Suspensión
"constitucional" confirmada.
¿Y ahora
que preguntamos?
«» Francisco
Javier González
El
gobierno colonial español usa su Constitución tardofranquista para acallar la
voz del pueblo. Ayer fue al catalán, hoy al canario que no quiere prospecciones
petroleras. Anular la pregunta trampa consensuada por CC-PSOE, dejando libertad
para que la pregunta sea clara: SI o NO A LAS PROSPECCIONES.
Desde luego que no hace falta ser Gabo para saber que la crónica de la tan
cacareada consulta acerca de si nuestras preferencias de futuro pasan por
atiborrarnos de ladrillo o por pegar a perforar el fondo marino o, lo que es lo
mismo, si preferimos enterrarnos en cemento o enterrarnos en piche, era otra
“Crónica de una muerte anunciada”. En esta nuestra, como sucedió con el
Santiago Nasar de la original de García Márquez, tal vez tengamos que
levantarnos a las 5.30 del 23 de noviembre, pero no para esperar el barco del
obispo -en este caso el barco de REPSOL- sino, justamente, para evitar que todo
un cúmulo de circunstancias haga inevitable el crimen que planea sobre esta
heptainsulana nación africana.
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¿Volvemos a la dicotomía del
ladrillo frente al piche?
Desde luego que no puede la Coordinadora Canaria contra las
Prospecciones, ni ninguna de las organizaciones que la integran, mostrarse
sorprendidos ni por la suspensión “constitucional” de la consulta, ni por
la decisión del gobierno pseudo-autónomo de plegarse a las evidentes -y
esperadas- presiones del gobierno colonial. Ambas cuestiones estaban cantadas de
antemano. Es más, en mi opinión, el tándem CC-PSOE en el gobierno subordinado
de esta colonia buscaba esta salida para volver, poco a poco y culpando a
“Madrid”, a sus posiciones de antaño de permitir y celebrar las
prospecciones a pesar de los pírricos beneficios que para estas tierras
supondrían, pero no tan pírricos para los ávidos bolsillos de algunos
tiburones jilufos que estarían al “cáido” de las migajas con que la
multinacional prometía untarles los besos. En este supuesto las organizaciones
populares estaban destinadas desde el inicio al papel de tontos útiles. Algo
bueno, sin embargo, puede salir de este falsete colonial en el que quedamos
atrapados. La retorcida pregunta absurdamente consensuada entre organizaciones y
gobierno regional -por favor, ¡NO llamarlo “Gobierno Canario” hasta que no
lo sea de verdad!- carece ahora de sentido. Se plantea de nuevo en sus términos
originales que debería ser el decir simplemente SI o NO a las
PROSPECCIONES.
Al término de la reunión con el ejecutivo regional de hace
justamente una semana el portavoz de la Coordinadora, Jerónimo Gómez,
aseguraba que "La consulta se realizará el próximo 23 de
noviembre sí o sí. Si finalmente el Gobierno autónomo no la convocara
la sacaríamos nosotros adelante aunque no fuera vinculante", aunque como
“vinculante” nunca se planteó la dichosa consulta. Me alegraría -y no solo a mi- que esta contundente
afirmación correspondiera a una realidad y no solo a una intención personal
del portavoz. También Intersindical Canaria, tras una dura crítica al
ejecutivo -esta vez poco fundada porque el gobierno regional solo cumplía lo
que prometió- expresó claramente su posición al respecto: "llamar
al pueblo canario y su clase trabajadora a asumir con claridad la vanguardia de
esta lucha, manteniendo el pulso de la movilización y saliendo en peso a las
calles el 23N para emitir nuestra opinión en una consulta que debe realizarse
pese a quien le pese". Ahora bien, ni uno ni otra, han clarificado
una cuestión a mi juicio primordial ¿Y AHORA QUÉ PREGUNTAMOS?
¿Volvemos a la dicotomía del ladrillo frente al piche? Creo que si así se
hiciera la desmovilización sería, no solo general, sino lógica y necesaria al
demostrarse que las organizaciones políticas, sindicales y ecologistas se han
plegado a la exigencia del ejecutivo regional de servir para mantener el actual
status político-social de esta colonia.
Es preocupante que, a menos de un mes para la propuesta consulta,
ni la Coordinadora ni las organizaciones implicadas hayan hecho público un
comunicado, claro y preciso, de cómo plantean realizar -si es que lo plantean-
el plebiscito popular; de que se va a preguntar y de cómo se plantea
proseguir la imprescindible movilización popular contra las prospecciones. El
no estar ya en la calle batallando es empezar a perder esta contienda. Me
apropio del verso de Yeray, en especial de la décima que copio:
Mantente firme, pueblo, tus
conquistas
son tuyas aunque suyas las
calculan
los que han especulado y
especulan
y hoy llevan el disfraz de
ecologistas.
Mantente firme, que hay
funambulistas
que dicen defender el medio
ambiente
pero después de haberle
hincado el diente
a todo lo que un día
defendiste.
Hoy tienes que pensar que
es como un chiste
que estén tras la pancarta
en vez de enfrente.
Como parte de este pueblo pretendo justamente eso, mantenernos
firmes. Creo que con una pregunta clara ganaríamos una batalla, no la guerra,
que solo tendrá un fin cuando conquistemos la soberanía política con la
descolonización, pero si una importante batalla, pero si se cede ante la presión
que ejerce el gobierno español para que no se celebre la consulta o ante la que
ejerce el gobierno dependiente regional de CC-PSOE al contraponer las
prospecciones foráneas a su modelo de expoliación, será una batalla perdida.
Una vez más los canarios de a pie, el pueblo, sorribaremos el terreno, lo
araremos, lo plantaremos…, y la cosecha la recogerán los de siempre.
Esa responsabilidad está ahora en las manos de los que convoquen
la consulta. El poder votar un rotundo NO depende fundamentalmente de la
pregunta que nos hagan.
Gomera a 29 de octubre de 2014.