Guayota, que así llamaban al demonio los
guanches, salía del infierno por el cráter del Teide,
según la difundida leyenda de los aborígenes tinerfeños. Para explicar los
efectos de las erupciones volcánicas del gran gigante canario, aquellos
primitivos seres tiraban de fábula.
Así, para los guanches Guayota salía del
infierno para secuestrar a Magec -el Sol-. Sin la luz
de nuestra estrella, los pastos dejaban de crecer y las cabras, claro, ya no
daban la leche que tomaban los niños. Por eso, cuando el gigante sembraba de
tinieblas los días, los guanches sufrían serias consecuencias.
No consta que los bimbaches,
aborígenes de la Isla del Meridiano, guardaran memoria de si un día tuvieron
relación con los guanches, pero sí que se sabe que los herreños
de hoy en día conocen dónde se sitúa la puerta del infierno en su Isla. Al
menos está Domingo, pastor hijo de pastor y hoy reconvertido en guarda de caza
del Cabildo insular, para dar fe de ello.
Esa puerta del infierno está en una
montaña que se llama Tanganasoga. Se trata de un estratovolcán, como El Teide, y
presenta hasta cinco calderetas, con lo que ello implica en cuanto a testimonio
de su volcánico origen. Pero hay más.
Allí está lo que Domingo llama el hoyo
de Tanganasoga, una suerte de hendidura dirigida
hacia el corazón de la tierra que se prolonga hasta más allá de lo soportable
para el humano. “Se metieron con bombonas y tampoco pudieron avanzar porque los
gases eran insufribles”, recuerda Domingo acerca de un
intento de exploración del agujero en cuestión.
Cuenta Domingo
que el hoyo de Tanganasoga se asemeja a los grandes
tubos volcánicos de la zona suroeste de la Isla, pero con una gran diferencia:
el de Tanganasoga no es tumbado como aquellos, sino
mucho más vertical.
Esta puerta hacia el infierno, que tan
del agrado de Guayota sería, es la opción más peligrosa para que encuentre una
salida ese magma que pugna por salir a la superficie y poder mirar de frente a Magec.
En estos días no son pocos los que han
vuelto su mirada hacia ese hoyo. Una erupción en Tanganasoga
no resulta aconsejable. Amenazaría con causar serios quebrantos en la zona
oeste del por si precario edificio de El Golfo, concretamente sobre Sabinosa y Los Llanillos, a la par que incendiaría la masa
boscosa que lo conecta con El Pinar.
Fuente: Diario de Avisos | TINERFE FUMERO