¿Acaso
creen que algo va a cambiar?
Isido
Santana León
[…No nos engañemos, no
esperemos que España cambie para que cambie nuestra situación, porque nuestra
situación depende exclusivamente de nosotros y mantener el régimen colonial
será siempre el fin de la metrópoli…, la libertad de nuestra nación emana
de la desobediencia y el rechazo a un sistema de dominación ilegal sobre
nuestro pueblo…,.sólo
un movimiento de Liberación Nacional –como bien nos indica la historia de los
pueblos coloniales que se han emancipado de sus metrópolis–, es la única
estructura con capacidad para resolver nuestro problema]
Por
mucho que en la Metrópoli o en la colonia, en España o en Canarias, gobiernen
partidos conservadores o progresistas, el estatus de Canarias no cambiará
nunca. Pudiera ser que los partidos llamados de izquierda nos doten de alguna
concesión más –de alguna limosna–, pero, en lo esencial, en lo que son
nuestros derechos legítimos de pueblo, jamás harán un movimiento o un acto de
democracia ni el intrínseco traspaso de la soberanía que, por derecho nos
deben y que supondría la libertad de nuestra nación. El hecho de que gobiernen
nuevos partidos llamados progresistas, no supone para Canarias y su pueblo que
podamos planificar e implementar nuestra economía, que podamos nacionalizar
nuestros recursos, vertebrar nuestros sectores productivos, que delimitemos
nuestras aguas, que nos relacionemos libremente con todos los países del mundo,
que controlemos nuestro mercado, que tengamos una hacienda nacional canaria para
fiscalizar los movimientos de capitales o el capital que se genera dentro de
nuestra tierra, a fin de impedir que se vaya fuera…, en definitiva: que seamos
los canarios los que dirijamos nuestro futuro.
Las
colonias estás para saquearlas y el pueblo de esta antigua colonia española en
África no tiene condición de ciudadano sino de súbdito. Los canarios seguimos
siendo –seis siglos después– los siervos de esta España colonialista,
vetusta, medievalista y depredadora –por más que se vista y alardee de demócrata
y moderna– que se opone a dejar su rapiña sobre nuestra nación. Canarias,
históricamente le ha servido a España para desahogar y equilibrar sus
tambaleante y depresivos ciclos económicos, en tiempos difíciles y no, o para
utilizar a nuestro pueblo en las levas, cual meros peones para sus guerras e
intereses expansionistas –como carne de cañón–, así como para ocupar
plazas de colonos en los países donde tenían competencia colonial con otras
potencias (Tributos de sangre). Nuca han permitido ni permitirán nuestro
desarrollo, aún contando nuestra nación con unas potencialidades envidiables,
pues su política ha sido la de la sujeción y el saqueo para detraer rentas
inmediatas de nuestro PIB (del que, en la balanza de pago, canarias España,
podemos contemplar que aportamos mucho más a la metrópoli que lo que recibimos
de ella). Mantener el estatus colonial está en los esquemas del Sistema, y
estos van a ser inmutables, gobierne quien gobierne, porque la cuestión no
radica en cambios ideológicos sino en un régimen de sojuzgamiento que no
quiere renunciar a su prostíbulo ultramarino por los interese que éste le
supone. Ni cuando el triunfo de la Revolución Francesa, este país dio la
libertad a sus colonias, ya que si bien el cambio social fue radical en la metrópoli,
para bien de su pueblo, el trato a los pueblos de sus posesiones fue más
inclemente aún.
No
nos engañemos, no esperemos que España cambie para que cambie nuestra situación,
porque nuestra situación depende exclusivamente de nosotros y mantener el régimen
colonial será siempre el fin de la metrópoli. Una de las formas de sujetarnos
a perpetuidad es que participemos en su juego, para así expresar ante el mundo
nuestra conformidad o que los canarios queremos y aceptamos esta situación
deplorable que nos somete, cuando, por el contrario, la libertad de nuestra nación
emana de la desobediencia y el rechazo a un sistema de dominación ilegal sobre
nuestro pueblo.
Las
estructuras políticas que se han articulado en la colonia, aunque se llamen
independentistas, no darán nunca respuesta a nuestra demanda soberana; pues,
son porque parte del juego colonial y de justificar al colonialismo cada vez que
los llaman a las urnas. En esta colonia, en la nación canaria, los partidos políticos
llamados independentistas, así como los sindicatos, son herramientas coloniales
que usa la metrópoli para legitimar su invasión y sometimiento tras una
aparente democracia. En una colonia, sólo es eficaz y trascendente para la
consecución de la soberanía un Movimiento de Liberación Nacional. Aquellos
partidos que no renuncien a sus postulados ideológicos –a sus excusas– o a
sus enfermizos narcisismos de tener una taifa para sentirse profetas, están
colaborando con la metrópoli y anquilosando en proceso de la liberación
nacional en aras a interese privados. Seguir en esta tesitura endogámica y
marginal, es continuar manteniendo al caciquismo canario en el poder –a esos
medianeros del que tanto alegan que es el mal de Canarias– y posicionarse
claramente al lado del colonialismo español.
Es
imprescindible abandonar los fatuos personalismos y apostar en pro de un
movimiento de Liberación Nacional, el único capaz en las colonias de
culturizar, concienciar y mover a los colonizados, empezando por los colonizados
psíquicos que creen que sus grupúsculos son la solución del problema
colonial. Renunciar a las jefaturas de taifas y entrar en el Movimiento de
Liberación nacional, es la forma única en que podemos buscar la cohesión
nacional y acabar ya con este anacrónico problema. Esperar cuatro años más
para intentar algo desde las elecciones coloniales es un dislate, o el interés
de los que no quieren la emancipación de Canarias. Insisto: los partidos y
sindicatos en una colonia son herramientas colonialistas –por mucho que se
hagan llamar independentista– y sólo un movimiento de Liberación Nacional
–como bien nos indica la historia de los pueblos coloniales que se han
emancipado de sus metrópolis–, es la única estructura con capacidad para
resolver nuestro problema.
30/05/15
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