El Día del Agua en Canarias

 

Wladimiro Rodríguez Brito *

 

  

  Hemos celebrado esta semana una efeméride muy significativa, el Día del Agua. Naciones Unidas han establecido esta celebración de la cultura y la gestión de uno de los recursos más valiosos que ha condicionado la historia de la humanidad[1]. Todos dependemos de su abundancia y calidad. Se ha premiado internacionalmente la buena gestión del agua y las prácticas que garanticen su sostenibilidad, siendo como es el agua fuente de vida. En Canarias, hemos ignorado tal efeméride; esta fecha ha pasado sin pena ni gloria. Hemos olvidado totalmente nuestra historia y cultura, la referencia de un pueblo que ha luchado con sacrificio para obtener el agua que la naturaleza nos ha negado.

 

  En Canarias contamos con más de 1.000 galerías con 2.000 kilómetros perforados, obra del ahorro y el trabajo de nuestro pueblo. Un metro de galería cuesta hoy entre 2.000 y 3.000 euros, dependiendo del lugar, la profundidad y el contenido de gases de ésta; ello supone entre 4.000 y 6.000 millones de euros de coste actual de perforación. También contamos con algo más de 4.000 pozos y con canales que recorren gran parte de los montes y barrancos de las Islas, infraestructuras realizadas con muchos esfuerzos y sacrificios.

 

No podemos permitimos olvidar nuestra cultura alejamos de nuestro entorno: la realidad condiciona nuestro presente y nuestro futuro. La gestión del agua nos resulta fundamental, económicamente y sanitariamente. Lamentablemente, contamos con una red de distribución envejecida, con pérdidas en numerosos municipios de más del 50% del agua que entra en los depósitos. Tenemos numerosos canales que suministran agua "potable" a cielo abierto, por no hablar de esa asignatura pendiente que es la red de alcantarillado y las estaciones de depuración de aguas urbanas; de los 200 hectómetros cúbicos (hm3) de agua que usa la población y las zonas turísticas, reutilizamos en agricultura y jardinería solamente el 20%.

 

El agua en Canarias es un punto negro en nuestro sistema educativo. Necesitamos otra cultura del agua, la que valore un bien tan valioso en un entorno tan árido como el nuestro. En las Islas, hay una relación directa entre agua y energía, energías fósiles que pagamos en dólares. El espejismo de la tecnología nos hace olvidar nuestra dependencia: las más de 300 desaladoras nos aportan unos 200 hm3 anuales, pero funcionan casi todas con energías fósiles, siendo poco significativas las que funcionan con energías renovables.

 

Como bien dice el secretario de la ONU, Ban Kimoon, la creciente desigualdad mundial también tiene que ver con el agua, está agudizada por el cambio climático, la urbanización y los consumos excesivos de energía y recursos naturales. El agua es clave en el crecimiento económico y el desarrollo social. No olvidemos la cultura del agua de nuestros padres y abuelos. Evitar el derroche evita desigualdades y nos dignifica como pueblo. El agua es el recurso más esencial de la vida.

 

[1] Día mundial del Agua y Desarrollo Sostenible

 

* DOCTOR EN GEOGRAFÍA POR LA UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA

 

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