Canarias carece de política agraria,

de modelos hacia los que avanzar (I)

 

 

Rafael Hernández ya lleva en torno a 15 años al frente de COAG en Canarias. Se puede decir que se las sabe todas, de la misma manera que tiene la virtud, quizá a veces excesiva, de mirar al futuro con demasiado optimismo, aunque no por ello sin dejar de ser crítico con el pasado y el presente, y además siempre haciendo propuestas en clave positiva.

Hernández, que capitanea en las Islas una de las cuatro organizaciones profesionales agrarias (OPA) que hoy existen, repasa, aprovechando el cambio de legislatura en el ámbito autonómico y el aterrizaje en la Consejería de Agricultura del equipo de Narvay Quintero (de CC), la situación actual del campo canario, con sus derrotas y fortalezas, pero ante todo con mucha confianza en lo bueno que queda por llegar, eso sí, no sin antes realizar cambios profundos y siempre de la mano de modelos agrarios que se demuestren viables en las islas. Todo esto sirve, y lo dice con extrema claridad, para plantearse primero y lograr después el gran reto de que el sector agrario local tenga mayor peso en la economía de las Islas (el sector primario hoy representa el 1 % del PIE regional) y para que, de camino, se apueste por la soberanía alimentaria.

 

Ha habido reedición del pacto CC-PSOE y ya se conoce parte del nuevo equipo de la Consejería de Agricultura. ¿Qué opinión le merece lo visto hasta ahora y que peticiones serán básicas para COAG- Canarias, "grosso modo", en la novena legislatura?


El nombramiento de nuevas personas en los cargos de dirección representa, sin duda, una excelente oportunidad para dar un nuevo empuje al área de Agricultura del Gobierno de Canarias, que requiere ser mejor tratada si de verdad creemos que puede ser clave en la tan señalada diversificación de nuestra economía. Considero que el consejero recién elegido, Narvay Quintero, tiene, como activos principales, conjugar experiencia en la esfera política y juventud, aparte de provenir de una isla no capitalina que posee una amplia diversidad agraria; también no haberse "maleado" entre los diferentes intereses que afectan al sector agrario local. Todo ello permite tener buenas expectativas sobre la que será su gestión en esa área, que debería articularse en torno al objetivo de incrementar el peso del sector primario en la economía isleña y la soberanía alimentaria. Para este fin, tendrá que revisar y reorientar políticas en lo que respecta a tres cuestiones básicas: el acceso a los recursos por parte del sector (agua, ordenación territorial, legalización de granjas, financiación ... ), la comercialización y los sistemas de apoyo público.

 

¿Le gusta más este consejero que el que circuló por los mentideros y respondía al nombre de Henry Sicilia, a la sazón presidente de Asaga Canarias?

 

Por supuesto... Ese nombramiento habría puesto en pie de guerra a gran parte del sector, por un conflicto de intereses. Colocar como responsable del sector en el Gobierno autonómico a alguien que tiene, además de una explotación agropecuaria, intereses personales, representación y participación en numerosas entidades y empresas agrarias' locales, habría sido enormemente perjudicial. El problema surge no tanto por la persona, a la que no entro a valorar, sino por sus intereses y las incompatibilidades entre su actividad empresarial y la de representación.

 

Juan Ramón Hernández llegó a Agricultura en el mandato anterior con una promesa central: duplicar el impacto del sector primario canario en el PIB regional. Al final se tuvo que comer sus palabras. En la actualidad, el sector agropesquero local acapara en tomo al 1% de la riqueza total de las Islas. ¿Cómo hemos podido llegar a este registro tan ruinoso?

 

No existe una única razón. Lo fundamental para que el sector agropecuario crezca es que a aquellos que se dedican a esta actividad les salgan los números. En los últimos años, esos números, para gran parte de los productores, han estado en rojo. Uno de los problemas principales está en la comercialización, con un sector de la distribución que ha ido concentrándose en pocas manos y ganando poder de negociación frente al productor. Un reparto más equitativo del precio pagado por el consumidor (que en ningún caso debe estar por debajo de los costes de producción) es clave para hacer viable el sector primario. Otras cuestiones, para entender esta evolución negativa, son la falta de orientaciones claras en el diseño de los sistemas de apoyo público o la competencia desleal de países terceros, que incumplen las normativas fitosanitarias existentes y se apoyan en el "dumping social".

 

Relevo generacional, comercialización, minifundismo, cooperativismo, ayudas del REA, autoabastecimiento, exportaciones agrícolas, Posei adicional, controles de sanidad vegetal en las importaciones, ayudas al transporte de mercancías, abandono de cultivos y ganaderías, y pérdida de cuota en el mercado interior, dependencia externa en alimentación... ¿Cuáles de estas cuestiones están ahora peor que antes de 2011?

 

Me resulta más sencillo señalar en cuáles se ha mejorado, ya que, de manera global, el balancee es negativo. Yo destacaría, en positivo, el trasvase  de parte del presupuesto público del REA (subvenciones comunitarias a la importación) al capítulo de compensaciones a la producción local dentro del llamado Poseí adicional, y también la mejora de los controles de sanidad vegetal e¡,frontera (apoyados en una mejor coordinación entre los gobiernos de Canarias y de España), como pone de manifiesto, por ejemplo, el  reciente protesta de los exportad ores ingleses de papa de semilla ante las dificultades para introducir sus productos en mal estado en las Islas. En el resto de cuestiones, estamos peor que hace cuatro años.

 

¿Cómo califica el esfuerzo hecho por la Comunidad Autónoma para abonar las ayudas fallidas del llamado Posei adicional, qué es lo que aún se debe y a qué actividades y porqué el Gobierno español, tras poner dinero en 2009 (es un apoyo directo cofinanciado al 50% entre Canarias y el
Estado), ha pasado de todo?

 

Si somos justos, se debe señalar que el esfuerzo de la Comunidad Autónoma en este ámbito ha sido relevante y significativo, aunque todavía sea insuficiente, ya que se adeudan ayudas de años atrás. En el caso del Gobierno España, su actitud y comportamiento han sido el opuesto. No ha habido voluntad política por parte del equipo actual del Ministerio de Agricultura de cumplir los compromisos institucionales, ni el más mínimo interés de apostar por el desarrollo agrario del Archipiélago. A nosotros nos resulta chocante el desconocimiento y la estrechez de miras que ponen de manifiesto sus responsables en relación con la rica y compleja diversidad agraria de las Islas.

 

¿Cómo califica el nuevo PDR (2014-2020), qué echa de menos en él, en cuanto a líneas de apoyo e intensidad de las ayudas previstas, y qué aplaude sin dudar?

 

Para valorarlo en profundidad, debería estar aprobado, circunstancia que no se da. No obstante, a partir de los datos que hemos podido ir conociendo, hay que resaltar de forma negativa el hachazo presupuestario al programa respecto al periodo anterior. Si para 2007-2013 se aprobaron inicialmente 330  millones de euros, para 2014-2020 el presupuesto se reduce a 180, lo que supone bajar el 45% el apoyo al programa que engloba los apoyos a los jóvenes, la agricultura ecológica, la modernización de las explotaciones, la investigación, el desarrollo de servicios en las áreas rurales... Es totalmente inadmisible ese recorte, por 10 que esperamos que haya voluntad para incrementar la partida. En clave positiva, mencionaría el mayor peso dado a la línea de mejora de la calidad de las producciones y a las de apoyo a los jóvenes y al I+D.

 

¿Qué hay de la primera convocatoria de las subvenciones que cuelgan de ese programa? ¿Cuándo le han dicho que se publicarán las de 20151.

 

   En estos momentos, no hay nada a la vista. Mucho nos tememos que podemos perder este año, lo que supondría que las inversiones realizadas por los agricultores y ganaderos de Canarias durante 2015, a diferencia de los de otras regiones, no tendrían apoyo. Habrá que esperar acontecimientos y colaborar con el nuevo equipo para que eso no ocurra.

 

¿El capítulo comunitario es muy importante en Canarias. Tras la frenada reforma del Poseí comunitario en la era Ciclos, ¿qué agenda de interés para el sector agrario local está pendiente de desarrollarse este año y el próximo en relación con este programa?

 

Según nuestras informaciones, este año la Comisión tiene previsto presentar el estudio de impacto que tendría la adaptación del Posei a la nueva PAC (en la línea de la frenada reforma de Ciolos), que se acompañará, previsiblemente, de propuestas. Además, el Ejecutivo comunitario (la Comisión) también ha puesto en marcha la evaluación del funcionamiento del programa Poseí hasta 2013, lo que implicará una revisión del programa. Se prevé un segundo semestre del año y un 2016 muy calientes, en lo que al Posei se refiere. De hecho, desde COAG-Canarias tenemos prevista una cargada agenda comunitaria a partir de septiembre.

 

¿Sigue pensando que el Poseí debe ser modificado para buscar un mejor equilibrio en el reparto de la ficha financiera global entre todos los sectores, incluso a expensas de morder algo de los 141 millones de euros por año que hoy tiene el plátano?

 

Lo seguimos pensando... El programa se tiene que modificar. Por un lado, es necesario que el Poseí sea una mejor herramienta para alcanzar el objetivo de incorporar a los jóvenes al campo, para favorecer el empleo, para mejorar la calidad de nuestras producciones y para dar cobertura a nuevos cultivos hasta ahora fuera del paraguas del apoyo público. Desde el punto de vista presupuestario, hay que continuar con el trasvase de recursos del REA a la producción local. Además, es injusto que haya sectores que cobren dos y hasta tres años después que otros. Desde COAG pensamos que esto, además de con ajustes en los
sistemas de apoyo, se solucionaría cobrando todos los sectores el mismo porcentaje de ayuda comunitaria. Para el caso del plátano, el sector seguiría recibiendo los 141,1 millones de euros anuales. Sin embargo, aunque el grueso de la ayuda provendría del presupuesto comunitario, una parte de ella saldría de fondos de Canarias y del Estado, tal y corno pasa ahora con el resto de actividades agrarias. El objetivo final es que todos los sectores tengan cubierto el coste diferencial de producir en Canarias.

 

¿Por qué Asprocan se deja ¿pisar tan poco su terreno y por qué los poderes políticos siempre hacen suyas las directrices de esta organización en asuntos comunitarios que no son exclusivos del plátano?

 

Es evidente que el poder del "lobby" platanero en asuntos agrarios ha traspasado en muchos casos las fronteras de su propio sector y ello ha perjudicado, en algunos casos, al resto de sectores. y todo esto se ha acompañado de una clara complicidad de algunos dirigentes políticos de la Comunidad Autónoma, incapaces de ver la diversidad y complejidad de nuestras actividades agrarias.


Entiendo que la pregunta habría que dirigírsela a esos poderes políticos. Nosotros, como organización que vertebra a agricultores y ganaderos de todos los subsectores, incluido el plátano, hemos intentado trasladar esa
visión multisectorial, demostrando que a los productores de cualquier subsector les interesa que al resto le vaya bien. En ocasiones hemos tenido éxito en esta labor; en otras, no.

 

¿Qué cuestiones serán claves en los próximos cuatro años para garantizar que al menos el sector agrario no siga dando pasos hacia atrás? ¿Cuál es su receta?

 

Son varios los ámbitos en los que habría que centrarse. Por un lado, en lo que respecta al acceso a recursos básicos para la actividad agraria, se requieren acciones que favorezcan el acceso a financiación, a la tierra (esto hay que priorizarlo en instrumentos de ordenación insulares y municipales) y al agua (serán esenciales los desarrollos de los diferentes planes hidrológicos, la mayor parte de ellos ahora en revisión). En el ámbito del mercado, se hace necesario desarrollar una estrategia clara para mejorar la situación del agricultor en la cadena alimentaría, de manera que nunca cobre por debajo de su coste de producción.


Transparentar el mercado, favorecer acuerdos a largo plazo entre los que participan en la cadena y priorizar los sistemas de venta directa son acciones a impulsar. Finalmente, en lo que respecta a los sistemas de apoyo, especialmente al Posei y PDR, es fundamental cumplir con los plazos y cuantías de las ayudas, además de revisarlos para afrontar los nuevos retos (calidad, compatibilidad con el medio ambiente, nuevas producciones…).

 

Por cierto, ¿qué hay de la norma que debe regular las elecciones agrarias para medir la representatividad de sus organizaciones profesionales, un asunto parado una y otra vez? ¿Hay miedo político?

 

Sin lugar a dudas. Esta reforma ha quedado aparcada por enésima vez, 10 que facilita por parte de las administraciones públicas que se tome para cada caso el interlocutor que se prefiera.

 

---» Continúa

 

Fuente: eldia.es/