Haciendo
un poco de historia, desde que se fundó como institución cultural privada en
1904 por el poeta José Hernández Amador, el Ateneo de
la Laguna se ha caracterizado como un espacio dedicado a la divulgación de la
cultura y defensa de la libertad.
A lo largo de su importante trayectoria
cultural, el Ateneo de La Laguna ha tenido el honor de ser representado por
muchas y grandes personalidades de la cultura y el arte. Recopilando datos,
tras la finalización de la Guerra Civil será preciso esperar hasta los años
cincuenta para que el Ateneo recupere su condición de
espacio propicio para el cultivo de las letras y las artes. Será a lo largo de
esa década cuando se conforme alrededor de sus tertulias una generación de
escritores que el crítico José Domingo denominara Generación del Ateneo o de la
Universidad de La Laguna integrada, entre otros por los siguientes escritores:
Antonio Reyes, Gilberto Alemán, Fernando García-Ramos y Eliseo Izquierdo; a la
que se unieron posteriormente Alfonso García-Ramos, Arturo Maccanti
y Felipe Baeza. También en esos años pintores como Pedro González, Manolo
Sánchez, Raúl Tabares, Siro Manuel, etc. colgaron en su sala de exposiciones
sus primeros cuadros. Eloy Díaz de la Barreda fundó en esos años la Escuela de
Arte Dramático del Ateneo de La Laguna que supuso el renacer del teatro
aficionado de Tenerife. Actualmente, aunque se siguen desarrollándose
actividades culturales y artísticas, el Ateneo de La Laguna carece de las
recordadas y amenas tertulias que ya se vienen gestando de un tiempo a esta
parte. No obstante, un grupo de personas como Pedro Gili Trujillo; Rafael
Martín, Emilio Acosta, Peyo, Marcos y Rubén Adán
Ramos, son los que les están dando un poco de “vida” a las tertulias en las
frías tardes lagunera. Mientras que otros/as, van de paso para leer la prensa
impresa.
No ponemos en duda el esfuerzo y la
ilusión que han puesto y vienen teniendo cada una de las juntas directivas que
han estado y siguen estando al frente de tan privilegiada institución cultural,
pero la juventud, unida a personas con más experiencias, necesitan de
alternativas por parte de las instituciones gubernamentales y del propio Ateneo
de La Laguna, con el objetivo de que tan histórico edificio cultural de la
ciudad de San Cristóbal de La Laguna pueda tener una presencia humana más
dinámica, con el propósito de recuperar las tan ansiadas tertulias como fuente
de cultura. ¡Y cómo no! Una cafetería como Dios manda.
Fuente:
diariodeavisos.com/2013/12