El arado y los ayuntamientos
Wladimiro Rodríguez Brito *
[…Cualquier mejora en el medio rural es
penalizada con tasas y papeleo, desde desbrozar una parcela cubierta de
tabaibas, aulagas o brezos a simplemente levantar una pared que se caiga, por no
decir un arrimo para cabras, gallinas o cochinos (gran parte de los ganaderos
están al margen de las leyes)…, existen varias herramientas que potencian
actividades en el medio rural, desde huertos escolares, bancos de tierras,
mercados de agricultores, cooperativas de trabajo asociado, leyes que penalicen
los terrenos balutos, etcétera.]
Los municipios han sido instituciones básicas, tanto en el plano social
y ambiental como de elemento de cohesión territorial. Los pósitos y alhóndigas
fueron ejemplos de la implicación de los ayuntamientos en la economía de los
vecinos.
Es el caso de la Alhóndiga de Tacoronte (1618 - 1985), que fue banco de
semillas y alimentos y sirvió para la gestión de tierras comunales. En los últimos
años, se ha potenciado el urbanismo y los, asuntos sociales, olvidando al
sector primario, que ha quedado al margen de la preocupación política
municipal, de tal manera que la mayoría de los municipios canarios de hecho no
han tenido concejal de Agricultura y Ganadería, careciendo tanto de presupuesto
para tal actividad como de leyes y, por tanto, estando al margen del medio
rural.
Cualquier mejora en el medio rural es penalizada con tasas y papeleo,
desde desbrozar una parcela cubierta de tabaibas, aulagas o brezos a simplemente
levantar una pared que se caiga, por no decir un arrimo para cabras, gallinas o
cochinos (gran parte de los ganaderos están al margen de las leyes), La próxima
semana se constituyen los ayuntamientos, y espero que haya aptitud hacia un
modelo más solidario con el campo y los campesinos, pero sobre todo más
sostenible, que armonice hombre y naturaleza, en el que cortemos con una
historia de olvido y marginación hacia el mundo rural, con unas leyes que
atiendan las demandas de los campesinos, que dignifiquen el campo, que articulen
lo urbano y lo rural, que corten la hemorragia que sufre nuestra gente en sus
ilusiones hacia el agro, en el que se incorporan importantes competencias
cedidas o usurpadas por otras administraciones.
¿Quién arará la tierra? En una lectura de lo que ocurre en el medio
rural, no solo vemos un empobrecimiento humano, una crisis sin relevo
generacional; no solo vemos un envejecimiento demográfico de las zonas rurales,
un desfase entre población y actividades agroambientales, en el que la actitud
de la Administración hacia los problemas sociales no incorpora activos que
puedan mejorar el aparato productivo y ambiental, generando un mayor equilibrio
entre población, recursos y territorio. La alternativa no está solo en poner
los recursos en los asuntos sociales, sino que pasa por comprometemos con los
que tienen posibilidades para trabajar en una sociedad más sostenible. Las
partidas sociales han de potenciar la incorporación a la actividad productiva.
Para ello existen varias herramientas que potencian actividades en el medio
rural, desde huertos escolares, bancos de tierras, mercados de agricultores,
cooperativas de trabajo asociado, leyes que penalicen los terrenos balutos, etcétera.
Las PCI (Prestación Canaria de Inserción), con 30 millones de euros al año,
han de hacer un uso diferenciado entre cubrir las necesidades sociales más
inmediatas y comprometemos con un modelo de futuro más sostenible. Como dijo
Confucio hace 2.000 años, "dale un pescado a un hombre y comerá un día.
Enséñalo a pescar y comerá toda la vida".
*
DOCTOR
EN GEOGRAFÍA POR LA UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA
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