"Día de la Victoria de la Gran Guerra Patria"

 

 

Por Paco Díaz

 

 

 

La gran, noble, profunda y sobria nación de la "Madre Rusia" cuando cada año, el día 9 de Mayo, celebra el aniversario de la capitulación nazi, éste el 69º, de su enorme aportación a la liberación del mundo del peligro alemán con la II Guerra Mundial, para el pueblo ruso la Gran Guerra Patria, porque la sufrieron mucho más que ninguna otra nación, ya que esta enorme carnicería fallecieron 27 millones de sus hijos, entre soldados y civiles, En este solemne día se recuerda con verdadera devoción en sus actos protocolarios durante unos minutos llenos de infinito respeto y de muy concentrado silencio, los millones de familiares, amigos y compatriotas quienes generosamente entregaron sus vidas por su idolatrada "Madre Rusia".

 

En este día de Fiesta Nacional se suele brindar de la siguiente forma, una de las manos sostiene un trozo de típico pan negro ruso con arenque -en memoria del duro racionamiento de solo 125 gr. diarios de pan en cerco de Leningrado-,  mientras en la otra se alza un copa de vodka, para seguidamente en respetuoso silencio brindar en verdadera comunión con la memoria de los antepasados caídos en los cuatro años de muy duras y crueles batallas, como los 872 infernales días del inmisericorde asedio y cerco a Leningrado, las encarnizadas batallas de Sebastopol, Crimea, los crueles combates a orillas del río Dniéper (Ucrania), Etc.

 

Hitler como comandante del ejército nazi, sin declaración de guerra ni aviso alguno, a las 4.00 horas del 22 de Junio de 1941, sorpresivamente con su típico y cobarde cinismo fascista, dio la orden de comienzo,  al aplastamiento y extermino de Rusia, con sus poderosas 190 divisiones con 5,5 millones de oficiales y soldados, 47 200 cañones de artillería pesada y morteros, 4300 temibles tanques de última generación y 4980 bombarderos y cazas. Su brutal y genocida orden a sus soldados fue: "No sientan remordimientos por el pueblo ruso. No les importen si son viejos, jóvenes, niños o niñas. Sin dudarlo maten a todos". Mientras sus líderes alardeaban de "no solo exterminar al Ejército Ruso y aplastar Leningrado, Moscú y todo el Cáucaso, sino también a toda la Unión Soviética y con ella a todo su pueblo de la faz de la tierra".

 

Hitler también ordenó a sus ayudantes: "Tenemos que desarrollar técnicas para eliminar la población rusa con su propia destrucción física y sus diversas razas, porque tengo el derecho de eliminar a millones de individuos de razas inferiores". En Efecto, los fascistas nazis desarrollaron y practicaron con el pueblo ruso una industria de  exterminio: muertos y enfermos ejecutados por disparos, ahorcados, gaseados, hambre e inanición, devorados por perros o cerdos, brutalidad y torturas, como luego se demostró en el macro juicio de Nuremberg.

 

Cuando la historia nos recuerda el cerco e inmolación de las ciudades de Numancia, Cartago, Sagunto, Masada y San Juan de Acre (tuve la suerte de conocer estas tres últimas y valerosas ciudades), pienso que peor sufrimiento padecieron los paupérrimos habitantes de Leningrado (ahora San Petersburgo, preciosa capital que me encantó y me enamoró en las tres ocasiones que la visité (ANEXO*1), que padeció el inmisericorde asedio, cerco y extrema miseria infringida por los nazi durante los 872 días que duró, entre los años, 1941 al 1944, por la orden directísima de Hitler sobre el asedio y ahogamiento total de la población y borrar del mapa tan maravillosa ciudad Patrimonio de la Humanidad.

 

A pesar del inmenso daño causado el maníaco y genocida de Hitler permitió aflojar ni desfallecer en sus ataques con masivos y ensordecedores bombardeos de su temible aviación, durante día y noche, además de miles de cañones pesados, bombardeos de morteros, incendios, muertes y plagas por congelamiento, hambre e inanición, hasta se llegó a la barbarie extrema de contemplarse frecuentes escenas de despellejamiento de cadáveres humanos en plena calle para comer su carne, al igual que proliferaron establecimientos clandestinos  donde se comercializaba con carne humana.

 

Fue especialmente horroroso para los niños los que difícilmente podían sobrevivir en aquellas penosas condiciones de asedio y cerco de Leningrado ya que la orden expresa de Hitler era el aplastamiento y exterminio total de tan maravillosa capital, sin permitirles a sus oficiales y soldados el mínimo retroceso, deserción o la más la mínima debilidad con los harapientos y hambrientos sitiados, bajo amenaza de fusilarlos "ipso facto". Inclusive en los últimos días del asedio y, aún terminado éste. La orden fue tajante: "Impedir el mínimo titubeo o piedad con los sitiados". Por lo que muchos oficiales y soldados nazis se suicidaron.

 

En este sitio se calcula que fallecieron entre 800 mil y 1,5 millones de habitantes. Para la historia quedó constancia infinidad de historias y diarios escritos sobre tantos sufrimientos soportados estoicamente por sus habitantes. Impresiona el diario de la niña de 11 años, Tatiana Sanicheva, sobre las rutinarias muertes acaecidas por toda su familia y vecinos, casi todos por hambre y frío. Todo el calvario suyo y de su familia lo va narrando con notas cortas y concisas:

 

1- Zhenia murió el 18 de Diciembre de 1941, a las 12,30 h.

2- La abuelita murió el 25 de Enero de 1942, a las 3,00 p.m.

3- Leka murió el 17 de Marzo de 1942, a las 5.00 a.m.

4- El tío Vasia murió el 13 de Abril,  a las 2,00 p.m.

5- El tío Lesha el 10 de Mayo de 1942, a las 4,00 p.m.

6- La mamá murió el 13 de Mayo de 1942, a las 7,30 a.m.

7- Los Sávichev murieron.

8- Murieron todos.

9- Solo quedo yo, Tanya.

 

Para colmo Tanya, tuvo el mal sino que después de tantos sufrimientos acumulados y estar demasiado débil su organismo, al ser recogida por un orfanato para cuidarla murió al mes de finalizada la guerra.

 

Muchos ciudadanos occidentales pensando erróneamente que aún viven en la opulencia de la  "danza de los millones de los pitiyanquíes" ,  estafados y contagiados por las vanas promesas de sus prepotentes gobiernos y manipulados, o más bien ciegos, por sus mediocres medios informativos, están bebiendo de fuentes polucionadas, en lo relacionado con la extraordinaria cultura, identidad y sentimientos del sobrio y muy sufrido pueblo ruso. Es ignorancia culpable la que debemos sentir por la nuestra triste realidad al ser incapaces de valorar las muchas virtudes que atesoran estos pueblos eslavos, con los cuales, ¡para colmo!, nos desdoblamos, no en merecidos elogios para con estos pueblos ejemplares, sino en críticas malignas y en infundios, tan solo porque a nuestro amo, el "Tío Sam", con ceguera crónica nos hemos vendido con "almas y haciendas". Mientras le permitimos a tan sanguinario y decadente "Guayota" -el maligno que habita dentro del volcán "Echeide" -Teide-, que  intente expoliar y sabotear con igual saña a amigos y parientes (Venezuela), que a los raquíticos e infelices iraquíes, afganos, libios sirios o a los supuestos enemigos que se inventen en la "conchinchina".....solo si poseen recursos y riquezas, o les pueden forzar a comprar sus letales o, frecuentes caducos armamentos.

 

Este gran día millones de rusos y pueblos eslavos disfrutaron con gran ilusión y henchidos sus corazones de orgullo patrio, por celebrar este 9 de Mayo su Fiesta Nacional (ANEXO*2)  posee poderosas razones para celebrar tan glorioso día este 9 de Mayo), el Día de la Victoria de la Gran Guerra Patria. El presidente de la federación Rusa y Comandante Supremo de sus Fuerzas Armadas, Vladimir Putin, declaró durante este  69 º desfile militar del Día de la Victoria, en la Plaza Roja de Moscú, que resultó el mayor y más espectacular celebrado en una veintena de años: "La voluntad de hierro del pueblo soviético, su coraje y su estoicismo, salvaron a Europa de la esclavitud". También recordó las duras batallas que se libraron en territorios ahora de Ucrania, mención especial hizo sobre el asedio y cerco de Leningrado, la férrea defensa y sufrimientos de sus habitantes, sobre la dura batalla de Sebastopol y las muy sangrientas de las orillas del rió Knieper (Ucrania).

 

 

En esta magna  parada militar participaron 1500 músicos, más de 14 000 soldados, centenares de diversas tecnologías militares, blindados, tanques T-90, especialmente uno de los viejos tanques sobrevivientes de la  Gran Guerra Patria, piezas de artillería, lanzaderas de misiles, destacando las  enormes y temibles lanzaderas de misiles intercontinentales Topol, además de la exhibición aérea con cazas, bombarderos y aviones invisibles de última generación, los T-50, exhibición que dejó una estela con los colores, blanco, azul y rojo, los de la bandera de la Federación Rusa.

 

 

ANEXO (*1) He tenido la gran suerte de visitar en tres ocasiones tan maravillosa capital como la antigua Leningrado, ahora San Petersburgo, fundada por pedro El Grande, Patrimonio de la Humanidad, con sus más de doscientos museos, destacando el Hermitage, sus famosos teatros de ópera y ballet, famosísimas iglesias, como la de San Salvador, fortalezas de  San pedro y San Pablo, catedral de San Isaac o de Nuestra Señora de Kazán, Estación de tren Vitebsky, el Crucero Aurora, con el que tanto me he relacionados y el que con sus cañonazos dio la señal de comienzo la gran Revolución de Octubre, o también, el enorme y monumental cementerio, famoso por el del cerco de Leningrado, donde en los años ´80 tuve que echarle una mano a unas atemorizadas turistas ameriKanas de un crucero noruego-americano, porque éstas perdieron su excursión y se sentían angustiadas en aquella época, aún más que ahora, con las aún tardías secuelas de las persecuciones de Mac Arthur las cuales aún metían miedo en el cuerpo con los peligrosos "diablos comunistas".  

 

¿Pero acaso los canarios sabemos que dos de nuestros paisanos fueron "grandes próceres" y laureados en San Petersburgo por sus grandes obras? Uno fue uno de los más grandes generales, el "porteño" -del Puerto de La cruz-, Francisco De Miranda, y el otro, otro "porteño" y gran gigante entre los gigantes, Agustín de Bethencourt, afamado polifacético, científico, ingeniero, urbanista, quien fue asesor del Consejo de Comunicaciones e Infraestructuras de Rusia, como científico de confianza del zar Alejandro I en aquel enorme y pujante imperio zarista. Tanto aportó al imperio zarista, desde 1807 que llegó a San Petersburgo hasta que allí murió, en 1824. Modernizó sus fábricas de armas, dirigió el dragado de los bellos canales del río Nevá en esta preciosa capital, "la Venecia del Norte", con una moderna dragadora diseñada por él mismo, además se encargó del diseño de puentes encantadores, catedrales (San Isaac), también fundó la más importante academia de ciencias exactas del mundo, la Academia de la Ciencia y Matemáticas de Rusia, Etc.

 

El polifacético Agustín de Bethencourt fue tan gigante personaje que hace una decena de años cuando organicé el I Congreso Ruso en Canarias, con excursión incluida en el hotel Puerto Palace del Puerto de La Cruz, a pesar que el alcalde y principales ediles de esta importante ciudad turística celebraba el día grande del hermanamiento de su carnaval junto con el de su carnaval hermano de Düsseldorf, éstos abandonaron los actos protocolarios con su propio carnaval para disfrutar con nuestro gran grupo ruso en nuestro hotel Puerto Palace, solo por realzar la gigantesca figura internacional de "su paisano" Agustín de Bethencourt. 

 

(ANEXO*2) El día 8 de Mayo de 1945, a las 24 h. en horario de Berlín se firmó la Capitulación nazi, pero en el huso horario de Moscú eran las 3,00 h. de la madrugada del 9 de Mayo. Por lo que Rusia como el país vencedor que acorraló a los nazis, varios meses antes que los amerikanos se decidieran con su Invasión de Normandía. ¡Menuda parafernalia y exceso de propaganda pro yanky con los cientos de "pelis" de Hollywood y solo gracias a que, finalmente, Wilson Churchil les prometió compartirles parte de la tarta del libre comercio en sus colonias inglesas! Esta es la verdadera historia, no la típica de "meter gato por liebre".

 

Guinawada, 9 de Mayo 2014

 

Reportaje fotográfico

 

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