Soria no ve las estrellas

Pedro González Cánovas *

Las declaraciones del ministro Soria, como embajador del gobierno español más que como responsable de Industria, cuando se entromete en cuestiones turísticas dan que pensar.

El señorito se remite a un informe elaborado por un tercer ministerio, el de Economía, donde se tumba por tierra la Ley de Renovación y Modernización Turística, con la que el gobierno de Canarias pretende limitar los nuevos alojamientos hoteleros y extrahoteleros a una categoría de cinco estrellas o superior, haciendo sonar todas las alarmas, como si el resto de alojamientos fueran a desaparecer y descargando las culpas del paro en el archipiélago en la mala gestión del turismo y haciendo hincapié en que la demanda y competitividad no se limita a hoteles de lujo.

Lo cierto es que parece promoverse el turismo lowcost, sustentado en grupos juveniles (se acepta la lectura "hooligan de fin de curso"), pues las plazas de avión que no se han reducido tanto como aparentan, se van cubriendo por compañías como iberia express, vueling o ryanair, frente a la pérdida de plazas por parte de las antaño compañías bandera. Además está el gravamen de las tasas aeroportuarias con las que en Madrid creen haber encontrado el Dorado, pero que indudablemente está haciendo mella y provocando un descenso lento, pero documentado, del número de visitantes.

Quizás la proximidad de elecciones anticipadas, o todos los puntos negativos adquiridos en los dos años anteriores, han despertado inquietud en el gobierno español, que utiliza al canario que antaño imitaba a Aznar hasta en el bigote, para crear alarma y buscar empatías donde no las hay, con la población del archipiélago, descalificando una nueva Ley del parlamento local que lo que pretende es esquivar la moratoria hotelera, exponiendo la necesidad de "establecimientos de más calidad" como si así se mejorara la calidad del turismo.

Soria, sin embargo, ejerce ahora de Canario sin memoria, desconocedor de aquella moratoria, quizás por tantos años fuera o por tener la neurona a la orden y ser "la voz de su amo", en una apuesta clara por plagar lo que queda de alojamientos turísticos de todas las categorías, mientras, poco más allá, antes de encontrar el horizonte del océano, extraen petróleo y nos mandan piche los que le pagan el móvil.

* Miembro de ANC