Contra
la crisis, laicismo
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Pedro M. González Cánovas *
Por suerte no soy yo sólo, sino que coincide mucha gente conmigo y
nos escandalizamos juntos cuando vemos que el dinero público se va al fondo de
las arcas eclesiásticas. ¿Hasta cuándo va a durar este impuesto
revolucionario que no cesa ni en plena crisis?
Ahora hablamos de la crisis de las personas, la crisis
familiar o social que vivimos, por ejemplo, en Canarias. Y claro, es que no hay
mejor ejemplo. Seguramente por un estatus colonial que ha ido adecuándose a los
tiempos, pero perdura hace más de 500 años, situando a Canarias en la cabeza
del Estado español y de Europa, si nos ponemos a comparar. A la cabeza en
pobreza, en sueldos más bajos, en paro, en empleo precario, en porcentaje de
desahucios y, lo más posible que también en nivel de suicidios y
hambruna. Por duro que le parezca a los más acomodados esto lo pueden verificar
en cualquier estadística, no es ficción: "La (colonia) ultraperiférica
de Canarias a la cabeza en explotación humana".
Como contradicción, retomamos, se va generosamente dinero público a
fondo perdido para restaurar el bien patrimonial de la iglesia católica. Y no
poco dinero, como es el caso de la Catedral de La Laguna, que se ha llevado
miles y miles de euros de las distintas instituciones. O, lo anunciado el pasado
mes por el Cabildo y Ayuntamiento lagunero, en cuanto a "inversiones"
de la Institución Insular de 238.000 euros para
la cuarta fase de la rehabilitación del Convento de Santa Catalina de Siena y
254.000 euros para la segunda fase de la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán.
Ahora preguntémonos ¿con medio millón de euros a cuantos niños se les podría
dar de comer en verano?
No quiero entrar en las propiedades que tiene inscritas la iglesia católica,
sin pagar siquiera impuestos y totalmente abandonadas. Mientras que fuera de las
iglesias las carencias y la miseria se palpan hoy más que nunca.
Para mí, quién gobierna sometido a pagar a los más ricos, a afrontar
con el dinero público este "impuesto revolucionario" no lo hace para
el Pueblo. Cuando de verdad quieran cambiar la situación tendrán que hacerlo
justo a la inversa, repartiendo lo de los que tienen de sobra entre los que no
tienen nada. Aunque, ahora que caigo, ¿no debería estar en esa línea la
iglesia católica? Ya, pero es de ilusos que sea de esa manera, cuando saben que
todos los días todas las personas tienen que comer. Por lo interpreto que cada
día que pasa son poco menos que culpables, o por lo menos cómplices de los que
no son capaces de partir un pan, para saciar el hambre de un semejante.
Se acercan elecciones. Es hora de aclarar planes de futuro de las
distintas opciones políticas. De hacer promesas para incumplirlas, como ha
hecho el PP o como hizo más atrás el PSOE, de alimentar el nacionalcatolicismo
canario de CC. O para ponerse serio y favorecer que la sociedad empiece a
cambiar de forma pacífica. Porque ante tanta violencia social, por parte de las
instituciones y sus cómplices, se puede propiciar la "tormenta
perfecta". No hay que ser vidente para preverlo, pero si muy cruel para
pretender que esto siga igual.
*
Miembro de Alternativa Nacionalista Canaria
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publicados en El Guanche y en El Canario