Los guanches y los plátanos

 

Wladimiro Rodríguez Brito *

 

 

Estas líneas pretenden ser un reflejo de una situación que sufre un amplio colectivo de agricultores plataneros, que, al igual que en un pasado reciente los tomateros, tienen serios interrogantes en el futuro de esta tierra. Muchos de estos puntos débiles son de cosecha propia y es en este plano en el que hacemos los siguientes surcos.

 

En el norte de La Palma nació una cooperativa (Agricultores Guanches) ante una situación de atropello en los últimos años del franquismo. Dicha cooperativa surgió en la lucha de una causa noble por un amplio colectivo olvidado y maltratado por los estamentos dominantes en dicha época.

 

Hoy dicha cooperativa supone más del 13% de los agricultores plataneros de Canarias, con un 5% de la producción total de las Islas, con implantación en la mayor parte de los municipios de La Palma. Valga como referencia que La Palma significa algo más del 35% de la producción platanera del Archipiélago, con algo más del 50% de los agricultores de la Isla. Es decir, como vemos, domina la pequeña propiedad con producciones medias de 20 y 30 toneladas por familia.

 

Estas líneas son un reflejo de la preocupante situación que sufre el sector en estos momentos, pues los precios de las 13 últimas semanas no alcanzan en la mayor parte de los casos los 20 céntimos de euro de media y en todo lo que va de año, en contadas ocasiones, han superado los 40 céntimos. No olvidemos que los costes de los agroquímicos, agua y demás superan en muchos casos los precios de venta de los agricultores.

¿A qué se debe esta situación? Hemos perdido parte de la cuota del mercado peninsular y tenemos una deficiente organización al frente de los plátanos en Canarias, en la que Asprocan tiene muchos puntos débiles, como ponen de manifiesto los siguientes datos. En estos meses hemos "picado" más de 11 millones de kilos, de los que se han enviado al Banco de Alimentos algo más de 2 millones y el resto ha tenido un destino lamentable. En el caso de Agricultores Guanches, la "pica" ha superado los 830.000 kilos y han destinado al Banco de Alimentos unos 200.000 kilos. Es decir, el 10% de los plátanos que han ido al Banco han salido de la mencionada cooperativa.

 

Es difícil explicar la insolidaridad interna que sufre el sector y, en particular, los cultivos al aire libre, como es la mayoría de la producción de la cooperativa. Es decir, el 30% de la superficie en invernaderos generan más de la mitad de la producción; es más, el 5% de los plataneros -menos de 400 explotaciones- controlan más del 50% de las ayudas comunitarias.

 

En buena lógica, el fondo de solidaridad del sector debería de tener otra distribución, en la que los cultivos al aire libre y la producción entre marzo y octubre, como es el caso, tengan un tratamiento diferenciado en los fondos de ayuda comunitario, ya que en todo momento, en la Unión Europea se habla de la agricultura como paisaje, como medioambiente, como sentido social, cosa que reúnen la mayor parte de los cultivos en la Isla Bonita, y en particular en la zona norte y áreas cultivadas en las medianías del sur.

 

Plátanos y tierras baldías

 

Como bien dice el economista Juan Nuez, hemos perdido en los últimos años varios miles de agricultores de plátanos, sobre todo, pequeños agricultores con menos de 20.000 kilos, pasando de los más de 10.000 campesinos cuando entramos en la Unión Europea, a situarnos en 7.500 en estos momentos. Nuez sitúa, de esta forma, una pérdida de más de dos agricultores a la semana en Canarias, en la que por primera vez vemos en los campos del norte de La Palma tierras abandonadas que estaban cultivadas hasta hace unos años. Nos tememos que con la actual situación muchas de las tierras que se están trabajando en estos momentos se abandonarán en los próximos años.

 

Por lo tanto, estas líneas quieren crear las condiciones de compromiso para hacer las cosas de otra manera, en la que el futuro de nuestro cultivo dependa en gran medida de una solidaridad interna, que a su vez redistribuya los ingresos que genera el sector, con un compromiso que entra en los planteamientos tan cacareados de la solidaridad, del paisaje, de la agricultura y de la sostenibilidad de la población en el mundo rural, de la creación de riqueza social y ambientalmente.

 

Eso está en nuestras manos y no en lamentarnos, puesto que Asprocan y otros responsables políticos no han actuado este año con estos planteamientos. En ese sentido, hay que señalar que la defensa que hizo el Partido Popular de la ayuda al transporte Canarias-Península ha sido papel mojado, ya que los costes de los plátanos enviados por los agricultores canarios al Banco de Alimentos han sido sufragados por los propios campesinos, que han regalado los plátanos y encima han tenido que pagar para llevarlos a la Península, por lo que tampoco nos extraña los precios de ruina que han recibido por sus producciones.

 

 

* DOCTOR EN GEOGRAFÍA POR LA UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA

 

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