VERGÜENZA AJENA
«» Félix Román N. Rodríguez *
El pasado día 13 de junio tuvo lugar en el Congreso de los Diputados del reino de España, la moción de censura presentada por el candidato a la presidencia del gobierno Pablo Iglesias. Todos los diputados, de todos los grupos políticos representados en el Congreso dieron su versión de los hechos acerca de la difícil situación crítica que presenta el país, y salvo los señoritos del cortijo del Partido Popular, todos y cada uno presentaron ante la opinión pública su versión y preocupación sobre la crisis política, económica e institucional que vivimos.
La señora Ana Oramas como representación de Coalición Canaria dejó una vez más como es costumbre muestra de su servilismo, masoquismo y entrega a los empurios de la metrópoli que nos pisotea, nos escupe, y nos amordaza.
Que vergüenza de discurso de esta lacra que vive preocupada por los acontecimientos que vive actualmente Venezuela, en lugar de fijar su postura para con los nuestros. Al esperpento de la señora Oramas no le preocupa Canarias, no le duele la miseria, la precariedad, y el aislamiento en que estamos inmersos, Venezuela, siempre Venezuela la cortina de humo para mirar hacia el otro lado, para tapar corruptelas, y no ver la realidad que estamos viviendo.
Canarias donde el desempleo, la precariedad, y el alto índice de pobreza brillan con esplendor, donde nadie hace nada, nadie toma decisiones, salvo para decir en el Parlamento cotilleos, propios de un programa de gran hermano. La cuestión nacional Canaria debería de estar en el primer plano de la política de la señora Oramas y esto no es ninguna casualidad, tiene una relación directa con la profunda crisis económica, política y social del capitalismo salvaje también a escala mundial, y que en el reino de España se está expresando con especial intensidad, como en los años treinta y la década de los años setenta también períodos de inflexión histórica, la agudización de nuestra cuestión nacional emerge en nuestro archipiélago de forma paralela e interrelacionada al recrudecimiento de la lucha de clases.
A la señora Oramas no le da vergüenza traicionar nuestra identidad como pueblo, nuestro derecho a la soberanía, sólo se preocupa por Venezuela.
No le da vergüenza dícese ser nacionalista, pero neoliberal en su forma y su fondo.
No le da vergüenza doblegarse a los designios de una cacicada burguesa con una tasa de desempleo, y fracaso escolar más altas de nuestra historia.
Nuestros ancestros se revuelven en sus tumbas, nunca más vuelvan a decirse nacionalistas, traidores, gusanos, es el único nombre que merecen. Mi familia llora cada vez que les ven en la televisión traicionándolas.
Nuestros ancestros guanches murieron por nosotros, con el orgullo y su dignidad en sus corazones. Si hoy les viera haciendo lo que hacen, el asco y la rabia se quedarían muy cortos.
El mercado de las marcas blancas está saturado, la única sorpresa que nos depara en este acontecer es en que partido estará la señora Oramas en esta legislatura.
Que dios nos coja confesados...
*Contertulio de la emisora La Voz de Rusia en Canarias
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