DESDE
EL GUINIGUADA
VUELTA A LA ISLA
Félix
Martín Arencibia
Saludos
amigos y amigas lectores:
La primavera poco a poco va
desplegando sus luces, sus olores y sus colores en medio de una sequía por la
que lloran la naturaleza y el agricultor. Quería
animarles a degustar los versos del poeta canario Pedro García Cabrera de su obra “Vuelta a la isla”. Su
poesía está a la altura de los más destacados poetas en lengua española.
En literatura no se puede hablar del primero o de los primeros como se hace en
el deporte que se mide en centímetros, segundos, goles, puntos etc. Se trata de
algo más subjetivo, de todas formas creo
que Pedro García Cabrera, como a otros escritores canarios, no se les ha
valorado en su justa medida pues su obra no desmerece a la de Lorca, Hernández, Celaya, Vallejo o Neruda, por
citar solo a algunos de los más conocidos. Entre otras causas, la situación
política de dependencia del Archipiélago Canario, tiene que ver con esa
injustificada valoración que se realiza de nuestros creadores. Para los buenos
catadores de la poesía podíamos añadir al nombre de García Cabrera los de
una serie de poetas canarios que rayan a un buen nivel en la poesía en español,
así tenemos a: Tomás Morales, Alonso Quesada, Carlos Pinto Grote, Agustín y José María
Millares Sall, Pedro Lezcano, Luis Feria, Manolo Padorno, Mercedes Pinto,
Josefina de la Torre, Pino Betancor, Cecilia Domínguez, etc. Ello sin
contar los de las últimas generaciones a los que se podría dedicar más un
trabajo.
Volviendo
al poemario “Vuelta a la isla”, he decir que en él García Cabrera muestra
su apego a las islas, a su naturaleza y a sus gentes. Se
trata de treinta y siete romances dedicados a las diferentes islas y a pueblos
de Tenerife. Les loa con un lenguaje
entre culto y sencillo, neopopularismo,
pero impregnado del surrealismo del que es un abanderado y que en la que está
inmersa gran parte de su poética. No hay que olvidar que Cabrera es el
poeta de avanzada barroca y europea del surrealismo isleño iniciado en 1934 con
“Transparencias fugadas”. Su extensa y diversificada obra va desde las
tendencias postmodernistas, vanguardistas y surrealistas hasta la poesía social
y desde ella hasta los preludios de las transvanguardias.
García
Cabrera inicia su poemario con Nana de
una isla en la que describe donde se ancla el Teide, Tenerife, con estas
sentidas y delicadas imágenes: “Un día se fue a la mar: / iba llorando
soledades. / Una lágrima fue su salvavidas…”. Dedica
un romance a la vetusta, monumental y colonial ciudad de La Laguna a la que
observa desde la atalaya de sus tejados, donde anidan los verodes con sus flores
encendidas: “Desde aquí contemplo los cerros / que me custodian los
flancos, / mis cerros como carretas / inmóviles: son mis barcos…”. Entre
otros también ofrenda a los pueblos de La Matanza y la Victoria de Acentejo,
lugares célebres por las hazañas heroicas de los isleños y su derrota ante la
férrea decisión de los conquistadores europeos: “Sabed que un poblado
guanche / tengo en las cuevas del alma, / que la sombra de un barranco / se me
mete en las entrañas…” O aquella otra: “Aquí mismo, en La Victoria, /
cayó vencido esa tarde / uno de ellos, cuyo nombre / no recuerdan los
anales…”.
Amigos,
a isla de la Gomera, su cuna natal,
dedica Pedro García Cabrera estos vehementes y pacifistas versos, quizás para
ahuyentar los fantasmas de la guerra que vivió: “Y ahora silba más hondo
/ silba más alto y sin tregua, / silba una paloma blanca, / que dé la vuelta a
la tierra”. Dibujó otra isla con estas
certeras imágenes: “La Palma no es soledad. / Es cabeza de puente / que
sobre los océanos / tendieron los continentes”. A la de Gran Canaria la mira desde lejos con cierta ensoñación:
“Ya desde aquí en adelante / me seguirás en la marcha, / cresta de la lejanía
/ esposa de la distancia”. A otra la
identifica con las sal de sus salinas: “Con esta sal que libera / de todos
los sinsabores, / con esa sal, mi velero / regresa de Lanzarote.
Sinceramente,
queridos lectores la lectura del poemario
“Vuelta a la isla”, de nuestro compatriota Pedro García Cabrera, es un
estimulante paseo por el deleite de la poesía del paisaje y el espíritu de las
gentes de Canarias. No podemos olvidar que nuestro
poeta fue un luchador por la libertad, la justicia y la igualdad y que ello le
llevó a ocupar las cárceles y campos de concentración de la dictadura
franquista en las islas, el Sahara y en la España peninsular.
Algunas
de sus obras destacadas son: Transparencias
fugadas, Dársena de despertadores, La guerra y tú, Hombros de ausencia, Viaje
al interior de tu voz, Días de alondras, Hora punta del hombre, Entre cuatro
paredes, Hacia la libertad, Elegías muertas de hambre, etc. Habría que añadir
su participación junto a Domingo Pérez
Minik y Eduardo Westerdahl en la
creación de la revista artística la Gaceta de Arte, que conectó a los
intelectuales y artistas canarios con las vanguardias europeas y el surrealismo.
¡A
disfrutar con la poesía!
¡Hasta la próxima, amigos y amigas!
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