El turismo no es la solución, nos engañan

 

Padre Báez *

 

Hace 6 años -por tanto en el 2006- se llegó al máximo; pero vino 2007 y la cosa comenzó a bajar; vino después 2008 y la cosa siguió bajando -nótese la tendencia-:; llegó después 2009 y la cosa siguió a peor (se siguió bajando), y con 2010 la cosa siguió todavía a peor que los años anteriores, a menos.

 

Por pura lógica matemática, 2011 era para seguir bajando, pero tuvimos la grandísima suerte de los problemas del norte de África, que desvió -provisionalmente- al turista (contra su voluntad) a este lugar decadente, como mal menor, y a “falta de pan, buenas son tortas”. Y sí con el 2011 ha habido una leve recuperación que, a pesar de los desvíos masivos de turistas forzados, ¡ni con esas!, se alcanza la situación del 2006. Es decir: no hay que ser experto en economía para ver lo que va a pasar...

 

Por de pronto, ya hemos dicho que el presente no alcanza al pasado, ¡malo, si tenemos en cuenta que tenemos turistas que han venido contra su voluntad y porque no había otro remedio, pero no hay tal recuperación con vistas al futuro, toda vez que, al presente, el aumento de turistas no va parejo con un aumento de gasto, sino muy al contrario, la cosa no sube (mucho turistas, pero no consumen, no gastan, no compran...).

 

Imagínese que se tenga que bajar los precios para poder lograr que vengan unos pocos, cuando se arregle lo de África, que ya comienza a levantar cabeza, y pronto nos van a decir: “¡adiós!”, para nunca más no volver. Y no es que uno sea agorero o pájaro de malos presagios, es que tiene uno los ojos en al cara, y las ve venir, y así: las revueltas sociales se acaban, y con ellas este chollo, que ha supuesto este engaño, que a algunos les ha llevado a tocar las campanas de alegría, sin querer ver o darse cuenta que es un asunto coyuntural, momentáneo y pasajero.

 

Pues, resumiendo: más turistas pero no más gastos (comida, bebida, compras, etc.), es decir, al presente se gasta mucho menos que hace seis años. Y lo grave es que el turista retorna -no que regrese a su país, sino- que va a volver a donde antes iba, y entonces será la hecatombe (sin turismo, sin sector primario, ¿de qué vivimos -y no digo qué comemos-?

 

Más claro: el turismo se nos acaba, se van (y no vuelven), y ello porque Túnez y Egipto los están esperando; porque ya la cosa por allí comienza a normalizarse, y así el asunto, tienen allá precios regalados, baratísimo todo, donde no les cobran ni por la habitación, lo cual es una ganga, ya que ellos se conforman con el solo pasaje o viaje y si gastan algo extra, como es normal. Y así, ¿vamos a competir?, ¿les vamos a ganar y quitar turistas? ¡Ni hablar!

 

El Norte de África está ya esperando a los turistas, y van a ser mimados (aquí, timados). ¡Bueno, aquí seguimos haciendo campos de golf para quitarles terreno a la agricultura y después esperar que vengan a jugar a la pelota dura, ¡sí que van a venir! Y como decía mi abuela: “al medir contaremos”. Por eso un servidor sigue empeñado que, para salir de la crisis, déjense de mirar a los turistas y miren al campo (y no roben al campo tierra de cultivo y con agua, donde fincas y casa, para hacer campos de golf, que después, ¡ni uno ni otros!

 

* El Padre Báez, que las ve venir, y se lo anuncia para que el que quiera esté preparado. Es mentira que la solución esté en el turismo (que se acaba o se va), sino en el sector primario, y sin embargo a ningún político les oímos decir ni media palabra de agricultura y ganadería, sino todos al 100 %, hablando del turismo, como la solución (¡nos engañan!).

 

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