El dedazo de Pablo Iglesias y las conductas antidemocráticas
«» Pablo Jerez Herrera
Acaba el día 7 de julio y minutos antes me he enterado que en las redes
y en algunos medios circula la información de la lista del “gran líder”,
el que está llamado a ser la salvación de
España, ese joven profesor que se hizo famoso por poner su “careto”
como logotipo electoral o identificación de papeletas en las pasadas elecciones
para el parlamento europeo, que curiosamente tiene el mismo nombre de uno de los
fundadores del PSOE.
La lista ya llegó. No me importa la ristra de rescatados de la vieja política
que aparecen en ella. No me importa el contingente de miembros del aparato de un
partido centralista y centralizado que vienen a significarse como candidatos de
Podemos. Me importa más el gesto tremendamente educativo que desvela el
significado de democracia que tiene el núcleo dirigente o élite del movimiento
político que ha dejado vacíos a sus famosos círculos. Me importa mucho más
la operación puesta en marcha, en verano y a toda prisa, como Rajoy con los
Presupuestos, que desvela una intención clara de poner “palos en las
ruedas” a la participación democrática en los procesos de Primarias. Y yo
les digo: no es suficiente parecerlo, es muy importante demostrar que ustedes
son demócratas. Sí, se lo digo a esos que se reúnen en Madrid y se toman la
molestia de ir a Cataluña, Euskadi o Galicia a buscar pactos de no confrontación
electoral con suficiente tiempo de antelación, pero no dan oportunidad a los
suyos a organizarse y competir democráticamente, sin trampas de calendario y
desprecio a las realidades territoriales y de identidad nacional como ocurre en
Canarias.
Creo que desde una visión crítica de la historia hay dos maneras, entre
otras, de poner en entredicho a Stalin y al “estalinismo”, una es por la
represión que ese dirigente de la Unión de Repúblicas Soviéticas ejerció
sobre sus oponentes, y la otra es por el control férreo que ese personaje llevó
a efecto en el partido Comunista. En su tiempo, el estalinismo ya había
practicado con mucha dureza lo que Alfonso Guerra resumió en una frase: “el
que se mueva no sale en la foto”. Sí, es verdad, eso se decía en los tiempos
del “cambio”, en los que el PSOE era hegemónico. Pues bien, que nadie crea
que Pablo Iglesias y los suyos tienen elementos de comparación con Stalin y los
estalinistas, pero, sin embargo, sí creo que la selectividad anticipada y teñida
de amiguismo deja muy clara la intención de abandonar a la deriva a miles de anónimos
ciudadanos y ciudadanas que creyeron que podrían ayudar a construir un proyecto
político nuevo.
Canarias.
8 de julio de 2015.