Lecciones de la Historia Reciente:

Unidad Popular contra las Prospecciones

 

Rukaden Ait Anaga

 

 

Cuando la lucha contra las prospecciones en aguas de Canarias, nos integramos en la marea popular que se oponía a ellas, con muy buen resultado, creo yo, pues constituyó un logro histórico en las luchas sociales en esta Tierra. Apuntaba ya entonces la idea de que los que defienden esta Tierra y a sus gentes de la voracidad insensata de los poderes socio-económicos y políticos, los que siempre coinciden en las mismas luchas, debían formar un frente de lucha común.

 

Está claro que para nosotros es una extensión de la Lucha por la Libertad, pero aunque para el resto de la Sociedad Canaria no lo sea en los mismos términos que para nosotros, sí que es cierto que la confluencia de intereses, en este y otros casos, compartimos muchos intereses con ellos, por lo que sería una insensatez no desembocar en un proceso de consenso, de formación de un “frente” que intente poner coto a la rapiña colonial.

 

Es de sentido común que aprovechemos la oportunidad histórica que nos brinda en bandeja de plata, la incompetencia criminal de esta gentuza; Los que siempre confluyen en las mismas luchas por Canarias y su Pueblo, deben crear un Marco Organizativo común, para poder lograr una mayor efectividad en la lucha. Y para que este marco pueda ser creado, todas las partes tendrían que ceder algo, para poder unir tantas sensibilidades semejntes pero distintas. Es un desperdicio histórico y un suicidio político colectivo no confluir en el más del 90% de las cosas que nos son comunes y que nos unen. Por otra parte, “la convivencia” entre nosotros y las organizaciones ciudadanas con las que habitualmente coincidimos en la calle, en la defensa de Canarias, tarde o temprano producirá sus frutos, y, nosotros aprenderemos a convivir con ellos mediante esta “entente cordial” y ellos comprobarán de primera mano que, ni somos los diablos con rabo y cuernos que dice el aparato colonial, ni estamos tan locos ni somos tan terribles.

 

Por otra parte, abriéndonos hacia la Sociedad que pretendemos concienciar y que nos dé su apoyo, podremos superar las barreras endogámicas que facilitan la división y los malos entendidos, el consenso entre nosotros, tan necesario e indispensable si queremos la consecución de nuestros objetivos políticos. Es necesario que asumamos que, siendo minoría, no podemos seguir con un discurso hacia dentro, sino que debemos exteriorizar la lucha, convenciendo a los demás de que la única forma efectiva con que contamos para ello, es darnos a conocer en los avatares del día a día, en la lucha cotidiana en torno a intereses comunes, es la Autodeterminación, Independencia y Descolonización de Canarias.

 

Pero eso lleva tiempo y nada mejor que la predicación con el ejemplo diario; Pretender imponer nuestro ideario a nuestro propio Pueblo, implicaría una deriva hacia sistemas totalitarios, por un extremo o por el otro, y creo que no recibiremos el apoyo popular necesario si la única alternativa que le ofrecemos es salir de una dictadura encubierta para entrar en una a cara descubierta. Me decía el otro día un compañero, que somos más de lo que parece a primera vista, pero que debido a esa dictadura encubierta que mencionaba, la colonial, la gente tiene miedo de manifestar sus pensamientos y sentimientos, pues como seres vivos, necesitamos comer al menos tres veces al día, pagar gastos, hipotecas, etc., y mucha gente perdería la forma que tiene de ganarse la vida. Este es uno de los grandes hándicap que debemos vencer, el del voto cautivo, “los brazos de madera” que controlan los trillizos de la política canaria [CC, PSOE, PP y los arribistas]; Esta fórmula produce un pueblo temeroso, con miedo a mostrar su verdadero sentir, que no nos mostrará abiertamente su apoyo de buenas a primeras.

 

Por esto, más allá de discursos realistas, de soflamas, llamamientos o anatemas, se impone la cordura de darnos a conocer de otra forma, más cercana, más realista; En definitiva, más humanizada. La radicalidad nacida de la impotencia política que casi todos sufrimos de vez en cuando, no debe ser un obstáculo que nos acerque a nuestros aliados naturales, que son todos aquellos que coinciden en casi todos nuestros planteamientos, aunque sea por motivos distintos. Me pongo de ejemplo, una vez más para no nombrar a nadie, en el sentido de que como ya he manifestado [Y ahí están mis publicaciones], reconociendo y apoyando la idea de Conservación, Restauración y Mejora de nuestros Ecosistemas y Recursos Naturales, no estoy en absoluto de acuerdo ni en cómo se ha “intentado” ni en las formas ni discurso de muchos conservacionistas; Sin embargo, en las prospecciones, la regasificadora y tantos otros temas, con quienes se coincide siempre, en la calle y en las luchas, es con ecologistas y conservacionistas [Que para mí son colectivos distintos], por lo que la lógica y el sentido común coinciden en señalarme que, poniendo en una balanza lo que nos separa, y lo que nos une en el otro, el “fiel”, la agujita señalará indudablemente a esto último, lo que nos une.

 

Por lo tanto, hacia donde hay que tender puentes es hacia esa gente, y quien tenga más capacidad de diálogo, claridad de ideas y razonamientos, conseguirá que sean las suyas el cemento, el aglutinante que amalgame a tantas gentes, con tantas y distintas sensibilidades, en la defensa de sus comunes intereses.

El mensaje es claro: Abrirnos hacia la ciudadanía, los colectivos ciudadanos, con la humildad de quien está tan absolutamente seguro de de sus ideas, que no le importa integrarse con el resto de quienes defiendan intereses parecidos e iguales; Que no teme poner sus ideas a debate, pero que lo hace solo cuando es necesario, y mientras no lo sea solo se ocupa de la causa común y del interés general, como uno más, ni mejor ni peor, dándole tiempo al tiempo y dejando los discursos y predicando con el ejemplo...

 

19 Abril 2015