Pues sí, lo reconozco, soy un Mago “ignorante”

y me siento muy orgulloso de serlo.

 

“Ud. me llama mago con ánimo de ofender, pero me está llenando de rosas, de la cabeza a los pies...”

«» Eduardo Pedro García Rodríguez, Chaurero N Egerew y mi Amigo.

 

[…Sé quién soy y de donde vengo, conozco un poco de lo necesario para sobrevivir en mi entorno, conozco una ínfima parte del legado de mis antepasados, de toda esa Sabiduría ligada a la Tierra, conozco el esfuerzo necesario para regarla con mi sudor y conozco el valor de los frutos que generosamente da a cambio…]

 

Me ha tropezado, a lo largo de mi vida, con demasiada gente que mirándome desde su órbita urbanita, automáticamente considera que habiendo nacido en las Montañas de Anaga no puedo ser más que un “mago bruto e ignorante”, o como decimos por aquí, “un cacho de carne con ojos”; Es una creencia bastante extendida. Bajo esta creencia, yo soy uno de esos magos brutos ignorantes. Como ocurre con todas las cosas de las que se habla sin conocerlas y sin saber la realidad y las causas de las cosas, se sustituye el conocimiento empírico por la suposición estereotipada de todas y cada una de las cuestiones que, repito, no siendo más que suposiciones popularmente compartidas [Virales, que se dice ahora], son elevadas a la categoría de Dogma, Ciencia, de Realidad. Como sucede habitualmente, también, cuando muchos quieren a hablar de sí mismos, y parece que lo hacen en nombre del Género Humano, yo lo hago en nombre de mí mismo.

 

Empezaremos por lo de Mago; Estos dechados de Cultura, ignoran que la definición de esta palabra no es ni siquiera habitante del campo o del monte o la montaña, que eso es lo que ellos dicen, ni mucho menos bruto o ignorante. No es misión mía enseñar a nadie y menos tratar de razonar con muros de piedra viva, ignorantes que hablan de de Magos sin saber lo que es ser Mago. Es la misma actitud del que habiendo llegado a la Cordillera de los Andes y ver por primera vez una papa, intentó convencer al nativo que llevaba cultivándola toda su vida, que aquello se llamaba patata y lo tildó de ignorante y salvaje; Por tanto no voy a perder tiempo en explicarles que es ser mago. Quien quiera saberlo que se moleste en averiguarlo.

 

¿Ignorante? Sí, de muchas cosas, por eso considero afortunado el día en que aprendo algo nuevo. Pero más afortunados todavía, aquellos en que, muchas veces de forma inconsciente, me doy cuenta de que la sabiduría que me viene en herencia de mis antepasados se plasma como Conocimiento Empírico en las cosas más anodinas que para cualquier urbanita puedan ser, pero que para el Mago son de enorme y en muchos casos, Vital importancia. Aún así, procurando aprender cada día algo nuevo, reconozco que ignoro tantas otras que, aún siendo de temperamento curioso como soy, me harían falta algunas vidas para aprender solo un pequeño porcentaje de todo lo que “se sabe”, para saciar toda mi curiosidad, de todas las cosas que he oído, visto, leído o imaginado; Lástima que para hacerlo “oficialmente” tengas que aprender tantas otras cosas inútiles o nada prácticas [Desde mi humilde punto de vista claro]

 

¿Bruto? Falto de Educación y “destreza social” no, mire Ud. La última Lección que aprende un Caballero, es saber cuando tiene que dejar de serlo; Son dos cosas distintas. Evidentemente en todos los rincones del mundo hay gente mal educada o poco socializada, pero también es verdad que cuando demasiada gente “le va a cualquiera con el mismo sonsonete, vendiendo la misma moto sin pedales de siempre, muchas veces mirando por encima del hombro, alguno de ellos se expone a que lo traten como no se espera”. Y sucede más de las veces que cuando encima se mezcla la burla a todo esto, una reacción “airada” es tomada en general como la confirmación de la creencia general, como aquel otro que me dijo una vez, que todos los canarios éramos unos traidores, porque  “está uno discutiendo tranquilamente con Uds. y de repente te dan un cabezazo...” [¿Se imaginan la cantidad de’llos que han venido aquí en plan enterados y se han ido con una morrada?]

 

El hecho es que yo me sabría desenvolver en la ciudad, pero ¿Y ellos en el campo o la montaña? ¿Se atreverían a intentarlo? Por otra parte, uno esperaría que estos que piensan así, fueran gente de verdad portadores de una gran Cultura, pero la verdad es que habiendo de todo, la mayoría tiene incluso menos conocimientos generales que yo; Y digo generales porque, si vamos a examinarnos solo de una cosa, yo quiero elegir la mía... Si en una prueba de Ingeniería, de todos los que se presentan solo lo hace un Ingeniero, ahorrémonos la pérdida de tiempo y recursos y adjudíquesele directamente el puesto ¿O no? Por tanto que sea una prueba “variadita” donde también haya cuestiones sobre el mundillo del campo. Y aún sigo intentando aprender más, pese a las trabas e impedimentos que tengo, que si en la ciudad las hay aquí son las mismas a las que hay que sumar nuestros condicionantes cotidianos.

 

Sé quién soy y de donde vengo, conozco un poco de lo necesario para sobrevivir en mi entorno, conozco una ínfima parte del legado de mis antepasados, de toda esa Sabiduría ligada a la Tierra, conozco el esfuerzo necesario para regarla con mi sudor y conozco el valor de los frutos que generosamente da a cambio; También conozco el valor de lo que otros se comen, y su olor y sabor a gran superficie, con su etiqueta homologada llena de mentiras. Si un producto es apto para la agricultura moderna, ¿Porqué en su envase pone que es cancerígeno y peligroso para la Fauna. La Flora o las Aguas/Acuífero? ¿Por qué se les aplican baños de ceras u otros productos para que brillen? Entonces además, se lo que como.

 

En cuanto a todo lo que además lleva de peyorativo el intento de un ignorante, de decirle a un Mago lo que es un Mago cuando él no sabe lo que es, de “pérdida de categoría” lleve el relacionarse con este Magos, debería presentarse ante este Mago como alguien Ética y Moralmente impolutos, sin mácula de pecados o reproches. Por lo pronto, este Mago siempre ha hecho Honor a la Palabra dada, y ha tenido la Lealtad de decir claramente desde el principio aquello que cree y piensa, sin dobleces ni adulamientos de ninguna clase, y si se ha equivocado ha tenido el coraje de reconocerlo; Porque, afortunadamente, soy un Hombre Libre, Orgulloso de Serlo y de no doblegarme ante quienes intentan someterme con “cuentos de calleja”, de hacerme cambiar mi forma de ser, de vivir, de sentir, de abjurar de toda la Herencia que he recibido de mis antepasados, de toda la que descubro cada vez que “alguno de los que saben” comparte conmigo la tradición viva de nuestros mayores, que siempre destaca entre todo lo que se “habla”. Sí, soy un Mago ¿Pero, tú qué eres tú?

 

25 Marzo 2016

Desde la Vieja Fortaleza Menceyato de Anaga

 

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