestros asuntos pasa por una alianza, un acuerdo, como mínimo entre dos.
Solo se requieren dos para sellar un pacto, una alianza, un acuerdo. Y eso no
quiere decir que “el portador” sea
uno de ellos; Como están las cosas, hasta sería conveniente que no estuviera
de hecho, para asegurar que los “acordadores”
cumplan lo acordado con la cordura, honorabilidad y responsabilidad que se
les supone. Otra cosa es que el “el
portador” reconozca como cosa propia o casi propia el acuerdo acordado,
mientras este responda a la Unidad de Acción
y Programas, a la construcción del Proyecto Común de Futuro, del que
hablaba antes.
Utopía o solución de compromiso, no lo sé, el caso es que todos coincidimos en que hay que hacer algo, pero nadie sabe el que o hay demasiados “que” y no hay acuerdo posible a la vista. Solo se equivoca el que intenta hacer algo, el que no hace nada rara vez suele equivocarse.
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Diciembre 2014