La Laguna, vacas y ganaderos
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Wladimiro Rodríguez Brito
Estos
son tiempos de valoración y análisis. Tenemos que optimizar nuestros recursos
materiales y humanos, siempre sin olvidamos de nuestro medio; no saldremos de la
actual situación, económica y social con cantos al sol o lamentos.
La
Laguna, con sus vacas y campesinos, es un ejemplo de otra manera de hacer las
cosas. Es el mayor municipio agroganadero de Canarias: cuenta con una
considerable superficie de regadío, pero también con la mayor parte de la
producción de cereal y forraje de Canarias, por no hablar de su ganado vacuno,
que supone el 40% de las vacas de ordeño en las islas occidentales.
¿Qué tiene La Laguna que no tengan otras zonas
de las medianías, como Garafía, Nizdafe o San Mateo? La diferencia principal
está en el aspecto humano. Los ganaderos y las vacas siguen cumpliendo un papel
fundamental, desde las romerías, el arrastre, pasando por la defensa que la
cooperativa La Candelaria hace de la vaca basta, la promoción de productos lácteos
locales (Teisol), la larga lucha por la legalización de las explotaciones
ganaderas y un largo etcétera (fábrica de pienso, matadero ... ). En nuestras
islas, importamos productos lácteos equivalentes a la producción de más de
100.000 vacas; mientras tanto contamos con una cabaña de ordeño de unas 6.000
cabezas, y nuestra cabaña vacuna total no llega a 20.000.
La
actual crisis del sector ganadero en las Islas no la podemos vincular a causas
naturales: está relacionada con las personas, sobre todo con las que han tenido
responsabilidad en la política agraria y en la cultura empresarial. La Laguna
mantiene su actividad gracias a Pedro Molina y a un equipo comprometido en la
lucha diaria frente a la burocracia y a una legislación hecha desde la ciudad,
pero también frente a un REA y unos importadores de productos cárnicos y lácteos
que han aplastado la producción local.
La
agricultura y la ganadería en el nordeste tinerfeño, desde El Sauzal hasta El
Rasario, pueden animar nuestro precario sector primario, generando trabajo,
actividad económica y alimentos frescos. Además, pueden contribuir a la
prevención de incendios en zonas pobladas y rodeadas de vegetación, sobre todo
ahora que las administraciones se ven escasas de recursos.
Las vacas son también el símbolo de la relación entre el campo y la ciudad. En Holanda tienen más de 25 vacas por cada 40 habitantes; aquí tenemos una para cada 40 laguneros, pero aún así son numerosas las quejas y denuncias que soportan los ganaderos. La Laguna puede ser una referencia de otra manera de hacer las cosas. Cada día se incorporan más jóvenes a las actividades agrarias, y es una tendencia que tenemos que fortalecer. El campo y el medio ambiente tienen mucho que ver con la ganadería. Tener una vaca por cada fanegada de tierra labrada garantiza mayor estabilidad social y ambiental, y genera actividad económica y empleo. Tenemos caminos para luchar contra la crisis. Cambiemos de modelo.
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