Ritos y leyendas guanches
Dibujo de Leonardo Torriani que representa a dos antiguos
canarios en un desafío
Acostumbraban
los antiguos canarios a desafiarse en duelo durante las celebraciones.
Seguramente basado en Leonardo Torriani o Abreu Galindo, Sabas Martín nos
describe estos duelos en su libro Ritos y leyendas guanches: "antes del
duelo los contendientes ungían sus cuerpos con grasa de animales. Los guayres,
consejeros de guerra, tenían que otorgar el permiso para la lucha. El faycán (sacerdote) confirmaba luego ese permiso,
concedido sin dificultad, y era entonces cuando podían ya descender los rivales
a la palestra acompañados de sus amigos y familiares que ejercían el papel de
testigos.
En el estadio se levantaba cierto terraplén para
que la multitud contemplase las evoluciones del combate. En los extremos se
hallaban dos piedras llanas de media vara de ancho. A ellas se subían ambos
adversarios, armado cada uno de un largo garrote que remataba en porra. Portaban
también tres guijarros redondos y lisos, y lajas afiladas de pedernal. Sobre
los pedestales, sin sacar ni mover los pies, debían parar o esquivar las
pedradas y golpes del contrincante, atacando alternativamente una vez cada uno.
Empezaban lanzándose los guijarros, y causaba
asombro ver la facilidad con que sabían hurtar el cuerpo a las piedras
arrojadas violentamente a tan corta distancia. Acabados los guijarros, tomaban
la laja de pedernal en una mano y en la otra el garrote. En ese momento se
aproximaban más y comenzaban a embestirse. Pese a las heridas, largo rato
continuaban descargando golpes y evitándolos con hábiles quiebros hasta
cansarse. Entonces se retiraban un poco, se enjuagaban el sudor y sus acompañantes
les traían de comer y beber. Tras el breve descanso reanudaban el combate.
Cuando a alguno de los contendientes se le rompía el garrote o los espectadores
se mostraban satisfechos de su valor, un guayre gritaba: - gama, gama - (basta,
basta). Así cesaba la lucha y así crecía su crédito de hombres
valerosos".
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