¡O se va en la dirección correcta
o se sigue manteniendo el estatus de
indefensión!
Isidro Santana León
[…
el Gobierno de Canarias no quiere denunciar este hecho de injerencia en una
latitud que España no tiene legalidad, evadiendo recurrir a la Declaración del
Mar de Montego Bay de 1982 o al Comité especial de descolonización de las
Naciones Unidas, con el fin de que fije un calendario de descolonización
acordado entre la metrópoli y el país sometido, Canarias, única forma de
pararle las patas al abuso colonialista español sobre el pueblo canario…]
En primer lugar, quiero desearle una
pronta recuperación a la activista italiana envestida y lesionada por la
fuerzas de ocupación del colonialismo español en Canarias.
Por otra, quiero denunciar la farsa que se
está haciendo con este asunto del petróleo y cómo se está manipulando al pueblo
canario. El Gobierno de Canarias ha litigado el asunto de las
prospecciones en una sola dirección, a sabiendas que iba a llegar al
mismo sitio –a ningún sitio– porque ha usado la vía
de las administraciones y tribunales del Reino, que son juez y parte.
Sencillamente han echado manos del marco colonial para defender los derechos
legítimos de los canarios que, como vamos viendo, el sistema colonial se lo
pasan por el túnel de Tenoya. Si ha elegido esta ruta
de litigio y no la del marco internacional, es, precisamente, porque todos los
partidos que han gobernado y cogobernado Canarias están sujetos a chantaje por
parte de la metrópoli, por los subyacentes casos de corrupción y estafa que han
cometido con el pueblo canario durante todas las legislaturas.
Para que este paripé adquiriera
credibilidad, el Gobierno de Canarias hecha manos de algunos grupos
ecologistas, principalmente de Ben Magec, por su
aparente sensibilidad con el medio ambiente y la relevancia que, sin
conocimiento, el pueblo le ha dado por su frustradas heroicidades. Lo que no
sabe nuestra gente es que, aprovechando el descontento con el asunto que
tratamos, el presidente Paulino y sus adláteres del
partido, se reúnen con este grupo de jardineros y con otros que juntos podrían
tener tirón de las masas, haciéndolos organizadores y dirigentes de las futuras
“batallas” que se emprenden. (Manifestaciones, concentraciones, escritos a los
tribunales corruptos europeos y demás). Lo curioso del caso, es que los
protagonistas de este circo que se hace llamar asambleario,
no son los colectivos sociales, sino que éstos están manipulados por el grupo
que se reunió con Paulino, personaje que marca las directrices de la
estrategia. Tengo que decir, que estos dirigentes ecologistas trabajan en las
administraciones públicas, como es el Gobierno autónomo, tal es el caso de José
León –enchufado en Patrimonio del Gobierno de Canarias–,
Eugenio Reyes –en el Jardín Botánico o canario– y un
sinfín de topos de CC y grupúsculos oportunistas que se han invitado a la
fiesta de los réditos electorales.
Como añadí anteriormente, Paulino no
quería enfrentarse al problema real –a España– y
encaminó la lucha por una senda únicamente ecologista para evitar que Canarias
alcanzará sus derechos en los tribunales internacionales, porque todos los
grupúsculos y testaferros ecologistas viven muy bien con el colonialismo
español. Desde hace tiempo, he dicho que se le acabó el hilo a la cometa porque
la ruta elegida era una andadura en círculo. Por ello, sabedor y quizás
colaborador del pacto, sale el ministro Soria –con la arrogancia que le caracteriza– diciendo que la armada actuó legalmente contra
el barco de Greenpeace, cuando las fuerzas de ocupación –valga esta iteración– están actuando fuera de su frontera,
contraviniendo la legalidad internacional en aguas de otro continente, como es
el mar de Canarias que se han apropiado de forma unilateral.
Todo porque el Gobierno de Canarias no
quiere denunciar este hecho de injerencia en una latitud que España no tiene
legalidad, evadiendo recurrir a la Declaración del Mar de Montego Bay de 1982 o
al Comité especial de descolonización de las Naciones Unidas, con el fin de que
fije un calendario de descolonización acordado entre la metrópoli y el país
sometido, Canarias, única forma de pararle las patas al abuso colonialista
español sobre el pueblo canario. No sólo es Soria el traidor: traidores son
todos estos partidos españoles y coloniales que nos gobiernan en Canarias, que
en su momento estuvieron y están a favor de las prospecciones, ya que coadyuvan
a que nuestra nación se perpetúe en un estatus antinatural, regresivo, de
sometimiento y saqueo; impidiéndonos que seamos los canarios quienes dirijamos
nuestro destino, quienes vertebremos nuestra economía y quienes nos
relacionemos con quien nos dé la gana. Por todo ello, digo que tiene que ser el
pueblo canario, apartando a este gansterismo de
medianeros ultraperiféricos, quien tome las riendas de su destino. Que sepan
que la primera barrera para saltar el abuso del colonialismo está en estos
caciques, trepas, corruptos, arribistas y desclasados que tenemos en la
colonia. ¿No resulta contradictorio que Ben Magec tenga
una lucha en contra el puerto de Granadilla y contra el catálogo de especies
protegidas, contra Tindaya (que por cierto, en un
periódico amarillo de hoy leo que el Gobierno de Canarias va a poner en marcha
el proyecto Chillida, pues con la construcción
quieren que el pelotazo que han dado quede en política de hechos consumados) y
ahora aparezcan de la mano del Gobierno de los Canallas? Claro, ¡barriguita
llena corazón contento! En el mismo periódico amarillo pálido de hoy, leo que
el Gobierno colonial se va a quejar al ministro de Defensa de España por lo
ocurrido con los activistas de Greenpeace –quejarse como las…, es a lo más que llegan– y que CC ya destina como candidato al cabildo de
Lanzarote a Pedro San Ginés. Es lo lógico, para eso se han hecho protagonistas
del montaje más asqueroso que pueden ver los ojos que atraviesan la apariencia.
La campaña les va viento en popa, pero Canarias y su pueblo se hunde con esta morralla lumpeniana,
mayordomos del colonialismo español. ¡Pobre pueblo canario!
17/11/ 14
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