Hermanos
de leche
«»
Francisco García-Talavera
Casañas
Cada
30 de enero, el Partido Nacionalista Canario (PNC) conmemora la fecha de su
fundación en La Habana (1924), siguiendo los ideales del honorable padre de la
patria canaria, Secundino Delgado. Y así, hace unos años, varios miembros de
este casi centenario partido nos desplazamos a Arafo para visitar la casa en la
que vivió una larga temporada con su familia nuestro prócer. Parecía que
finalmente se iba a hacer justicia con la memoria de tan insigne luchador por
las libertades del pueblo canario, ya que, promovidas por el consistorio
arafero, se estaban realizando obras de restauración y acondicionamiento del
que fuera su hogar, en una de las épocas más felices de su vida, para ser
dedicada a un museo en su honor.
Al finalizar la visita, cuando descendíamos por la empinada
calle del General Franco -hoy, afortunadamente, calle de La Libertad, su antiguo
nombre-, alguien que nos acompañaba nos dijo que hiciéramos un alto, unas
casas más abajo, porque allí vivía un familiar de Secundino y así podríamos
aprovechar para conocerlo y saludarlo. Se trataba de Manuel Hugo Delgado
Morales, su sobrino nieto, quien nos acogió, como buen arafero, con un vaso de
excelente vino. Y en medio de la distendida conversación en la que nos
manifestaba que se sentía orgulloso de su ilustre antepasado, al enterarse de
mi nombre me dijo: "Tu hermano Juan es mi hermano de leche".
El caso fue que mi padre -al ver que el niño estaba
muy mal, y encima su madre no podía amamantarlo porque carecía de la tan
necesaria e inmunizadora leche materna- le dijo que no se preocupara, que su
mujer (mi madre) estaba dando de mamar a su hijo y que le sobraba leche. Que le
llevara al niño a su casa, que ella lo amamantaría. Y así fue por una
temporada, hasta que el bebé afortunadamente se repuso.
Lo
primero que hice al ver a mi madre (mi padre ya había muerto) fue comentarle
tan emotiva y altruista anécdota. A continuación me dijo: "Paco, es que
eran otros tiempos... Antes la vida era más sacrificada pero más natural, más
tranquila y había más ternura y sentimiento... ¿Si no, por qué crees que le
dieron el título de Hijo Adoptivo de Arafo a tu padre?". Y, para mi
sorpresa, añadió: "El hermano de leche de aquel niño eras tú, no
Juan". Efectivamente, eran tiempos en que el juramento hipocrático de los
médicos se llevaba más a flor de piel... ¡Cuántas veces vi a mi padre llegar
a casa agotado y pálido, tras donarle y transfundirle su propia sangre (era
hematólogo transfusor) a un enfermo que lo necesitaba!
Desgraciadamente,
Manuel Hugo Delgado falleció hace pocos días, a los 69 años, pero aquel
bondadoso acto de mis progenitores me sirvió para reflexionar y darme cuenta de
que en la vida lo más importante es la salud, y teniéndola, entonces debes
buscar la mejor manera de ser feliz, lo cual comienza por hacer felices a los
demás, empezando por nuestro entorno. No es tan fácil, pero se puede lograr
con buena voluntad. Así nos iría mucho mejor. Se trata, en definitiva, de no
complicarnos la existencia con el materialismo tecnocrático de este enrevesado
mundo y de ser éticamente más humanos.
A
veces es bueno armonizar razón y corazón. En la política también.
---»
Artículos
de Francisco García-Talavera Casañas
publicados
en elcanario.net y en elguanche.info