Unidad
nacionalista o el último refugio del rufián
Jorge
Ancor Dorta *
Llegan
a Canarias un millón de turistas más y el paro no baja. Se alcanzan cifras
record de ocupación turística y el paro no baja. Lo llevamos diciendo desde
hace meses.
Desde
el (des)gobierno regional se envían mensajes tranquilizadores. El mismo día
que alegremente el CES anuncia que la
situación se presenta bastante bien
por el turismo, la encuesta de población activa muestra que en Canarias crece
el paro, que se tiene
la tasa mas alta de paro (30%) de todo el Estado,
la mayor tasa de paro
juvenil que ronda el 50% y
el record de parados
de larga duración.
Ante esta situación, el gobierno de Canarias, totalmente
desconectado de la realidad, vuelve a insistir en
el turismo como solución al
paro, como si las cifras de parados no fuesen evidencia suficiente de que no va
a ser así. No tienen proyecto, no tienen alternativa, no
tienen ideas, no tienen soluciones, no tienen capacidad, no tienen vergüenza.
No saben y la realidad les desborda. Lo único que hacen es tratar de negar
la evidencia y negar el cambio que la ciudadanía reclama a gritos. El
cambio de modelo económico y político de cuya necesidad cada día son
conscientes más y más ciudadanos. Un cambio, que están bloqueando, que es
absolutamente necesario para acabar con el paro.
Hoy
más que nunca el nacionalismo es el último refugio del rufián. Román Rodríguez
y sus acólitos de NC negociando con el núcleo duro de CC-ATI agrupado en torno
a Ana Oramas y Bermúdez. Los palmeros nerviosos por la espada de Damocles que
pende sobre sus cabezas en el Cabildo. Todos temiendo por su sillón y buscando
una salida que permita mantener el status quo y protegerlos en su posición de
medianeros de la finca.
Todos buscando una salida que permita que todo
siga igual en la colonia y que nada cambie.
La unidad nacionalista que nos quieren vender es precisamente eso, porque detrás
no hay una aspiración a una construcción nacional, no existe ningún
proyecto, no hay ninguna intención de cambio. No se acepta ni se
intenta atraer el interés de los ciudadanos, sean o no nacionalistas, por el
progreso y una estrategia de futuro para Canarias. Falta liderazgo, faltan
ideas, falta voluntad.
Se
trata únicamente de unificar a golpe de la necesidad coyuntural de votos en
periodo electoral como un mero repartidor de cargos, sin ninguna capacidad de
transformar la sociedad mediante una construcción y una articulación nacional
mediante un proyecto. Lo que se pretende es aupar a la gente de siempre y proteger
los miopes intereses oligárquicos de unos pocos. Buscar una salida
para bloquear el cambio necesario en esta sociedad. Es decir, más de lo mismo.
Con mi voto no cuenten.
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