DESDE LA TERCERA
Un soplo de libertad
Ramón Moreno Castilla
Para un "canarión consorte", gomero de
nacimiento, que vive a caballo entre Santa Cruz y Las Palmas, aunque con mayor
presencia en esta última ciudad, no es nada difícil acometer la tarea
encomendada por el editor-director de EL DÍA de, sin ser un corresponsal
propiamente dicho, publicar en régimen de "freelance" una columna en
días alternos (martes, jueves y sábados) desde la tercera isla, de ahí el
título de la nueva sección; independientemente de mis artículos quincenales en
Gran Angular, publicados los domingos desde hace varios años.
Máxime cuando se puede
constatar que en ninguno de los dos periódicos editados en Las Palmas, La
Provincia y Canarias 7, subvencionados y de obediencia españolista, hay un solo
columnista o articulista que escriba sobre la independencia de Canarias. Sin
contar el resto de los medios audiovisuales, propiedad, en su mayoría, de
empresarios de otros sectores ajenos al mundo de la comunicación, y más
españolistas que los propios españoles. Se imponía, por tanto, un soplo de
libertad, de aire fresco, con una opinión libre e independiente, no sujeta a
ninguna línea editorial pro española ni a dictados o
servidumbres de ningún tipo. Es lo que me propongo hacer a partir de ahora
desde aquí: escribir, sin tapujos ni eufemismos al uso, de la indigna e
insoportable situación colonial de nuestra tierra, vilmente silenciada; y
denunciar, sin tapujos, a quienes sirven de correa de transmisión de la
política colonial española. Y, en aras de mi insobornable e irreductible
libertad de expresión y de pensamiento, pedir abiertamente la independencia de
mi patria, Canarias, para convertirse así en un Estado libre y soberano,
miembro de pleno derecho de la comunidad internacional. ¿Habrá en la vida algo más
digno y gratificante para el ser humano que ser libre
y dueño de su destino?
Bien entendido que lo de "tercera" es sin
ánimo peyorativo en absoluto, sino que, en realidad, y con independencia del
"gran", la Isla de Tamarán ocupa el tercer
lugar en extensión de todo el Archipiélago canario, después de Tenerife y
Fuerteventura. ¡Y este es un hecho incuestionable! Porque, si bien se mira, la
cuestión del tamaño no es un tema menor; sobre todo, para los sexólogos; y más
aún, rememorando un artículo que publiqué en mayo de 2005 en el desaparecido
periódico La Gaceta de Canarias (del que era columnista habitual) y en el periódico
digital El Guanche[1],
dirigido entonces por Martín Marrero, actual portavoz del Gobierno autonómico,
titulado "El Falo de Maspalomas", a
propósito de las primeras celebraciones del llamado "día del orgullo
gay" en Playa del Inglés.
Además, y siguiendo en
"clave de tres", este es el tercer intento de EL DÍA, el único
periódico independiente y más leído de Canarias (221.000 lectores diarios, 3ª
OLA EGM 2011), por mantener un centro de información propio en esta isla
hermana, al margen de las agencias de noticias contratadas. Lo que ha supuesto
una desprendida visión archipelágica y un
planteamiento global del mercado interno canario que contemplaba a todas las
Islas, no siempre rentable económicamente. Atrás han quedado, lamentablemente,
los proyectos anteriores que, por causas que sería prolijo analizar ahora, no
cuajaron pese a las expectativas despertadas. Me refiero a la delegación que
ostentaba el que luego sería el gran muñidor de la política canaria, José
Carlos Mauricio, y la corresponsalía que posteriormente desempeñaba Herminia
Fajardo, gran defensora de la causa saharaui (ver mi artículo del pasado
domingo, "El santuario polisario"), y que
tenía las oficinas situadas en la calle Tomás Morales, cerca del Cabildo
Insular, llenas de paquetes de gofio para el pueblo saharaui, que cuando uno
entraba en ellas parecía que estaba dentro de un molino.
Con estos
antecedentes, ¿cómo no me iba a encantar la idea de escribir desde aquí para
todo el Archipiélago, si, además, fui vetado por un comisario político del
PSOE, de infausta y triste memoria, que dirigía entonces La Provincia, llamado
Ángel Tristán Pimienta, "el inquisidor"? En honor a la verdad, debo
decir también que gracias a la caballerosidad de Santiago Betancort
Brito (q.e.p.d.), a la sazón director del vespertino
Diario de Las Palmas (el otro periódico del Grupo Prensa Ibérica, del godo Moll
de Miguel), pude publicar numerosos artículos sobre Derecho Marítimo y
referentes a los espacios marítimos canarios, según la Tercera Conferencia del
Mar.
En todo este tiempo
que he vivido en Las Palmas, he sido testigo de innumerables acontecimientos y
he asistido al desarrollo imparable de esta ciudad -y de toda la Isla-, que se
ha convertido en una gran urbe, con importantes y costosas infraestructuras y
con una considerable densidad de población. Pero no todo han sido avances;
desgraciadamente, también ha habido graves y perniciosos retrocesos. Recuerdo
algunos de los más traumáticos, para un patriota canario como el que suscribe:
la desaparición del emblemático Banco de Canarias, creado por el eximio prócer
don Matías Vega Guerra, que dirigiera con acierto el fallecido Jesús Gómez
Rodríguez, y que fue vendido de forma ignominiosa al Banco Central de la época.
O el desenlace (imprevisto para los que colaboramos con la iniciativa vendiendo
acciones de la entidad) del Banco de las Islas Canarias, constituido a partir
de una operación de ingeniería financiera con la compra de la Banca catalana
Garriga Nogués, y que gracias a los "buenos
oficios" y al mercadeo del difunto urólogo Gregorio Toledo (UCD) y del
empresario Ángel Ferrera (Toyota), entre otros mercantilistas, fue entregado con
toda su red de sucursales a La Caixa. Ambas acciones,
cada una en su tiempo pero en el mismo contexto colonial, privaron a Canarias
de tener sus propias entidades económico-financieras, y hacen que estemos
atrapados, cautivos, del sistema bancario español. Y para continuar el
desmantelamiento progresivo de Canarias, ya hemos visto lo que sucedió con Cajacanarias de Tenerife y la Caja Insular de Ahorros de
Las Palmas, y la propia Caja Rural de Canarias, absorbidas por cajas españolas.
Por cierto, en estos
momentos de grave crisis económica, en los que la metrópoli, España, nos
arrastra al abismo, y cuando el consumo se ha retraído, ¿qué mejor política de márketing que publicitarse y anunciarse en el periódico de
mayor tirada, más difundido y más leído de Canarias, EL DÍA? ¡¡Hasta el
sábado!!