Cultivando tabaibas

 

«» Wladimiro Rodríguez Brito *

 

 

[…Cultivar tabaibas en nuestras vías públicas demuestra un supuesto planteamiento ambientalísta para reducir el impacto de las inversiones millonarias; más bien parece intentar cumplir con el expediente sin tener en cuenta el entorno natural y rural. Es una falta de respeto a la cultura rural y al sentido común gastar importantes recursos en plantar vegetación que crece de forma natural a escasos metros, formando formidables tabaibales que, de forma natural, colonizarían dichos espacios en unos meses…]

 

   Ante la crisis actual, los recursos públicos deben aplicarse de manera eficiente, pensando siempre en el bien común. Nos cuesta explicar que en La Palma las administraciones públicas cultiven tabaibas, haciendo viveros y preparando los bordes de las carreteras entre Barlovento y Los Sauces. Se llega al extremo de regar con cubas y poner riego automático a dichas plantas, así como a berodes, bejeques, siemprevivas, brezos, vinagreras, etcétera. No se puede consentir que frutales cuidados con esmero por nuestros campesinos mueran ahogados por las zarzas, o que seamos incapaces de controlar la invasión del rabo de gato, mientras que dedicamos importantes recursos a viveros de especies, que, si bien están protegidas, en la mayoría de los casos no se encuentran amenazadas. Mantengamos nuestro patrimonio antes que cultivar especies que crecerían por sí mismas en dichos espacios.

 

   Cultivar tabaibas en nuestras vías públicas demuestra un supuesto planteamiento ambientalísta para reducir el impacto de las inversiones millonarias; más bien parece intentar cumplir con el expediente sin tener en cuenta el entorno natural y rural. Es una falta de respeto a la cultura rural y al sentido común gastar importantes recursos en plantar vegetación que crece de forma natural a escasos metros, formando formidables tabaibales que, de forma natural, colonizarían dichos espacios en unos meses. Históricamente, nuestros campesinos eliminaban las tabaibas de las tierras de cultivo por ser inútiles en la actividad del medio rural. Actualmente, dado el abandono del campo, las tabaibas ocupan posiblemente la mayor superficie de los últimos 500 años. Las zonas bajas de las islas, antaño pastos o tierras de pan sembrar, están ocupadas por densos tabaibales.

 

Si pensásemos en el aspecto estético, hay numerosas especies adaptadas a las zonas áridas y a suelos pobres que ya crecen en nuestros campos. Almendros, higueras, tuneras, otros frutales con más requerimientos de humedad, como nísperos o naranjos, o algunos árboles de la laurisilva ya crecen en dichas áreas, y son tan nuestros como las tabaibas, dando un mayor valor estético con el mismo coste o incluso inferior.

 

Se está ignorando y marginando la cultura rural y todo un amplio nivel de conocimientos del hombre con la tierra, en un medio tan humanizado como el norte de La Palma. Allí el paisaje es un valor fundamental, y en el entorno de las carreteras se deben preparar miradores, con lugares para aparcar y contemplar el entorno, en los que se asocie paisaje, cultura y naturaleza; donde una tunera o un moral no son menos bellos que una tabaiba o un berode. Lo que tenemos hoy en crisis es la cultura del campo y una historia cargada de trabajo, de esfuerzo y de sabiduría. Hemos de revalorizar y dignificar la relación del hombre con el medio. Las plantaciones de tabaibas son un desprecio al sentido común. Los presupuestos públicos no han de malgastarse, sino ser inversiones de futuro.

 

* Doctor en Geografía por la Universidad de La Laguna

 

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