Tabaibas

Rosendo Fragoso Lugo

 

Ayer fue uno de los días más felices de mi vida; por fin, después de dos largos años, personal cualificado de Medio Ambiente de La Gomera me replantaron unas cincuenta o sesenta tabaibas en mi terreno de la zona de Gallego; en el mismo lugar que en el año 2005 encontré inundado al llegar al pueblo de Agulo, con 1.600 metros cúbicos de escombros, según informe pericial pagado por mí al arquitecto técnico Héctor Bencomo Bayol.

Ya solo me falta que salga el juicio por la denuncia que hice hace un par de años en la Fiscalía de Medio Ambiente, en la avenida Tres de Mayo, de Santa Cruz de Tenerife, vista la ineficacia de la Apmun sobre la pista y el garaje ilegales, por no tener permiso de obra o licencia del Ayuntamiento de Agulo, y cuyos expedientes están ya en el Juzgado de Primera Instancia de San Sebastián de La Gomera.

Espero que se haga justicia como Dios manda, si es que hay justicia, pues el segundo juicio sobre los escombros lo perdí por culpa de mi abogado, que me sugirió que no fuera a La Gomera a la celebración del mismo, y yo creí al abogado (tonto yo). Él y mi procurador, primo hermano del constructor, me la montaron bien montada; los infractores le dijeron al Sr. juez de San Sebastián que yo les había dado permiso de boca, y el Sr. juez no les pidió ningún papel firmado por mí. Así trabaja la Justicia en Canarias; decepcionante.

No puedo dejar de reseñar aquí que el alcalde de Agulo, Néstor López Pérez, que no es nacido en Agulo ni es gomero, estuvo "in situ" el día de los vertidos y no mandó a parar las obras a su amigote, a sabiendas de que su amigote no tenía permiso de obras y también sabía que no tenía mi permiso por escrito ni de boca, como dijo él, y también sabía el alcalde que aquel terreno estaba declarado como Rústico de Especial Protección Paisajística. No pararé hasta ver en la cárcel Tenerife II al alcalde de Agulo, máximo culpable y máximo responsable de aquellos destrozos en Gallego.