Construyendo la Unidad; La Asebiyah

Nessa Achaman

 

[…Tenemos que tomar consciencia de que nuestros compatriotas son el trozo de humanidad con el que nos ha tocado compartir vida y experiencias, asumiendo la responsabilidad de cuidar sobre un trocito del planeta, y reforzando nuestro sentido de pertenencia y de comunidad…]

 

 

Anhelamos la empatía que produce la unión, la unión que nos hace formar parte de algo mayor que nosotros mismos nos energiza, el formar parte de algo mayor de nosotros mismos que nos da seguridad y la seguridad que nos hace superar el miedo. Pero realmente ¿sabemos en Canarias como se construye la unidad? pues visto lo visto parece que va a ser que no.

 

A muchos le han contado el dilema del prisionero. La policía detiene a dos ladrones pero no tienen pruebas, por lo que les ofrecen a cada uno el testificar contra el otro y salir libre. Al final los dos testifican contra el otro y los dos van a la cárcel. Este ejemplo trata de hacernos entender el valor de la cooperación, si ninguno de los dos hubiera traicionado al otro los dos estarían libres o cumpliendo una pequeña condena a lo sumo, en cambio al traicionarse los dos cumplen la máxima condena.

 

Pero es que la solución óptima del dilema del prisionero no es esa. La solución óptima desde un punto de vista individual no es cooperar con el otro. La solución óptima es ir de listo y engañar al otro para que haga el primo y coopere contigo mientras tu lo engañas..., una y otra vez...., una y otra vez. ¿Te suena familiar?..., bien, es lo que hacen los políticos en España y en Canarias...., ahora está de moda pedir perdón..., huy y que malo eres si no perdonas.

 

El perdón está bien desde un punto de vista espiritual, pero no es así como se construye la "unidad". En realidad la unidad se construye con el ojo por ojo y diente por diente. ¿Te suena una barbaridad, algo incivilizado y no muy espiritual? deja que te lo explique; la cooperación se construye mediante las expectativas de comportamiento del otro..., si mi expectativa es que el otro va a seguir haciendo el primo mi incentivo es engañarle. Si mi expectativa es que el otro va a dejar de hacer el primo mi incentivo es a colaborar con el. La realidad es que la cooperación no depende de la buena voluntad del otro sino de mis acciones para establecer expectativas, es decir reglas y limites claros.

 

Si lo de ojo por ojo y diente por diente todavía te suena demasiado "salvaje" déjame decírtelo con otra palabra que quizás te suene mejor R-E-C-I-P-R-O-C-I-D-A-D..., o mejor dicho "expectativa de reciprocidad". Si se portan bien contigo, pórtate bien con ellos, o dicho de otro modo "es de bien nacido ser agradecido". ¿Más aceptable dicho así?

 

Diversos estudios muestran que el comportamiento altruista tiene tres elementos, o, mejor dicho, se ve facilitado por tres elementos…, el primero es el parentesco, es decir, la conciencia de compartir un pasado o unos lazos de sangre, una historia o una cultura con un pedazo determinado de humanidad, es decir, tu tribu, tu nación, tu gente. Por eso la identidad nacional es tan necesaria, sin olvidar que todos compartimos un mismo planeta.

 

El segundo pilar del comportamiento altruista y cooperativo es la RECIPROCIDAD. Si yo te ayudo a arar o a recoger las papas y te pido ayuda para echar un techo en mi casa tu me la das porque tienes la expectativa de que al año siguiente o cuando te vaya a hacer falta yo voy a estar ahí para ayudarte. Pero si tu no me ayudas a tirar un techo cuando me hace falta o a recoger las cebollas no esperes que haga el primo y te siga ayudando a recoger las papas. Ahora este ejemplo extrapólalo al resto del ámbito social.

 

Reciprocidad es reconocer al otro su valor, su esfuerzo, su mérito…, algo que a los canarios nos cuesta muchísimo (en el fondo por nuestros propios complejos de inferioridad que nos impiden reconocer el mérito de nuestros compatriotas). Reciprocidad es reconocer y respetar el valor del trabajo, el esfuerzo y el tiempo del otro. Reciprocidad es valorar al otro para que el otro nos valore a nosotros.

 

¿Se puede obtener una sociedad basada en una democracia real, es decir, justa, equitativa, sabia, honesta, compasiva, bondadosa o solidaria cuando nuestros niveles de consciencia y nuestros comportamientos no reflejan dichas cualidades? ¿Es que acaso el sistema corrupto este no es mas que un reflejo de una sociedad moralmente corrupta? ¿No nos refleja como Consciencia? Mirémonos un momento al espejo y preguntémonos si esos juicios que atribuimos a otros, no están dentro de nosotros mismos. Respiremos tranquilamente y mirémonos atentamente al espejo. Si no ves tu sombra oscura, si no ves nada que te avergüenza, vuelve a mirar.

 

La Solidaridad se basa en la expectativa de Reciprocidad, y la capacidad de perdón también es importante. La reciprocidad también consiste en ser capaz de perdonar al otro y de perdonarnos a nosotros mismos dando una segunda oportunidad ya que todos podemos cometer errores o cambiar, pero sin hacer el primo, cuando a alguien se le acabó el carbón es que se le acabó el carbón y punto.

 

El tercer pilar del comportamiento altruista y colaborativo, es decir de la solidaridad, es la capacidad de empatía. La empatía humana es la capacidad de sentir las necesidades del otro y compartir las emociones de sufrimiento y alegría, de ansiedad y esperanza. Esa es la empatía emocional, la empatía primaria, pero hay otra forma de empatía igualmente importante, la empatía cognitiva, es decir, ser capaz de entender los puntos de vista del otro, sus necesidades, su parte de verdad, ser capaz de ponerte en su lugar, en sus zapatos, entender sus problemas y sus emociones, sus motivos e intereses. 

 

Mientras que la primera clase de empatía es fácil, la segunda requiere de mucha más madurez y está conectada, entre otras cosas, a la capacidad de pensamiento estratégico. Tal y como muestran diversos estudios neurológicos, psicológicos y bioquímicos. La empatía cognitiva requiere del pensamiento estratégico. Necesita ser representar diferentes escenarios futuros para valorar si son deseables o no desde el punto de vista "emocional", pero no solo para nosotros sino también posibles escenarios para los demás a fin de anticipar su comportamiento.

 

¿Qué capacidad de empatía cognitiva tenemos cuando ni siquiera somos capaces de dialogar, de sentarnos a consensuar posturas comunes, de sentarnos a resolver problemas, a buscar soluciones o puntos de acuerdo en base a objetivos concretos?

 

Somos un pueblo con mucha empatía emocional pero poca empatía cognitiva. La empatía únicamente emocional lo que crea son pandas..., pandas para hacer esto, pandas para hacer lo otro, pandas para asaltar las arcas públicas. Pandas unidas por sentimientos de afinidad y un objetivo a salto de mata, eternamente en la improvisación a salto de mata, sin proyecto claro y sin estrategia a largo plazo. 

 

Soria y sus secuaces son una panda, los empresarios canarios son una panda, los independentistas otra, Coalición Canaria es una panda y por eso carece de ideología y de proyecto real mas allá del poder por el poder. Son pandas. La empatía emocional crea pandas, pero no crea organizaciones. Para crear organizaciones y proyectos reales de futuro al sentir y al hacer hay que integrarle el pensar.

 

Si analizamos la realidad canaria desde ese punto de vista de empatía cognitiva nos daremos cuenta de que el sistema actual nos castra, individual y colectivamente. Nos castra y limita como individuos ya que no nos permite ser plenamente. Esa es la clave, la capacidad de ser plenamente como individuos y como sociedad, recuperar nuestros equilibrios tanto a nivel individual interno como a nivel ecológico y social. Desarrollarnos en todos los aspectos, en todas nuestras capacidades y planos, tanto física como espiritualmente.

 

Suele decirse que el agente de cambio tiene la feroz oposición de aquellos que se benefician del estatus quo y el tímido apoyo de aquellos que se beneficiarían del cambio. En Canarias es diferente, uno no solo tiene la feroz oposición de aquellos que se benefician del status quo y la aún más feroz oposición de aquellos que se beneficiarían del cambio.

 

Pobre de ti como estés en desacuerdo en el lugar de una coma en el manifiesto ideológico porque la reacción del otro es más que previsible..., la escisión. Se levanta se encochina y se va. Templanza cero, autocontrol cero. La capacidad de diálogo es nula, la capacidad de alcanzar compromisos inexistente y el resultado son veintemil siglas cuyos militantes caben en un taxi. Pero no queda ahí la cosa, son veintemil siglas todas iguales, es decir, todas con la misma estructura de partido. Estructuras jerárquicas propias del siglo XIX y dentro de una película de espías en la que viven todos ellos..., y cada cual en su película particular confundiendo la velocidad con el tocino, presa de conceptos obsoletos y emociones contradictorias..., y mas perdidos que el barco del arroz ..., ¡¡chiquito potaje emocional y racional!!

 

¿Es eso reciprocidad? ¿Es eso empatía? ¿Es eso acaso lo que el filosofo tunecino Ibn Khaldun describió en el siglo XIV como Asebiyah? es decir solidaridad tribal o cohesión social.

 

La compasión y afecto por las relaciones de sangre los parientes existen en la naturaleza humana como algo que Dios puso en el corazón de los hombres. Se convierte en apoyo y ayuda mutua. Uno siente vergüenza cuando sus familiares son tratados injustamente o atacados, y se desea intervenir entre ellos y cualquier peligro o destrucción que les amenace. (...) El afecto que todo el mundo tiene por sus compañeros y aliados resulta en un sentimiento de vergüenza que se produce cuando uno de los vecinos, parientes o relaciones de sangre de cualquier grado es humillado.

 

Que lejos este sentimiento con la práctica canaria de dejar vendido con el culo al aire a quien tiene el coraje de salir a primera fila retirando el apoyo, absteniéndote y dejándolo morir de inanición. Su fracaso es una satisfacción para tu ego, te da la razón, es iniciativa no iba a ninguna parte. Pero no te das cuenta de que has sido tú con tu actitud la que has provocado el fracaso, la perdida de entusiasmo y todo lo que has conseguido es una profecía autocumplida. Comportamientos contraproducentes que llevan a la autoderrota y que te perpetúan en la situación de miseria existencial en la que te encuentras pero que alimentan tu falso ego. No es el sistema quien te castra, que también, eres tú mismo tanto por acción como por omisión.

 

Al igual que la cooperación no depende de la buena voluntad del otro sino de tus propias acciones estableciendo expectativas y límites, el éxito de las iniciativas sociales depende de que seamos capaces de proyectar "energía social" en ellas, pero enseguida surgen las envidias y las suspicacias fruto de nuestros complejos e inseguridades.

 

Que lejos este sentimiento con la práctica canaria de usar la estrategia de acoso y derribo ante cualquiera que salga a trabajar y construir en positivo. Que lejos este sentimiento de aquél cuya envidia lo hace no ya entristecerse con el éxito ajeno, sino alegrarse del fracaso del otro. Que lejos este sentimiento de aquel que vende a su compatriota no ya por cuatro duros sino por dos o por uno. Que lejos ese sentimiento de lo que cuentan las crónicas de los antiguos canarios que se ayudaban mutuamente. 

 

Mírate un momento al espejo y pregúntate si nunca te has comportado o sentido así. Se sincero contigo mismo. Los juicios que atribuimos a otros están generalmente dentro de nosotros mismos, son nuestra proyección. Respira tranquilamente y mírate atentamente al espejo. Si no ves tu sombra oscura, si no ves nada que te avergüenza, vuelve a mirar.

 

En Canarias el sentido de reciprocidad no esta solo dañado sino invertido, con lo cual no puede aparecer ni la solidaridad grupal, ni al cohesión social ni un proyecto país. Pero la respuesta no está en el otro sino en cambiar nuestras actitudes y comportamientos. En superar nuestras sombras. La mayor parte de la gente tan solo aspira a seguir haciendo lo mismo y a un chute emocional de vez en cuando que les permita manejar y descargar su ansiedad.... Lo primero que tiene que decidir un pueblo es si quiere tan solo protestar o si realmente quiere cambiar las cosas. Si tan solo tiene un sueño de liberación o si tiene también la voluntad y la determinación para convertir ese sueño en realidad.

 

La canaria, como toda sociedad colonial, es una sociedad de "conciencia neblinada" como la denominó Manuel Alemán, es decir una sociedad psicótica, desconectada de la realidad. Incluso los que creen que están despiertos y han tomado conciencia, tan solo sueñan que están despiertos. Creen que ellos tienen conciencia y el pueblo no, sin darse cuenta de que viven totalmente desconectados de la realidad presa de ideologías obsoletas que no explican como funciona el mundo a día de hoy. Así no es de extrañar que los extranjeros se pregunten que carajo tienen los canarios en la cabeza.

 

Como hemos visto la unidad no se logar con buen rollito y discursos. Necesitamos primero el parentesco. La Asibiyah no solo surge en las sociedades tribales a través de la ascendencia común de sangre, también es extensible a los vecinos, compañeros y aliados con los que se comparte vida social, cultura y experiencias. Tenemos que tomar consciencia de que nuestros compatriotas son el trozo de humanidad con el que nos ha tocado compartir vida y experiencias, asumiendo la responsabilidad de cuidar sobre un trocito del planeta, y reforzando nuestro sentido de pertenencia y de comunidad.

 

Necesitamos también RECIPROCIDAD, es decir ser leales y generosos con nuestros amigos y aliados en lo bueno  y aplicar la ley del talión en lo malo. La reciprocidad como hemos visto no depende de la buena voluntad del otro sino de las expectativas que creemos con nuestro comportamiento. Pero siendo capaces de perdonar y dar segundas oportunidades a quien se lo merece o se lo trabaja. La reciprocidad y la colaboración se empiezan a construir con acciones concretas, con colaboraciones en temas concretos, pintando un mural, plantando árboles, etc...

 

Por último necesitamos empatía, pero no solo empatía emocional a corto plazo de chute emocional, sino empatía cognitiva, es decir una visión compartida de que tipo de sociedad queremos construir y que tipo de sociedad queremos dejar a nuestros hijos. En otras palabras un "PROYECTO PAIS", pero un proyecto abierto y sin dogmatismos. Un PROYECTO PAIS que se construya y se mejore con el tiempo, con la convicción de que nadie es poseedor de la verdad absoluta ni de formulas mágicas. Un PROYECTO PAIS desde el dialogo y la tolerancia. Con una mentalidad abierta, es decir, con la convicción de que todo es mejorable y evoluciona en el tiempo. 

 

Cuando seamos capaces de alcanzar ese nivel de madurez, las cosas empezarán a cambiar para mejor porque empezaremos a empoderarnos mutuamente los unos a los otros. Está en nuestras manos y depende solamente de nosotros.

 

Fuente: menceymacro.blogspot.com