No quiero ser europeo

 «»  Alejandro Floría Cortés *

 

No, no quiero ser europeo. No quiero que me etiqueten, no quiero que me asignen valores, costumbres o tradiciones, no quiero que me definan, no quiero que me separen del resto del mundo, no quiero más banderas.

No quiero que levanten fronteras en mi nombre, no quiero que me protejan, no quiero su seguridad, no quiero que me digan a quién temer, no quiero que me digan hasta dónde se puede ayudar, no quiero su moral.

No quiero sus leyes ni sus reglamentos, no quiero sus cuotas, no quiero sus mecanismos de estabilidad, no quiero hacer míos sus compromisos, no quiero sus guerras, no quiero sus daños colaterales, no quiero sus memorandos.

No quiero que me digan lo que me conviene, no quiero que hablen ni que decidan por mí, no quiero que me representen, no quiero que me adoctrinen, no quiero que me regulen ni me clasifiquen, no quiero que me vigilen, no quiero que me amordacen, no quiero que me repriman.

No quiero sus estadísticas, no quiero su contabilidad, no quiero sus acuerdos comerciales, no quiero su legalidad, no quiero sus instituciones, no quiero sus tecnócratas, no quiero sus mercados, no quiero su moneda.

No quiero las deudas que crearon otros, no quiero su prima de riesgo, no quiero devaluaciones internas, no quiero humillaciones públicas, no quiero terroristas económicos, no quiero ladrones de guante blanco e intenciones negras.

No quiero que me vendan en transacciones opacas, no quiero ser un segmento de mercado, no quiero ser la “Marca España”, no quiero que me inventaríen, no quiero ser parte de un stock, no quiero ser un asiento contable, no quiero ser una pérdida por rotura, no quiero ser de su utilidad particular.

No quiero su democracia, no quiero que reescriban la historia, no quiero que alteren el orden de los factores, no quiero que eludan sus responsabilidades, no quiero ser el nuevo estado del amigo americano.

No quiero que hagan de mis derechos privilegios, no quiero más desigualdad, no quiero que compren los pedazos en los que nos rompen, no quiero que nos dicten, nos roben y nos reformen por encima de nuestras posibilidades.

Y lo cierto es que lo que no quiero para mí, tampoco lo deseo para los demás. Pero me temo que a final de año, millones de votos avalarán esta Europa. Más hipócrita y autocomplaciente. Mucho menos libre y capaz.

* facebook.com/alejandro.floriacortes