DIGNIDAD Y FIRMEZA EN NUESTRA LUCHA LIBERTARIA

 

«» Edilberto Rodríguez Morales

 

   No solo como canarios, sino también desde la perspectiva de quienes han decidido vivir en Canarias, corresponde hacer ya un ejercicio solidario de integración, de coherencia política y económica: implicarnos conjuntamente en erradicar de una vez la dependencia enfermiza que enriquece a las multinacionales y humilla a la clase trabajadora; aborrecer a una clase política miope y marrullera, ajena a nuestra realidad geográfica y a las dificultades de subsistencia alimentaria y pobreza que se vive en estas islas. Converger hacia la independencia de nuestra nación colonizada.

 

   Parece razonable que no sabiendo ponernos de acuerdo en defender a una sola voz los intereses económicos y políticos de Canarias, la clase trabajadora, por su cuenta y riesgo, haya ido simultaneando indistintamente su voto al PP, PSOE, IU, CC y a otras organizaciones minoritarias esperando de cualquiera de estos partidos más pronto que tarde alguna luz. La previsible y cruda realidad es que hasta la fecha ninguna de estas fuerzas políticas han podido evitar que nos sigan descapitalizando y empobreciendo: mayor tasa de parados; salarios y pensiones las peor pagadas del Estado español, etc.

 

   Ni siquiera “PODEMOS”, ni gane quien gane las sucesivas elecciones, podrá dotarnos de infraestructuras modernas que diversifique y mejore la economía de esta tierra por muchos proyectos ilusionantes que nos propongan, salvo si esas propuestas se realizan después de haberse alcanzado la independencia política y económica de estas islas. Pues de no haber otra alternativa que supere a esta, tampoco habrá otra situación posible. Nada más lejos pensar que será la lucha de clases quien determinará nuestro proceso libertario o que ejecutivos de la Marca España “confundiendo” Estado con Empresa vayan a desprenderse de buen grado de su colonia africana porque seamos todos marxistas. Quizás más bien sea porque por alguna razón desconocida se trate solo de una estrategia bien orquestada para no compartir este proceso LIBERTARIO.

 

   Nuestra prioridad no debe ser ganar las elecciones y ser protagonistas cada cuatro años de una victoria pírrica a base de proponer ayudas y subvenciones a los ciudadanos. Esa lealtad política ya está muy vista. Nuestro punto de mira tiene que ser ganar el pan con el sudor de nuestro esfuerzo, luchar por la Descolonización inmediata de Canarias, obligar al Estado español que cumpla la legalidad que contempla el Derecho Internacional; que los canarios podamos sentir la seguridad que nos garantiza un referente unitario de masas, poder aspirar a un modelo de sociedad igualitario, poder distribuir equitativamente el producto de nuestras riquezas entre todos los que aquí vivimos tal como así lo entiende los ciudadanos de Dinamarca o Noruega y la gran mayoría de los países anglosajones.

 

   Para un observador neutral, la negativa persistente en llegar a acuerdos unitarios entre diferentes fuerzas soberanistas en ámbitos culturales y políticos, así como dar al traste con la creación de una Sociedad Civil en Defensa de los Intereses económicos de Canarias, o desentenderse de las ventajas de poder integrarnos políticamente en el Movimiento de Liberación Nacional de Canarias (MLNC), llegará rápidamente a la conclusión de que ninguna de estas organizaciones lideran convenientemente la lucha por la Descolonización e Independencia del Archipiélago Canario.

 

   Es evidente que no ir más allá del mal uso de las redes sociales, olvidar la calle; incapaces de cortar de raíz expresiones fuera de lugar e irrespetuosas por mantener criterios divergentes en estos medios por desconocidos provocadores con identidad falsa que en nada ayuda a fidelizar adeptos, salvo sentir vergüenza ajena, plantearnos volver de nuevo a la clandestinidad. De ahí radica la importancia de crear asambleas educativas en todos los barrios o en cada isla, corregir planteamientos equivocados, defender un discurso básico y elemental, poder delegar en los comités de base la capacidad de  autogestión. No esperar cien años a la formación de verdaderos estadistas revolucionarios que tengan suficiente mano izquierda, lideren y llamen a la Abstención Militante y a la Desobediencia Civil, a la No-Colaboración No-Violenta; poder alejarnos del buen rollito de los trileros de la retórica para colonizar las instituciones, tal como pretendía Pablo Echenique con PODEMOS cuando no era el momento.

 

¡Canarias libre e independiente!

 

Taco, 29 de Noviembre de 2014

                  

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