LOS
DATOS DEL CIS
REVALORIZA
LA ABSTENCIÓN ANTICOLONIALISTA
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Edilberto Rodríguez Morales
En
relación a la última encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas),
Jorge Dorta, estudioso de la independencia de nuestro archipiélago canario,
siempre atento a aportarnos datos clarificadores sobre la situación política
de Canarias, hace mención a que el 13’6 % de los canarios asegura no sentirse
español. Que traducido en números, contabiliza un total de 272.000 canarios.
“Eso es mucha gente” como muy bien lo apunta en su blog. Prosigue su artículo
lamentándose de que no se haya podido encauzar todos esos votos por culpa de
los abstencionistas. ¿Existe esa organización? Si no existe partido alguno que
aglutine todo ese potencial, a cuál de estos partidos deberíamos de haber
votado: Alternativa Nacionalista Canaria, Movimiento UPC, Movimiento Patriótico,
PODEMOS, Congreso Nacional de Canarias, Coalición Canaria, Centro Canario
Nacionalista, Nueva Canarias, voto en blanco, voto nulo. ¿No estamos
desorientando más aún a la ciudadanía con criterios sumisos participativos,
sin estrategia política alguna? No sería mejor aglutinarnos alrededor de un
Movimiento de Liberación Nacional de Canarias como ya se estaba estructurando
tiempo atrás.
A pesar de que comparto buena parte de sus planteamientos, y siga leyendo
con interés todos sus artículos creo que se equivoca al calificarnos de
irresponsables por pedir la abstención en las elecciones. Antes de llegar a esa
conclusión habría que tener a mano la lectura de otra encuesta que aporte
datos del por qué amplios sectores del independentismo canario nos negamos a
colaborar en unas elecciones españolistas. ¿Temor a un fraude en el recuento
de votos; o reconocer que la capacidad de comprar voluntades esté alegremente
arraigado en las instituciones?, o por qué, entre otros muchos vaivenes, los
ideólogos del independentismo canario y de los políticos en general, sobresale
el liderazgo más narcisista: cuál si no, evitar sentarse alrededor de una mesa
las veces que haga falta y negar senderos unitarios, porque “yo soy la opción
a elegir”. Al final, unas veces por unos y otras veces por culpa de los otros,
las escasas reuniones terminan con no-acuerdos por carecer de mano izquierda.
Nuestro gozo en un pozo.
Podríamos afirmar que la ciudadanía en su conjunto, por otros muchos
motivos, tampoco se fía de la clase política; porque sin que a priori se
pretenda, a las primeras de cambio, su comportamiento en las instituciones deja
mucho que desear; ya que éstas, como garantistas del Estado español banalizará
la política por derroteros divergentes a la descolonización e independencia y
no van a facilitar los cauces reivindicativos que sobrepase el marco españolista.
Es más, intentarán por todos los medios posibles desacreditar o boicotear en
la menor brevedad de tiempo la gestión que nos hayan encomendado. Por ejemplo:
vernos envuelto en pasear símbolos de la conquista en alguna procesión.
Estrategia muy sutil para quitarnos compañeros de en medio. ¿Para caerse hacia
adelante o para caerse hacia atrás?
¿Con este panorama, acaso faltan razones para abstenernos? Diría en
todo caso, que es la actitud más coherente, revolucionaria y pedagógica,
contando como contamos con una ciudadanía despolitizada y desorganizada. Que
quizá no esté tan despolitizada como uno se cree, si nos atenemos a los datos
del CIS que enumerábamos al principio de este escrito; pues tendríamos que
tener en cuenta que la población con derecho a decidir nuestro futuro se reduce
a “los nacidos en Canarias y los hijos de canarios nacidos en cualquier
parte” como nos lo vuelve a recordar Jorge Dorta; y así lo legitima el
Derecho Internacional. Aproximadamente un millón de votantes, redondeando
cifras, con derecho a voto, implica que alrededor de 500.000 canarios son
potencialmente independentistas, difuminados en porcentajes testimoniales entre
ANC y MUPC; entre partidos políticos que no recogen en su programa el proceso
de descolonización e independencia; los que llegan a votar en blanco o votar
nulo como un acto de rebeldía; y los que no nos sometemos a un sistema
electoral fraudulento y españolista: abstencionistas. Queda evidente que un
gran porcentaje (?) que eligen esta última opción, no necesitan de nuestras
consignas abstencionistas; lo hacen bajo el
convencimiento de que es el camino que hay que recorrer. Que para la inmediata descolonización e independencia, la única manera de
ganar es apostando por senderos unitarios. Sin embargo debemos de mantenernos firmes; tener claro que no
nos vale el voto útil por muy puntual que sea para otros proyectos, ni el voto
a organizaciones que vayan a su libre albedrío, de derrota en derrota, por
intentar en vano plantar cara al colonialismo español. La mejor elección desde
mi perspectiva y desconfianza hacia las instituciones es defender un Movimiento
de Liberación Nacional de Canarias. Ya lo dejaba bien claro el ideario de
Mahatma Gandhi al referirse a este respecto: “EN TERRITORIOS POR DESCOLONIZAR;
SOBRE TODO DONDE SE INTENSIFICAN LAS DISCREPANCIAS IDEOLÓGICAS Y LA
DESPOLITIZACIÓN DE LA CLASE TRABAJADORA, SUGIERO LA ABSTENCIÓN TOTAL EN LAS
ELECCIONES, DESOBEDIENCIA CIVIL Y LA NO-COLABORACIÓN NO VIOLENTA, COMO PARTE DE
UNA ESTRATEGIA DE LUCHA UNITARIA RADICAL INCONTENIBLE”. Organizarnos,
coordinarnos; como una araña que teje su red, en la defensa de nuestros
intereses económicos y sociales.
“Canarias es una nación colonizada”: ¡Viva Canarias libre e independiente!