Tenerife: agua y sostenibilidad (I)

 

«» Wladimiro Rodríguez Brito *

 

 

Galería de agua "Las Cañadas" tiene cerrada la verja, sin mantenimiento y prácticamente abandonada...

 

[…tenemos que revalorizar el importante caudal que aún aportan las galerías de Tenerife. Son más de 100 millones de metros cúbicos al año, más los pozos. Las galerías son imprescindibles para una sociedad más sostenible y con acceso al agua viable y de calidad. ..] 

 

   El Día Mundial del Agua nos debe hacer reflexionar sobre su gestión, sobre cómo hacer las cosas mejor. El agua es un recurso escaso y muy limitado en Canarias, desde el punto de vista ambiental y también social. Iniciativas como las jornadas organizadas por la Cámara Insular de Aguas de Tenerife son imprescindibles para hablar y reflexionar, para pensar en un futuro sostenible y viable de nuestra isla. La naturaleza no ha sido generosa con Canarias. El hombre ha luchado por el agua en estas islas desde que llegó. Sin embargo, la abundancia conseguida en los últimos 70 años hace muy difícil explicar a los más jóvenes el esfuerzo y trabajo puestos en la búsqueda del agua.

 

   En Tenerife se han construido más de 1.300 galerías y pozos, con más de 1.800 kilómetros perforados con los ahorros, el esfuerzo y la ilusión de nuestra gente. El agua, hasta los años setenta del siglo XX, era básicamente para uso agrario; la mayoría de la población carecía de agua potable en sus casas exceptuando partes de Santa Cruz, La Laguna y Puerto de la Cruz. Llegamos a regar más de 17.000 hectáreas, que requirieron la construcción de miles de atarjeas, de canales y otras obras complementarias.

 

   Ahora que pensamos tanto en la bolsa y los mercados financieros, hemos olvidado que en esta isla hay más de 300.000 acciones de galerías y más de 100.000 de pozos. Cada galería empezaba con 365 acciones, lo que equivalía a una hora de agua cada 15 días. Al requerir más inversión, se multiplicaba el número de acciones, ya que un metro de galería cuesta a precios actuales unos 2.500 euros.

 

   Se llegaron a construir hasta 100 metros diarios de galerías en su máxima expansión, y se emplearon más de 10.000 trabajadores en su construcción. En 80 años se multiplicaron por 10 los caudales que nos daba la naturaleza a finales del siglo XIX: de menos de 700 litros por segundo a casi 7.000, en los años setenta del siglo pasado. Nuestra cultura urbana ha olvidado su historia, y cree que el agua es de fácil acceso y abundante. Si falta, se pone otra desaladora, obviando los costes de explotación, su consumo energético y la dependencia generada del exterior. Las desaladoras solo tienen sentido en las zonas urbanas costeras y en
las zonas turísticas, pero debemos hacer un buen uso del agua, depurando también las aguas residuales urbanas, que suponen más del 50% del caudal disponible.

 

   Fuera de los núcleos urbanos costeros, tenemos que revalorizar el importante caudal que aún aportan las galerías de Tenerife. Son más de 100 millones de metros cúbicos al año, más los pozos. Las galerías son imprescindibles para una sociedad más sostenible y con acceso al agua viable y de calidad. Debemos invertir más en mejorar las redes de abastecimiento, evitando las cuantiosas pérdidas actuales en algunas zonas urbanas. Promovamos también un uso más racional del agua. Nuestro medio ambiente y nuestros descendientes nos lo agradecerán.

 

 * DOCTOR EN GEOGRAFÍA POR LA UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA

 

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