Quien
no quiere la independencia de Canarias
siempre
buscará un pretexto
Isidro
Santana León
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Jamás el caciquismo existente en nuestra sometida nación sobrevivirá en una
Canarias soberana, pues morirá junto al colonialismo, como es lógico, porque
son tronco y apéndice...
Si los independentistas canarios apostamos por la
soberanía nacional, es, precisamente, porque somos los canarios la subclase en
nuestra tierra y porque estamos seguros que la independencia nos dotará de
potestad para vertebrar nuestro sistema y dirigir nuestro destino, de lo que
devendrá la prosperidad, equilibrio y justicia social…]
El
colonialismo no es consecuencia del caciquismo canario: el caciquismo canario es
la consecuencia, engendro y sostén del colonialismo español en nuestra nación.
Últimamente
he oído cosas tan estrambóticas y carente de sentido, entre gente que se
hace llamar independentista y que aparentan formación, como que “si la
independencia se da con el mismo caciquismo que ahora gobierna en Canarias
prefiere quedarse como están”. Para mi modesto entender, se está diciendo,
de forma diáfana, que quieren seguir con el colonialismo y, en consecuencia,
con el mismo caciquismo.
Cuando
no se tiene idea de lo que es una colonia y la quieren comparar con los estados
soberanos; cuando no hay conocimiento histórico, económico y político de lo
que es una nación sometida por el abuso y la fuerza de otro Estado extranjero,
es normal que se padezca de semejante esquizofrenia y se termine por humillarse,
someterse y resignarse ante la dominación y tiranía del poder que les sojuzgan.
No
estoy yo para dar lecciones de historia, pero vista la incapacidad intelectual
de algunos que quieren sobresalir políticamente con consignas aprendidas y que
repiten como loros, he de apuntar algunas cosas.
Existen
muchos que se hacen llamar independentistas –autodenominados así para hacer
el juego sucio en contra de cualquier proyecto soberanista que se intente poner
en marcha– y que en la realidad viven del colonialismo porque están bien
posicionados o desahogados y no les interesa el cambio hacia un Estado
independiente y soberano.
Terminadas
las guerras invasoras en Canarias, el posterior sometimiento y la evangelización
del pueblo, se apropian de las tierras de nuestros ancestros todos esos
sanguinarios y gente de mal vivir que participaron en tan “democrática y
civilizada” empresa, títulos que recibieron de la corte española, por
derecho de conquista, en las islas de realengo. Aquellos sanguinarios fueron
nombrados por la monarquía como gobernadores, regidores etc., y, junto al
Clero, que también recibió tierras por derecho de conquista (Cámara
espiscopal de Agüimes), fue el primer cuerpo de caciques de la colonia. Todas
las dádivas recibidas de la Corte, tenían como condición gobernar en nombre
de la monarquía y sostener el estatus colonial, así como laborar e infundir el
terror para lograr la sumisión y rendición psicológica y moral de nuestro
pueblo, perpetuando así la dominación hasta el día de hoy. Los caciques
actuales son herederos de aquellos sanguinarios de entonces, además de otros
nuevos que se han avenido a colaborar con el sistema colonial, colocándose en
los sitios estratégicos de poder y control, ya sean como políticos, militares,
jueces…
Una
de las herramientas que les concedieron para su enriquecimiento personal fue el
REF, régimen que estanca a la colonia en la dependencia –excepto a esa minoría
explotadora y medievalista de la que tratamos– y le impide avanzar hacia el
desarrollo, pues, ésta es la forma de dominación más eficaz donde nuestro
pueblo queda relegado a un plano de súbdito, servil y marginal, creyéndose
incapacitado y convencido de que necesita una madrastra como España y sus
esbirros de la colonia para subsistir. Son muchos años de inoculación y el
proceso de aculturación ha hecho tanta mella en la psique de nuestro pueblo
que, ni siquiera, muchos de nuestros intelectuales se salvan de la patología
imbuida. No se puede desligar el caciquismo canario del colonialismo español,
pues, como señalo arriba, uno es la consecuencia de lo otro y van inherentes en
el sometimiento del pueblo canario, el control, guardia y custodia de la
colonia. Jamás el caciquismo existente en nuestra sometida nación sobrevivirá
en una Canarias soberana, pues morirá junto al colonialismo, como es lógico,
porque son tronco y apéndice. Si los independentistas canarios apostamos por la
soberanía nacional, es, precisamente, porque somos los canarios la subclase en
nuestra tierra y porque estamos seguros que la independencia nos dotará de
potestad para vertebrar nuestro sistema y dirigir nuestro destino, de lo que
devendrá la prosperidad, equilibrio y justicia social.
No
se puede seguir engañando miserablemente a este pueblo con el miedo al
caciquismo, el miedo al moro, el miedo al hambre y a las siete plagas de Egipto.
Naciones más pequeñas y con menos posibilidades que la nuestra son
independientes, tienen su asiento en las Naciones Unidas, toman decisiones sin
injerencias de terceros, se relacionan bilateral y diplomáticamente con otras
naciones y sus pueblos sobreviven con total normalidad. ¿Por qué canarias no?
Creo
que la situación colonial no sólo le interesa al caciquismo, sino a esa
izquierda españolista, rancia, retrógrada y colaboracionista que en nada se
diferencia de la anterior laya. La única libertad posible en una colonia es la
toma de la independencia, el resto son argucias para perpetuar esta inhumana
situación colonial.
10/06/15
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