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A los amigos que hablan raro
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Iván Suomi
-“¡Claro
chiquillos! Eso hacemos como queráis”
Cuando te contesta así una persona de mediana edad que
conoces hace más de diez años, que ha nacido y desarrollado su vida en Gran
Canaria y que antes jamás habría dicho “queráis“,
es que algo muy raro está pasando.
En
Canarias cada vez hay más gente que habla raro. Rarísimo. ¿Que cuál es el
problema? No, ninguno, por mi parte hable cada cual como le dé la gana. Pero no
me hagan ahora como si hablar trafullado y de manera incoherente fuera de
repente totalmente aceptable, correcto y normal. Porque normal no es. Correcto,
tampoco. No, es que “es la
evolución normal del idioma“, como me dijo el otro día un afectado por
el misterioso síndrome, ignorante el pobre de que el idioma evoluciona
precisamente en sentido contrario: de los más de cuatrocientos millones de
hablantes que tiene el español, ya usan la forma “queráis”
nada más que 44 millones, y bajando.
Sí,
ya sé que en La Gomera, La Palma, El Hierro o incluso Tenerife todavía quedan
personas que hablan un canario algo más arcaico y que usan la segunda persona
del plural. Eso también es hablar canario, sí. Pero y digo yo: todos esos que
ahora de buenas a primeras meten con calzador “queréis“,
“veréis” sin haberlo
hecho nunca antes ¿lo hacen como homenaje a gomeros, herreños, palmeros o
tinerfeños? ¿Se les pegó después
de pasar las vacaciones en La Restinga o en La Alojera? ¿Verdad que no?
Dejen
de darse por aludidos esos hablantes de canario algo más arcaizante porque la
cosa no va con ellos. Yo me dirijo a esos que ahora meten un “vayáis“,
un “hacéis” alegremente,
eso sí, cuando se acuerdan, que no es todo el tiempo, con lo que el potaje
resultante es de campeonato. ¡Qué necesidad! O casi mejor: ¿qué necesidad?
Lo pregunto abiertamente. Porque a lo mejor es que los canarios que no le vemos
ni pies ni cabeza al bailoteo verbal de ustedes nos estamos perdiendo algo. A lo
mejor hablan así ustedes porque han detectado una ventaja que se nos ha pasado
a trescientos cincuenta y pico millones de hispanohablantes, despistados que
somos.
No
será que así creen expresarse mejor, ¿verdad? No creerán que hablar así es
más correcto, más adecuado. Seguro que no, porque eso sería sencillamente
ponerse en ridículo, hacer el totorota. No, tiene que haber una razón, una
ventaja insospechada oculta en los “queráis“,
“veréis“, “hacéis“,
“vais“. Pero… ¿cuál?